El Festival de Cine de Málaga parece que ha hecho comprender a nuestros políticos locales la importancia de escenas, escenitas y decorados. Así, han coincidido dos espectáculos en nuestra ciudad por esas ¡oh! casualidades de que las agendas rimen entre sí. Poco antes de que se inaugurase este festival de cine con sus gritos adolescentes y otros divertimentos sucedáneos Hollywood, el Partido Popular de Málaga iniciaba en el Palacio de Ferias la carrera para las elecciones municipales. Según las disciplinas escenográficas, De la Torre recibió su loor de multitudes, respaldos de Arenas y Soraya e incluso de Celia Villalobos quien escenificó los recuerdos de su paso por este consistorio y desparramó elogios a los “Gone with the wind”. De la Torre auto-vitoreó lo mucho que ha hecho su gobierno por Málaga, ejemplificado en la cifra de papeleras y contenedores de basura (sólo faltaría que ni eso), con datos sobre aceras, y con mención a nombres de barrios para que la fibra sensible de cada empadronado en esas calles pudiera oír de boca de su alcalde el silabeo de su patria chica. Faltó la felicitación a quienes cumplieran años en estos días. Una escenita. En el culmen del guión, De la Torre calificó a Málaga como una ciudad articulada; viaja poco, según parece.
El Teatro Cervantes significó el sábado una alegre continuidad al encuentro de los Populares. Un magnífico escenario que oculta el abandono al que De la Torre y su articulación urbana somete a grandes zonas del Distrito Centro. En más de diez años, Málaga no ha conocido unos planes que la condujeran seguros hacia algún concepto de ciudad que no se trazase bajo el dictamen de las inmobiliarias. El cine es ficción y sobre la pantalla los enemigos se aman, o el encuadre del plano oculta los tablones que sujetan decorados. Nuestros políticos municipales no pisan el asfalto que gobiernan. Los callejones revelan el bienestar ciudadano, no las grandes avenidas. Como todos los ayuntamientos, el de Málaga ha ingresado dinero en los últimos años gracias a los impuestos sobre los ladrillos, no a la inteligencia de sus dirigentes. Este consistorio de la complacencia abandonó en brazos de un tiempo incierto la zona que prestigia a una ciudad más allá de sus fronteras y de los discursos. Si alguna cámara se despistase tras la fachada del Cervantes la ficción estallaría invalidada por el documental de denuncia. Mientras, el Partido Socialista confecciona el disfraz para que su candidato protagonice alguna escena de “El Zorro” ante don Francisco y lo derrote por sorpresa. El vestido no entra a Heredia ni, desde luego, él exhibe la agilidad mental necesaria. Ya conoceremos el nombre del elegido. Sin embargo, la realidad se asemeja más a “Pulp Ficticon” y con tan pocos meses por delante y tanto trabajo, el “Disputado voto del Señor Cayo” no se va a conseguir ni con “Los cañones de Navarone”; aún se retrasará el desenlace de “El ocaso de los dioses” a la malagueña, como los callos con garbanzos.
Por lo menos tenemos un gran Festival de Cine en nuestra ciudad.
Gracias por tu maravilloso artículo. ¿Dónde más podría alguien obtener ese tipo de información de una manera ideal de escribir? Tengo una presentación la próxima semana, y estoy en la búsqueda de tal información.