Lux in Caverna

25 May

Hoy serán solamente las esferas de luz, o lo que hemos llamado así como han leído arriba, Lux in Caverna. Y en posterior texto, trataré ya de abordar el posible significado de esas cosas que se ven únicamente en las fotos una vez reveladas. Su sentido, su posible significado, su extraña presencia. O si lo prefieren ustedes, su misterio.

Este título bien podría haber sido un “hic et lux”. O un “hic est lux” : donde la permuta de la conjunción “et” ( : ” y “) por el verbo “est” ( “es, está, hay…”) no alteraría demasiado, a mi entender, el sentido final de lo que se puede entender en esas tres palabras que hemos elegido. Por otra parte, el contenido de lo que se fue viendo en aquella ocasión en la visita a la Cueva, eso es algo que nos acabó asombrando a todos : su carácter “numinoso”, bien se nos hacía “luminoso”, pues…, ¿acaso no es todo lo numinoso con frecuencia luminoso?

Sea entonces lo de “lux in caverna” el título definitivo de este texto; de ese modo asociamos la noción de “cueva, caverna” a la de “luz, luminosidad”, y también “numinosidad” : lo numinoso es con mucho algo primordial. Siempre lo es.

Dejemos todo eso a las interiores consideraciones de cada lector, y vayamos a lo que fuimos viendo, con el tiempo que pudimos tomarnos entre las cosas percibidas y las que luego pudimos dilucidar. Uso el plural y no por modestia, sino con base real, pues es el hecho que fuimos varias las personas que nos implicamos, (sin haberlo pretendido, dicho sea de paso), en lo que en aquella visita a la Cueva acabamos experimentando; y además de las que estuvimos en su día “in situ”, cito también a aquellas otras personas que nos dieron su asesoramiento : un experto sacerdote jesuita, que asesoró a mi padre y tuvo con él un a gran amistad, igual que estas otras dos personas : una extraordinaria vidente, doctorada en saberes muy arcaicos y también en Farmacia, tan culta como fiable, y un físico, igualmente doctor, además de investigador del CSIC. Los cito aquí porque ellos, cada cual desde su saber y conocimientos, fueron consultados por quien esto está ahora escribiendo, y me dieron su muy valiosa opinión.

Hablo de José María Pilón, s. j.; de Paloma Navarrete, farmacéutica y vidente; y de José Luis Ramos Jácome, que era físico y trabajaba con el CSIC. ¡Qué lástima que no tenga ahora a mano fotografías en la Cueva de estas tres extraordinarias personas!

Pero en fin, que nos baste su recuerdo, recorriendo los domos y las galerías de la notable gruta que hoy se conoce como “Cueva del Tesoro”, y a principios del pasado siglo XX se conocía como “Cueva del Suizo”, y también “Cueva del Higuerón. Que nos basten sus recuerdos. Y dejemos todo lo demás, pues es algo que a nada nos lleva el tratar de imaginar, hoy, aquí y ahora, lo que ayer no pudo ser. Y volvamos a las luces :

En la primera imagen, donde no aparece ninguna persona, con nitidez se puede percibir esa especie de esfera flotando cerca del techo de la galería por donde pasábamos. En la segunda, la de ahí arriba, tan inmediata al texto que voy escribiendo, sí se nos presenta una figura : el visitante X, cuya cara no se aprecia en la fotografía, que se ha hecho desde la parte del lado de acá de las cuerdas que puede ver el lector. Y acá y allá se ven más esferas, flotando a un lado y otro de la persona que ha sido fotografiada.

Algunas de las esferas parecen ser blancas, otras están como teñidas de azul o más bien celeste. En la esfera de la galería de arriba, galería o pasadizo que es más estrecho que la zona que se puede ver en la segunda foto, se perciben dichas tonalidades. Debo aclarar ahora que tales esferas no se vieron en modo alguno cuando realizábamos la visita a la Cueva, visita que duró más de dos horas. Sólo se vieron esas curiosas “bolas de luz flotantes” una vez hecho el revelado del carrete de fotos, pues en el interior de la Cueva, mientras hacíamos tanto la visita como las fotos, no había más luz que la de las linternas con que nos iluminábamos. Y ahora vamos a la tercera imagen, que tal vez sea la más espectacular :

Ahí pueden ustedes ver la gran cantidad de “esferas de luz flotantes” que aparecen. Las imágenes de las tres personas están como rodeadas de ellas, de las esferas de luz, unas blanquecinas, otras algo anaranjadas, y otras de tonalidad celeste. Aclaro : los colores que diga son los que percibo, y como bien sé que la percepción del color ese a veces algo relativamente cambiante, no me atrevo a afirmar rotundamente de qué tonalidad sean esos “globos luminosos”.

Esta tercera foto se hizo donde la segunda : en la Sala del Águila, en la zona que hay entre el gran espeleotema que llamamos “el Águila” y el notable betilo que se conoce como “Noctiluca”, palabra que significa “la que brilla de noche”, y alude a la Luna, por una parte, y a un a deidad prehistórica (y después también histórica) que recibió culto en la antigüedad, primero entre los fenicios y más tarde en la antigua Roma, luego de haber sido una diosa, como se ha dicho antes, prehistórica.

¿Qué son estas esferas luminosas? Sólo se pudieron apreciar una vez revelado el carrete, pues era una de aquellas máquinas de foto de tipo analógico, ahora no recuerdo bien de qué marca, si era una Panasonic, o Voigtlander, o alguna otra. Ni la cámara era mía ni yo hacía las fotos. La persona que las hizo tuvo la amabilidad de regalarme el carrete, y una vez analizado y estudiado por José Luis Ramos y sus colegas del CSIC, ellos se lo quedaron. Bien lo merecían por su trabajo y generosa voluntad de ayudarnos a aclarar ese y otros varios casos de interés, que en otros textos comentaré. Casos todos referentes a hechos y “misterios” de esta incomparable caverna.

¿Tienen esas esferas luminosas algo que ver con las historias que se cuentan en relación con esta cueva? ¿O con los datos, “esotéricos”unos y otros plenamente legendarios, que la historia ha ido dejando a lo largo de los siglos y que se relacionan con esta parte de la gruta? ¿O con cosas soñadas y en sueños ubicadas aquí, en estas salas y domos de Cueva del Tesoro? No lo sé. Aún no lo sé. Pero un día, estoy seguro de ello hasta donde se puede estar, sí lo sabré. Y entonces, ya sabiendo con base dichas cosas, así que dejen de ser misterios, entonces (digo) podré dar cuenta de ello. Por ahora, sólo tenemos la intriga y el misterio ante nosotros. De los datos certificados por la Historia, han hablado personas de saber riguroso; de los hechos que lindan con el misterio o con la magia, ahora en la medida de mis conocimientos trato de acercarme. Con pasos cautelosos, como no puede ser de otra manera. Y de todos ellos iré dando cuenta. Hasta pronto, pues.

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