Los prejuicios, los estereotipos, los intereses, el odio, la torpeza, la soberbia, la superficialidad y la pereza nos llevan muchas veces a formular juicios sobre el prójimo que están muy alejados de la verdad. Mucho me temo que la verdad nos la traiga al pairo.
Hace tiempo que escuché la siguiente historia. que quiero compartir con mis lectores y lectoras. Un señor acude al Hospital para visitar a su madre. Cuando termina la visita, sale a la calle y se acerca a la parada del autobús para regresar a casa. Cuando llega a la parada se encuentra con un chico de unos 12 años acompañado por su padre. No tarda en llegar el autobús. Suben los tres y avanzan hacia el final donde había cuatro asientos vacíos. El padre y su hijo se sientan juntos y, detrás de ellos, se sienta el señor que había subido con ellos. El niño pega su cara al cristal, y dice con un entusiasmo desmedido:
- Mira, papá, hay dos árboles delante de esa casa. Qué bonitos.
El padre mira complacido lo que le muestra su hijo. Y sonríe.
– Fíjate, papá, un perro. Y una señora que lo lleva tirando por un collar.
El chico no cabe de alegría ante todo lo que está viendo y describiendo
– Mira, papá, una nube blanca muy grande y otra pequeña.
– Sí, dice el padre, y la grande se parece a una ballena.
El señor que está situado detrás piensa que el chico está reaccionando de manera muy infantil, impropia de su edad. Y focaliza su atención en los dos.
- Papá, un bloque de diez pisos, dice el niño asombrado mientras corre por el pasillo hasta la parte delantera del autobús para ver mejor.
Aprovechando la situación, el señor se dirige al padre y, pidiendo disculpas por la intromisión, le dice si se ha dado cuenta de que las reacciones de su hijo son propias de un niño mucho más pequeño. Y le pregunta si se ha planteado buscar la ayuda de un buen psicólogo.
El padre le dice, con delicadeza y tranquilidad, consciente de que desconoce por completo la historia del chico.
– Venimos de ver a un médico, No a uno cualquiera sino al mejor. Mi hijo era ciego de nacimiento y le han hecho un trasplante de córnea. Hoy es el primer día que ve el mundo del que tantas veces le habíamos hablado.
No es difícil imaginar la reacción del entrometido interlocutor. Quiere ayudar a ese padre tan despistado, pero la realidad es otra muy distinta a la que él se ha imaginado. El desconocimiento de la historia y del contexto le ha llevado a emitir un juicio equivocado, le ha hecho alejarse de la verdad.
“Sé comprensivo. Cada persona que te encuentras está librando su propia batalla”, decía Platón. Pero nos falta esa comprensión. Nos sobra engreimiento y falta de rigor. Sobre todo cuando nos interesa llegar a determinada conclusión.
Se formulan juicios apresurados y poco rigurosos en todos los ámbitos de la vida. Juicios malintencionados, a veces. Se emiten con demasiada frecuencia en la política, atribuyendo intenciones de forma arbitraria y, a veces, perversa. ¿Qué importa la verdad ante el rédito que se busca? Decir que el presidente del Gobierno convoca elecciones generales en pleno mes de julio para que la ciudadanía no vaya a votar es un atrevimiento descarado. Probablemente falso porque, si así fuera, no estaría insistiendo una y otra vez en que la ciudadanía acuda a las urnas. Y decir que lo hace para castigar a los españoles dejándoles sin vacaciones es, además, una perversidad. Atribuir a la promulgación de la ley de memoria democrática la intención de dividir a los españoles es una conjetura que no tiene fundamento. Afirmar que la pretensión de la izquierda es empobrecer a los españoles es una suposición estúpida e injusta. Sostener que recibir los votos de los independentistas responde al deseo de romper España es una estupidez y una arbitrariedad. Qué poco rigor hay en muchos juicios. Qué poco amor a la verdad.
Sucede en el ámbito de la convivencia. Reaccionamos ante los comportamientos y las palabras de otras personas sin conocer cuál es la realidad, cuál es el contexto, cuál es la pretensión de nuestros conciudadanos. No sé dónde leí hace tiempo la historia de un vecino que, estando ya en la cama, empezó a escuchar los pasos del inquilino que vivía en el piso superior. No solo le habían despertado aquellos pasos enérgicos sino que no le dejaban conciliar el sueño. Irritado dio golpes con el palo de una escoba en el techo de su habitación para exigir al paseante que dejase de hacer ruido.
El inquilino del piso de arriba siguió dando pasos firmes y apresurados. El enfado del insomne llegó a tal punto, que se levantó, se vistió y subió como un energúmeno a exigir a su vecino que dejase de caminar por la casa. Llamó a la puerta y, antes de dejar hablar a su vecino, le llenó de descalificaciones e insultos. Le explicó con rabia que tenía que madrugar y acabó maldiciendo la mala suerte de vivir debajo de un desaprensivo. Cuando pudo intervenir su vecino, que tenia un bebé en los brazos y la cara desencajada, le explicó que su hijo pequeño había fallecido por muerte súbita y, en su desesperación, lo paseaba de acá para allá por la casa, esperando al forense que debía acreditar su muerte.
Las disculpas trataron de borrar aquellos insultos y aquella agresividad extrema. No tenía ni idea de lo que le estaba pasando a su vecino. Reaccionó de una forma apresurada y violenta. Le había importado un comino la verdad.
También en la enseñanza se produce este riesgo de los juicios de valor, frente a los juicios de hecho. Recuerdo un vídeo conmovedor de un alumno pequeño al que se ve llegando tarde a la escuela. El niño llama a la puerta del aula y se encuentra con el gesto adusto del profesor. Extiende la palma de la mano en espera del castigo. Y el profesor descarga un duro golpe con la regla sobre ella. El día siguiente sucede lo mismo. Se ve entrar al niño cariacontecido y, sin mediar palabra, extiende la mano en espera del golpe. Un golpe que llega de forma inexorable. Con la regla, de forma desabrida, el profesor empuja al niño para que se siente en su pupitre. En la imagen siguiente se ve al profesor en bicicleta circulando por las calles del pueblo. Ve al niño empujando una silla de ruegas en la que lleva a su madre enferma. Mira el reloj y comprende la causa del retraso. Cuando el niño llega unos minutos después a la escuela extiende su mano como de costumbre y baja la mirada en espera del castigo, El profesor deposita la regla en su mano extendida, se arrodilla y besa la mano del niño en silencio. Seguidamente abraza lo abraza con emoción. No se puede decir más con tan pocas imágenes.
Cuando interpretamos el comportamiento de los demás sin conocer las circunstancias y sin recibir las explicaciones del interesado corremos el riesgo de emitir juicios infundados, de faltar a la verdad.
Si no existe más criterio que la destrucción del adversario, la extorsión del prójimo o el sometimiento de los alumnos, está claro que de cualquier comportamiento, palabra o actitud podemos obtener una conclusión perjudicial para el prójimo.
Cuando existe buena fe, cuando se pretende actuar con rigor, tampoco es fácil acertar. Incluso cuando el interesado nos explica con sinceridad los motivos de sus decisiones o de sus palabras. En muchos casos dominan los prejuicios, las interpretaciones interesadas, las elucubraciones maliciosas, los juicios arteros, las pretensiones de hacer daño.
Además de nuestras actitudes en el análisis de la conducta o la palabra de los otros, existen las dificultades técnicas de la comunicación. Entre lo que pensamos, lo que queremos decir, lo que realmente decimos, lo que queremos oír, lo que oímos, lo que creemos entender y lo que entendemos… existen ocho posibilidades de no entenderse, de alejarnos de la verdad.
Creo que todos y todas deberíamos hacer un esfuerzo para alcanzar la comprensión, un esfuerzo nacido del respeto al prójimo y del amor a la verdad. Mejorar nuestras relaciones, en todos los ámbitos de la vida, haría este mundo menos hostil, más habitable y más hermoso.
He hablado de conocer y respetar al otro para formular un juicio certero. También abogo porque actuemos y hablemos con sinceridad. Oscar Wilde, que nos dejó tantas frases lapidarias, dijo: “Si uno dice la verdad, tarde o temprano será descubierto”. Esa es la otra cara de la moneda.
Sé que el objetivo puede ser utópico en un mundo lleno de intereses, de competitividad y de relativismo moral. Pero es lo que tiene la utopía: nunca la alcanzaremos, pero, como está en el horizonte, nos hace caminar hacia ella. Sin descanso. Decía Martin Luther King: “Tu verdad aumentará en la medida que sepas escuchar la verdad de los otros”.
Hola, Miguel Ángel. Tenemos problemas con el texto. Me he quedado con las ganas de terminar de leerlo.
Un abrazo.
Querido José Antonio:
Muchas gracias. Ayer estuve dos horas intentando colgar el artículo.Estoy intentando localizar a un técnico del periódico.
Un abrazo.
MÁS
Querido Miguel Ángel.
Espero y deseo que sigáis bien por casa al igual que las demás personas que te leen y con cuyas aportaciones aprendemos todas y todos.
Una noche más de verano y con horas robadas al sueño por mis mellizos, encuentro en tus reflexiones un espacio íntimo -y público al tiempo- de parar y pensar.
Confieso que quizás por el momento final del curso, por la paternidad intensa que vivo o, incluso, por sensibilidad personal o algunas experiencias vividas, me he emocionado, y mucho, con las dos historias que cuentas. Me he visto representado en un lado y confieso que también en el otro.
Cuántas veces herramos a diario por no tener en cuenta al otro, por no ser prudentes, por no observar y por no detenernos antes de actuar. Creo que somos “carne” de la inmediatez, del cálculo fácil y el comentario descarnado y si fundamento. Cuánto desprecio a la verdad que es, en sí mismo, desprecio a la realidad. La cuestión es que las realidades también son personales y ese ombliguismo lo condiciona todo.
La pandemia y sus duras consecuencias nos han vuelto más insensibles en mi opinión. Y eso después de todo lo vivido. Me cuesta creer que quienes aplaudieron a los sanitarios los criticaron hasta la saciedad por sus criterios científicos. Pero, ya es conocido popularmente que todos sabemos de sanidad, de educación, de justicia…en fin, de todo. Y ese todo está justamente esa soberbia, ese egoísmo social y personal que nos impide mirar al otro sencillamente como un igual.
Al leer tu artículo, recuerdo una película que siempre me impactó desde que la vi. Se trata de “V de Vedetta” (España) o “V de Venganza” (Hispanoamérica). A raíz de ella, conocí la obra de Alan Moore en la que se fundamenta,
A pesar de las licencias cinematográficas que la diferencian la novela, la película invita a pensar en lo social, en lo humano, en lo institucional, en lo local y en lo comunitario. Una sociedad democrática y libre que acaba siendo gobernada por partidos ultras que aprovechando la democracia, la destruyen desde dentro. Nada nuevo que no hayamos vivido -o que pósanos volver a vivir- en nuestra historia.
En uno de los momentos de la película Natalie Portman encuentra una carta que finaliza así:
“Espero seas quien seas que escapes de este lugar, espero que el mundo cambie y que las cosas mejoren, pero lo que espero por encima de todo, es que entiendas lo que quiero decir cuando te digo que aunque no te conozca, y aunque puede que nunca llegue a verte, a reírme contigo, a llorar contigo o a besarte…, te quiero, con todo mi corazón… te quiero.”
Es, en mi opinión, una declaración sencilla -que no simple- de respeto, aprecio a los demás, de generosidad humana, de empatía y, sobre todo, de esperanza.
Y junto a esa escena, leerte Miguel Ángel me ha hecho recordar una tarde de 2004 frente a la televisión escuchando a un político de nuestro país dando un discurso que finalizaba con estas palabras que las he hecho mias desde siempre “Algunas utopías merecen ser soñadas; no las alcanzaremos todas, pero nos marcarán el rumbo por el que hay que avanzar”.
Creo que no tenemos que ir a buscar referentes en “ La República” de Platón o en y
“Utopía” de Tomás Moro pero…los pilares están ya asentados. Necesitamos más y más educación en mayúsculas y eso para mi implica valores, ejemplos, abordar el contexto social y trabajar desde y con las emociones.
A seguir…y ¡Gracias!
Un cálido y fuerte abrazo desde Oviedo
Alejandro
Querido Alejandro: Qué hermoso comentario, escrito entre desvelos paternos, preocupaciones sociales y utopías que nos hacen caminar.
Tener un hijo es dejar el corazón fuera del cuerpo de por vida. Así es. Lo irás viendo con el paso de los años.
No era cierto que la pandemia nos haría mejores o peores así, en general. Porque no mejora o empeora la realidad sino la forma en que la vivimos. Es decir, que a algunos la pandemia les habrá abierto los ojos y removido el corazón y a otros se los habrá cerrado y los habrá endurecido.
Me preocupa mucho el momento político. Oí decir hace unos días a Jiménez Losantos que el odio de Ayuso a la izquierda era puro, sincero y natural . Se deshacía en elogios hacia la presidenta madrileña por la calidad indiscutible de su odio. Me costaba creerlo. Venía a decir que era del mismo tipo que su propio odio. Qué preocupante delirio para construir una sociedad democrática.
Gracias por la referencia cinematográfica.
Te mando un abrazo.
Si tuviera noticias sobre el importante asunto que esperas te comunicaré de inmediato.
Un gran abrazo y felices vacaciones.
MÁS
Querido Maestro:
!Qué pena que el texto no se pueda leer entero!
Pues el tema que trata hoy para mi es de gran impacto emocional.
Que verdad es, que nadie sabe la batalla que está librando cada persona en su interior.
Es una cuestión muy difícil, empatizar con los problemas ajenos, sobre todo si estás en una frecuencia diferente.
He vivido miles de momentos en los que me cuestionaba hasta mi propia realidad.
Nunca podía pensar que de mi propia familia, naciera tanta mezquindad, tanta mentira, tanto odio,tanta locura.
Sí, porque es de locos pensar que el egoísmo perverso, la maldad en el punto álgido, los intereses creados, la infamia, una vida llena de mediocridad de, para vivir con tanta maldad.
No está en mi mente, ni en mi cabeza, ni por supuesto en mi corazón seguir sus pasos.
Soy tremendamente feliz, por lo que soy, con lo que tengo a nivel emocional y con la luz que trasmite mi ser y mi alma.
Disfruto de los pequeños momentos y mi fin en esta vida es darle a los demás, todo lo bueno que quiero para mí.
Dicen que el tiempo es un aliado inmenso que te abre los ojos para que busques y disfrutes de tu verdad y permitir que cada cual busque la suya.
El tiempo me ha abierto los ojos, como al chico de su historia, para ver mi realidad y cambiar mi destino, me ha dado paciencia, honestidad,sabiduría, ilusión,serenidad, todos los ingredientes necesarios para encontrar la felicidad.
Y ya sin más me despido con un cariñoso saludo para todos.
!Ojalá tengan una leve y feliz semana!
Muchos besos.
Querida Loly:
No sé lo que ha pasado esta semana.
Después de casi dos horas de intentos (cambio de archivo, cambio de letra, cambio de navegador…) no pude colgar adecuadamente el texto. LO peor es que el Director del periódico y el técnico de guardia no lo han solucionado todavía.
Siento mucho que hayas tenido problemas con la lectura íntegra.
El caso es que yo sí lo puedo visualizar de principio a fin.
Gajes del oficio.
Las tres historias que he manejado son estupendas.
El tema que abordo es la necesidad de no juzgar sin fundamento al prójimo, de no dejarse llevar por prejuicio, estereotipos y fobias…
En la campaña estoy viendo comportamientos deleznables de destrucción del adversario, de emisión de juicios malévolos…
Ya sé que tu experiencia te ha hecho aprender. No todos son capaces de hacerlo.Porque la experiencia nos da a todos años, pero no necesariamente sabiduría y bondad.
Muchos besos.
Y gracias por leer y escribir incluso en este caso de dificultad con la lectura.
MÁS
Mi admiración crece cada día por usted profesor, cuando participe en el diplomados de flich sus clases fueron de un aprendizaje inigualable, desde ese momento se convirtió en un referente para mi ,para mis niños y mi familia, y cada artículo que lee ,cada intervención en las redes resultan tan motivadoras, emocionantes, reflexivas.. en fin todo lo maravillo y especial que sólo un profesores con esa calidad humana como usted sabe hacer…. Cada vez que realizo mis talleres con Adultos Cuidadores , les repito que cada persona que tenemos enfrente tiene su historia y por tanto es sin juzgar y cada uno merece todos nuestros respetos y a partir de ese momento abren sus corazones y cuentas sus experiencias en el gran desafío de la Parentalidad, Amor, Amabilidad, Empatía , Respeto hace la diferencia ….Graciassss Infinitas , por su enorme sabiduría y humildad …
Querida Magaly:
Gracias a tu por tu receptividad y por tu generosidad.
No sé si las semillas que yo he lanzado eran de calidad. Lo que sin duda tenía calidad era la tierra en la que cayeron.
En tu hermoso corazón esas semillas han prendido, han crecido, han dado flores y frutos.
Me alegra saber que hay personas comprometidas con la formación y el crecimiento de los demás.
Un beso grande.
Muchas gracias.
MÁS
No sé lo que ha pasado con este articulo. Es una pena que no se haya podido leer plenamente, aunque después de varios intentos yo lo he conseguido.
Las tres historias son fantásticas. Se queda uno fácilmente con ellas. y se comprende muy bien lo que se quiere decir con ellas.
Cuánto odio se maneja en la vida política,
Saludos. Gracias a MÁS.
Querida Raquel:
Pues ha pasado que no ha fallado algo en el sistema y no pude colgar el artículo en el blog.
Espero que mañana, lunes, los técnicos revisen y solucionen el problema.
Hay que acabar con tanto odio en los juicios y en los comportamientos.
Vivimos es un mundo lleno prejuicios y de estereotipos.
Besos y gracias.
MÁS
Querido Miguel Ángel:
Yo hoy me he quedado con la primera historia y no he podido leer más. Cosas que pasan.
Emitir juicios sobre los demás es muy natural, pues nos basamos en lo que ellos dicen, en lo que sabemos de ellos, en el ejemplo que nos dan y en lo que nos dicen de ellos. Siempre se puede emitir un juicio sobre lo que uno dice y hace. Las razones profundas que nos mueven a emitir ciertos asertos o conductas es cuestión más compleja. Ya decía Campoamor que cada uno ve el mundo con el color de las gafas que lleva puestas.
Por qué siendo todos seres humanos con características semejantes somos todos diferentes? Cada uno somos único e irrepetible.
La realidad es que las personas nos agrupamos por grupos que tenemos ideas semejantes sobre multitud de aspectos de la vida, de ahí lo grupos políticos con visiones diferentes en multitud de aspectos.
El juzgar a las personas, como en el ejemplo propuesto, tiene sus riesgos, pero yo creo que el juzgar a las personas y sus actos es necesario, indispensable. Es necesario el juicio crítico para no ser marionetas de opiniones de unos y otros.
Yo creo que una cosa es juzgar las razones profundas de una conducta y otra es juzgar las consecuencias que puede provocar una conducta. Quizás a lo primero es a lo que se refiera aquel dicho evangélico de no juzguéis y no seréis juzgados.
Claro que tenemos que juzgar lo que se dice y lo que se hace.
Dentro de poco tenemos elecciones y no es lo mismo votar a unos corruptos que a unos honestos, a unos que imponen su criterio que a unos que respetan todos los pensares, a unos dictadores que a unos demócratas y etc, etc.
Querido Miguel Ángel, me gusta lo que escribes y como lo escribes, pero lo que más me gusta es cómo eres. Ya he juzgado.
Un gran abrazo y saludos a todos.
Querido Joaquín:
Es una lástima lo que me ha pasado con este artículo. Después de casi dos horas, no pude colgar bien el artículo. Desesperante. Al día siguiente, sábado, no había nadie en el periódico que solucionase el problema. Y tampoco el domingo. El director, que es amigo, atendió mi llamada y quedó en que algún técnico lo resolvería, pero veo que no es así. Hoy he trabajado de 9 a 9 en un tribunal de Trabajos Fin de Máster, así que espero que mañana pueda hacerme cargo del problema.
De cualquier manera, veo que una tercera parte del artículo te ha dado para enviar un buen comentario, como sueles hacer.
Claro que hay que juzgar, pero es necesario hacerlo con fundamento y con honestidad.
Acabo de ver el debate. Tiene tela el señor Feijóo: cuando el 100% de las encuestas dan ganador a su partido le pide a Sánchez que gobierne la lista más votada. Es una trampa que descubriría el más tonto del pueblo. ¿Es lo más democrático? Si suman más escaños Sumar+PSOE, ¿no es más democrático respetar la voluntad del electorado?
Gracias por tus preciosas palabras finales.
Un gran abrazo.
MÁS
No sé lo ha pasado esta semana. Por primera vez después de cientos de artículos no he podido leerlo completo. Es una pena. Espero que se pueda solucionar. La historia del niño que nació ciego es impresionante.
Cuántas veces emitimos juicios infundados sobre el prójimo. Muchas de ellas de carácter negativo.
Querida María:
Por favor, lee la respuesta que le he dirigido a Joaquín. Ahí explico lo que ha sucedido y está sucediendo con el artículo de esta semana. Por cierto, la primera vez en veinte años.
Besos y disculpas.
MÁS
Ya se ha solucionado el problema, al parecer.
He leído íntegramente el artículo. Que falle uno de 1008 es disculpable.
El tema me ha parece de gran importancia. Los tres ejemplos son magníficos.
Muchas gracias por el artículo.
Querida Raquel:
No es mucho uno de 1008 pero sería mejor que no fallase ninguno.
Estoy preocupado con lo que pasará hoy viernes cuando cuelgue el próximo.
Yo espero que sea un problema coyuntural y que no haya llegado el momento de hacer un cambio más amplio y profundo.
En cuanto al tema creo que si mejorásemos esta cuestión la convivencia sería mucho mejor.
Besos, querida Raquel.
Crucemos los dedos.Y gracias.
MAS
Este es un mensaje para un amigo y comentarista asiduo.
Juan Carlos: estoy echando de menos tu sombrilla de tantos años. Sabes que es un icono del blog.
He aceptado de buen grado este largo paréntesis, pero ya es hora de enviar tus estupendos comentarios de docente comprometido.
Te imagino disfrutando del descanso que has ganado a pulso.
Que disfrutes con tu familia del sol y del agua.
Un abrazo.
MÁS
Los tres casos son espectaculares. Me gusta mucho esta forma de presentar las ideas. Queda muy claro y no se olvida fácilmente.
La idea central es la facilidad con la que juzgamos al prójimo sin mucho fundamento.
Creo que eso es verdad.
Y se da en todos los noveles de la vida: en la polìtica, en la vida familias, en el trabajo…
Deberíamos ser más respetuosos y más exigentes con nosotros mismos.
Saludos.
Querida Marta:
Me gusta mucho utilizar anécdotas, historias, cuentos, metáforas.
Creo que son útiles para expresar ideas y sentimientos.
Muchas gracias por la lectura de este artículo que ha tenido tantas dificultades técnicas.
Te mando muchos besos de Málaga a Madrid.
MAS
Es muy emocionante lea tercera historia que cuenta la reacción resignada del niño al castigo diario del profesor. En realidad era castigado por hacer algo tan importante y tan hermoso como ayudar a su madre enferma.
El profesor reacciona de una forma emocionante besando la mano del niño ya que descubre la injusticia que ha cometido al golpear al niño sin hacerle siquiera una pregunta.
Cuántas veces juzgamos y actuamos sin conocer de forma mínimamente exigente las circunstanclas de la personas.
Gracias.
Querida Carmen:
Conocía esa historia desde hace tiempo. Me impresiono cuando la vi. No necesita palabras. Los hechos hablan por sí solos. Habla la asignación callada del niño. Habla la rectitud y el arrepentimiento del maestro al conocer la realidad. Habla el silencio del grupo que no rechista ante la injusticia que contemplan cada día, a sabiendas de lo que realmente sucede.
Cuánto me ha hecho pensar esta sencilla y emocionante historia. ¿Qué es lo que está pasando el interior de nuestros alumnos y alumnas?
Gracias por tu aportación, a pesar de la dificultad de la lectura.
Besos.
MÁS
Querido Maestro Miguel Ángel Santos Guerra:
Cuantas verdades hay en sus escritos, la verdad es mi verdad y la del otro es también su verdad, es decir, cada uno cree tener su verdad y la defiende por sus convicciones, por sus creencias, por sus prejuicios, por sus vivencias, porque lo hacen pensar que es una verdad única (y no que no haya verdades únicas) y que nadie más en esa verdad con o sin argumentos tiene la razón más que el mismo, eso es una necedad sin razón porque dentro de si mismos y en esa confrontacion de la conciencia cada quien sabe cuál es la verdad
Podría haber verdades compartidas en esa comprensión mutua que se ocupa para vivir en paz? Cuando la verdad es la verdad no hay peros…
Amar la verdad es amar la paz, abrazar el amor y tener fe.
Gracias!!!
Un abrazo a Usted y su hermosa familia
Siga escribiendo nos hace bien
Querida Lily:
Hay un árbol en África que se llama baobad. Es un árbol gigantesco que crece hasta los 25 metros y que tiene 15 metros de perímetro en su tronco.
Pues bien, hay un dicho muy hermoso que hace referencia a este árbol: “La sabiduría es como el árbol baobad: nadie lo puede abarcar individualmente”-
Para abarcar todo el tronco del baobad tiene que haber varias personas abriendo sus brazos. Tenemos que buscar la verdad entre todos y todas. La democracia se construye compartiendo principios, respetando principios y buscando juntos la verdad.
Muchas gracias por tu hermoso comentario.
También nos ayudan tus comentarios.
Besos.
MÁS
Querido Maestro:
En sus escritos no hay peros porque sólo hay verdades y en esas verdades existe un bien compartido; la naturaleza es verdad y además hermosa.
Gracias!!! me quedo con la sabiduría de sus escritos y comentarios: “Porque no mejora o empeora la realidad sino la forma en que la vivimos.”
Amar la verdad es amarnos a nosotros mismos, es ser fieles a los principios del bien común.
Siga escribiendo nos hace bien.
Buen día desde México mi estimado Dr. Santos Guerra.
Despúes de unas breves pero necesarias vacaciones, me pongo al día con sus maravillosos artículos. Empezando por este que me ha fascinado, porque es parte de una realidad que genera tantos y tantos problemas, porque hablamos y enjuciamos muchas veces sin sustento y hacemos daño, sin percatarnos siquiera de la verdad.
Invalidamos sentimientos, emociones por el simple hecho de actuar sin preguntar. Le cuento una historia personal que pasó cuando era maestro de educación primaria. Cuando inicié mi trabajo como maestro, lo hice en una escuela multigrado, éramos dos docentes para atender los seís grupos. Yo atendía a los grupos de cuarto, quinto y sexto en un campo agrícola, donde la población venía de otros estados para trabajar en dichos campos, de estados muy pobres, de extrema pobreza. Tenía un alumno brillante en cuarto grado, se llamaba Víctor y era excelente en matemáticas. Tenía 3 hermanitas menores y de repente empezó a faltar uno o dos días por semana a clases, lo cual desencadenó que bajara su promedio académico y le quedó 8.9. Al finalizar el ciclo escolar vino su mamá para pedirme que si podía solicitar una beca, pero el promedio mínimo para dicha beca era de 9.0. Me contó que su esposo había sufrido un accidente en una moto y quedó paralítico y que Víctor estaba trabajando dos o tres días por semana para mantener a la familia, porque su mamá tampoco podía trabajar porque tenía una niña recién nacida.
Me sentí muy mal, porque nunca me di a la tarea de preguntar porque estaba faltando el niño a la escuela y por eso le bajé calificación. Hice una carta al Secretario de Educación explicando la situación y la llevé personalmente y no me moví de las oficinas hasta que pude entregarsela personalmente al Secretario. Inicniando el siguiente ciclo escolar, le llegó la beca a Víctor y esta experiencia me hizo ser más conciente y prudente antes de tomar cualquier desición. Hacemos juicios sin pensar que afectan a otras personas, pensando en realidades muchas inventadas.
Pasa en todo los aspectos de la vida, pero debemos de tener mucho cuidado cuando de trata de juicios que afectan a otras personas. No podemos invalidar emociones, dentimientos o formas de pensar, simplemente porque creemos que así son las cosas, sin darnos a la tarea de averiguar bien y tener argumentos sólidos sobre lo que deseamos hacer. Cómo la máxima en medicina “Primum non nocere” (Lo primero es no hacer daño).
Saludos mi estamado Dr. Santos Guerra.
Querido Misael:
Me alegro de que hayas podido disfrutar de unas vacaciones, aunque cortas. Es necesario saber trabajar y saber descansar.
Bienvenido de nuevo a este humilde blog.
Qué magnífico. ejemplo has compartido con nosotros. Cuántas cosas ignoramos sobre nuestros compañeros, sobre nuestros alumnos y hasta sobre nuestros amigos.
Ese desconocimiento genera una forma de comunicación inadecuada, pobre y, a veces, dañina.
Cuando tenemos tareas profesionales que se basan en la comunicación es importante observar, preguntar, escuchar, interesarse… por el otro.
Afortunadamente pudiste conocer por la mamá la situación de ese niño y pudiste ayudarle a conseguir la beca.
Comparto tu inquietud por la evitación del daño y, además, por la ayuda incondicional.
Un abrazo.
MÁS
Estimado profesor Miguel Ángel
Soy profesora de lengua española en una universidad del Sur de Brasil. Estaba buscando materiales sobre evaluación para discutir con mis alumnos y me acordé de su artículo, que ya había leído anteriormente, “Evaluación de alumnos y aprendizaje docente”, también vi sus videos sobre evaluación y la profesión de docente.
Inmediatamente me identifiqué con su punto de vista sobre la evaluación escolar.
Finalmente, encontré este Blog y sus artículos de opinión, que a mi entender, también están relacionados con la forma en que, algunas veces, los docentes juzgamos impulsivamente sin conocer el contexto del alumno y, sin darle la oportunidad de explicar sus actitudes.
Muchas gracias por compartir tan importantes conocimientos, que nos ayudan a reflexionar y entender la importância de nuestras actitudes y como se puede ayudar o perjudicar las otras personas y, ni siquiera, darnos cuenta.
Saludos,
Ângela Flain
Querida ´Ángela:
Me alegra mucho saber que mis trabajos han llegado a tus manos. Son buenas manos.
De mis 83 libros, hay 12 que he dedicados a la evaluación. En este blog puedes ver todos los títulos, las fechas y las editoriales (En la página LIBROS DEL AUTOR) . En 2017 publiqué en Argentina EVALUAR CON EL CORAZÓN. Y en el blog hay creo que unos 50 o 60 dedicados a ese tema. Son artículos cortos que sirven para despertar el debate con los alumnos.
Gracias a ti por este hermoso comentario que me anima a seguir compartiendo con mis lectores y lectoras.
Muchos besos y mucho ánimo.
MÁS