El cine no es cultura (sic)

5 Abr

Hace dos días un voxero dijo que le costaba creer que el cine sea cultura.

Yo sé que los viejos verdes claman los títulos de los libros pero no los abren, gritan la historia pero no la leen y menosprecian el cine, pero no lo ven.

La cinefobia voxera es más pronunciada si se trata de cine español, por eso un gran comienzo puede ser Plácido. Dice Garci – y estoy de acuerdo – que Plácido es uno de los hechos más sobresalientes de la cultura española en el siglo XX, junto a los poemas de Lorca, los cuadros de Dalí o Picasso, las reflexiones de Ortega, los libros de Valle y Baroja y la música de Falla.

Alfredo Landa, como Germán Areta en El crack (1981)
Alfredo Landa, como Germán Areta en El crack (1981)

Advierto que pueden encontrar frases como esta: “Teníamos que traer un pobre. Sólo faltaba, que siendo como eres y todo el mundo sabe cómo piensas no hubiéramos traído un pobre”. Una reflexión de alto riesgo para el voxerío.

Otra de las películas que deben ver es El hombre que mató a Liberty Valance, donde aprenderán que los héroes no viven en el aspaviento y que muchas veces lo que se imprime para la historia es la leyenda. Que el sacrificio da sus frutos, que las grandes obras no se gritan, que el mayor héroe no tiene por qué recibir reconocimiento.

En Murieron con las botas puestas, en la escena los sudistas abandonan West Point mientras el Norte toca Dixie, pueden aprender que a los compatriotas que piensan diferente se les respeta, precisamente porque son compatriotas.

Vuelvo a las palabras del voxero, que no contento con su demostración de ignorancia, se dedicó, además, a calificar a las mujeres de Ciudadanos por su aspecto físico y porque iban “aseadas”. Es urgente que vea Johnny Guitar, Historias de Filadelfia o La costilla de Adán, el cine hace 80 años creó enseñanzas muy necesarias para los ideólogos voxeros, sobre el respeto a las mujeres y su rol en el mundo.

También deben ver Todos los hombres del presidente, El cuarto poder, Spotlight, El dilema y Luna nueva, con estas películas comprenderán la importancia del periodismo, su papel en la democracia y cómo quienes lo atacan, tienen algo que ocultar.

El último hurra, Caballero sin espada o El instante más oscuro para aprender la diferencia entre el idealismo y el oportunismo, entre el patriota y el arribista, entre el hombre al servicio de su país y el que quiere al país a su servicio.

Que aprendan a apreciar la vida al final de Blade Runner, toda vida.

Que expongan su alma a la mirada de Germán Areta en El Crack.

Que sepan que su patria son sus compatriotas viendo Hasta el último hombre.

Sobre el color y la ley en Matar a un ruiseñor.

Sobre la amistad entre los diferentes en Ed Wood y Casablanca.

Que sepan que el amor tiene muchas formas como en El fantasma y la señora Muir, Laura, Harvey Milk o Muerte en Venecia.

Para no llegar tarde a los juicios ni torpedear por impericia las causas judiciales en las que se personen; Testigo de Cargo.

Para no caer en el tópico y olvidar que el cine español homenajea a sus héroes y servidores públicos, Zona Hostil.

Para que una cabalgada no sea una caricatura La legión invencible.

Para andar como andan los buenos, para ser de los buenos Centauros del desierto.

Para aprender que la ley debe prevalecer ante el tumulto y no sumarte a gritar más que nadie cuando todos gritan: La jauría humana.

En el cine nace un género, el western, que antes no existía y es cierto que hoy algunos quieren ir a caballo y con pistolas. Pero el problema no es del cine.

El cine no es sólo cultura. Es donde todo ha sucedido. Al asustadizo puede abrumarlo. Al reaccionario acorralarlo. El cine no sólo es cultura, sino que es el arte que más obras maestras ha dado en el siglo XX.

Yo desconfiaría de quien no se emociona con la mirada de John Wayne cuando ve partir a su hijo en Río Grande, de quien no vuela en el mundo mágico del Cristal Oscuro, no hay que fiarse de quien no llora cuando Cary Grant acude sólo a su cita en el Empire State en Tú y yo, de quien no tiene el corazón en un puño cuando bajan la escalera en Encadenados. El cine nos hace mejores, el cine es cultura, es magia, es un universo paralelo donde perderse y refugiarse. El cine es enemigo de la tiranía y la imposición. Por eso, cuando alguien hable en su contra, compadézcale y regálele Cinema Paradiso.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *