El río de Izquierda Unida

11 Abr

Izquierda Unida acaparó durante la última semana varios titulares. La fama no es buena amiga ni en campaña electoral. Si se confirma que el Ayuntamiento de Manilva ha confundido el comunismo con una agencia de colocación laboral para familia y simpatizantes, los problemas malagueños para el partido no han hecho más que comenzar. El conjunto de ideologías que habitan en ese conglomerado de izquierdas, o así, que se unen, o así, lo condiciona como fluido de alta inestabilidad a pesar de que entre sus filas cuente con una serie de dirigentes y militantes con prestigio más que reconocido y honestidad probada, cualidad que hace tiempo no se presupone a la clase política española en general, cultivadora con gran esmero de su propio desprestigio. Pedro Moreno Brenes me parece el mejor de los candidatos a la alcaldía de Málaga y desde que sigo su carrera política entre las columnas del periódico considero que podría desempeñar cualquier cargo más allá del ámbito municipal e incluso autonómico con total solvencia y seguro buen hacer. Ya aprendimos en el último mundial de fútbol -al menos yo que nunca supe de deportes- que una gran estrella no forma un equipo como sucedió a Argentina, ni una golondrina hace verano, como aclara el refranero. Un magnífico candidato no significa una lista sólida capaz luego de encarar las distintas tareas que sobrevienen a cualquier gobierno de una ciudad. Veamos al caso del Gudalmedina, río de la ciudad en árabe, que más parece un Guadiana por esa involuntaria afición suya a aparecer y desaparecer de los informativos. Cuando el Partido Socialista exhibió de pronto su idea de trabajo con el cauce del río, diferentes colectivos ciudadanos, incluidos periodistas y políticos coincidieron en que no parecía el momento más adecuado para abordar, o sumergirse en esos lodazales, sobre todo ante una campaña electoral donde las palabras se las lleva el viento en forma de pegatinas, abanicos historiados con siglas y fotos en octavillas. El problema que para la ciudad significa un cauce que inevitable la parcela ha de abordarse con tiempo y tranquilidad; con mucho protagonismo de los técnicos e ingenierías y menos estrellato de políticos voceros de ideologías más que de ideas. Por otra parte, cuando se habla de obras, presupuestos son amores y no parece que las arcas públicas estén en los últimos tiempos para muchas alegrías.

No está mal que aflore como fuente en páramo este debate hacia los foros ciudadanos aunque se criticase cuando los socialistas lo pusieron sobre la mesa; sin embargo, Izquierda Unida ya tiene la solución clara para el río aunque sobre su cauce pesen más las visiones ideológicas que las técnicas e incluso las imaginativas. Además, lejos del estilo habitual de Moreno Brenes, siempre comedido, la coalición arropada por otros prebostes suyos amenazó con llevar al Parlamento Europeo cualquier otra iniciativa que no fuera la suya, queramos los malagueños lo que queramos u opinemos lo que opinemos. Ya digo que me extraña esas maneras de Pedro Moreno. Desde luego si una obra se va a realizar al margen de la ley la primera responsabilidad de cualquier servidor público se cifra en la denuncia. Si se pretenden usar los vericuetos jurídicos y normativos sólo como freno a un proyecto que no gusta, la responsabilidad se transforma en irresponsabilidad. Ya digo, ante un problema de infraestructuras parece preferible oír a los ingenieros que a las opiniones condicionadas por un catecismo y, desde luego, sobran las amenazas mitineras a todo trazado de ciudad que no sea el propuesto-impuesto por Izquierda Unida. Los debates se ganan mediante explicaciones. La contemplación del cauce del Turia, el doble de ancho que el del Guadalmedina, lleno de árboles y espacios de expansión para los valencianos, hace brotar la envidia verde de este malagueño cuando pasea por aquellas tierras. El Turia está desviado por un cauce artificial que evita su paso por Valencia. Recuerdo el Arroyo de los Ángeles de mi niñez, repleto de ruedas de automóvil, muebles y otras lindezas de la civilidad malagueña; ahora no creo que nadie discuta las bondades de aquella solución embobedada para otro de los accidentes de la ciudad. También la propuesta del túnel bajo la Alcazaba sufrió los disparos de una artillería organizada por un buen número de personalidades que nunca sufrían los atascos de Alcazabilla al amanecer camino del trabajo o cuando el regreso al hogar muchas horas más tarde. Para este debate que se abre sin orden ni porqué como la cremallera de un pantalón estrecho prefiero a los técnicos.

2 respuestas a «El río de Izquierda Unida»

  1. Bueno eso de que la fama no es buena amiga ni en campaña electoral..es relativo, aunque desde luego este tipo de fama es mala..pero si la fama se convierte en buena..o por cosas buenas..hacen el agosto..de ahí el montaje de “numeritos políticos” cuando llegan las elecciones…

  2. Atención: solución embovedada, no enbobedada como se ha escrito en el artículo, que por otra parte no se entiende a que conclusión quiere llegar. Parece que es solo una pobre excusa para atacar a IU.

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