Deudas

29 Ago

El debate sobre la reforma constitucional que impediría el endeudamiento del Estado camina ya por iguales melodías que el estribillo de La Tarara. Recuerden: ¿Sí? ¿No? La Tarara madre que la traigo yo. Pero en versión politono-político, claro. ¿Es de izquierdas tener deudas? ¿De derechas? Si la respuesta fuera que endeudarse es de izquierdas, conozco grandes comunistas entre la aristocracia que visita asidua los casinos de la Costa. Carlos I de España olvidó en estas tierras el rigor presupuestario que los alemanes usan hoy día y por inspiración divina endeudó su gestión imperial hasta las trancas. El reino ha estado pagando estas, junto a otras torpezas de los Austrias, durante siglos. Pero no vamos a echar la culpa de la actual situación a los emperadores de España, que ya sólo falta que alguien exponga esto. Las ideologías certificaron su defunción cuando el presidente chino Den Xiaoping explicó a Felipe González aquello de que gato negro o blanco, lo importante es que cace ratones. Pero aún quedan en nuestro sustrato cultural quienes prefieren discutir a priori el color del gato o de la idea antes que su pertinencia o eficacia. Los grupos ideológicos que se consideran muy de izquierdas ya protestan sobre eso de que el Estado no se pueda endeudar, que es cosa de la derecha. Recuerdo cuando Jesús Gil, que tenía su gracia, soltó por ahí un proyecto mediante el que construiría un tren monoraíl entre Marbella y el aeorpuerto de Málaga. Olvidó el detalle de que tenía que alzar pivotes en terrenos de Málaga, Torremolinos, Benalmádena y Mijas antes de que llegase a algún hipotético solar marbellí donde él pudiera disponer algo. Las infraestructuras de ese tipo corresponden al Estado o la Junta. Pero una parida así soltada en un mitin ante un público enfervorizdo desata pasiones. Lo que el oyente quiere recibir de sus políticos son ideas, incluso barbaridades como la del caso expuesto, que distingan un político de otro. Pero la izquierda y los llamados sindicatos de clase han sacado su artillería verbal porque eso de que el Estado se endeude es capitalista y por tanto de derechas y por tanto una idea que hay que desechar de antemano como los malos pensamientos según la Santa Madre Iglesia.

Imagino que quienes protestan por esta iniciativa o saben dónde encontrar dinero gratis o propugnan en términos soviéticos volver a aquella autarquía de Franco que nos hubiera conducido al nivel de vida de Albania si esa también idea anticapitalista de la Falange hubiese prosperado. El caso es que España llora hoy por los rincones para que los bancos le presten dinero. Esto significa que los intereses que pagamos entre todos son altos e impiden que ese dinero se invierta en hospitales, servicios públicos y escuelas, elementos que contribuyen al bienestar social. Nos vemos así porque ya hubo en los últimos años quien tomó la senda de ese endeudamiento que tanto parece de izquierdas. Han aparecido en el mapa andaluz y malagueño ayuntamientos que no pueden pagar ni a sus trabajadores ni a sus proveedores porque un consistorio se endeudó. Ante esto se dibujan dos caminos o el Estado, es decir todos, se hace cargo de la deuda o se abandona a ese grupo de ciudadanos a su suerte. Si el Estado paga quiere decir que, por ejemplo, un auxiliar administrativo del propio Estado que cobra la mitad que un auxiliar de esos ayuntamientos que con generosidad contrataron personal y le pusieron sueldazos con la bendición de sindicatos y partidos, pues aquel, de sus impuestos, abonará las pagas atrasadas al que disfrutó una nómina cuando menos discutible porque un alcalde con presuntas visiones de izquierda endeudó su ayuntamiento por encima de lo que podía. Pero no sólo por sueldos de trabajadores se hunde un consistorio, también por servicios ofrecidos cuando no se tiene con qué sufragar gastos y así, como ejemplo, alguien de Miraflores de los Ángeles, barrio con más población que la mayoría de los pueblos de la provincia, pagará la piscina que en el barrio no tienen, al pueblo que la inauguró sin que ello fuese viable. Lo mismo que si el padre de familia cobra un día mil euros como excepción y se comprara un Rolls, coche que está muy bien siempre que los hijos no pasen hambre el resto de sus días, lo que según se desprende de ciertos razonamientos puede ser una actitud muy de izquierdas.

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