Los coleccionistas de ceros

13 Ene

En el aeropuerto de Barajas compré hace unos días un pequeño librito titulado “Los coleccionistas de ceros”. Un libro cuya lectura dura el tiempo del trayecto aéreo de Madrid a Málaga. Es decir, un poquito menos de una hora. Su autora es Eva Escudero Fraile, profesora de primaria. He de decir que se nota que quien escribe tiene muy pegado a sus zapatos el barro de la práctica. La obra  ha sido ganadora del II Premio Hortensia Roig de Literatura Infantil 2023.Siempre insisto en mis clases y conferencias a profesores en la necesidad y la importancia de escribir. Por eso me sumo al aplauso que supone un premio. Con sencillez y meridiana claridad aborda la autora un profundo problema que afecta a la evaluación. Me refiero al problema de la actitud estricta que algunos profesores (afortunadamente pocos) tienen a gala exhibir a la hora de evaluar los aprendizajes de sus alumnos y alumnas. Digo exhibir porque, frecuentemente, alardean de los pésimos resultados que los aprendices consiguen en su asignatura. En este caso, de matemáticas. Piensan de sí mismos que son profesores excelentes porque con ellos solo aprueban los que realmente saben. Y esos son muy pocos.

El libro cuenta el caso de Tomás Zurdo, un profesor de matemáticas cuyas evaluaciones, una tras otra, muestran un fracaso generalizado. La inmensa mayoría de sus alumnos son coleccionistas de ceros. Solo hay una excepción que le sirve al profesor como argumento para demostrar que lo que exige se puede alcanzar.  Una niña que se llama Helena. Y de ella dice el señor Zurdo (como le gusta que le llamen) a sus estudiantes “que bastante desgracia tiene la pobre con ser vuestra compañera, que estáis coartando sus posibilidades”.

El hilo argumental de la historia de este grupo es Ana, una niña daltónica, con estupendas cualidades artísticas pero especialmente negada para las matemáticas, según su severo profesor.

La comprobación que este docente realiza  viene a decir que no han aprendido nada de lo que pretendía enseñar. (En realidad no deberían pagarle un sueldo, porque le pagan para que sus alumnos aprendan y él certifica en cada evaluación que la mayoría no ha aprendido nada).  Y ahora viene el segundo y decisivo problema: la atribución. ¿Por qué no han aprendido? El profesor atribuye el cien por cien de la responsabilidad del fracaso a sus alumnos y, por consiguiente, él no tiene nada que revisar, que modificar o que cuestionarse. Ni en la forma de enseñar ni en la forma de evaluar. Y, lo que es más grave, ni en las concepciones que tiene sobre estos procesos y sobre la capacidad y disposición de quienes aprenden.

Curiosa e interesada forma de analizar la realidad. Porque esos mismos niños y niñas van bien en otras asignaturas y, en este caso, se evidencia el error del profesor cuando cambian los resultados y el clima del aula con la nueva maestra. Incluso tienen una comprobación externa incontestable del éxito al ganar un certamen  de matemáticas organizado por varias escuelas.

El primer párrafo del libro dice así “El día que Tomás Zurdo, tutor y profesor de matemáticas, se dio de baja por ansiedad, todo comenzó a cambiar en la clase de 4ª B del Colegio Marie Curie”. Cuando aquella tarde la directora anuncia la baja del profesor de matemáticas, Ana “sintió una felicidad tan grande que, al salir, invitó a sus amigos a cruasanes de mantequilla en la pastelería de al lado, a modo de celebración”.

Al señor Zurdo le sustituye una joven profesora interina llamada Diana Cortés. Y ya el primer día les sorprende colocando las mesas para trabajar en equipo.  Con su predecesor cada uno, desde su pupitre, seguía de forma aislada las explicaciones del profesor, realizaba las tareas y hacía los exámenes.

“Diana llegaba cada día cargando al hombro con varias bolsas de tela repletas de materiales quesolo ella sabía para qué y cuando iba a utilizar”.

El rumbo y la actitud del grupo cambia radicalmente. Se interesan por la asignatura, aprenden de forma cooperativa, se sienten valorados por la maestra y, como es lógico, mejoran las calificaciones. Se acabaron los ceros. Las matemáticas ya eran hermosas, divertidas y útiles. El grupo, que antes era considerado nefasto, ahora tiene la etiqueta de magnífico.

Un buen día, Ana va a buscar a su maestra porque han descubierto una noticia importante. Un certamen que lleva por lema “Calculo, luego existo. Categoría infantil”. El anuncio seguía diciendo: “Participa con tu clase y gana jugosos premios Porque todos llevamos un pequeño genio dentro”. Movidos por los premios prometidos y por el deseo de demostrar a su maestro lo equivocado que estaba, deciden  presentarse al certamen. Esa decisión provoca un compromiso entusiasta con el entrenamiento para poder competir.

Diana inscribió a la clase en el Certamen y les empezó a preparar: “A partir de mañana quiero que cada uno de vosotros me redacte en el cuaderno de mates una situación que deseéis resolver y que pueda lograrse con números o lógica. Pensadlo bien. Las pondremos en común y trataremos de encontrar la solución”.

Andrés planteó el siguiente problema: “Si voy a casa de mi padre los miércoles y el fin de semana y el resto e los días estoy con mi madre, ¿cuánto tiempo paso con cada uno de ellos al año? ¿Con quién de los dos estoy más tiempo?”.

Para controlar las respuestas, Diana utilizaba un cronómetro. Era preciso cuidar el rigor y también la rapidez. Porque ambas cosas se tendrían en cuenta en el certamen. Por eso la maestra dijo:

  • ¡Tres, dos, uno! ¡Tiempo!

Al cabo de unos minutos, antes de que sonase el cronómetro para indicar el final de la prueba, Helena dijo:

– ¡Lo tenemos!

“Si un año tiene 52 semanas, calculando dos días de finde por 52 y sumando un día por cada una de esas semanas, todo sería igual a 156 días al año con tu padre. Y, si restamos a los 365 días del año los 156 que pasas con él, obtenemos los 209 días que pasas con tu madre”.

La historia que nos cuenta Eva Escudero nos muestra un encuentro fortuito de un grupo de alumnos entre los que no podía faltar su antigua alumna Ana con el señor Zurdo acompañado de su madre. Él sigue aferrado a sus concepciones, a sus estereotipos, a su frialdad emocional. Por lo que, cuando le dicen que van a participar en el XXXV Certamen “Calculo, luego existo”, les dice:

–  Pues mucha suerte, la vais a necesitar.

Llegó el día del certamen. 25 alumnos, 8.30 horas, 5000 euros de premio. Comenzaron las pruebas. Helena, abrió el sobre y, con voz temblorosa, leyó para su equipo: “El día 3 de marzo de 2013  nació Hugo. En ese momento, su hermano Juan tenía 8 años y su hermana Sara 6.  Si el día 3 de marzo del año 2023, su padre tiene 50 años, ¿cuántos años les saca a todos ellos en la actualidad? ¿En qué año nacieron Juan y Sara?”.

Y siguieron los ejercicios., que fueron realizando con la mayor premura.

Para su sorpresa vieron  que el señor Zurdo estaba entre el público, con una media sonrisa que venía a decir: he venido para ver cómo sufrís un irremediable fracaso.

Los antiguos coleccionistas de ceros empezaron  a anotar los datos y a calcular con rapidez las edades que les pedían. Lo cierto es que 4º B del colegio Marie Curie pasó a la gran final y la ganó justamente para orgullo y regocijo de los antiguos coleccionistas de ceros.

La tesis del pequeño libro nos muestra una realidad vívida y aleccionadora. Una buena parte del éxito en el aprendizaje radica en la calidad del maestro: en su cercanía emocional, en la concepción que tiene de su tarea, en su capacidad didáctica, en las expectativas que tiene sobre sus alumnos, en su  creatividad innovadora, en el amor a lo que enseña y a los que enseña. Pero hay tres efectos secundarios  de la actitud del señor Zurdo que no se suelen tener muy en cuenta y que yo considero de gran importancia. Uno se refiere a la repercusión que este persistente fracaso tiene en el autoconcepto de los alumnos: “soy incapaz”, “soy torpe”, “no valgo”… Otro se refiere a la actitud hacia la asignatura: “no me gusta”, “es muy difícil”, “no quiero estudiar matemáticas”… O, peor aún, no quiero estudiar nada. El tercero tiene que ver con el vínculo profesor/alumno, que se debilita o se destruye ante el persistente fracaso y la actitud hostil. Cualquier otro tipo de influencia beneficiosa se hace casi imposible.

Está muy claro en esta historia y en la vida. Con un buen maestro el clima se transforma, la motivación se aviva, el aprendizaje se produce, la felicidad aparece y nunca se va. Qué importante es un buen docente.

28 respuestas a «Los coleccionistas de ceros»

  1. Querido Miguel Ángel:
    Últimamente se ha dado mucha importancia a la evaluación Pisa. Creo que esa evaluación se basa en conocimientos, en la capacidad lectora, resolución de problemas.
    No digo que no tengan importancia todas esas cosas, pero se obvian,a mi modo de ver, otras más difíciles de evaluar y más importantes como la constancia, la capacidad de concentración, el espíritu de lucha, la capacidad de trabajar en equipo, la capacidad de búsqueda de soluciones que hoy nos ofrece la informática. El ser humano son muchas y muy diversas cosas.
    No hay duda que el profesor es la locomotora que tira de una clase, y de esas locomotoras hay de todo tipo para bien y desgracia de sus pasajeros. Es tu diagnóstico final: es clave la importancia del profesor para la marcha de un aula. Conclusión: fijémonos más en la locomotora y no culpemos a los pasajeros de llegar tarde a todas partes.
    Con todo, en todo el proceso educativo si bien el profesor, los alumnos, son muy importantes, también están los padres, la fuerza de la sociedad, el ambiente global, los amigos, la psicología individual que hace que seamos como somos: trabajadores, perezosos, etc.
    Te agradezco tus siempre sabias reflexiones, que escriba o no escriba, siempre bebo de ellas los sábados.
    Un gran abrazo y saludos a todos.

    • Querido Joaquín:
      No solo hay un problema en la evaluación de PISA, aunque ese es un problema importante: solo evalúa tres aspectos del curriculum (ciencias, matemáticas y lenguaje).
      ¿Y el arte, y los idiomas, y la historia, y la geografía… Pero, sobre todo, ¿y la solidaridad, ¿y la empatía?, ¿y la compasión?—?
      Hay otra cuestión importante y es el hecho de que se comparan realidades incomparables. Cada paìs parte de unas condiciones diferentes.
      Me preocupa también la finalidad, es decir, para qué sirve.Porque el medio que es la evaluación, se convierte en un fin. Lo importante es tener un mejor puesto en el ranking.
      En otro orden de cosas, pienso como tú que el profesor es el eje de la calidad del aprendizaje y de la buena evaluación. Atribuir el fracaso solo a los alumnos es un error que nos impide mejorar.
      Gracias a ti por tu presencia en el blog en este primer mes del año nuevo.
      Un abrazo.
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  2. Muy Buenas Miguel Ángel!
    Una preciosidad de artículo y de anécdota; el título “El coleccionista de ceros” es ya un mensaje contundente y demoledor… difícil añadir más. Te deja caos.
    Nos encanta tu ritual Guerrero y Santo de comprar un libro en el aeropuerto; jamás pensé que hubiese buenos libros en Barajas,yo me los suelo llevar de casa pero encontrar sorpresas en un viaje debe tener su punto. Practicaremos y probaremos tu ritual, jeje.
    Gracias por el homenaje al buen docente y recordar todo lo que rodea a la Evaluación, pieza clave en el sistema educativo.
    Hoy leerte también ha sido un orgasmo Espiritual y ya… a mí edad, uno a la semana, es casi temeridad agradecida.
    Besos y abrazos compartidos!

    • Queridos amigos:
      Aquí existe una curiosa reciprocidad. Vosotros esperáis el artículo del sábado y yo espero, con no menos ilusión, el ingenioso y siempre reconfortante comentario almeriense. Creo que aunque tuviese un solo lector con este feedback tendría un motivo sobrado para escribir el artículo.
      Mi paso frecuente por aeropuertos del mundo me ha hecho adquirir el hábito de husmear en las librerías. En una ocasión, me encontré en Buenos Aires con un libro de mi amigo Enrique Mariscal cuyo título me dejó sorprendido.Diré por qué. Escribía siempre libros de cuentos: Cuentos para personas enamoradas, Cuentos para personas inteligentes, Cuentos para personas incorregibles, Cuentos para personas que no leen… Y me encontré con un libro suyo que se titulaba La empresa magnética… Fuí al Índice y había un capítulo titulado Evaluación por resultados. Pues bien allí me encontré con la divertida historia del taxista y el párroco que he contado muchas veces.
      El tema de hoy se las trae.Lo difícil es explicar la facilidad con la que atribuimos el fracaso a nuestros alumnos/as. Lo que le pasaba al protagonista de la historia.
      Un abrazo.
      Y gracias en el nuevo año.
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      PD: Tengo una conferencia para Chile. Adiós.

  3. Hola Miguel Ángel.

    Vuelves a retomar el tema de evaluación, aspecto trascendental en el proceso de aprendizaje del alumnado y del proceso de enseñanza del profesorado. Ambos procesos intervienen en el aprendizaje y ambos deben ser tenidos en cuenta en la evaluación, aunque desgraciadamente sólo centramos la atención en el primero.

    En la entrada de esta semana expones perfectamente cómo el proceso de enseñanza condiciona en gran medida al de aprendizaje. Entonces, por qué no valorar también las metodologías aplicadas, los recursos usados, las actividades planteadas, nuestra actitud ante el alumnado, el ambiente de clase, nuestras explicaciones… ¿Nos da miedo?

    Recientemente pasé una encuesta anónima a mi alumnado de tercero de primaria para que me valorara a mí como profesor y a mi práctica docente. Algunos pueden pensar que un niño de tercero no está en condiciones de realizar dichas valoraciones… ¿qué saben ellos de metodología? por ejemplo, podrían decir… Si se aplican instrumentos adaptados a las características del alumnado, claro que se puede pedir su opinión. Plateé una cuestiones muy simples y ellos tenían que rellenar uno de los tres emoticonos que acompañaban a cada pregunta: 🙂 :-I 🙁 (no sabré si habrán salido los emoticones tal y como yo lo he programado en el comentario, si no es así, uno era sonriente, otro como enfadado y el último como ni fu ni fa…)

    Los niños y niñas de tercero, como siempre muy generosos con sus profesores me valoraron los 6 ítems de que constaba la prueba con más del 90% con caritas sonrientes en cada uno de ellos, el resto fueron caras “ni fu ni fa” y solo una “enfadada”. Podría haberme enorgullecido de tales respuestas, pero no me fije en ellas, al contrario, puse mi atención en las que no estaban sonrientes. No me gusta “dejar una oveja suelta”…

    Además de esos seis ítems de la encuesta, en la que una de ellas era si preferían cambiar de profesor, les planteé también dos preguntas abiertas, sobre qué es lo que más les gusta de mí y de mi práctica y lo que menos. Puse mucha atención en lo que menos porque, aunque fuesen respuestas con un porcentaje no significativo, lo utilicé para realizar acción tutorial en las clases siguientes con el fin de conocer las causas y tratar de ponerle solución.

    Sirva esta narración para completar de ilustrar tu magnifico artículo.

    Un abrazo.

    • Querido Juan Carlos:
      Interesante y aleccionador comentario. En una conferencia sobre evaluación que hoy he impartido on line para profesores chilenos les decía lo que tú cuentas que has hecho. ¿Por qué no evaluar la enseñanza si tiene tantísima influencia en el aprendizaje?
      Tu iniciativa y el modo de utilizarla me parecen magníficas. Y por supuesto que los alumnos de esa edad pueden decir muchas cosas valiosísimas para quien quiere mejorar. Lo que hubiera añadido es que después del emoticono hubieran dicho el PORQUÉ, ya que alguno puede poner una carita enfadada por un motivo que para ti puede ser positivo o, a la inversa con la carita risueña. Algo de lo que podías descubrir de ese modo lo has podido conocer en las preguntas abiertas.
      Enhorabuena por tu iniciativa y por todo lo que conlleva.
      Gracias por tu comentario. No puede ser más oportuno.
      Un gran abrazo.
      MÁS

  4. Querido Miguel Ángel:
    !Vaya artículo más aleccionador para los y las docentes que presumen del número de suspensos en su asignatura!! Jejeje
    Todos tus argumentos no pueden ser más certeros, contundentes y reales.
    Todos los elementos que forman parte del proceso de enseñanza aprendizaje son importantes: la metodología, los recursos materiales, los recursos humanos, la temporalización…en fin…todos son fundamentales, pero la evaluación, además de procesual y muchas cosas más en las que no me voy a extender, ha de ser fundamentalmente humana y servir como mecanismo para mejorar todo aquello que pueda se mejorado. En este caso la actitud de Don Zurdo.
    Muchas gracias
    Un abrazo
    María Ángeles Peláez

    • Querida María Angeles:
      Mr ha encantado verte por aquí por todo lo que ello significa.
      Gracias por tu interesante comentario.
      Tienes razón: también habría que evaluar todo lo relacionado con la enseñanza con el fin de comprender cómo se ha producido el aprendiza.
      Sí, el artículo sería muy interesante para quienes alardean de tener un elevado número de suspensos. Lo que pasa es que esos profesores ni suelen leer este tipo de artículos.
      Muchos besos.
      MÁS

  5. Estimado Miguel:

    Muy buenos días acá en Chile.

    Mientras escuchaba tu clase me daba vueltas en la cabeza tu artículo y que además lo mencionastes en la clase.
    Me conecté con mis recuerdos y en especial con un episodio vivido durante una jornada espiritual. En unas de las actividades, después de escuchar la exposición de un tema, se produce el trabajo grupal y yo relate experiencias de mi madre, profesora normalista de una escuela ubicada en un pueblo llamado Mejillones y de cómo sus alumnos la esperaban en las puertas de sus casas, a medida que ella avanzaba por las calles se iban sumando de tal manera que al llegar a la escuela, tenía su curso completo con ella, ingresando todos juntos. Era tal el amor que le demostraban, que adoraban su compañía, esto nada más que por lo que ella le demostraba a cada uno en forma individual, al reconocimiento de las características de cada uno, el llamarlos por su nombre y sobretodo a la preocupación para que cada uno pudiese comprender lo que les enseñaba, siempre preocupada por el más lento, el más desposeído. Finalice mi relato diciendo que tanto como madre de 8 hijos y como maestra, ella fue la misma persona, la expresión del amor, de tal forma que el día que falleció, el sacerdote en su misa de despedida, dijo “me han dicho que hoy murió una Santa”, efectivamente para esos niños y para nosotros como hijo, esa Lidia fue una santa porque hizo milagros con todos nosotros y con muy escasos recursos económicos.
    Este relato no termina aquí, ya que uno de los miembros del grupo se levantó, estremecido, me abrazó y llorando me dice tu madre se llamaba Lidia Hidalgo Dawson, yo le respondí, efectivo así se llamaba, el me dice yo soy un ex alumno de tu mamá y ella hizo milagros en mí, pues me enseñó el amor por los demás, me dí cuenta que yo era importante y me dió el tesoro que necesitaba para ser el médico que soy hoy, la persona que soy ahora..
    Lloramos juntos por el recuerdo, pero cuando le pregunté cuánto tiempo fuistes alumno de mi madre, el me dijo solo 6 meses, porque después mis padres se trasladaron de ciudad, pero ella me marcó para toda la vida.
    Lo increíble de esta vivencia, es como en tan poco tiempo se puede hacer un cambio en una persona que perdure para toda la vida.
    Volviendo a el tema de este artículo, creo y estoy seguro que mi madre no era coleccionista de cero, era una coleccionista de amor y una hacedora de milagros.

    Te saluda cordialmente un aprendiz de mi madre que quisiera ser reconocido por un sumador y no un hacedor de ceros.

    Un abrazo gigante

    • Querido Enrique:
      Qué hermoso y emocionante comentario.
      Lo que dices de tu madre demuestra lo maravillosa persona y profesional que era. Como dices, 6 meses con ella valen más que muchos años al lado de un profesor mercenario.
      Incorporaré tu testimonio a una amplia colección de historias que he ido acumulando durante muchos años en las que se ve la influencia decisiva de un buen maestro.
      Daniel Pennac, en su libro Mal de escuela dice que a él le salvaron la vida (no el curso, no la asignatura) tres profesores que tenían una característica comÚn: nunca soltaban a su presa.
      Gracias por compartir esta maravillosa experiencia con nosotros.
      Un gran abrazo.
      MÁS

  6. Querido e inolvidable maestro. Ha pasado mucho tiempo que no escribo comentario ,pero leo , lo que entretiene , ayuda y motiva a innovar mi nueva forma de vida Al leer educativos temas ,recuerdo tus clases, clases dinámicas ,entretenidas , asombrosas ,,innovadoras y alegres ! Recuerdas mis exclamaciones. e interrupciones ,al recordar y sentir en ese momento ,temas de mis experiencias , no EVALUADAS ! Dije al inicio nueva forma de vida , de ti emprendí a evaluar no sólo en clase sino ,en la vida diaria . He tenido buenos ,excelente resultados , al compartir enfermedad de Alzheimer, de mi esposa ,digo compartir ,pues para mi no es enfermedad ,sino nueva forma de vida a nuestra octogenaria edad . Esta vida es de colaboración ,participación , dedicación ,evaluación y AMOR. Al despertar colaboro con desayuno y alimentos del día , participo en sus actos recreativos , dedico puntualmente en todos sus remedios , evalúo el día , para mejorar el día siguiente y AMOR. Al saludar le digo .¿. A quien amo yo ? . .¿ Te acuerdas el primer beso ? Recuerdas momentos del matrimonio ,luna de miel , pasiones, aventuras , placeres y lo mejor de nuestras vida Todo esto recuerda y responde con más detalles y hermosa sonrisa. Ahora viene lo bello . Sus médicos asombrados , admirados e incrédulos dicen : que enfermedad no avanza. ( desde hace 5 años ) Creo ese diagnóstico es una evaluación a mi cuidado. Imagínate tener una esposa hermosa ,alegre ,participativa , conversadora ,afectuosa y amorosa con todo el mundo. Es tal su conducta ,que nadie aprecia su enfermedad. Solo al llegar a casa me pregunta ,donde ,con quien estuvimos. Celebramos hace 3 días nuestro aniversario de matrimonio 59; y hoy nada recuerda de festejos ,regalos ,con quienes estuvimos y donde fuimos. Pero le digo a ella ! Es nuestra edad ,yo también olvido muchas cosa y nos alegramos. Profesor, gracias a tus enseñanza ,la innovación ,participación ,colaboración y evaluación que está más allá de la escuela. Esta en todo lugar de la vida diaria. Hoy como. Violeta Parra digo. ! Gracias a la vida ! la bella profesión Y la fortuna de ser aún tú alumno. Gracias a ti ,familia , pues también te enseña ,a lectores y sus comentarios.

    • Querido Jorge y querida esposa de Jorge:
      Este es un comentario para enmarcar.
      Qué alegría más enorme me has dado al leerlo.
      Cuánto admiro el AMOR que compartes con tu esposa. Qué hermoso lo que haces con ella y por ella. Porque lo haces con el corazón, porque todo lo que haces ha detenido la terrible enfermedad. Es el AMOR lo que la cura cada día.
      Enhorabuena por esos 59 años de amor y de felicidad compartida.
      Te recuerdo siempre con enorme cariño y recuerdo muy bien aquellas clases en la tú eras un alumno con una curiosidad y una capacidad de aprendizaje mucho mayor que todo lo que te podríamos enseñar.
      Siempre pensé que no se aprende solo para la clase sino que se aprende para la vida.
      Estoy muy orgulloso de ti, querido amigo.
      Te envío un abrazo enorme para ti y para tu esposa.
      Si te eligió (siempre nos eligen) fue porque te parecías mucho a ella. Os deseo muchos más años de feñlicidad.
      MÁS

  7. Querido Maestro:
    Hoy nos relata una excelente historia.
    Cómo una actitud nefasta del profesor puede arruinar el autoconcepto de algunos alumnos.
    !Y ha pasado!
    A veces se comporta como jueces radicales en un improvisado juicio.
    Sin importarle lo más mínimo el daño que hacen en la autoestima de los niños.
    La historia que cuenta es muy creíble.
    Cuando se cambia al Dictador, y aparece un ángel como es la nueva profesora, el ambiente cambia de hostil a esperanzador.
    Son los mismos niños pero la motivación no es la misma.
    Hasta tal punto que les empiezan a gustar las matemáticas y además experimentas reacciones creativas hacia la asignatura.
    Personas tóxicas las hay dentro de las escuelas y fuera de las mismas.
    Y no es fácil reconocerlo y actuar sobre las mismas.
    Pero hay que estar muy pendiente de los signos que muestran los alumnos, escucharlos y entenderlos.
    !Un mal maestro puede arruinar una vida!
    Son personas vacías de emotividad, engreídas, sabelotodo, que siempre llevan la razón y nunca se bajan de su pedestal.
    Deberían de estar criando animales y no en una institución educativa tan importante como la escuela.
    He conocido gente sentenciadas por ellos que han salido adelante superando con creces sus malas y equivocadas sentencias.
    Siempre deberíamos encontrarnos con gente tan afín y vocacional como la profesora, para así llegar muy lejos en el aprendizaje.
    !Si se cambia el lado aterrador las expectativas varían!
    Lo que cuenta hace un daño tremendo en las criaturas. Es parecido a lo que le pasa a las personas maltratadas, que llevan una carga traumática de insoportable peso.
    !Qué les condiciona toda su vida!
    !Qué poder tiene dentro de sí para poder salir adelante y sobrevivir!
    Es una fuerza interior tremenda para superar toda la adversidad que se le ponga por delante.
    Fue un auténtico milagro, lo que les pasó a esos alumnos con la profesora,de los que hay todos los días, que alguien aparezca y te cambie la vida.
    Son personas luz, personas puentes, que te dan la mano para acompañarte y nunca soltarte.
    Dice, que es bueno escribir, yo aquí encuentro un camino para superarme y crecer, cada vez que leo su artículo y manifiesto mi opinión.
    !Así que le doy las gracias por enseñarme a ser yo!
    Y ya sin más me despido con un cordial saludo.
    !Qué la semana sea amable, feliz y leve!
    Muchos besos

    • Querida Loly:
      Me parece estupendo que, cada semana, puedas ejercitarte en la escritura porque a escribir se aprende escribiendo.
      Pero, además, expresas tus ideas y tus sentimientos. Porque tú sueles escribir con la cabeza y con el corazón.Lo que lees lo aplicas a tu vida y a tu experiencia.
      Por eso me alegra siempre ver tu comentario en el mismo día que se hace visible el artículo.
      En este caso reflexionas sobre la importancia (una negativa y otra positiva) de los profesores sobre los habla el artículo.
      Muchos besos.
      Que, semana a semana, vayas construyendo un año feliz.
      MÁS

  8. Estimado Miguel Ángel :
    Otro esclarecedor artículo, que nos lleva a reflexionar sobre un tema tan decisivo, incluso a los que ya nos queda lejos esa etapa y ni somos educadores.
    Me vienen a la memoria, dos episodios vividos como estudiante :
    * Primer día de curso, tocaba horario de Matemáticas.
    Haciendo honor a su nombre, abre la puerta. Dirige una corta mirada a la clase y dice :
    — “Buenos días. Me llamo P…. y soy muy serio. Abrid el libro por la página tal.”
    Y comienza a escribir en el encerado.
    En ese momento pensé : “Voy a suspender matemáticas”.
    Y en efecto, no coseché ceros, pero las notas no fueron nada buenas.
    Creo que muchas variables confluyen. no sólo la poca conexión con el profesor, que temía no disponer de tiempo para agotar todo el temario, porque incluso él mismo propuso clases de refuerzo por la tarde. Y, aludiendo a los que no estaban de acuerdo y no acudían a esas horas extras, nos decía : “No os dejéis llevar por el dirigismo”, una palabra y concepto que desconocía.
    No era un coleccionista de ceros, pero su árido método de acercarnos a la asignatura, ya asociada al calificativo de hueso, no producía el fruto esperado en un esforzado profesor y buen conocedor de su asignatura.
    A eso hay que añadir otros factores por parte del alumno, como arrastrar una base insuficiente en esas materias, que condicionan el aprendizaje posterior.
    * Otro caso : Ese trimestre, la parte de Electricidad de Física, la impartía el profe de Dibujo, técnico en esa materia.
    Acostumbrado a calificarme con notas altas y sobresalientes, me dice tras la evaluación : “Me he llevado una decepción contigo”.
    Claro, para mí no era lo mismo el dibujo y la electricidad
    Aprovechando que el Pisuerga pasa por Valladolid, he observado en los titulos de tus libros, en tus escritos o charlas magistrales, el uso frecuente y preciso de citas, frases, parábolas, cuentos, fábulas, etc. Sin duda, una buena fórmula para definir, apoyar o endulzar otros conceptos.
    Y me he preguntado : Además de textos, más enfocados a profesionales de la docencia, podríamos encontrar próximamente ( incluso en las librerías de aeropuerto, ) alguna antología de citas o fábulas, por ejemplo, recopiladas por MÁS.
    Estaría bien, ya que actualmente, después de más de 2000 años, parece que los niños desconocen a Esopo o Samaniego y no tienen referentes equivalentes.
    Bueno, también nos vendría bien a los adultos.
    Gracias por estas lecciones.

    • Estimado Ángel:
      Interesantes experiencias. Gracias por compartirlas. De las dos se pueden extraer conclusiones palmarias.
      En cuanto a tu sugerencia final quiero decirte que en el año 2006 la Editorial Homo Sapiens publicó un libro mío titulado LA ESTRATEGIA DEL CABALLO Y OTRAS FÁBULAS PARA TRABAJAR EN EL AULA. En el año 2007 ese libro se publicó en Sevilla en la Editorial MAD (que ya no existe). Consideré que ese era un libro menor, de erscaso éxito. Sin embargo, ha tenido nueve ediciones en la Homo Sapiens.
      Tengo muchísimas citas recogidas pero creo que hay muchos libros que recogen citas clasificadas por temas.A mano tengo dos, cuyos títulos te puedo ofrecer si es asunto de tu interés´
      Gracias por escribir.
      Y también por leerme.
      Un abrazo.
      MÁS

      • Estimado maestro :
        No me había fijado en la continuación “para trabajar en el aula”. Si Homo Sapiens es una editorial especializada, supongo que en 9 ediciones, gran parte es utilizada por docentes en su labor cotidiana.
        Me refería a ese sector más generalista de la literatura infantil, que parece que goza de buena vitalidad, por lo menos en España, en las distintas lenguas.
        Pero no sé si un clásico como Esopo o sus seguidores, tiene valor en la Pedagogía actual.
        No sé si los niños de ahora distinguen un animal humanizado de uno real.
        Hasta los que viven en un hábitat rural, no saben si un zorro es astuto o come uvas; o si un lobo es cruel o un luchador por su supervivencia. Creen que la leche aparece en el brik y no conocen el verbo ordeñar, aunque si saben “ordenar” con el ordenador o el móvil.
        Me parece que estás tan implicado y centrado en la Pedagogía, que no te planteas siquiera una espontánea incursión en la literatura para niños, por ejemplo. Y es que será mejor para los futuros adultos, enseñarles a pescar que darles un pescado.
        Gracias.

        • Estimado Ángel:
          Es más que probable que mi ocupación habitual de tantos años, me lleve a contemplarlo todo desde una perspectiva sesgada. En este caso, ha sucedido, como tú mismo has comprobado.
          Sin embargo, en algunas ocasiones esa ocupación me ha llevado a una visión más amplia. Hace ños, por ejemplo, dirigí una tesis doctoral sobre la lecturas infantil y juvenil.
          También me ha llevado a prologar dos libros, uno sobre didáctica de la lectura y otro para abrir una colección de cuentos infantiles.
          Creo que esta cuestión de la lectura es fundamental y hoy está amenazada por la preponderancia de móviles, tablets y ordenadores…
          En el blog, de forma recurrente, abordo ese tema: Leer da sueños, Si no leo me aburro, ¿Qué sería de mí sin la lectura..,
          Hace unos años publiqué un cuento (no sé si solo para niños) que se titula CARLA Y EL HADA DE LOS CHUPETES… Mi hija se llama Carla. En la historia, ilustrada por una dibujante argentina, cuento la forma en la que le quitamos el chupete…
          Un cordial saludo.
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  9. Me ha gustado muchísimo el artículo. He visto este fenómeno muchas veces. He visto a estos profesores que tienen a gala ser un hueso. Es como si ese hecho fuera un motivo de orgullo.
    Y luego, las evidencias no sirven para nada. Es el caso que cuentas. A pesar de quedar campeones de una competición externa, el señor Zurdo sigue pensando que él es el bueno y que sus alumnos son los torpes.

    • Querido Mario:
      Efectivamente, este fenómeno se repite en muchos lugares.
      No hace mucho, me contaba un profesor de matemáticas en México que tenía un colega en un curso gemelo que cosechaba suspensos evaluación tras evaluación, mientras sus alumnos y alumnas obtenían excelentes calificaciones. Habló con él y le propuso hacer una experiencia. Se intercambiaron las clases para trabajar algunos temas. Y pusieron las mismas pruebas. A pesar de las evidencias no hubo modificación de las actitudes de ese profesor exigente, duro y distante.
      Un cordial saludo.
      Gracias por escribir.
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  10. Estimado Miguel Ángel,
    Me llegó tu artículo esta mañana gracias a una compañera que lo había visto. ¡Qué manera tan buena de empezar el día!
    ¡Qué honor y qué alegría, revisar entre tus líneas, que el mensaje de “Los coleccionistas” te ha llegado de la manera que muestras! Y, que te hagas eco de esta modesta historia que me ha proporcionado tantas alegrías, gracias al Premio Hortensia Roig, es otro alcance inesperado que valoro enormemente.
    Los docentes sentimos una gran responsabilidad cada día, y aunque sabemos que la escuela es un agente de cambio y un lugar donde deseamos hacer crecer el estímulo intelectual, hay mucho de conexión emocional con nuestro alumnado. La cercanía y el vínculo afectivo que Diana Cortés genera con “Los coleccionistas” (el que no logrará jamás Zurdo) es la verdad, la única verdad que detectan nuestros pequeños para sentirse receptivos ante cualquier aprendizaje. Amar lo que se hace. Respetar nuestra profesión y someterla a juicio constante, para pulir y cambiar aquello que no funcione.
    La importancia de un buen docente para dinamizar y despertar el interés en los niños/as hacia aquellos ámbitos que —tradicionalmente- representan más dificultades (como a veces pasa con las matemáticas), sigue siendo tan crucial como lo ha sido siempre. Hay asuntos universales que nunca pasan de moda. La pandemia nos demostró que éramos indispensables, sí; en la era de revolución digital y de la inteligencia artificial, nadie se plantearía la enseñanza deshumanizada y sin maestros/as presentes física y emocionalmente.
    El poder motivador de la enseñanza es eso que nos mueve a muchas/os a querer hacerlo mejor cada día, a pesar de las limitaciones, de luchar contra una generación digitalizada y de perfiles tan diversos en las aulas. Esa idea subyace en el texto, por debajo de la trama y acciones que se suceden. Por eso me ha encantado tu reflexión.
    Para no extenderme. Ha sido un verdadero honor leer tu reseña. De manera que, sentía la obligación de enviarte mi más sincero agradecimiento.
    Ojalá sirva esta historia para que muchos niños disfruten, pero también, para que algunos docentes no olvidemos la esencia más básica y humana que requiere nuestra profesión, la de no ser nunca como Zurdo y sí, como Diana Cortés. De esa manera, ninguna inteligencia artificial podrá sustituirnos nunca.
    Un abrazo,
    Eva Escudero Fraile

    • Querida Eva:
      Gracias por tu hermoso comentario.
      Enhorabuena por tu pequeño libro y por el merecido premio que ganaste con él.
      Ese relato solo podía nacer de un corazón apasionado por la tarea. Esta es una profesión que solo puede ser vivida feliz y eficazmente con pasión. Los alumnos y las alumnas aprenden de aquellos docentes a los que aman. Y eso le pasaba a tu protagonista. Lo has explicado de forma sencilla y contundente. Suelo decir que que la educación es la tarea más importante, más difícil y más hermosa que se le ha encomendado al ser humano en la historia: trabajar con la mente y el corazón delos niños y de las niñas. Lo he dejado escrito en la dedicatoria de mi último libro LAS EMOCIONES DE LA PROFESIÓN DOCENTE.
      De mis 83 libros he dedicado 12 a la evaluación. El último de ellos se titula EVALUAR CON EL CORA<ÓN. Tú has dicho muchas cosas importantes en pocas páginas. Tambièn me ha gustado el título. No es fácil saber titular. El título es corto, contundente y atractivo.
      Ya has visto los interesantes comentarios que ha suscitado tu historia. Habla de actitudes que vemos frecuentemente en las escuelas. Se nota que el libro nace de la práctica y conduce a la mejora de la práctica.
      Gracias por tu pequeño (gran) libro. Otros más sesudos tardan más en llegar al núcleo de la mejora: el corazón.
      Muchos besos.
      Muchas gracias, querida Eva.
      MÁS

  11. Querido Miguel Ángel:
    Estoy totalmente de acuerdo con usted en que con un buen maestro el clima se transforma.
    Eso me recuerda un día de 1984,allá por Málaga ,, en la facultad de Ciencias de la Educación . Yo era alumna por aquel entonces del curso de cuarto y esperábamos a un nuevo profesor de la materia de Organización Escolar . Al fin apareció ese docente capaz de avivar esa motivación de la que usted habla . El aprendizaje se producía y fuimos felices en aquel curso .
    Ese profesor venía de Madrid y curtido por la experiencia de la trinchera , ya que había sido director de un gran colegio .
    Esta servidora que hoy le escribe , es hoy una maestra jubilada desde hace un año . Una maestra que ha sido inmensamente feliz con sus alumnos y que nunca olvidó los buenos consejos que su profesor le dio .
    Ese docente que me dejó una gran huella se llama Miguel Ángel Santos y puedo dar fe de que practicaba con el ejemplo .
    Gracias por todo .
    Pilar González

    • Querida Pilar:
      No sabes la alegría que me has dado. Ya ves, un breve comentario puede llenar el corazón de alegría.
      Recuerdo muy bien aquel año en el que llegué a Málaga procedente de la Complutense.Tenía allì mi plaza, pero decidí pedir una comisión de servicios. Luego decidí quedarme de forma definitiva.
      ¿Por qué me tratas de usted? Los dos hemos dedicado la vida a la enseñanza, los dos estamos jubilados, los dos compartimos aquel año muchas ilusiones…
      Y me alegra mucho saber que has sido feliz en tu tarea.No dudo de que también tus alumnos y alumnas lo habrán sido contigo.
      Muchos besos.
      Muchas gracias.
      Si vienes por Málaga, me gustaría verte y tomar un café recordando aquellos años.
      MÁS

      Quiero recordarte a pesar de los muchos años que han pasado.
      ¿Tú eres de Antequera? Porque entonces te tengo muy bien localizada en mi memoria.

      • Hola Miguel Ángel:
        Gracias por tu cariñosa respuesta . Y sí, soy de Antequera . Me has ubicado perfectamente en el lugar y en tu memoria .
        Nunca he dejado de seguirte en mi labor docente , ya que has sido uno de mis referentes en esta bonita tarea que se llama , ser maestra .
        A mis colegas jóvenes siempre les daba algunos consejos , siempre que ellos me lo permitieran.El primero ,es que siempre mantuvieran un punto de rebeldía , ya que ,no siempre lo que nos dicen que hagamos , es lo correcto .Y el segundo , es que el día que gocen de su merecida jubilación , sean recordados por sus alumnos por cómo los trataron ,más que por los conocimientos que les enseñaron.
        Así lo he procurado yo , y lo volvería a hacer mil veces .
        Un fuerte abrazo
        Pilar

        • Querida Pilar:
          Parece mentira que ya estés jubilada. Porque en mi recuerdo sigues siendo la joven preciosa y entusiasta que yo conocí.
          Estoy seguro de que habrás sido una profesional maravillosa y no sabes cuánto agradezco tus palabras.
          Me gustaría verte y compartir recuerdos y experiencias.
          Te dejo mi correo para que podamos quedar algún día que te acerques a Málaga. Aunque sigo viajando mucho por cuestiones de trabajo será fácil encontrar un huequecito
          para vernos.
          Sería una gran alegría.
          Besos.
          MÁS
          PD: arrebol@uma.es

  12. Hola, Miguel Ángel!! Te saludo desde Ecuador. He visto la grabación de tus criterios en el webinar sobre EVALUACIÓN que has brindado en esta semana anterior a través de la REP, en mi país. Me he preocupado mucho por tus comentarios respecto a los coleccionistas de ceros, pues en algunos casos me alcanza, pero de ninguna manera son una satisfacción tenerlos; sin embargo, la evidente despreocupación de la mayoría de estudiantes, el poco apoyo de sus padres y otros factores (incluyendo posibles yerros en mi metodología) podrían estar afectando el RENDIMIENTO o calificación final de mis estudiantes, en Lengua y Literatura. En realidad, yo les presiono bastante porque creo que PUEDEN ALCANZAR METAS ELEVADAS, cambiando la actual situación que no ubica ni a un 10% del total de egresados en la universidad pública… En todas las asignaturas que he dado: Emprendimiento y Gestión, Historia, Lengua y Literatura, he tenido resultados más o menos parecidos: un 40% de los alumnos NO APRUEBA de forma directa el año. En otras como Educación para la Ciudadanía, Educación Física, Educacion Artística, la cosa va diferente, pues trato de INDIVIDUALIZAR EL APRENDIZAJE y la evaluación, fijando metas razonables. he tenido algunos diálogos con amigos docentes que acusan una posible falla en mis estrategias didácticas, pero me resisto a aceptarlas, en la medida en que la gran mayoría de mis estudiantes, cuando están en grados superiores, ME AGRADECEN por haberles exigido, pues les ha resultado muy beneficioso…. Entiendo, estimado colega y maestro, que la evaluación NO ES SOLO LA NOTA CUANTITATIVA, sino también la valoración de las ACTITUDES Y APTITUDES del alumnado, por lo que me cuesta atisbar algun error en mi pedagogía… La mayoría de estudiantes TRABAJA EN CLASE, se alegra de que yo llegue a trabajar, porque soy chispeante, pero se turba cuando les evalúo y, pareciera, que están muy mal acostumbrados a serlo (Venimos de dos años de pandemia y de un sistema que prácticamente IMPEDÍA la repetición de año, aunque hubieren razones muy evidentes para aquello). Quisiera que me des tu opinión al respecto y, de ser posible, mantener correspondencia sobre el tema, aunque el curso lo he revisado con mucho detalle y he quedado muy gustoso de haberlo revisado.

    • Estimado Lenin:
      Tu comentario me ha impresionado y me ha parecido de un extraordinario valor. Porque está cargado de inquietud por tus alumnos y alumnas, es riguroso en la argumentación (a mi juicio), es también autocrítico, ES RESPETUOSO CON MIS OPINIONES y, sobre todo, muestra una preocupación profunda por hacer bien la tarea que realizas.
      1. Cuando nos detenemos en las causas del fracaso (lo que yo llamo atribución o explicación) podemos poner la vista en la responsabilidad de los demás (alumnos, familias, sistema,,,) o en nosotros (metodología, actitud, criterios de evaluación…). No se puede ni se debe descartas la causalidad que está en los demás, pero no se puede mejorar si el 100% de las causas se pone en agentes y factores externos a nuestro quehacer. Veo que tú eres del grupo de analiza con rigor las causas. Ves algunas externas (no estudian, no se esfuerzan…) y otras por las que te preguntas si podrían residir en tu práctica.
      Hay un hermoso libro titulado “Lo que hacen los mejores profesores universitarios” (que vale para cualquier nivel) que es el informe de una investigación cualitativa en la que analiza la práctica de PROFESORES EXCEPCIONALES. Recuerdo que, cuando explica cómo evalúan dice: Nunca atribuyen a sus alumnos las dificultades que encuentran en el aprendizaje… Espero que entiendas lo que quiere decir el autor.
      2. Nunca digo que no haya que exigir, que no sea necesario el esfuerzo, que no agradezcan los alumnos lo que se les exigió, pero no olvides que quienes (pasado el tiempo) agradecen la exigencia quizá no representen a todos y a todas. A mí me preocupan los otros, aquellos que fracasaron, que empeoraron el autoconceoto, que se desanimaron, que sufrieron porque no llegaban, que no se sintieron motivados… Y no se puede olvidar que el esfuerzo se hace más y mejor cuando existe motivación para hacerlo.
      3. Me parece interesante el diálogo que estableces con otros colegas, el acercamiento a un curso como este, tu comentario en el que expresas tus inquietudes, la reflexión sobre el elevado número de reprobados que encuentras en tus asignaturas y que a ti mismo te preocupa.
      4. Me gustaría que disfrutases no tanto de quienes te agradecen la “dureza” o la exigencia como de quienes te agradecen la ayuda, el apoyo, la motivación y el disfrute con las clases y el trato.
      5. Humildemente te propongo que leas mi libro EVALUAR CON EL CORA<ÓN. Puedes encontrar algunas reflexiones que te ayuden a comprender mejor la tarea que realizas.
      6. No sé en qué etapa trabajas. Respecto a la etapa obligatoria me gusta decir que los alumnos y las alumnas no solo tienen derecho a la escolarización sino que tienen derecho a tener éxito en la escolarización. Espero que entiendas lo que quiero decir.
      7. Tu comentario me ha parecido ejemplar. Propio de un docente responsable y sensible. Ojalá que puedas disfrutar de esta hermosa e importante tarea que realizamos cada día en las aulas. Y que disfrutes con los excelentes resultados de tus alumnos y alumnas. Estoy seguro de que, desde el éxito que alcancen te sentirás más feliz, más motivado.Y ellos también disfrutarán más en tus clases.
      Un gran abrazo.
      Gracias por el comentario.
      MÁS

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