Desde otros tiempos

23 Abr
Esa esfera que ahí ven y que aparece como incrustada en las circulares formaciones calizas que la rodean, presenta unos pequeños puntos rojos, que han sido pintados en su superficie. Podemos hablar, pues, de una “esfera punteada”. Se localiza en una zona no abierta al público, por fortuna para lo que en ella estudiarán en su día personas especializadas. Nosotros ahora sólo la marcamos y, a partir de su contemplación, esbozamos primerizos comentarios.

¿Qué viaje haremos hoy? ¿Hacia qué horizontes vamos a dirigir nuestras miradas? Poco a poco todo se irá desgranando, y paso a paso alcanzaremos una cierta atalaya que nos permita recorrer senderos aún no muy transitados. Por lo pronto vamos a detenernos en una obra que en estos textos se ha citado varias veces,”The First Signs. Unlocking the mysteries of the world´s oldest symbols.” Su autora es Genevieve von Petzinger, y se publicó en Nueva York, 2016.

Su estudio es amplio, pero ahora nosotros nos centramos sobre todo en lo que muestra y razona sobre lo hallado en cuevas de España y Portugal, sin desdeñar hallazgos acá y allá en diferentes países europeos y de otras más lejanas partes del mundo. Como lo que razona refiriéndose a piezas halladas en Blombos Cave, Sudáfrica. Piezas que se estiman fueron “decoradas” entre unos 75.000 ó 100.000 años atrás. Ahora, en especial, algo diremos de la pieza de Blombos Cave, y más adelante nos ocuparemos de las cosas referentes a cuevas españolas.

En este texto de hoy esos hallazgos de Sudáfrica no los dejamos, sino que ponemos el foco sobre ellos y los tomaremos de nuevo en cuenta cuando estemos tratando cosas que sacamos de una extraordinaria obra de David Lewis Williams, “La Mente en la Caverna. La conciencia y los orígenes del arte.” Eso lo haremos ya en otro momento : la obra de este investigador tiene una importancia y riqueza especiales, y creo que se le debe dedicar un espacio más amplio a sus ideas, sus descubrimientos y razones.

Volviendo a las hipótesis de G. von Petzinger desarrolladas en el citado libro, The First Signs, aquí me voy a limitar a un hallazgo que esta investigadora y su equipo hicieron, como el trozo de mandíbula (a fragment of jawbone) grabado con ocre, que presentamos en una fotografía y pasaré a compararlo con otro fragmento que nos parece muy similar. A partir de lo cual, juzgará ya el lector interesado en estos temas lo que le sea hacedero.

Von Petzinger apoya su hipótesis en los estudios de Francesco d´Errico, arqueólogo Director de Investigación del CNRS en la Universidad de Burdeos, y Christopher Stuart Henshilwood, arqueólogo sudafricano y profesor de la cátedra “Los orígenes del comportamiento humano moderno” en la Universidad de Witwatersrand, en Johannesburgo. Un par de páginas más adelante, en la 64, escribe von Petzinger que tanto Chris H. como F. d´Errico creen que estas marcas en huesos y rocas bien pudieran ser un indicio que apuntaría a la presencia de una cultura simbólica en Sudáfrica que pudiera haber surgido antes de que se comenzaran a decorar las cuevas de Europa.

Bien. Lo que a continuación debe ser tomado en cuenta, en nuestra opinión, es esto que comienzo presentando de manera lo más gráfica posible : con una imagen.

Eso que ven es un fragmento de hueso de un tipo de bóvido ya extinto, los auroch. Aquí lo que pueden ver son incisiones o marcas en el hueso. Su antigüedad se estima en unos 120.000 años, y aun cuando son muy simples, se estiman como unas primeras formas de simbolismo que habrían surgido ya en el Paleolítico Medio, unos 250.000 años antes de Cristo. La pregunta es : si estos hallazgos y sus respectivas interpretaciones hechas por estudiosos bien documentados son ciertas, ¿qué nos impide suponer que estamos ante lo que sería el inicio de formas de representaciones intencionadas, hechas entonces por seres humanos, y que serían los inicios aún lejanos de formas de escrituras? Y más aún : ¿hemos de dejar un hueco vacío , por así decirlo de manera metafórica, en espera de más descubrimientos, de más indicios que arrojen más luz sobre estas hipótesis? Tal vez ello sería una actitud conveniente.

Pero…, ¿y si damos un salto hacia atrás, hacia un pasado más lejano todavía? Dicho de otro modo : tal vez no esté de más detenernos a mirar otras cosas, cosas que pueden no haber sido “señales” tan nítidas en apariencia como las que se nos ofrecen a la reflexión en las obras y estudios ahí arriba recién citados, y en otros sobre los que nos demoraremos. “Cosas” que sólo podrán ser interpretadas con una más firme solvencia cuando estén suficientemente resueltas aquellas otras que todavía son objeto de hipótesis y no tienen aún, por lo tanto, definitiva resolución en el campo de las ciencias que las considere.

En dicho salto volvemos los ojos a la primera imagen que pusimos antes de comenzar el presente escrito, y miramos esa esfera pétrea incrustada por la propia naturaleza en pared de gruta, y sobre cuya superficie vemos esos pequeños puntos rojos. ¿Serán también señales, marcas, signos, aún en espera de atención? No es posible decirlo con absoluta rotundidad en tanto no se hayan realizado los pertinentes estudios y análisis de rigor; pero con todo y con eso, incluso dadas todas nuestras actuales limitaciones, esta seguridad sí que podemos abrigar : desde otros tiempos, desde un pasado muy lejano, nos llegan hasta hoy ecos que, sean o no intencionados, resuenan en nosotros y nos hablan, (ya digo, aunque sea sin intención de ello), de un pasado donde nuestros antepasados recorrían estas tierras. Resuenan en nosotros o pueden resonar…

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