Trópico de Málaga (I)

6 Ago
Málaga se prepara para su mes grande, donde todo exceso es posible

 

Con la caló encima, el terral parece respetar un tanto. Los Goya premian a Málaga. La afición abraza a su club, y repudia al jeque. Días de sombras

Carlos Pérez Ariza

Por aquí se impone la calma chicha de la siesta española, que se ríe del sueño americano. Este mes nadie piensa en el empleo por venir, ya vendrá; como el gobierno, también puede esperar incluso al otoño. El cine acaba de dar un Goya anticipado a Málaga, que acoge los premios del cine español en enero 2020. Es una ciudad de cine, por eso sigue siendo la ‘ciudad del Paraíso’ de aquel Vicente Aleixandre. Ya era hora que recalaran aquí, la única ciudad de España que tiene un Festival para exhibir las películas inéditas en español, el nuestro por ahora. Cae como un milagro la cerveza helada, si es Victoria mejor, chauvinismos aparte. Y ese gran invento que es el Tinto de Verano, una forma de enfriar ese caldo colorado para darle un descanso hasta el otoño. Explore el blanco de verano. El Málaga se agita con los aficionados más fieles ante la desventura de Segunda, sabiendo que el jeque es un tío bastante impresentable. En la diminuta playa de los centenarios Baños del Carmen, donde la burguesía malagueña del novecientos se bañaba casi vestida, se recupera, tras veinte años de trámites y un deterioro salitroso. Málaga brilla al sol de su mes de Feria.

Sobre las carreteras malagueñas vigila un Dron, especie de Blade Runner justiciero de las infracciones. No matará, pero hará pagar las multas. Los caminos del turismo están atestados. El negocio va floreciente por esta Costa del Sol. Los toros viven y mueren en la Malagueta, remozada plaza de verano. El cartel no defraudará a la afición. Si es antitaurino ni se acerque. La Feria, que está al caer en su doble versión, promete días centrales de jolgorio sin darle descanso al cuerpo. Los humanos feriantes, descamisados algunos, arrojarán miles de toneladas de basura, que los operarios municipales recogerán en sus horas extras.

Ahora que el presente contiene el futuro y el pasado insiste en recobrar su memoria perdida, esta ciudad mantiene el espejismo paradisiaco, que no puede ocultar las actuaciones urbanas sin concluir. Hay ejemplos: El tren Málaga-Sevilla sigue en vía muerta. El Metro avanza a lentos centímetros, sin pararse al rescate de los restos arqueológicos de la Era musulmana. Esa es también Memoria Histórica, y vaya si lo es. El nuevo hospital, se aprueba en el papel, pero el primer ladrillo sigue en terapia intensiva. Las necesarias nuevas zonas verdes, se marchitan en los despachos. La depuración sigue ausente, mientras en la costa marina de la ciudad flotan las grasas insumergibles. Una ciudad amable en mano de la maraña burocrática impasible. Finalmente, tras décadas de dejadez, el entorno de los Baños de Carmen, con una panorámica incomparable sobre la bahía, va a ser recuperado. Estos ciudadanos tienen una paciencia milenaria, como su misma ciudad.

La pantalla del cine en español tiene en su Festival anual una plataforma que ha situado a Málaga en el escenario mediático y del espectáculo. Era hora ya de que los premios Goya se entregaran aquí. Será el 25 de enero en el palacio de los deportes local. Competía con Mallorca, pero se ganó esta vez. Ayudó sus vías de comunicación (tren AVE y aéreas) y la acogida que da Málaga al cine español. Pero nada es gratis. La gala goyesca costará dos millones de euros. El Ayuntamiento local pondrá casi el 50%. Así que para lucir por la tele y las RRSS hay que pagar. Ya Sevilla tuvo su minuto de gloria con los Oscar españoles el año pasado. Málaga lo tendrá en enero 2020. Se espera un final feliz.

Mientras Málaga espera, las empresas extranjeras que tienen sedes aquí están optimistas. Sus cuentas van al alza en un 60%, dicen desde el Ayuntamiento y Ciedes. Las inversiones foráneas de la provincia representan casi la mitad de toda Andalucía en 2017. El año en curso mira ciertas turbulencias, aún tenues, con una desaceleración de los indicadores: empleo y PIB en crecimiento vago. La mayoría de tales empresas afirman que harán bajar las cifras del paro. Málaga les ofrece claras ventajas competitivas. Sus infraestructuras en comunicaciones, marítimas, terrestres y aéreas. La calidad de vida que proporciona esta ciudad. Un nivel de innovación tecnológica, donde el PTA y la Universidad juegan a favor, y un personal profesional calificado. En contra miran los costes de instalación, que no son los más favorables del mundo; así como la alta fiscalidad y el complejo y dilatado entramado burocrático.

Con el cambio de color en el gobierno territorial, Málaga mira con esperanza a esa nueva Junta de Andalucía. Los políticos, expertos en prometer, dicen que van a poner orden en los gastos, agilizar las trabas burocráticas (mal incrustado en la administración pública española), y el reto a vencer es crear empleo en esta tierra, que tiene el primer lugar de España y la UE en parados, jóvenes y los de larga duración. Que no se olviden de la escalada de los precios de la vivienda alquilada, que es un baremo estadístico negativo para los currantes y los que aspiran a serlo. Por lo pronto, concejales y diputados provinciales se ha subido sus sueldos, por mayoría absoluta y por lo que pueda pasar. En ese tema, se pacta sin pensar. El bolsillo público es un pactador nato.

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Una respuesta a «Trópico de Málaga (I)»

  1. Opiniones “veraniegas”… con mucha trascendencia en la Malaga del turismo, pero muy poca en la “Hispania” posmodernista… Esa de la inclusion y de la integridad.
    El Al-Coràn continuarà siendo el texto màs leìdo en esa Màlaga de mil sabores, hy ndon Rodrigo Dìaz de Vivar se preguntarà, como el patiquìn caraqueño, si “hemos arado en el mar”.

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