La tarima de doña Esperanza

17 Oct
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El regreso de la tarima: ¿inútil peana o realce necesario para la autoridad docente?

En la prensa del día 17 de septiembre he podido leer con asombro que “los docentes de Madrid darán clase en tarimas para tener más autoridad”. Doña Esperanza Aguirre, presidente de la Comunidad madrileña, impulsora de esta medida, tiene el singular don de pensar, decir y hacer las cosas que más me horrorizan. En esto y en todo. Digamos que tenemos la curiosa peculiaridad de ser antitéticos.

Ella, preocupada ahora por la autoridad perdida de los profesores y de las profesoras, quiere recuperarla como sea. Y no se le ha ocurrido mejor forma de hacerlo que recuperar la tarima en las aulas. O sea que, según doña Esperanza, cuando los alumnos vean a su profesor encumbrado en ese pedestal, comenzarán a sentir su corazón conmovido por la excelsitud del docente. Y, dentro de esa lógica, una tarima de un metro hará que los profesores recobren el doble de autoridad que si sólo fuera de medio. Además, no se deberán bajar de ella, porque perderían la autoridad que mágicamente confiere. ¿Qué metodología de carácter participativo se puede impulsar desde la tarima? ¿No es cierto que la tarima distancia y dificulta la relación cercana?

Pero, qué simplismo. Qué barbaridad. Otra de las decisiones que ha tomado doña Esperanza es investir a los profesores como “autoridad pública”. Sólo a los funcionarios, claro. Los interinos, ¿por qué han de ser respetados entonces? Resulta que a algunos odiados profesores los rechazarán ahora sus alumnos no sólo como pésimos profesores que son sino como policías que ahora han llegado a ser.

A eso se le llama coger el rábano por las hojas. A ese tipo de medidas me refiero cuando digo que no hay nada más estúpido que lanzarse con la mayor eficacia en la dirección equivocada.

Sé que muchos profesores y profesoras están viviendo momentos difíciles en las aulas. Hay, por parte de algunos alumnos y alumnas, buenas dosis de chulería, displicencia, caradura, insolencia, agresión y pasotismo. La familia, que es un pilar insustituible del edificio educativo, mira para otra parte o se enfrenta abiertamente con quien pretende imponer una autoridad sin la cual no hay aprendizaje. La inspección es proclive a respaldar las quejas de algunos padres que protestan airadamente. No es fácil. Hay que hacer algo. Pero no precisamente lo que propone doña Esperanza.

La palabra autoridad proviene del verbo latino auctor, augere, que significa hacer crecer. Creo que tiene autoridad aquella persona que ayuda a los demás a desarrollarse. Quien aplasta, oprime, castiga, silencia y humilla, sólo tiene poder.

Los profesores deben tener autoridad. Y esa autoridad dimana del respeto que merece la tarea que se realiza. Dice Rosario Ortega en un reciente artículo titulado “Autoridad docente y tarimas” que “la tarea de enseñar requiere el reconocimiento del valor de lo enseñado y ese reconocimiento lo otorga, de forma voluntaria y feliz el que cuando está aprendiendo siente, en el día a día, que lo que aprende es valioso, interesante y le hace crecer y ser mejor. La tarea de la educación requiere el reconocimiento mutuo –profesor/alumno- de que lo que se tiene en común es algo importante y valioso, personal y socialmente, algo que merece la pena ser protegido”.

La autoridad se gana, se conquista con aquello que se hace, con aquello que se siente, con aquello que se es. Deberíamos hacer más hincapié, para fortalecer la autoridad, en cuidar el marco de relaciones interpersonales entre los docentes, potenciar la tarea de equipo (y no encogerse de hombros ante los problemas de los compañeros y de las compañeras), mejorar nuestro autoconcepto, aprender a dialogar, ser un ejemplo vivo de convivencia, amar la profesión y a los alumnos y alumnas, diseñar de manera original y creativa las clases, tener metodologías motivadoras, hacer una evaluación encaminada al aprendizaje, crear un clima de exigencia, respeto y confianza.

La familia desempeña un papel fundamental. Tiene que colaborar de forma sincera y comprometida en la tarea de la escuela, participar en la elaboración y el desarrollo del proyecto educativo, dialogar con el profesorado, respaldar sus justas decisiones, exigir a sus hijos e hijas el debido respeto a quien tiene el deber y el derecho de educar. Sin la familia, es imposible.

Y la sociedad tiene que tratar dignamente a los profesores porque realizan una función esencial para la mejora de las personas y de las sociedades. ”La historia de la humanidad es una larga carrera entre la educación y la catástrofe”, dice Herbert Wells.

Los docentes no deben ser víctimas de los alumnos. La educabilidad se rompe cuando esto sucede. Nadie tiene que ser víctima de nadie. Pero los profesores no deben ser autoridades públicas investidas de ese poder por la ley como si no tuvieran por sí mismos. Los docentes tienen que ser la encarnación misma de la autoridad moral y del espíritu cívico en una sociedad democrática Tienen que ser capaces de dar la respuesta educativa que necesita la sociedad. Sólo así serán autoridad.

Medida no sólo inútil sino contraproducente ésta de recuperar la tarima. Porque hace que nos equivoquemos de camino. Porque, aún suponiendo que la tarima confiriese autoridad, ¿qué sucedería cuando en otras partes o momentos no la haya? Hay que aprender y enseñar el respeto. Y también las formas que lo manifiestan. Por supuesto que sí. Un respeto que nace de nuestra condición de personas. La escuela es una institución educativa, no coercitiva. Y la pregunta esencial que se hace a los educadores es si con su ejemplo y con su actuación ayudan a que las personas aprendan que todo ser humano tiene una dignidad sustancial. Todos tenemos que ayudarles a conseguirlo.

En la hermosa película “”L´école buissonnière”, realizada en 1948, en la que se cuenta la vida de Célestin Freinet el maestro llega a un pueblecito de montaña y, al llegar los fríos del invierno, pide al alcalde dinero para la leña de la estufa. Como no llega el dinero y el frío arrecia un día el maestro decide, en asamblea con sus alumnos, hacer añicos la tarima del aula y alimentar con ella la estufa. Hermosa y profunda metáfora.

17 respuestas a «La tarima de doña Esperanza»

  1. Buenos días, apreciado maestro Miguel Ángel.
    Desde acá, casi el fin del mundo, me he puesto a reír a carcajadas. No puedo casi creer lo que acabo de leer, que allá, en el primer mundo, donde (según mi hijo) paraece que todo es posible-claro, algo de cierto hay en eso-,alguna autoridad estatal pueda pensar que estando en un pedestal o tarima los docentes puedan llegar mágicamente a ser depositarios del respeto y admiración de sus alumnos. Porque así se consigue la autoridad, sólo si sos admirado, si sos considerado un buen ejemplo, y sobre todo si lográs ese clima de conexión con tus alumnos- claro,también es magia-
    Me vino enseguida a la memoria aquel Congreso que hubo en San Francisco-Córdoba, Argentina- en el que los maestos estábamos, podría decir aburridos, hastiados, de escuchar cosas que no eran significativas desde un palco o escenario, o tarima, a través de los micrófonos que usaban los disertantes, tan sabihondos y distantes, cuando de pronto tú apareciste, con tu sonrisa y tus palabras de acercamiento, dejaste los mucrófonos, te bajaste de la tarima y te dirigiste MAGISTRALMENTE a nosotros, pasendo entre los presentes, mirándonos directamente a los ojos…no sé, fuiste de verdad la máxima autoridad en aquel congreso, participamos, disfrutamos, aprendimos, sentimos de verdad deseo de seguir esforzándonos por mejorar la educación, de verdd no “volaba una mosca” y hubiésemos podido continuar por horas escuchando y a aprendiendo, y luego te fuiste dejándonos un montón de enseñanzas y sintiendo hacia tí un profundo respeto, y la sensación de que ya no necesitábamos escuchar más.
    No voy a explayarme sobre lo que significa tener autoridad en una comunidad como la mía, de 2000 habitantes. Acá para ser autoridad respetada tenés que serlo de verdad, es difícil, porque como decía u na colega con mucha antigüedad hay que “ser y parecer”. Yo añadí que para ser respetado hay que ser “respetable”. Bueno, pero nuestra realidad es otra.
    ¡Ahora eso de la tarima, en Europa, en el año 2009, me pareció muy jocoso!
    Mis cordiales saludos y respetos a usted Miguel Ángel y a todos los lectores.

  2. Enhorabuena por el artículo Miguel Ángel.
    La verdad es que es una pena, con esta medida lo que hacemos es dar un paso hacia atrás. Todas las pedagogias que luchan contra el distanciamento hay personas que se las cargan en un momento y sobretodo sin ningún tipo consideración. A veces me pregunto; en que manos estamos?
    Saludos a todos desde Asturias.

  3. MIENTRAS LEÍA, LA INCREDULIDAD SE APODERABA DE MI, Y ME VINO UNA REALIDAD QUE TENGO EN MI QUERIDA ESCUELA NOCTURNA…SI NOS DIERAN MADERA PARA UNA TARIMA, SIN LUGAR A DUDAS, HARÍAMOS MESAS Y SILLAS, PUES EN ELLA TENEMOS QUE ESCRIBIR Y SENTARNOS POR TURNOS…OTRA QUE TARIMA, INVITO A QUIEN QUIERA Y PUEDA, VER DE CERCA LA AUTORIDAD, EL RESPETO, LA HONESTIDAD, EL AMOR ENTRE UNOS Y OTROS…EN SU FINAL LA PELÍCULA DE FRAINET….IGUAL…SALUDOS DESDE VILLA MARÍA, CBA. ARGENTINA

  4. Miguel Angel, vaya mi comentario como muestra de que te leo con interés. Estando de acuerdo con todo lo que dices, el problema es por qué la izquierda pedagógica deja que los problemas los plantee antes la derecha más conservadora; es decir, la crónica incapacidad de plantear respuestas a los problemas reales que vive la gente que, desde luego, como reconoces, los vive.
    Esos problemas (el mejor diagnóstico para mi sigue siendo el libro de François Dubet, “el declive de la institución”) ya no pueden resolverse por recurso a la nostalgia, que plantea la derecha, pero tampoco con modos propios de otras décadas (otro modo de nostalgia). Continúa siendo un reto lo que planteó magistralmente Hannad Arendt: “es absurdo considerar a los alumnos como una minoría oprimida que deba ser liberada”.

  5. Excelente post, cuyos argumentos comparto. No obstante, más allá de las propuestas retrógradas de Doña Esperanza, algo habrá que hacer más allá de la demagogia de muchos socialistas que sólo están interesados en las apariencias y en las estadísticas, ¿no cree usted? Las cosas no anda bien y lo dice una persona que se siente feliz con su trabajo de educadora. Pero mirar para otro lado y hacer discursos bonitos que nada tienen que ver con la realidad no mejora la educación y encima da argumentos a los retrógrados.

    Un saludo, Montse

  6. Creo que la medida de Esperanza Aguirre es reaccionaria y está más orientada al autoritarismo que a la verdadera autoridad.Es un modo de no pensar en otras soluciones más profundas. Como se pone la tarima yo no se pone más.

  7. Volver a la tarima es crear una dificultad, ya que hay que hacer un esfuerzo añadido para subirse a ella. Tampoco sabemos si habrá que subir uno o dos peldaños. Lo que me preocupa es que se está diciendo, al igual que los Hermanos Marx: “más madera”. Y de seguir así tendremos que dacir: “Más leña”.
    Ahora me alegro con esta salida para el problema de una política, pues la demagogia no está en la Pedagogía , como se está propalando por todos sitios, sino en la política, que ha hecho todo lo posible para que la pedagogía parezca demagógica.
    Por tanto, debemos “guiarnos” y “guiar” educadamente para que no se nos tache a la Pedagogía de deamgógica e ineficaz. Están tan ciegos que no se han dado cuenta de que la escuela es el único sitio donde todavía se intenta ser amable. Hace unos días un infante de cinco años le preguntó a un maestro sustituto claramente: “Profe ¿usted es tan amable como mi señorita?” El respeto está ahí, pero en una sociedad engreída, machista, superficial, servil de lo mediático, crispada, que desprecia el trabajo del maestro con supuestos como: “Vaya maestra que le ha tocado a mi niño, este año. Veremos a ver”, dicho delante del niño, ya está “educando” a priori una actitud de desconfianza. Lo peor de todo esto es que quienes profieren semejantes juicios son las personas que por desgracia son más débiles y menos preparadas, con lo que se reproduce la indefensión de la maestra, la poca valoración de su labor y el desarme de todas las ilusiones de los niños, que de antemano se encuentran desasistidos incoscientemente y que tampoco valorarán la labor educativa y volverán a ser los niños que sin saber por qué, se hacen dueños de la situación. Son los que no hacen caso ni respetan a sus compañeros y todo lo resuelven por el dictado de la ley del más fuerte.
    ¡Qué gran fortaleza es la tarima!

  8. Estimado maestro le escribo desde el fin del mundo, hace un tiempo descubrí este blog que es mi tesoro, escuché de usted de unos de mis profesores del magister aquí en Chile. Mientras leo este articulo no dejo de pensar en nuestros estudiantes, ¿Qué les sucede?¿Por qué tanta intranquilidad?¿ Qué sucede en nosotros los docentes que no podemos encantarlos?…me cuestiono y veo la realidad de mi escuela, mientras unos estamos concentrados en la “calidad” de la educación, en los logros a nivel nacional, en los ranking,los otros nos rechazan de la forma mas violenta, con su indiferencia, ya que los profesores no sabemos actualizarnos y darles a nuestros estudiantes lo que realmente quieren aprender a vivir en esta nueva época, con tecnología, cuando aprendamos , entendamos, internalicemos las necesidades de los alumnos, en las escuelas, no será necesario impartir el autoritarismo democrático.

  9. coincido con lo que has escrito miguel angel,el respeto se gana, se defiende. Coincido tambien con la señora Nancy en el comentario de que ir a tus conferencias reconforta, alienta, aclara y las horas pasan “volando”, es decir te haces acreedor de ese respeto, con tu presencia humilde,de colega a colega,de educador a educador, porque sabés que esas miradas de admiración saben reconocer que sos maestro de maestros.Tuve la suerte de estar dialogando con vos hace unos días en Gualeguaychu,de estar leyendo tus libros,y te felicito porque tus conferencias son un éxito, ya que tratamos de aplicar y difundir la manera de educar de la que vos y muchos estamos convencidos que vamos por buen camino, alejados de la tarima, y tratando de volver a demostrar la importancia de trabajar,y practicar valores, en la vida, el hogar,la escuela.También veo día a día la falla general de padres,docentes,alumnos,políticos, la falta de codigos, echando siempre la culpa a los demás.A seguir trabajando si es posible en equipo para salir adelante, todavía falta mucho.

  10. El artículo plantea una cuestión básica: cuando no se diagnostica bien el problema es fácil llegar a soluciones inútiles o contradictorias. Este es el caso.

  11. Me gustaría añadir alguna carcajada más a los lectores de M. Angel a propósito del singular personaje de Esperanza Aguirre, a la que tengo, el disgusto de soportar como presidenta de mi Comunidad (Madrid).
    Añado algún dato de su perfil: ¿Sabían que fue mininstra de Educación, Cultura y Deportes con el Presidente Aznar entre 1996 y 1999?
    Los docentes de este país tuvimos (y tenemos) que sufrir sus ideas ultraliberales orientadas a desprestigiar la escuela pública y fomentar la privada; avergonzarnos de sus (ver el artículo sobre su biografía en Wikipedia); su divismo, su eterna mueca que se pretende sonrisa…
    En su etapa de ministra de Educación circuló entre el profesorado un “rap” elaborado por un profesor de secundaria. Pónganle musiquilla rapera y diviértanse con la “mala uva” de:

    EL RAP DE LA ESPE

    Oye, muchacho, si no quieres estudiar,
    Esperanza Aguirre te va a ayudar.
    ¿Pa qué quieres estudiar el románico,
    si tú lo que quieres es ser mecánico?

    Oye, muchacha, si no quieres estudiar,
    Esperanza Aguirre te va a ayudar.
    ¿Pa qué quieres estudiar la biosfera,
    si tú lo que quieres es ser peluquera?

    Si has nacido en un barrio obrero,
    a Espe no le hagas gastar dinero.
    Si no eres de clase alta,
    a ti estudiar no te hace falta.

    Oye, muchacho, si no quieres estudiar,
    Esperanza Aguirre te va a ayudar.
    ¿Pa qué quieres saber historia o lengua española,
    si la vida l’has pasao en una chabola?

    Oye, muchacha, si no quieres estudiar,
    Esperanza Aguirre te va a ayudar.
    ¿Pa qué quieres saber la vida de la abeja,
    si vas a ser chacha en La Moraleja?

    Para qué quieres un poco de cultura,
    si vas a conducir el camión de la basura?
    Cuanto antes los pobres dejen de estudiar,
    menos pasta Espe se tiene que gastar.

    Si eres inmigrante y vienes en patera,
    sólo te queda currar en la era.
    Ponerte a estudiar es tiempo perdido;
    vas a currar en los plásticos del Egido.

    Oye, muchacho, si eres gitano
    ¿a ti qué te importa el imperio Romano?
    ¿Pa qué te interesa lo que pasó en Creta,
    pa ir con tu padre en la fregoneta?

    Si has nacido en un barrio obrero,
    a Espe no le hagas gastar dinero.
    Si no eres de clase alta,
    a ti estudiar no te hace falta.

    Oye, muchacho, si no quieres estudiar,
    Esperanza Aguirre te va a ayudar.
    ¿Para qué quieres estudiar a los Borbones,
    si vas por las calles cogiendo cartones?

    Oye, muchacha, si no quieres estudiar,
    Esperanza Aguirre te va a ayudar.
    ¿Pa qué te sirve estudiar a Murillo,
    pa vender bragas en el mercadillo?

    ¿Para qué quieres conocer a Larra,
    si vas a ir recogiendo chatarra?
    Cuanto antes los pobres dejen de estudiar,
    Menos pasta Espe se tiene que gastar.

    Si has nacido en un barrio obrero,
    a Espe no le hagas gastar dinero.
    Si no eres de clase alta,
    a ti estudiar no te hace falta.

  12. Hola Miguel: Ya estamos otra vez donde empezamos, en las tarimas.Deberiamos ponernos uniforme; unos de profesores, otros de alumnos y los padres y madres como no “tienen” exactamente que ponerse deberían de inventar un uniformes de trabajadores (productores??). Así nos “conoceríamos” todos y era más fácil la convivencia en este pais de “demócratas convencidos de todo” y volveríamos al pais uniformado y triste del pasado siglo incluso con las medallas de las “campañas”.
    Al inicio de los 80 cuándo entré en el equipo directivo de la Escuela Universitaria de F.del Profesorado de EXB de Lugo fui el “culpable” de suprimir las tarimas de las aulas (algunas tenían tres peldaños para subirse a ellas) y los crucifijos que colgaban en todas las aulas en la pared frontal de cada una de ellas, y se los entregué amorosamente al profesor de Religión del centro.¡ pues ya ves! casi 30 ¿treinta? años después volvemos a lo de siempre… Autoritarismo para meter miedo, J.L. Sampedro decía hoy en una entrevista de T.V. que el mundo tenía mucho miedo a todo y que deberíamos empezar las protestas por el cambio…..que la Libertad era como una cometa que volaba si estaba atada y sus cordones eran la fraternidad y la igualdad. Cuándo nos daremos cuenta que la ´autoritas´ no se da ni se compra en el área comercial… se conquista y se disfruta de ella compartiéndola con los demás y en la Educación con sus actores. Un saludo.

  13. Pues mire, don Miguel,

    Yo acabo de poner una hora extra de clases a una alumna díscola y me he quedado como Dios…
    Si hay reglas y el docente y los ciudadanos las cumplimos, ¿ Por qué los jóvenes han de ser irresponsables y les hemos de infantilizar con monsergas, botellonas subvenciones varias¿

    Ah, a los colegas argentinos, díganme qué hacen
    cuando unos alumnos malones se dedican en clase a la joda…
    ¿ Les cantan canciones de Mercedes Sosa, que en gloria esté¿
    Sean serios, please.

  14. Querido/a Lozano Andaluz
    Tú preguntas, y he de responderte con “respeto”, pues así me lo enseñaron maestros “respetables”:
    Sólo amor, prdiga amor, escúchalos, míralos a los ojos, no hay otra.
    Así, con amor los indios americanos amansaban a los caballos salvajes, no golpeándoles ni clavándoles espuelas… Siempre hay algo que podemos aprender de los demás, no nos creamos superiores a nadie, somos todos de una misma especie, la humana.
    Baja ya de tu tarima.
    Prueba hacerles escuchar a Mercedes Sosa a esos alumnos “malones” que tienes. Tal vez queden fascinados, porque aunque no te lo parezca, ha sido y será siempre respetada y respetable. Una de sus canciones dice así:

    Canción para un niño en la calle

    A esta hora exactamente,
    Hay un niño en la calle…
    ¡Hay un niño en la calle!

    Es honra de los hombres proteger lo que crece,
    Cuidar que no haya infancia dispersa por las calles,
    Evitar que naufrague su corazón de barco,
    Su increíble aventura de pan y chocolate
    Poniéndole una estrella en el sitio del hambre.
    De otro modo es inútil, de otro modo es absurdo
    Ensayar en la tierra la alegría y el canto,
    Porque de nada vale si hay un niño en la calle.

    No debe andar el mundo con el amor descalzo
    Enarbolando un diario como un ala en la mano
    Trepándose a los trenes, canjeándonos la risa,
    Golpeándonos el pecho con un ala cansada.
    No debe andar la vida, recién nacida, a precio,
    La niñez arriesgada a una estrecha ganancia
    Porque entonces las manos son inútiles fardos
    Y el corazón, apenas, una mala palabra.

    Pobre del que ha olvidado que hay un niño en la calle,
    Que hay millones de niños que viven en la calle
    Y multitud de niños que crecen en la calle.
    Yo los veo apretando su corazón pequeño,
    Mirándonos a todas con fábula en los ojos.
    Un relámpago trunco les cruza la mirada,
    Porque nadie protege esa vida que crece
    Y el amor se ha perdido, como un niño en la calle.

  15. Lozano andaluz, a los chicos argentinos no les gusta Mercedes Sosa, esté o no esté en la gloria…

    En educación debe haber muchos cambios que comienzan en las políticas educativas. Los cambios no pueden ser mirando al pasado. Buscar formas y estilos nuevos para nuevas generaciones. No es cierto que todo tiempo pasado fue mejor. Cada época tiene su encanto y sus dificultades.

  16. Hola Miguel Angel, soy maestro de educación infantil (y pedagogo, aunque normalmente no lo cito), además soy jefe de estudios en el centro público donde trabajo. Utilizamos muy a menudo artículos tuyos para debatir entre el claustro y reflexionar. He tenido el gusto de asistir a unas cuantas conferencias tuyas donde, además de aprender, nos hemos reído bastante con tu buen humor y saber decir las cosas de manera amena, tal es que no queríamos que la conferencia acabara. Respecto a Madrid y Esperanza Aguirre… ya nada me sorprende del gobierno de esa comunidad ni mucho menos de esa señora que no dice más que disparates. Aquí, en la comunidad valenciana también tenemos especímenes de esos que quieren arreglar la educación con medidas bárbaras.
    Miguel Angel… agradeceríamos por acá un artículo sobre escuela y participación, sobr edemocracia en la escuela (referida a todos los componentes de la comunidad escolar: familias, alumnado, profesorado, instituciones…). gracias

  17. jajajajaj primer mundo.
    una tarima, para que. el respeto no se inculca con terror. El liderazgo se obtiene de otra manera,es otra cosa.
    pero bueno que se puede esperar de un lugar donde cagan a patadas a una chica en el subte.
    jajajajajajaj una tarima.

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