La rutina es un cáncer

17 May

He participado en el “Congreso Internacional por la educación socioemocional” (CIPESE), celebrado en la ciudad colombiana de Villavicencio los pasados días 7 y 8 de mayo. El Congreso  tuvo carácter gratuito y estuvo organizado por la Fundación “Crear soluciones con las manos”, dirigida con indudable eficacia por Martha Prieto e integrada por un grupo de jóvenes empáticos, entusiastas y trabajadores. También organizaba el Congreso Cofrem, una importante Caja de compensación familiar de El Meta, cuya capital es Villavicencio. Respondieron a la convocatoria más de ochocientas personas, en su mayoría docentes.

Se fueron desarrollando las diferentes actividades (conferencias, talleres paneles…) en el Parque de la Vida, anexo al Colegio Vainilla en el que tuve la feliz oportunidad de conversar con tres grupos de alumnos y alumnas en un clima de receptividad, de apertura y de intensa emoción. Formidables jóvenes que te hacen soñar con un mundo que será mejor del que nosotros les dejamos. Una de las alumnas, en el trascurso de la conversación, cuando les decía que tenían que atreverse a pedir, a dar, a recibir, a rechazar y a encajar, levantó la mano y me preguntó:

  • ¿Puedo darle un abrazo?
  • Claro que sí, le dije. Ahora mismo.

Nos dimos un abrazo que sus compañeros aplaudieron. Al volver a su puesto se aplaudía a sí misma por su coraje, dando saltos y batiendo las palmas por encima de su cabeza.

Cada vez se hace más patente la necesidad de la educación emocional. La felicidad de los seres humanos echa sus raíces en el ámbito de nuestra salud emocional. No está conectada con el dinero conseguido, el poder alcanzado o la fama conquistada. Por otra parte, en el mundo de los sentimientos afianzamos la autoestima, garantizamos la salud mental, encontramos las estrategias para la comunicación sana con el prójimo y alimentamos la disposición emocional hacia el aprendizaje.

Sin embargo, la escuela sigue siendo el reino de lo cognitivo, pero no el reino de lo afectivo. La pregunta de la escuela es cuánto sabes, pero no cómo te sientes. Y el currículum fija sus objetivos en el conocimiento académico pero no en el reconocimiento de las emociones y en su regulación. Ya en 1978, Alexander Neill, fundador de la escuela de Summerhill, tituló así uno de sus libros: “Corazones, no solo cabezas en la escuela”.

Fueron dos días de intenso trabajo, de numerosos encuentros y de ricos aprendizajes. Claro que la tarea fundamental que se nos presenta a los asistentes es trasladar a la vida cotidiana y al trabajo todo aquello que aprendimos durante esos dos días trepidantes. Mi temor radica en que todo el esfuerzo realizado por los organizadores, por los expositores y por los participantes quede reducido a la entrega de una certificación académica.

Sucede algunas veces. Al regresar al trabajo o a la familia, los participantes son destinatarios de una lógica pregunta:

  • ¿Qué vas a hacer ahora?

Pregunta que, a veces recibe una decepcionante respuesta:

  • ¿Cómo ahora, si el Congreso terminó ayer por la tarde?

¿Para qué sirvió, entonces? Esa es la cuestión. Hay una perversión  meritocrática que consiste en medir la bondad de la formación de un profesional por el ángulo que forman los certificados que ha ido acumulando durante la vida cuando los coloca debajo de los brazos. Nada cambia en la escuela. O, mejor dicho, nada mejora. Hago esta distinción porque no todos los cambios son mejoras. Un amigo le dice a otro:

  • ¡Qué pena esta vida, nadie cambia.

El interpelado contesta.

  • No digas eso porque yo he cambiado muchísimo desde el año pasado.

Observación que matiza el amigo:

  • Me refería para bien.

Esta tremenda trampa se ve muy bien reflejada cundo al comenzar una experiencia de formación, dice uno de los asistentes a la organización:

  • ¿A cuánto se puede faltar?

Es decir, ¿cuánto tiempo me puedo ahorrar con tal de que me entreguen el certificado? Claro que es más grave, como me ha comentado que sucedió no hace mucho tiempo, que formule la pregunta quien va a impartir la sesión.

En la clausura hice alguna reflexión al respecto. Formulé el siguiente interrogante: ¿Y ahora qué? Porque es ahora cuando empieza de verdad el Congreso. Es ahora cuando se puede comprobar para qué ha servido tanto trabajo y tanto esfuerzo

Alguien hizo referencia en la clausura a un cuento que he incluido en mi último libro “La caja mágica. Historias para pensar y para sentir”.

Cuentan que en la historia del mundo hubo un día terrible en el que el Odio, que es el rey de los malos sentimientos, los defectos y las malas actitudes, convocó a una reunión urgente a los sentimientos más oscuros del mundo y los deseos más perversos del corazón humano. Éstos llegaron a la reunión con la curiosidad de saber cuál era el propósito. Cuando estuvieron todos, habló el Odio y dijo:

  • Les he reunido aquí a todos porque deseo con todas mis fuerzas matar a alguien.

Los asistentes no se extrañaron mucho, pues era el Odio el que estaba hablando y él siempre quiere matar a alguien. Sin embargo, todos se preguntaban entre sí quién sería tan difícil de matar para que el Odio los necesitara a todos.

  • Quiero que maten al Amor, dijo.

Muchos sonrieron malévolamente pues más de uno quería destruirlo. El primer voluntario fue el Mal Carácter, quien dijo:

  • Yo iré, y les aseguro que en un año el Amor habrá muerto, provocaré tal discordia y rabia que no lo soportará.

Al cabo de un año se reunieron otra vez y al escuchar el informe del Mal Carácter quedaron decepcionados.

  • Lo siento, lo intenté todo; pero cada vez que yo sembraba una discordia, el Amor la superaba y salía adelante.

Fue entonces cuando, muy diligente, se ofreció la Ambición que, haciendo alarde de su poder dijo:

  • En vista de que el Mal Carácter fracasó, iré yo. Desviaré la atención del Amor hacia el deseo de la riqueza y el poder.

Y empezó la Ambición el ataque hacia su víctima, que efectivamente cayó herida y adoró a los ídolos, que son una tentación constante y una causa frecuente del alejamiento del amor verdadero. Pero después de luchar por salir adelante, el Amor renunció a todo deseo desbordado de poder y placer y triunfó de nuevo.

Furioso el Odio por el fracaso de la Ambición, envió a los Celos quienes, burlones y perversos, intentaban toda clase de artimañas para despistar al Amor y lastimarlo con dudas y sospechas. Pero el Amor, confundido, lloró y pensó que no quería morir, y con valentía y fortaleza se impuso sobre ellos y los venció.

Año tras año, el Odio siguió en su lucha enviando a sus más hirientes compañeros. Envió a la Frialdad, al Egoísmo, a la Indiferencia, a la Pobreza, a la Enfermedad, y a muchos otros que fracasaron siempre; porque cuando el Amor se sentía desfallecer, tomaba de nuevo fuerza y lo superaba todo. Cuando venían las desgracias parecía sucumbir, pues los golpes imprevistos no permiten muchas veces reaccionar, a causa del abatimiento y turbación que se levantan en el alma; pero, con un poquito de paciencia, el Amor salió victorioso. El Odio, convencido de que el Amor era invencible, les dijo a los demás:

  • Veo que el Amor es invencible. Nadie ha podido matarlo. El Amor ha superado todas las pruebas. Ha sido más fuerte que todas las dificultades.

De pronto, en un rincón del salón, se levantó alguien poco reconocido que vestía de negro y llevaba un sombrero gigante que caía sobre su rostro y no lo dejaba ver. Su aspecto era fúnebre como el de la muerte.

  • Yo mataré al Amor, dijo con seguridad.

Todos se preguntaron quién era ese que pretendía hacer solo lo que ninguno había podido. El Odio dijo:

  •     Ve y hazlo.

Había pasado poco tiempo, cuando el Odio volvió a llamar a todos los malos sentimientos para comunicarles que después de mucho esperar, por fin el Amor había muerto. Todos estaban felices, pero sorprendidos. Entonces el sentimiento del sombrero negro habló:

  • Ahí les entrego al Amor totalmente muerto y destrozado,

Y sin decir más, se iba.

  •  Espera, dijo el Odio, en tan poco tiempo eliminaste por completo al Amor, lo desesperaste y no hizo el menor esfuerzo para vivir. ¿Quién eres?»

El sentimiento levantó por primera vez su horrible rostro y dijo:

  •  Soy la Rutina.

La rutina es ausencia de amor, es monotonía, y la monotonía es falta de energía y de coraje. La rutina es el cáncer de las instituciones. La energía que ha generado el Congreso ha de servir para alimentar el amor a la tarea y el amor a las personas con quienes se trabaja. Ha de romper la rutina a través de la innovación. Dice Emilio Lledó que la profesión docente gana autoridad por amor a lo que se enseña y por el amor a quienes se enseña.

21 respuestas a «La rutina es un cáncer»

  1. Querido Maestro:
    Cuando habla de sentimientos,de afectos, toca mi punto más sensible, la piel se me eriza y afloran los más bellos recuerdos.
    Estoy segura que el amor es el motor que mueve el mundo, la reactivación de todos los seres humanos.
    !Es muy alentador el cuento que ha narrado!
    !Es la pura verdad, que mata mucho la rutina!
    El tesón, la valentía, la paciencia, y sobre todo el amor nos llenan el alma de sabiduría.
    Está semana he participado y recitado un poema de mi querida poeta y amiga Magdalena Blesa y voy a escribir unas notas:
    !Quién no tenga un problema, que levante la mano!
    «Yo he visto a gente rota, a gente hecha pedazos, con diferentes ropas.
    Es hora de ayudarnos, los unos a los otros, de abrirles a las entrañas de par en par las puertas y dejar que entre dentro la humanidad entera.
    El señor de corbata también tiene un problema, el pastor, el forense, la reina, la enfermera.
    Ya está bien de mirarnos, el vestido el zapato, comprensión y ternura a cada ser humano».

    Necesitamos empatía , amor y comprensión para que todo funcione.
    Me encantan todas las experiencias que nos cuenta y en las que participa de una forma amorosa.
    !El amor es lo más sencillo y lo más preciado!
    Hay que apostar por la educación emocional , en la escuela,en el trabajo y en la vida.
    Y ya sin más, felicitándolo por todo lo que hace, me despido con mucho amor.
    !Qué la semana os sea feliz y leve!
    Muchos besos.

    • Querida Loly:
      Todavía sigo por tierras colombianas.
      He vivido experiencias enriquecedoras. Siempre digo que recibo más de lo que doy.
      Iberia ha cancelado mi vuelo y tengo que retrasar el regreso.
      Qué bonito comentario, lleno de emociones y de vida.
      Es verdad que la educación emocional es muy necesaria para hacer frente a los problemas de salud mental, para evitar muchas patologías y, sobre todo, para generar un buen autoconcepto, mejorar las relaciones y propiciar el aprendizaje.
      No deberíamos olvidar que la felicidad no está vinculada al dinero, a la fama, al poder o a las cosas sino al mundo emocional.
      Besos y gracias desde Bogotá.
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  2. Hola Miguel Ángel…

    Viajero empedernido… Un día de estos te pierdes por el mundo…

    Voy a comentar dos cosas a las que has hecho alusión.

    1. «La escuela sigue siendo el reino de lo cognitivo, pero no el reino de lo afectivo». Efectivamente, así suele ser…. Es más, en algunas redes sociales algunos docentes se vanaglorian de ello. Dicen que ellos están para enseñar contenidos, que lo afectivo es algo que se debe cultivar en casa… Cuanto la etapa educativa es más alta, mayor es el desprendimiento de lo emocional en beneficio de lo cognitivo, aunque sería mejor decir de los contenidos. Porque lo emocional es también cognitivo…

    En mi última etapa como docente disfrutaba más trabajando lo emocional que los propios contenidos. Mejor dicho, utilizaba los contenidos como herramientas para trabajar los sentimientos y emociones.

    2. «Hay una perversión meritocrática que consiste en medir la bondad de la formación de un profesional por el ángulo que forman los certificados que ha ido acumulando durante su vida… Nada cambia en la escuela.» Así es en muchos casos, lo he visto y oído. He visto como se han realizado un mismo curso on line por varias personas a la vez para certificar todos con el esfuerzo de uno… Se hace cuando uno quiero acumular los méritos suficientes para obtener un puesto de trabajo o subir en el escalafón. Y también he oído lo de cuántas horas se puede ausentar en el curso para certificar…

    Mira que he hecho cursos, he sido un cursillista nato, pero la meta no era acumular méritos, sino aprender. Y aprender para tratar de llevarlo al aula. Es cierto que no siempre lo aprendido he podido trasladarlo al aula, quizás porque lo aprendido no fuere lo suficientemente interesante o fácil de adaptarlo para el alumnado de primaria, pero siempre he tratado de sacarle algún beneficio. Yo sí he cambiado a lo largo de mi vida profesional, mis clases han ido sufriendo constantes modificaciones tanto por lo aprendido en esta formación continua como por la propia autocrítica en la autoevaluación de la práctica docente. Lógicamente, jamás he preguntado por las horas que se puede ausentar, mi intención era estar presente en todas.

    Y como la rutina mata, siempre he sido un obsesionado por intentar dar las clases lo más variadas posibles. En Educación Física es muy fácil si uno se empeña, aunque muchos el empeño lo dejan para la «casa de empeños». Aquí también reina la rutina en muchos docentes, desafortunadamente para su alumnado…

    Siempre tienes un cuento o una anécdota para ilustrar tus reflexiones. La de esta semana me ha gustado mucho, aunque tenga un final trágico.

    Buena semana, estés donde estés… 😉

    Un abrazo.

    • Querido Juan Carlos:
      Todavía ando por estas tierras colombianas. Iberia ha cancelado el vuelo por motivos técnicos y tendré que esperar hasta la noche.
      Conozco tu trayectoria profesional y sé que es verdad todo lo que dices. Sé que has sido un maestro ejemplar, innovador, esforzado…
      Han tenido mucha suerte tus alumnos y tus alumnas. Y sé que no solo has mantenido una línea de constante aprendizaje sino que has ayudado a muchos otros a mejorar su práctica. Ahí está para demostrarlo la revista que diriges de forma gratuita y generosa. La verdad es que me enorgullezco de disfrutar de tu amistad, aunque solo podamos tener esta faceta epistolar.
      Otra prueba de interés por la profesión y por el aprendizaje es tu participación en este blog. Una vez jubilado podrías haberle dado la espalda a este tipo de lecturas. Pero no. Tú lees y, además escribes. Es de agradecer este ejemplo que nos das a todos. Admirable.
      A mi juicio, muy acertadas tus reflexiones de los dos primeros puntos.
      Un abrazo y gracias.
      MÁS

  3. Querido y estimado Miguel Ángel!
    Nunca pensamos que cruzar el charco rejuvenece, pero sintiendo tus experiencias colombianas es evidente. Sembrar la civilización de lo afectivo en educación es una aventura mayor y mejor que la de Colón y todos los pseudoconquistadores. Felicidades!!
    Tenemos dos certezas muy claras (y en esta vida no son muchas) la primera es que los encuentros llamados «Santos +» (MAS) no sólo certifican académicamente sino también imprimen carácter en el alma educativa, producen una marca indeleble de por vida. La segunda es que un libro tuyo o un encuentro contigo es nefasto para la rutina, la mata del susto! M-i A-ntídoto-Suficiente es MAS, y para todas las personas, vacuna para la rutina y energía para el Amor a la enseñanza y a los enseñados…como diría el compi Lledó.
    Ha sido un gustazo leerte, compartirte y dialogarte…rozando el orgasmo espiritual…y a mí edad se agradece ya cualquier orgasmo. Gracias!!
    Cuando estés disfrutando del descanso del Guerrero después de dar Guerra, ergo darte a ti mismo, esperamos también poder abrazarte. Somos «Zoom Abratikóm», debemos practicarlo que ya hemos visto los efectos tan saludables… aunque los efectos secundarios sean saltar y aplaudir.
    Mil abrazos y besos sinceros, agradecidos y auténticos.

    • Queridos amigos:
      Vosotros sois especialistas en abrazos y especialistas en amistad.
      Y vuestros comentarios son regalos maravillosos.
      Ya toca regresar.
      IBERIA HA CANCELADO EL VUELO Y TENDRÉ QUE HACER ENCAJE DE BOLILLOS PARA NO ESPERAR AL DÍA 20
      TENGO QUR VIAJAR VÍA MEXICO, HACER UNA CONEXIÓN DE CUATRO HORAS Y LUEGO OTRO VUELO A MADRID VUELO DE 11 HORAS.
      GAJES DEL OFICIO.
      El Congreso del que hablo estuvo muy bien.
      He viajado mucho y he trabajado mucho.
      OS MANDO UN ENORME ABRAZO DESDE EL DORADO (AEROPUERTO DE BOGOTÁ)
      Gracias por estar siempre ahí sosteniendo mi mundo.
      MÁS

  4. Buena noche desde México, mi estimado Dr. Santos Guerra.
    Es curioso que justo me tope con este tema y la fascinante historia que cuenta al final. Hoy empecé a leer un libro que me ha ayudado mucho a aprender y desaprender cuestiones psicológicas y emocionales relacionadas con las relaciones de pareja, se llama «A pesar de nuestras diferencias, me casaría de nuevo contigo» de Fernando Zavala.
    Este libro va poco a poco a través de sus capítulos desmenbrando muchos mitos y creencias sobre las relaciones de pareja y lo que causa su destrucción, desde mantener perspectivs poco realistas hasta el cobro de facturas emocionales que nunca fueron atendidas, mucho menos sanadas. Y es precisamente la rutina la que mata, la que no deja que haya planes a futuro, ni en lo inmediato, es la incapacidad de salir del esquema destructivo en que muchas relaciones caen.
    Cuando habla de la importancia de atender la emociones, pareciera parte de una tendencia global por visibilizar aquellos que no estábamos poniendo sobre la mesa o más bien, no queríamos poner en la mesa. Lo cierto es que muchos sistemas educativos a nievel mundial han puesto la atención a las emociones como un eje fundamental para mejorar los procesos de aprendizaje, sin embargo muchos docentes en las aulas, solo lo están viendo como una moda o tendencia pasajera y no se están preocuapando y ocupando de la atención que requiere el equilibrio emocional, inclusive, como usted lo indica, primero que el cognitovo. Ya lo mencionaba Goleman, no hay aprendizaje duradero, significativo o efectivo, sin un adecuado manejo de la emociones.
    Recuerdo a uno de mis maestros de la infancia que decía «De que sirve que una persona tenga muchos conocimientos, si es un tirano, un ególatra, violento» la educación es un arma de trasnformación humana, que conlleva la adquisición y desarrollo de valores, como una persona educada, no es la que sabe mucho, sino que una persona eduicada, es la que pone sus conocimientos al servicio de los demás, decía Freire. En eso radica la importancia de poner al frente a la educación emocional que va de mano con la formación en valores.
    Muchas gracias por leernos y compartir con nosotros sus maravillosas reflexiones. Un abrazo.

    • Estimado Misael:
      Qué casualidad. Estoy leyendo tu comentario y ahora contestándolo en el aeropuerto de México. Iberia canceló el vuelo Bogotá-Madrid y estoy haciendo el regreso a través de Ciudad de México.
      Muy interesante tu comentario. Hay muchas ideas irracionales que enturbian, como dices las relaciones de pareja. Es preciso desmontarlas, si queremos que la relación se mantenga viva. Es lo que pretende hacer la terapia cognitiva-conductual. Las once ideas irracionales de Albert Ellis están en la base de la desgracia de muchas personas.
      Hablas también de las emociones en la escuela. La educación emocional mejora la aceptación de nosotros mismos, enriquece la convivencia y favorece el aprendizaje.
      Cómo no estar de acuerdo con Freire.
      Te dejo. Tengo que embarcar.
      Gracias por enviar este estupendo comentario.
      MÁS

  5. Qué importante la educación emocional.
    Ese Congreso tuvo que ser muy importante.
    Es necesario organizar actividades que difundan la necesidad de incorporar al curriculum escolar esta parcela de la formación.
    Me gustaría disponer de la conferencia que impartiste en el Congreso. ¿Sería posible?
    Gracias por el artículo.

    • Querida María:
      El Congreso fue un extraordinario éxito.
      Acudieron más de 800 personas, aunque es cierto que, al ser gratuito, facilitó la asistencia.
      El ambiente fue excelente.
      La organización se volcó y atendió hasta los menores detalles. En una bolsa metió hasta ocho pequeños regalos para los participantes.
      Todo funcionó a la perfección.
      El Ministerio de Educación pidió que se aplazase el comienzo dos horas para que llegase la viceministra a la inauguración. Con buen criterio la presidenta de la Fundación, Martha Prieto, con buen criterio, dijo que el Congreso comenzaría a las 8, con o sin la representante del Ministerio.
      Besos y gracias por leer y escribir.
      MÁS

  6. Hoy resulta indiscutible la necesidad de la educación emocional. Por eso me ha alegrado conocer esta experiencia colombiana que, según describes, tuvo un éxito de asistencia y de organización.
    Antes los casos de suicidio, de bullyng, de agresiones sexuales… siempre vale más prevenir que lamentar.

    • Estimada Silvia:
      Hay que añadir a lo que dices toda la dimensión positiva que encierra la educación emocional.Porque no solo evita patologías, suicidios, bullying y agresiones sino que favorece la mejora de la autoestima, de las relaciones, de la convivencia y del aprendizaje.Cuestiones claves que se encaminan al logro de la felicidad de los seres humanos como individuos y como miembros de una sociedad.
      Gracias, Silvia.
      Un abrazo.
      MÁS

  7. La educación emocional es una necesidad cada día más necesaria y urgente.
    Por eso me parece estupendo que se realicen este tipo de eventos que llegan a tanta gente.
    Cómo me hubiera gustado vivir una experiencia de ese tipo en la que entras en contacto con tantas personas motivadas.
    Hay que agradecer a la Fundación crear soluciones en las manos que la brindase de forma gratuita.

    • QUERIDA MARTA:
      Sí, los Congresos tienen un doble interés. Por una parte, podemos recibir un cúmulo de ideas de quienes han estado mucho tiempo trabajando, estudiando, investigando sobre un tema y por otra podemos intercambiar ideas y experiencias con otras personas interesadas en el tema.
      Otra cuestión importante es la motivación que surge al ver que muchas personas tiene intereses compartidos y haca4en esfuerzos entusiastas.
      Salimos con la sensación reforzada de que no estamos solos.
      Besos y gracias.
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  8. Muchas gracias por compartir esa experiencia tan estupenda.
    Reunirse para compartir ideas y experiencias es magnífico porue no solo adquirikmos nuevos medios para trabajar sino que los alentamos unos a optros para realizar una tare uq a veces se hace co,mplicada.

    • Querida Teresa:
      El trabajo en educación no depende solo de las ideas que tengamos en la cabeza. Depende también de la pasión que compartimos con otras personas. Y eso se consigue en un Congreso en el que comparten experiencias que están realizando otras personas en otros lugares. Adquirimos la sensación de que formamos parte de un gran equipo, de un gran proyecto compartido.
      Besos y gracias.
      MAS

    • Querida Silvia:
      El nombre se debe a que la Fundación ha creado y sigue creado materiales para la educación emocional que se trabajan con las manos… Por ejemplo el DOMINÓ DE LAS EMOCIONES. MUCHOS MATERIALES SON MANIPULABLES Y, A TRAVÉS DEL JUEGO O DE LA ACTIVIDAD COMPARTIDA CON LAS MANOS, SE LLEGA A IDEAS Y SENTIMIENTOS SALUDABLES.y ellas los crean y los manejan para la formación emocional.
      Los he visto en la sede de la Fundación.
      Besos y gracias.
      Besos.

  9. Interesante historia la del Odio, la Rutina y el Amor.
    El título es bien certero.
    La rutina lo destruye todo.
    Por eso es t<n importante para las instituciones la innovación.

    • Estimado Juan A. Castro:
      eso plantea en mi libro La escuela que aprende.
      Lee la fábula que abre el libro.Es una fábula de Augusto Monterrosso que se titula El Grillo maestro.
      Si no ponemos en cuestión las prácticas, si no nos hacemos preguntas sobre ellas, estamos condenados a repetir los errores y a perpetuar las limitaciones.
      Un cordial saludo y muchas gracias.
      MÁS

  10. Qué experiencia tan inspiradora y necesaria; el Congreso CIPESE no solo destacó la importancia de la educación emocional, sino Retro Bowl que también sembró esperanza real en el corazón de docentes y jóvenes comprometidos con un cambio auténtico en la escuela y la sociedad.

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