Misterios

11 Nov

Hay misterios tan insondables como los confines del universo, la existencia de un ser supremo o las planificaciones que hace la Junta de Andalucía. Cada vez que leo alguna información sobre el presunto metro de Málaga, estoy más convencido de que las pirámides de Egipto hubieran sido dos poliedros irregulares y otro inacabado si su construcción hubiera estado presidida por los planificadores de la Junta. El alcalde de Málaga va a formar un consejo de sabios para que lo convenzan de las bondades de un tranvía al que como eufemismo se llama metro-bus. Como dice la canción, depende, todo depende. Los tranvías, por más que se quieran disfrazar de mona, en tranvía se quedan. Además de que se comportan como asesinos de arquitectos y ahí queda el cadáver de Gaudí como aviso, hipotecan carriles y calles de cualquier ciudad, más que un mal matrimonio. Una línea entre Teatinos y una parada de metro, puede quedar resultona y barata; por allí, por el campus no corta ninguna arteria y si eso sucediera ahí están los de medicina para arreglarlo. El mismo tranvía entre Málaga y Torremolinos o Churriana o Cártama, se llama tren de cercanías y ya existe. Ahora que se ha cicatrizado una de las grandes heridas de nuestra ciudad que eran los tajos que erigían las vías de tren, la Junta pretende abrirle grietas por otros barrios ahora con permiso municipal o no. Imaginemos una de las dos calles que atraviesan la ciudad entre El Morlaco y El Chanquete, la única forma de evitar un atasco sería montarse en la paradoja espacio temporal que significa correr 5 kilómetros por la autovía para ir 500 metros hacia adelante. Pero la propuesta de que un tranvía se dirija hacia Avda. Gálvez Ginachero me parece aún más demencial. Por poner un ejemplo, con varias décadas de retraso respecto a las ciudades que sí son civilizadas, el Ayuntamiento abordó la peatonalización del centro urbano, que hoy es una isla para el paseo y el disfrute de la compañía en medio de una Málaga donde las aceras llegan a tener 30 centímetros. La idea se ha mostrado beneficiosa para la ciudadanía en general, aunque obligó al reordenamiento del tráfico urbano y ha convertido avenidas como Eugenio Gross o La Rosaleda en una especie de circunvalación interna que el mismo Ayuntamiento penaliza como zona de multa especial si pilla allí detenido cualquier vehículo que entorpezca el tráfico. Red básica se llama, porque en efecto sobre ella se sostiene el funcionamiento mínimo urbano. Unas obras largas y un tranvía por esos carriles convertirían una ciudad fastidiosa en imposible.

A veces el ciudadano puede pensar que la Junta y Ayuntamiento planifican porque los proyectos caen en manos de mentes planas, no porque haga planes. Que yo sepa, cuando cualquier familia se va a embarcar en una obra, lo primero que juzga es su conveniencia y su necesidad. A todos nos gustaría un helipuerto en el balcón, pero tal vez no exista un porqué. Una vez constatada la necesidad del metro para una ciudad a la cola de casi todas las de España respecto a servicios elementales y calidad de vida, esa misma familia habría pedido un presupuesto y una vez que el dinero hubiera estado en la mano o en el limbo bancario al menos, se habría metido en faena. La serie de informaciones sobre el metro de Málaga para el que propongo que se bautice como La Tarara, por lo de que sí, que no, que su presupuesto me lo como yo, tintan un titular de letras de oro sobre la torpeza y pésima gestión de nuestros gobernantes. Me pregunto y prefiero no responderme, si sólo los dictadores saben hacer grandes obras. Ahí quedan el ordenamiento urbano de Roma, las autopistas alemanas y, como no, los pantanos que diseñados varias décadas antes, fueron construidos durante el franquismo. La India va a enviar una nave a Marte, pero entre Junta y Ayuntamiento parece que van a construir un metro en Málaga con billetes del Monopoly ¿A dónde irán los besos que no damos? ¿A dónde los presupuestos que planificamos? Misterios insondables como la incompetencia de estos gobernantes a quienes votamos y por tanto, nos merecemos. Misterios abismales.

Una respuesta a «Misterios»

  1. Teniendo en cuenta el poco respeto o nulo respeto que tiene el alcalde por la opinión de la ciudadanía malagueña y los 32 millones que le perdona la Junta, ahí está el acuerdo. Muy bueno, este artículo.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *