Mentir con la verdad

29 Dic

Hay muchas formar de mentir. Una de ellas es el silencio y otra, no menos eficaz, es la verdad. En efecto, se puede mentir diciendo la pura verdad. Cuando hablamos de mentira hemos de tener en cuenta que conlleva la intención de engañar.

Educar consiste e ayudar a generar mecanismos para que la mosca pueda salir del cazamoscas.

Les cuento a mis alumnos, para explicar que se puede mentir diciendo la verdad, la historia de un obispo inglés que iba a realizar un viaje pastoral a Manhattan. Sus asesores le dijeron:

– Monseñor, sea prudente. Existe una actitud muy sensacionalista hacia su viaje. Los periodistas tratarán de cazarle en algún renuncio.

A la tradicional prudencia eclesiástica, añadió el obispo una dosis suplementaria de cautela. De modo que cuando, en la sala de autoridades del aeropuerto, los periodistas comenzaron a plantearle cuestiones diversas, él se fue mostrando extremadamente prudente.

Pasada media hora de entrevistas, uno de los periodistas le preguntó:

– Monseñor, ¿qué opinión le merece la red de burdeles del sur de Manhattan?

El obispo se puso en guardia, extremó el cuidado y contestó con una pregunta, omitiendo cualquier tipo de opinión que pudiera comprometerle. Y dijo:

– Ah, ¿es que hay burdeles en el sur de Manhattan?

Terminó la entrevista, los reporteros recogieron sus cámaras, los fotógrafos se retiraron y el obispo abandonó el aeropuerto, muy satisfecho del modo en que se había desarrollado la rueda de prensa y de cómo había sabido sortear los riesgos.

Al día siguiente su ayuda de cámara compró algunos ejemplares de los periódicos locales. Se llevaron una enorme sorpresa cuando vieron que, en uno de los periódicos, aparecía una foto en primer plano del obispo y éste titular:

– Primera pregunta del obispo al llegar al aeropuerto: ¿Hay burdeles en el sur de Manhattan?

Era en efecto la primera pregunta del obispo. Estaba grabada. Se podría comprobar que la noticia reproducía la pura verdad.

Alex Grijelmo ha escrito un excelente libro titulado “La información del silencio”. Construye en él una interesante teoría sobre las manipulaciones informativas basadas en los trucos del silencio. Una forma de decir callando, de decir medias verdades o de mentir con la verdad entera.

El autor ejemplifica su teoría con casos en los que se hace patente cómo diciendo verdades se puede construir una tremenda mentira. Por ejemplo:

“Anoche fue encontrado el cadáver de Eustasio Peláez en una calle del polígono industrial C-40. Momentos antes se había visto por el lugar a Higinio Gurméndez, con el que tenía un litigo por unas tierras”.

Puede ocurrir que estos tres hechos sean ciertos (se encuentra el cadáver de Eustasio, momentos antes se había visto por el lugar a Higinio y ambos tenían un litigio por unas tierras). De la concatenación de esos tres hechos (los tres verdaderos) se puede hacer una interpretación falsa. El lector puede deducir algo que no se ha dicho…, pero que se ha dejado traslucir. Higinio es el asesino.

Se ha mentido diciendo verdades, presentándolas de manera que se pueda deducir que se ha tratado de un ajuste de cuentas a causa del litigio existente.

Hay otras formas de mentir que se encuentran en la manipulación del lenguaje. Obsérvese esta curiosa forma de redacción de una noticia en el periódico El País.

“Isabel Coixet termina en Canadá el rodaje de My life without me, un drama sobre una joven con una enfermedad incurable que produce Pedro Almodóvar”.

No hace falta hacer muchos comentarios para descubrir la trampa lingüística que conduce al engaño. Conviene estar avisados porque unas son muy obvias, como ésta, y otras más sutiles. Como la siguiente, que también comenta en su libro Alex Grijelmo.

El periodista deportivo de TVE Sergio Sauca fue recriminado en el diario La Vanguardia de Barcelona en relación a sus comentarios en la retransmisión de un partido Barcelona-Madrid disputado el 5 de marzo de 2011. Le criticaba que hubiese dicho “¡cuidado!” cuando el Barcelona atacaba la portería de Casillas. De ahí deducía la parcialidad del periodista, ya que le suponía una inclinación sectaria hacia el equipo de la capital. Sin embardo, el periodista había dicho “¡cuidado!” en 13 ocasiones, 6 cuando atacaba el Barcelona y 7 cuando lo hacía el Madrid., lo cual dejaría al narrador más como barcelonista que como madridista.

Podría ir desgranando muchos más ejemplos, pero no es necesario. Sí lo es alertar al lector o espectador a ser sumamente crítico con las informaciones que recibe.

Le será de gran ayuda el mencionado libro de Alex Grijelmo, doctor en Periodismo por la Universidad Complutense, ya que sienta las bases teóricas del análisis y las ilustra con ejemplos reales de nuestro periodismo actual. Y, en otro orden de cosas, también le ayudará el libro de Thomas Cathcart y Daniel Klein titulado “Aristóteles y un armadillo llegan a la capital”, cuyo subtítulo es muy revelador: “Las mentiras de los políticos analizadas con humor”.

Hay que pasar de una mentalidad ingenua a una mentalidad crítica, como decía Paulo Freire. Ese es el quid de la educación. Educar consiste e ayudar a generar mecanismos para que la mosca pueda salir del cazamoscas. El primero de ellos es dar herramientas para facilitar la detección de engaños. Se puede engañar fácilmente. Se puede engañar, como decimos, utilizando para ello la verdad.

Veamos un último ejemplo. Un almirante de barco que, un buen día, se emborrachó hasta extremos de no poder hacerse con la responsabilidad de dirigir el barco. El segundo de abordo escribió aquella noche en el cuaderno de bitácora: “Hoy, el almirante se ha emborrachado”. Cuando, al día siguiente, el capitán escribió en el mismo cuaderno, se vengó de su subalterno diciendo la pura verdad de forma muy clara: “Hoy el vicealmirante no se ha emborrachado”.

25 respuestas a «Mentir con la verdad»

  1. Es cierto. Son pocos los que escriben en prensa y hacen televisión. Y somos millones los que leemos prensa y vemos la tele. Somos presas fáciles del manejo der la información que hacen quienes conocen sus reglas.
    Es preciso estar alerta ante los engaños. La realidad nos llega a través del filtro de los que manejan el lenguaje.
    Me gusta esa forma de ver la educación que salva a la mosca de su trampa.

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  3. Querido Maestro!
    Me gustaria encontrar esos mecanismos de los que hablas para pasar de una mentalidad ingenua,facilmente manipulable,que es la que poseo, a una mentalidad crítica,que seguro llevará a mejor detectar los engaños.
    ¿Cuales son esas herramientas?
    Muchas veces reniego de mis actuaciones por pensar que soy buena,pero no tonta, mi manera de pensar es pensar bién antes que mal.¿Profesor mi caso tiene solución?
    Creo que la dificultad va mas allá del propia lenguaje y se mete más profundamente en el pensamiento y las formas de ser de las personas.Difícil dilema.
    Ir con la verdad por delante tiene su recompensa.
    Próspero año nuevo para todos.
    Saludos cordiales.

    • Querida Loly:
      Feliz 2013 también para ti.
      Creo que ser crítico no quiere decir ser desconfiado o malpensado. Significa ser inteligente.
      Las herramientas son, a mi juicio:
      1. La capacidad de hacerse preguntas.
      2. La capacidad de cuerstionarse las cosas que suceden.
      3. La sospecha de que hay hilos ocultos, de que esos hilos los mueven intereses y de que esos hilos se pueden romper.
      4. Leer mucho, leer con sentido.
      5. Leer especialmente a autores que tienen una postura discrepante con el poder
      6. Tratar de ir un poco más allá de la superficie de las cosas.
      7. Hacer ejercicios analizando críticamente la realidad, una película, un libro…
      8. Hablar con personas íntegras que no se dejan manipular.
      9. Hacer autocrítica de las propias conductas.
      10. Elaborar teorías que permitan interpretar críticamente la realidad.

      Estoy seguro de que habrá más.
      Gracias por tu interés.
      Besos.

      Miguel A. Santos

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  5. El leer entre líneas e imaginar los miles de aristas de una declaración, verídica o no, es fascinante, pero en el plano de la literatura. En mi novela “La Lucinda, éste es el tema que atraviesa la obra, el cómo las personas, callando partes de verdades, originan toda una trama, que podría haber tomado mil rumbos diferente; y su final abierto intencionado, justamente para dar lugar a las otras historias que cada cabeza arma a su gusto y placer. Claro, bien lo dije, sólo en el plano de lo literario.
    Me parece que es parte de la naturaleza humana, o por lo menos de una gran mayoría en la que me incluyo, hacer literatura con las noticias de los medios, y éstos, que ciertamente están bien asesorados científicamente, psicológicamente, saben cómo impactarán esas frases en el común de la gente, entonces especulan con la fantasía.
    No es fácil crear niños críticos. Mientras más limpias están sus mentes, más receptivas. Es factible hacerles creer que todo lo que se dice es verdad. Allí es donde debemos trabajar con mucha fuerza, con cuidado, colaborativamente, buscando otras opiniones, escuchando, dialogando, instándolos a tomar la palabra y dejarla tomar. Siempre les digo “No se compren todo lo que los medios les venden”. Pero hay que estar con los ojos muy abiertos, administrando cierta información que llega a modo de bombardeo desde todas direcciones. En mi opinión.
    Bueno, me encantó el tema de hoy, como cada sábado.
    Feliz año para todos.
    Gracias maestro Miguel Ángel por seguir aquí cada sábado, alimentándonos con su sabiduría.
    Un fuerte abrazo sureño.
    ¡Feliz Año Nuevo para todos!

  6. Desgraciadamente contamos con unos medios de comunicación partidistas, tanto de uno como de otro bando, y es complicado obtener la verdad, sea del modo que sea: diciendo la verdad, diciendo verdades a medias o simplemente mintiendo…

    A veces pienso que la verdad es aquella que queremos oir…

  7. Es curioso, efectivamente, ver cómo según sea la tendencia del periódico, así sea el titular y la información. Basta ver cada día en España Público y La Razón o El País y El Mundo. Parecen hablar de realidades no solo distintas sino contradictorias.
    Por eso me parece interesante la llamada que nos hace Miguel Angel para leer críticamente la prensa y no tragárnoslo todo.

  8. La gran burla (Rosebud)
    «La verdad es la verdad, dígala Agamenón o su porquero.
    Agamenón. — Conforme.
    El porquero. — No me convence.» (Juan de Mairena)
    Tras una losa de cuarenta años, era uno de los anhelos, la única certidumbre con la que se contaba una vez alfabetizados funcionalmente en esto de la democracia y, sin embargo, ya ni eso podría precisarse a cierto nivel: tener una información veraz era, cuando menos, un salvoconducto para su tránsito. Saber era poder o, de entrada, un instrumento envidiable. En cualquier terreno, desde lo mundial a lo mundano, ¿hasta dónde estamos dispuestos a conocer? ¿Estamos en condiciones de acceder, si eso fuera posible, de soportar el gran misterio?
    Hoy se da el supuesto de que tenemos al alcance, cuota mediante, todas las noticias que las grandes empresas del sector tienen a bien brindarte para que salgas a la calle bien desayunado y seguir ignorando que uno de tus vecinos es un asesino en serie.
    La carta es tan vasta, el tiempo tan escaso, que al indefenso mortal se lo disputan con unas técnicas muy elaboradas que han devenido en monotemáticas y vulgares: conocimiento basura.
    Lo que esa jerarquía, en sus múltiples canales de difusión, desea cocinar en el enorme perol está convenientemente aderezada para que flote cual remedo de fritanga pestilente de casquería rebozada tan propia de todo ferial que se precie. Es eso que los atentos denominan “share”.
    En un principio, muy dignos, aseguraban que el producto no salía al exterior si no había sido previamente contrastado, pasando los preceptivos filtros y análisis de rigor, te lo vendían muy didácticamente, en sus propias instalaciones en itinerarios pedagógicos cuya guinda es el vademecum interno, esa especie de código de deontología profesional, que no moral, dícese Manual de Estilo, y que, en ciertas tertulias catódicas, ha sido sustituido y arteramente administrado por el aplauso teledirigido, !ay!, a veces a destiempo. Con dos cojones.
    Y para que todo ello redunde en que seas copartícipe y, por tanto, corresponsable del espíritu democrático que dimana, algunos ponen a tu disposición unas vías tales como poder dirigirte a la empresa y si llega el caso hasta ser defendido. Son los peajes autoimpuestos para que todo rezume desde una pátina de crédito profesional y así poder lucir la pegatina de eso que se llama la excelencia.
    Ojos que no ven, corazón que no siente: Qué es noticia? ¿Quién o quiénes la deciden? ¿Qué debe y cuándo serlo? ¿…? Y entonces aparecen vocablos y personajes que van desde los gargantas profundas pasando por los fontaneros, por los necesarios y muy sufridos daños colaterales hasta finalizar en la sacralizada cuestión de Estado.
    En algunos medios se arbitraron en un post principio hasta comités de sabios dispuestos para reflexionar en torno a, que una vez finalizadas, sus profundísimas y útiles conclusiones fueron deglutidos, sabiamente fagocitados también en forma de noticia y, como todas, flores de un día. La aldea global, sí. Pero para conocer mínimamente cierta parte de lo que te sirven como verdad cada vez hay que utilizar unas naves carísimas e inalcanzables para el común que te transporten por unas galaxias distantes que se hallan, a veces, en medio de unas nebulosas también contaminadas y la basca no tiene tiempo ni ganas de embarcarse porque no hay más años-luz que la cabezadita de rigor que te es administrada bajo focos por una caterva dominada por periodistas, políticos, y otra clase de ralea envueltos una melé pactada e interminable.
    La cueva y las sombras, Freire y los tipos de conciencia, la desclasificación de
    documentos (al igual que la sociedad civil recibe los desechos técnicos de la
    industria militar), el pacto de silencio entre partidos y medios, tan de izquierdas
    ellos, … y, además, la gran burla del hacedor: Hay que esperar a tu propio final (tu muerte) para conocer la verdadera verdad.
    Feliz 2013 a todos los que hacéis posible este impagable blog
    Salud para ti y los tuyos, hermano mayor y maestro

  9. Querido Miguel Ángel:
    En primer lugar tomo nota de los libros que citas, pues siempre viene bien leer a gente lúcida como son los autores nombrados.
    Por otro lado, me hago la pregunta: ¿realmente la gente quiere conocer “la verdad” o es la que se ajusta a sus intereses, sean de estatus social, ideológicos, económicos…?
    Hago esta pregunta porque recientemente escribí dos artículos en diarios digitales, uno referido a “la mentira” y otro a “la verdad”.
    Sobre el primer tema, quisiera extraer un párrafo que dice así:
    (…) Son las razones por las que los escritores suizos Louis Dumur y Henri Frédéric Amiel, de manera pesimista, llegaran a decir, el primero, que “Los hombres no quieren la verdad, lo que desean es que se les disfrace la mentira” o, el segundo, que “Lo que gobierna a los hombres es el miedo a la verdad”.
    Creo, pues, que el tema que abordas en el artículo da para mucho, y sería bueno que algunas vez lo retomaras.

    Un abrazo, y que el próximo año todos continuemos disfrutando con El Adarve.

  10. Interesante artículo e interesantes algunas aportaciones. ¿Queremos conocer la verdad? ¿O es mejor dejarse engañar, si eso se acomoda a nuestros intereses? Importantes cuestiones.

  11. La verdad no incluye la fasificación de los hechos o el tomar dolosamente lo que a uno le interesa para, como se suele decir, “llevar el gato al agua”. Este modo de tergiversar los hechos, para mí, es más perverso que espetar una mentira a bocajarro. Claro, esto no tiene el efecto sibilino de la redomada hipocresía que supone coger una realidad, sacada de contexto, digamos, para hundir a alguien.
    Si los ciudadanos fuésemos constantemente reflexivos y críticos de los medios de comunicación, de los políticos, me pregunto, ¿votaríamos alguna vez a alguien?
    Magnífico artículo el de Miguel Ángel y todo un programa para reflexionar y llevar a cabo la respuesta que da a Loly.
    Feliz año a todos a pesar de las muchas mentiras que oiremos a lo largo de sus días.

  12. Mentir a bocajarro, como dice Joaquín, es menos dañino que urdir las mentiras, prepararlas y disfrazarlas de verdades.
    Hay especialistas del engaño.
    Pero nosotros debemos generar detetores de mentiras.
    Coincido con Miguel A. en que en eso consiste la educación. En definitiva, desarrollar la capacidad de ser libres.

  13. Las mentiras esconden on defienden intereses. El poder tiene muchos intereses. Por eso engaña.
    La solución consiste en tener ciudadanos y ciudadanas con la capacidad necesaria para descubrir (y castigar) los engaños.

  14. ¿Cuántas veces nos han mentido los políticos? ¿Cómo puede ganar un partido las eleccioes con un programa electoral que incumple punto por punto una vez en el gobierno?
    ¿Cómo pudieron decirnos con tanta contundencia unos señores que había armas de destrucción masiva en Irak?
    ¿Cómo nos dijeron que no había crisis ni nada que se pareciese?
    Y ahí siguen, como si nada.
    Deberíamos ser más críticos y más exigentes.

  15. Los engaños están a la orden del día. Pero claro, una cosa es ser engañados una vez y otra ser constantemente engañados.
    Hay que estar más atentos. Hace falta espabilarse. No hay que chuparse el dedo.
    Eso supone esfuerzo.

  16. Yo creo que la lectura es una buena herramienta para defenderse de los engaños, para aprender a reflexionar de forma crítica.
    Hay libros espcialmente dedicados a estos temas (verdad-mentira) y otros más genéricos que también son interesantes.

  17. El tema que plantea Aureliano tiene mucho calado. ¿Le tenemos miedo a la verdad? Hay indicadores que nos avisan en este sentido: podemos tener miedo a la verdad sobre quiénes somos, sobre el sentido de la vida, sobre la esencia de las cosas… En ese caso, lo importante es que no nos engañemos a nosotros mismos.
    Creo que es preciso seguir reflexionando sobre el tema. Es probnable que volvamos a abordarlo, profundizando y ampliando algunas dimensiones del mismo.
    Gracias, querido amigo y feliz año 2013.

  18. A ver si seguimos trabajando en el blog este tema porque lo veo sumamente importante.
    Que te engañen tiene remedio. Si te engañas a ti mismo no encontrarás solución.

  19. Buenas noches,
    Estoy de acuerdo, es un tema (verdad/mentira) sumamente importante. Creo que tienen remedio, o mejoría, los dos males: Que te engañen y engañarse. Espero que pongamos esfuerzo y constancia en ese empeño.

    Saludos, muchas gracias, y feliz año 2013.

  20. Hay otros engaños “prácticos” contra los que hay que estar prevenido. Empresas de telefonía que te pasan facturas tramposas, contratos con letra pequeña que encierra ingeniosas triquiñuelas, ventas fraudulentas, embases a los que les falta la mitad del contenido, timos cada vez más variados, personas que van vendiendo promesas religiosas por las casas…
    Hay que estar atento para que no te la den con queso.
    Feliz Año Nuevo.
    Me gusta desoblar la palabra felicidades en estas otras dos:
    Felicidad-des y
    Felices-edades.

  21. Con independencia de que sobre este tema se siga reflexionando, por el interés que encierra y ha despertado, desde un aspecto formal de colaboración deseo aportar este nombre y su trabajo que se presentan por sí solos.
    Miguel Catalán González
    “Miguel Catalán (Valencia, 1958) es profesor de Ética y Deontología en la Universidad UCH-CEU de Valencia. Ha publicado diversos títulos cuatro de ellos formando parte de un tratado destinado a analizar las formas de engaño, agrupados bajo el lema común de Pseudología. El primer volumen (El prestigio de la lejanía) fue sobre el autoengaño: la forma básica de engaño. El segundo (Antropología de la mentira), ponía las bases antropológicas del engaño y el tercero (Anatomía del secreto) estudiaba el secreto como forma de resguardarse de una verdad que me puede dañar. El cuarto (La creación burlada. Editorial Verbum) aparecido ahora, trata sobre el engaño metafísico y el quinto seguirá en esta misma línea y se titulará La simulación del mundo. Saldrá el año que viene. Los siguientes volúmenes estarán dedicados a la mentira política. “He calculado”, explica, “que serán unos cuatro o cinco volúmenes. Luego seguiré con la creatividad, el engaño artístico, el engaño moral, el engaño en los medios, la seducción, la mentira patológica, la mitomanía, la impostura, el fraude, el plagio, el engaño en la publicidad. Al final pretendo dar una imagen no sistemática (eso en ciencias humanas es muy atrevido) pero sí lógica, coherente, del engaño como interacción que, al mismo tiempo, sea sintético, con una idea que nos permita comprender el fenómeno en toda su amplitud, y lo más detallado posible, sabiendo que nunca podré abarcarlo todo. Porque en el engaño está todo, incluida la verdad. La verdad, sin el engaño, no es nada. Yo calculo que serán unos 20 volúmenes. Si vivo lo suficiente. Mi idea es ver las cosas como son. “Ver las cosas como son” es un propósito que ya se hizo Nietzsche para el conjunto de su tarea intelectual”.
    Hasta siempre.
    Luis Eugenio Utrilla

  22. Es la segunda vez que entro a este blog por un titular interesante y la entrada no existe. ¿Será casualidad?
    Volveré mañana

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