Mi patria es el planeta (III): Biorregionalismo

23 Sep

Las fronteras de los estados, que son líneas arbitrarias, atraviesan las fronteras que dibuja la naturaleza, que son fronteras vivas. Naciones y estados se superponen a biorregiones. Delimitaciones políticas, culturales, urbanísticas, se entrecruzan, se solapan, con los límites naturales, que quedan ocultos. Unos mapas esconden otros. Debajo y alrededor de las líneas de casas y fábricas, calles, cloacas, autopistas, vías de tren, aeropuertos, oleoductos, gasoductos, jurisdicciones legales, fronteras, la geografía natural de la vida perdura. Comparados con los ecosistemas, los sistemas humanos resultan torpes e imperfectos.

¿Qué es un estado? Según el Tratado de Paz de Westfalia de 1648, es una organización destinada al dominio de un territorio y una población. ¿Y una biorregión? Es un área geográfica con características comunes definida por sus límites naturales: clima, ríos, geología, fauna, flora, y determinada por sus ritmos propios. Tiene un significado profundo para la gente que vive en ella. En ellos hay un arraigamiento a la tierra, al lugar donde se vive y un respeto por los demás seres vivos. Hay una interconexión entre todas las formas de vida. A esta conexión se le llama resonancia, que se manifiesta en formas-de-vida específicas en cada lugar. La biorregión es un territorio geográfico, ecológico, social, económico, a la vez que mental y emocional, que cuestiona las fronteras políticas y la organización estatal y posibilita la reconexión con el planeta.

En el contexto de la creación de la identidad planetaria, la idea de un único espacio y múltiples territorios, el biorregionalismo la materializa en una imagen: un planeta y múltiples biorregiones. La identidad se entiende entonces como identificación. «Identificarse es un proceso.» Sucesiva o simultáneamente podemos estar atravesados por diferentes identificaciones, unas más fuertes que otras. La identidad, sin embargo, «es una camiseta o un tatuaje que uno no se lo puede quitar.» Un ejemplo de identidad-camiseta es el mito del crecimiento como única manera de generar bienestar, que se ha impuesto a la sociedad actual.

Es necesario comenzar la transición hacia formas de organización del territorio, cuya eficacia y funcionalidad sido probada durante millones de años, que nos conduzcan a la rehabitación del territorio: las biorregiones. A su rehabilitación si están ecológicamente afectadas: disminuidas en sus recursos y/o contaminadas por los residuos generados. Tenemos que convertir el territorio en un lugar de vida, no únicamente en un lugar de residencia. Esto significa convertirnos en nativos del lugar. Ser parte del territorio, familiarizarnos con sus características naturales y con sus heridas si las tuviere. Ser conscientes de las relaciones ecológicas que operan dentro y alrededor del mismo. Establecer una cultura adaptada a los ciclos y a las condiciones concretas del medio. A los límites de ese territorio. Construir una forma-de-vida conectada con el entorno. Ser los amantes de la Tierra, en definitiva. Para el paradigma biorregional los objetivos sociales se contemplan desde una perspectiva ecocéntrica, a la vez que femenina –toda vez que Terra es la deidad romana equivalente a Gea, la diosa griega de la feminidad y la fecundidad– exenta de toda forma de autoritarismo, dominación o soberanía.

El biorregionalismo no es un mero ejercicio teórico de la teoría política verde. Es, como dice Josep Puig, un objetivo político útil para la construcción de una nueva organización territorial que supere los caducos criterios económico-político-administrativos sobre los que se establece la actual división territorial. Este modelo es una mirada que se inspira en criterios biocéntricos y de sostenibilidad a largo plazo, útil para definir comarcas naturales –comunidades humanas, animales y vegetales– pensadas como unidades políticas. El paradigma biorregional es una guía válida para organizar la vida de una comunidad de acuerdo con sus sistemas naturales; sus estructuras de intercambio, tanto interiores como exteriores; sus propias necesidades como comunidad; y sus propios sistemas de sostenimiento biológico a largo plazo. Es una oportunidad para una vuelta a la naturaleza. Es un regreso al futuro consciente que la vuelta al pasado es imposible.

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