La noche mágica de la infancia

6 Ene

Creo que la noche del día cinco de enero es la gran noche de los niños y de las niñas en nuestra cultura. Es emocionante ver cómo toda la sociedad se alía para mantener esta gigantesca ilusión. Los telediarios presentan imágenes de los tres Reyes Magos, los ayuntamientos organizan cabalgatas en las que sus Majestades reparten regalos y caramelos, las familias piden a los niños que escriban la carta a los Reyes y, antes de irse a la cama la noche del día cinco, ayudan a mantener viva la historia: colocar los zapatos al lado de la ventana, dejar agua para los camellos, depositar en lugar visible comida y bebía para los infatigables Reyes, advertir a los pequeños de que si al llegar los encuentran despiertos pasarán de largo…

Creo que esta conjura de la sociedad para mantener la creencia en estos personajes es admirable. La explicación ante tantas incongruencias ¿cómo es que los Reyes estén a la vez en todas las ciudades y pueblos de España?, ¿cómo pueden llegar en una sola noche a todas las casas del país?, ¿cómo pueden estar a la vez en la televisión y en las cabalgatas?… Se solucionan con una explicación contundente:

– Porque son magos…

En la mañana del día seis de enero, se produce el estallido de alegría al ver los regalos al grito de:

· Han venido, han venido…

¿Cómo es la mirada de los niños ante los paquetes envueltos en papeles de colores? ¿Cómo le quitan el envoltorio a los regalos para ver lo que contienen? ¿Cómo pasan de un regalo a otro sin apenas detenerse en la exploración de las reglas de juego?

· Lo que pedí, me han traído lo que pedí…

Frecuentemente los Reyes dejan una carta dirigida a los niños. Una carta que firman los tres Reyes o uno solo si el niño tiene una especial identificación con uno de ellos, como suele suceder.

– El mío es Baltasar, el mío es Melchor…

También existe la tradición de que los Reyes traigan carbón a los niños y a las niñas que se han portado mal. Casi siempre como un pequeño complemento. No conozco ningún caso en el que a un niño solo le hayan traído carbón.

Aprovecho estas líneas para llamar la atención sobre el tsunami de regalos que reciben algunos niños. Son tantos que casi no les da tiempo a jugar con ellos. Regalan los padres, los abuelos, los tíos, los primos…

También es importante elegir los regalos con algunos criterios educativos. Juguetes que sean estimulantes, que puedan compartirse, que no se adjudiquen de forma sexista…

La credulidad de los niños y de las niñas es asombrosa. Mi querida amiga Montse Chinchilla me ha contado, al respecto, que su padres tenían en Priego de Córdoba una tienda a la que muchas familias solicitaban los regalos para sus hijos e hijas. Días antes de la fecha llegaba a Priego un gran camión con todas los regalos solicitados. La familia preparaba los lotes según los pedidos realizados por las familias. Ella y sus hermanos ayudaban a sus padres en esas tareas de reparto. Pues bien, a pesar de las evidencias de quién traía los regalos, ella escribía su carta a los Reyes y aseguraba que su ilusión era plena y su creencia en los Reyes era incontestable. Ni las evidencias más palmarias resultaban eficaces para romper la ficción.

¿Cómo es posible?, nos preguntamos. Pues es posible porque la ilusión es más poderosa que la realidad. Por muy grande que fuera el camión que traía los regalos, más grande era la fe de Montse en la maravillosa llegada de los Reyes. Por muy clara que fuera la relación entre aquellos encargos que recibían sus padres y los regalos que recibían los niños y las niñas del pueblo, era más grande el peso de la ilusión.

Prueba de esta fe irreductible es que la pérdida de esta creencia no suele ser el fruto de la lógica sino la manifestación de un amigo, que dice que los Reyes son los padres o que los padres son los Reyes. Con frecuencia, a pesar de este descubrimiento, el niño se resiste a romper la fantasía y arremete contra el amigo soplón:

· Mi amigo dice que los Reyes no existen, que son los padres quienes nos traen los regalos. ¡Qué tonto es mi amigo!

Circulan desde hace tiempo varias cartas para que los padres desvelen a sus hijos el misterio de los Reyes. Vienen a decir que ante el trabajo inabarcable que tienen que hacer sus Majestades, han decidido nombrar a unos pajes que hagan ese trabajo. Y ningún paje mejor para los niños que sus padres. Recuerdo que, cuando se la leímos a nuestra hija, respondió con un enfado tremendo. Como diciendo:

· ¿Por qué me habéis roto esta bonita ilusión?

Está claro que esa ficción, tarde o temprano, desaparece. Nadie llega a la juventud creyendo en los Reyes. En algunos casos se produce una gran decepción. Creo que, mientras dura, es tan hermosa y tan gratificante que merece la pena mantenerla como una tradición en la que toda la sociedad coopera como si se tratase de una inmensa obra de teatro.

Al otro lado de la realidad se encuentran los niños y las niñas que no escribirán una carta a los Reyes ni recibirán el más pequeño regalo ni de sus padres ni de nadie. Niños y niñas que mirarán con envidia a los afortunados que no saben que lo son. Pienso que estos niños y niñas poco afortunados deben ser la preocupación de la sociedad.

La valoración de lo que se recibe depende más de la actitud de las personas que de la materialidad de los regalos. Alguna vez he contado la historia de una familia que tenía dos hijos. Uno patológicamente pesimista. Otro, patológicamente optimista. Conscientes de que la educación es la mejor estrategia para la superación de los problemas psicológicos, decidieron hacerles unos regalos adecuados a sus problemáticas formas de ser. Los padres estaban preocupados por estas tendencias tan extremas. Se acercaba la fecha de Reyes y decidieron hacer regalos estratégicamente educativos. Pensaron regalarle al pesimista algo estimulante: un moto potente, aunque fuera muy cara.

El padre dice que moto ya tienen varios amigos, así que deberían pensar en otro regalo diferente que no tuviera nadie, aunque fuera necesario pedir un crédito al banco. Después de darle muchas vueltas pensaron en comprarle un pequeño yate para que saliera a navegar con sus amigos. Los dos regalos podrían corregir su tremenda propensión al pesimismo.

¿Qué le regalaremos a su hermano que le rebaje un poco el desmedido optimismo?, se preguntaron. Pensaron en un lápiz y enseguida cayeron en la cuenta de que con un lápiz se volvería loco de alegría. Tendría que ser algo peor, algo desagradable. Barajaron la posibilidad de regalarle un rollo de papel higiénico y también les pareció demasiado. Debería ser algo más repugnante. Y no vieron otra cosa peor que una plasta de una vaca.

Así lo hicieron. La moto y el yate para el pesimista. La plasta de la vaca para el optimista. Habían hecho buenas elecciones para el fin que perseguían.

Llegó la noche del día cinco, la noche de Reyes. Les hicieron los regalos que habían acordado. Por la mañana del día de Reyes llegaron a la casa unos tíos que conocían la estrategia de los padres. Preguntaron cómo habían reaccionado los chicos:

· Pasad. Hablad con ellos, les dijeron.

Encontraron al pesimista llorando, muy abatido. Le preguntaron por el motivo del llanto. El chico dijo que le habían regalado una moto y que, con la mala suerte que tenía, saldría un día sin casco, tendría un accidente y acabaría herido o muerto por culpa del regalo.

Por ese camino no iban a ningún sitio.

· ¿Y qué más te han traído los Reyes?

El chico contestó apesadumbrado

– Un yate.

– ¿Un yate? Estarás feliz. Podrás salir con tus amigos a navegar.

· No. No estoy feliz. Todo lo contrario. Porque yo tengo mala suerte. No sé nadar. Saldré a navegar un día que haya tormenta. Habrá un accidente. Seguro que me voy a ahogar por culpa de este maldito regalo.

· Mientras se producía este diálogo de los tíos con el sobrino pesimista, el optimista pasó por la sala con su caja dando saltos de alegría.

· Vamos a ver, le dijo su tía, ¿por qué estás tan contento? ¿Qué te han regalado los Reyes?

· A mí me han traído un caballo, pero no lo he encontrado todavía, contestó exultante.

Lo cual muestra que una cosa es lo que nos pasa y otra muy diferente cómo vivimos aquello que nos pasa. Una cosa es lo que nos regala la vida y otra la actitud con la que recibimos esos regalos.

20 respuestas a «La noche mágica de la infancia»

  1. Muy buenas Miguel Ángel!
    Feliz día de Reyes. Sabemos por Baltasar que este año has sido bueno y te has portado bien con los tuyos y con toda la familia humana de ambos lados del charco.
    Felicidad Das. Gracias
    Te deseamos para este año buenos proyectos concretados también en Libros y bolos.
    Uno de los regalos merecidos es un Doctorado honoris en la Vetusta capital del Principado…No ni ná!
    Gracias sinceras por tus artículos tan humanos.
    Abrazos en esta mañana mágica….de las poquitas tradiciones que debemos conservar.
    Besos para toda la Familia.

    • Querido Miguel, querida Gema, queridos jóvenes:
      Aunque no soy monárquico sus Majestades los Reyes me han hecho algunos regalos
      Uno de los más hermosos que he recibido en este día es el de vuestra amistad.
      Un regalo que provoca sonrisas cómplices y abriga el corazón.
      De dos a cuatro, en este festivo, me toca trabajar un poquito. La Fundación Liderazgo Chile organiza un Diplomado y un Máster sobre Educación Emocional y me ha tocado clase justo a la hora de comer.Antes es pronto y después es tarde. Todo sea por la causa.
      Deseo que en este año se hagan realidad las ilusiones, se lleven a cabo los proyectos y, sobre todo, que esté lleno de felicidad.
      Un abrazo enorme en el que quepamos las dos familias andaluzas.
      Gracias por abrir las puertas de los comentarios del año.
      NÁS

  2. Querido Maestro:
    En este día tan mágico, desearía que los reyes magos le hayan traído algún hermoso regalo.
    Es la actitud que tomas en la vida, lo que te salva, te ennoblece, te hace diferente, miras con unos ojos humildes lo que a tu alrededor sucede.
    !Es muy graciosa la anécdota que cuenta!
    Hoy he pasado un día divertido.
    He llevado los regalos a mis nietos y he disfrutado con ellos.
    Me he vuelto con la imaginación a mis tiempos de infancia y solo tengo en mi recuerdos una muñeca con un traje rojo que me compró mi madre.
    !Eran otros tiempos!
    A mí manera de ver, más sobrios,con muchas faltas materiales y sobre todo carentes de afectos.
    Por eso ahora valoro tanto el presente y lo que he conseguido a base de esfuerzos y valentía.
    He superado muchas zancadillas y curado muchas cicatrices, a base de constancia y amor a la vida.
    La chica alegre y divertida de antaño, aún habita en mí y hace que me sobreponga a cualquiera dificultad.
    Yo he pedido a los reyes magos que siempre mantengan lleno de afectos mi corazón y que además sepa derramarlo a los que tengo cerca.
    !Y me lo han traído!
    Sigo manteniendo fe y esperanzas en la humanidad y llenando de sonrisas a los amigos y familiares que me quieren.
    Sigo creyendo como los niños, que sí eres buena,te traen los mejores regalos y son paz y felicidad.
    Y ya me despido,esperando que a todos les hayan traído los regalos que se merecen, con un cordial abrazo.
    !Qué la semana sea amable,feliz y leve!
    Muchos besos.

    • Querida Loly:
      Me imagino la ilusión de la abuela al hacer regalos a su nieto. Creo que tu alegría es mayor ue la suya. Es una hermosa relación la de nieto y abuelos.
      Esta fecha nos retrotrae ala infancia. Qué distinta aquella austeridad que imponía la postguerra. Pero la ilusión era la misma.
      Ya veo cuáles son tus peticiones a los Reyes. Y ya veo que lo que deseas es compartir los regalos (los afectos) con quienes te rodean.
      Este es un día lleno de magia.
      Como digo en el artículo, también es un día en el que tengo muy presentes a los niños y a las niñas que no recibirán hoy ni regalos ni sonrisas, ni siquiera pan para saciar el hambre.
      Qu tengas una semana, como tú dices, leve y feliz. Y también el año que comienza.
      Gracias por empezar el año con este comentario.
      Besos.
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  3. Querido Miguel Ángel:
    Los Reyes Magos, que de niños era todo ilusión, de mayores, por naturaleza, más incrédulos, no deja de tener un poso de ilusión.
    Me quedo con el final: una cosa es lo que nos regala la vida y otra la actitud con la que recibimos las cosas.
    El pesimista siempre encuentra razones para seguir siéndolo. El optimista, lo mismo. Creo que lo mejor es ser realista, es decir, lo que está en el término medio.
    Sea como sea, el día de Reyes es día de ilusiones para muchos, pero no para todos…
    Pensando en ilusiones, este día te diré que tu amistad es para mí una ilusión hecha realidad. Uno es tanto más grande cuanto más sencillo es en su grandeza. Lo pude experimentar no hace mucho en Barcelona.
    Te deseo el mismo entusiasmo para este año que acaba de comenzar.
    Para rematar diré que yo considero los reyes un anacronismo. Los Magos son otra categoría que debe perpetuarse como el mundo de las ilusiones.
    Un gran abrazo Miguel Ángel y saludos a todos.

    • Querido amigo:
      Ya ha pasado el día de Reyes, pero todavía suenan los ecos de la felicidad de muchos niños que han visto colmadas hoy sus ilusiones. Aunque no soy monárquico
      esta celebración me parece hermosa por la ilusión que supone para los niños y las niñas. Para algunos, claro. Me conmueve también pensar en los muchos peques que no van a recibir ni sonrisas ni juguetes en este día. Es terrible está diferencia, esta crueldad que padecen los pobres.
      Cómo han ido cambiando las cosas desde nuestra infancia. Pero la ilusión sigue siendo la misma.
      También para mi es un regalo de inmenso valor la amistad con la que me honras.
      Un gran abrazo y mi gratitud por este comentario, el primero del año que comienza.
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  4. Estimado Miguel Ángel :
    Por mi actual situación familiar, tengo frecuentes horarios “buho”, como ayer, cuando estarían trabajando los Magos.
    No me asomé al balcón, pero abrí la pantallita y como estaba de guardia, hice una ronda por el adarve. Y allí, el mago MAS había dejado un regalo en forma de nostálgico artículo, que me regresó a los felices 60, cuando los camellos paraban en casa de los abuelos, donde se solían concentrar los pedidos.
    Me hacían especial ilusión los útiles de dibujo y pintura y los libros, de las cartas de mi tía y de mi padrino, urbanitas y universitarios.
    Dices “la ilusión es más poderosa que la realidad” y todavía me acuerdo de una disputa con mi mejor amigo. Él algo mayor y con varios hermanos, y por tanto “más experiencia de la vida”, intentaba convencerme de que los Reyes no existían. Y yo le argumentaba lo contrario, con una razón “tan lógica” como mostrarle las fotos del periódico, donde aparecían bajo el titular que lo confirmaba. Y no eran dibujos, sino fotos y por tanto reales, aunque fuesen en blanco y negro y una pésima resolución de puntos. Era una casualidad que los Magos se parecían mucho a unos concejales o unos personajes muy conocidos, decía la noticia.
    Yo no he tenido la oportunidad de sustituirlos esa noche, pero en cambio, durante unos años, trabajando como rotulista en el equipo artístico de unos
    grandes almacenes, esa fecha suponía trabajar toda la noche, para sustituir la decoración navideña por la implantación de las rebajas, con miles de carteles, cuando aún se hacían a mano, sin impresoras como ahora.
    Ayer los Magos no me dejaron nada, tal vez porque tampoco yo les dejé los vasos de leche y las zanahorias.
    Bueno, ahora dejo un comentario para el Mago MAS, que trabaja muchas más noches que los de Oriente.
    Gracias por el evocador regalo.

    • Querido Ángel:
      Precioso comentario en el que nos haces partícipes de tu experiencia. ¿Quién puede dar más? Gracias tus palabras que también me han retrotraído a mi infancia en el pueblo. Dos hombres se subían al tejado del convento con faroles para indicar a los Reyes el camino y cuando decían “ya vienen”, “ya vienen”, corríamos felices a nuestras casas para meternos en la cama. Era una exigencia para que te entregasen regalos: no podían encontrarte despierto.
      Veo que la noche del cinco, la noche que califico de mágica, para ti fue de trabajo y de desvelo.
      No sé si la enorme sensibilidad que muestras te la dejaron los Reyes este año, o quizás en años anteriores. Lo cierto es que ahí está.
      Gracias por compartirla con los lectores y lectoras de este humilde blog, que se hace grande por comentarios como el tuyo.
      Un abrazo en el día de Reyes de alguien que se siente muy poquito monárquico.
      Un gran abrazo.
      MÁS

    • Querido Ángel:
      He cambiado, con tu permiso implícito, la sigla MAN por la sigla MÁS.
      Un cordial saludo.
      MÁS

  5. Hola Mago del sur…

    La tradición, aunque religiosa y consumista, atrapa incluso a los no monárquicos como tú. Tener ilusión es importante y esencial en la vida… Solo deseo que esa ilusión no solo se circunscriba a un día, sino que la mantengamos durante toda la vida. Seguiremos buscando el caballo, seguro que estará por algún sitio…

    Un abrazo.

    • Querido Juan Carlos:
      Aunque bno soy monárquico, me gustan estos Reyes. Y ni por motivos religiosos en este caso sino por motivos sentimentales. Alimentar esta ilusión en los niños me parece un hecho hermoso que la sociedad brinda a los niños y a las niñas.
      Sé que el consummismo es una trampa importante. Hoy h visto no se dónde la imagen de un niño rodado de juguetes y diciendo entristecido: Yo solo quería un abrazo.
      Recordaba ayer la genial secuencia que da inicio a la película LA VIDA DE BRIAN.La confusión de los Reye que llevan el or, el incienso y la mirra no a su destinatario sino a un niño equivocado es verdaderamente genial.Siempre que la veo pienso en los niños y en las niñas que no reciben ni un mísero regalo en este día. Ni en ningún otro.
      Un gran abrazo, querido amigo.
      Gracias por estar ahí en este `primer sábado del año.
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  6. Otro año más hemos vivido la fiesta de Reyes.
    Todas las imágenes de la televisión nos han mostrado los rostros de niños y niñas felices esperando la noche mágica, contemplando la cabalgata o desenvolviendo paquetes en la mañana del día 6.
    Creo que también sería bueno mostrar la otra cara de la moneda. Sería bueno que nos mostraran la imagen de la pobreza. Los niños y las niñas de la miseria, que no han podido disfrutar de nada mientras se les mostraba la suerte de los demás.

    • Querida María:
      Con qué facilidad nos olvidamos de los pobres, de los necesitados, de los vulnerables…
      Los medios de comunicación nos muestran una cara de la realidad, pero dejan al margen otra parte que enturbiaría l felicidad de los afortunados.
      Es una enorme pena que haya niños y niñas privados no solo de juguetes, sino privados de infancia.
      No puedo olvidar los niños y las niñas inmersos en situaciones de guerra, con su vida pendiente de un hilo.
      Besos y gracias por esta colaboración del nuevo año.
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  7. Es cierto que la fiesta de Reyes tiene un componente consumista indiscutible y cuestionable. El comercio hace su agosto vendiendo a través de la publicidad que entra en cada hogar a través de la televisión y de las redes.
    Ese hecho obliga a comprar con criterio.Hay que poner límites, no hay que dejarse arrastrar por una publicidad que no siempre es rigurosa en la información que brinda.

    • Querida Marta:
      Adela Cortina escribió hace algunos años un libro que leí con mucha atención e interés. Se titula ÉTICA DEL SONUMO. Vivimos en un mundo dominado por el mercado. Tanto eres cuanto tienes. Tanto vales cuanto compras. Hay que saber decir que no a algunas demandas de los niños y las niñas.Por otra parte, la compra de juguetes tiene que estar guiada por criterios pedagógicos. Criterios que tienen que ver con la posibilidad de compartir, con la creatividad, con la evitación del sexismo…
      Muchas gracias por tu participación.
      Besos.
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  8. Creo que frente a otras tradiciones (Santa Claus, Papá Noel…) la de los Reyes tiene un mayor encanto.
    La pena es que los niños y las niñas tienen poco tiempo de vacaciones después del día de Reyes.
    Por eso algunas familias adelantan la entrega de parte de los regales al día de Navidad.
    Me ha encantado el articulo.

    • Querida Marta:
      Por un motivo o por otro, se ha desplazado la entrega de regalos al día 25 o, incluso, a la noche del 24. Pero creo que la noche de Reyes es la que está más cargada de ilusión. Y no entro en cuestiones religiosas porque entonces, está claro que la fiesta de Reyes tiene mayor peso en la sociedad.
      No me cabe duda de que, al escribir el artículo, estuvieron muy presentes los años de mi infancia y los recuerdos de mis noches de Reyes.
      El acuerdo implícito de toda la sociedad para mantener la magia de esta noche es, a mi juicio, impresionante.
      Gracias por leer y escribir.
      MÁS

  9. Aunque los niños son los protagonistas de la noche de Reyes, los adultos también aprovechamos la fecha para intercambiar regalos. Creo que es una bonita tradición.
    – Los Reyes han dejado en mi casa este detalle para ti, decimos.
    Y es hermoso que entre familiares y amigos convirtamos la fecha en un aluvión de detalles que hacen la vida más agradable.
    Ya sé que el comercio gana pero, en este caso, gana también el afecto.

    • Querido Mario:
      No soy monárquico, pero soy de estos Reyes. Y lo soy, sobre todo, por los más pequeños.Porque he visto cada año mucha ilusión antes de ese día, esa noche mágica (y la mañana del día) y los días posteriores. Merece la pena todo el esfuerzo de la sociedad.
      Y también me gusta por los mayores que aprovechamos la fecha para honrar a nuestros amigos y familiares con algunos regalos.
      Gracias por leer este artículo y por escribir el comentario.
      El blog lo hacen quienes leen y escriben.
      MÁS

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