El águila y las gallinas

24 Oct

Leonardo Boff, pensador brasileño, profesor de teología sistémica en la Universidad de Petrópolis y director  de la editorial brasileña Vozes, escribió hace años (la traducción española es de septiembre de 1998) un pequeño libro titulado “El águila y la gallina. Una metáfora de la condición humana”.

El libro comienza de esta sugerente manera: “Érase una vez un político, también educador popular, llamado James Aggrey. Era natural de Gana, pequeño país del África Occidental. Hasta ahora, tal vez, un perfecto desconocido. Pero, en cierta ocasión contó una historia tan bonita que, con certeza, ya circuló por el mundo, llegando a ser su autor y su narración inolvidables”.

El contexto de la narración es el siguiente: a mediados de 1925, James había participado en una reunión en la que se abordaba el acuciante problema de la independencia de Gana, país que tiene 238.537 kilómetros cuadrados. Unos defendían la vía armada como el mejor medio para alcanzar la liberación de los colonizadores ingleses. Otros sostenían que era la organización política del pueblo la que podría conseguir los propósitos de independencia, como realmente sucedió bajo el liderazgo de Kwame N´Krumah, que recorría el país con el lema: “busca primero el reino político, y todo lo demás vendrá”. Algunos defendían la idea de que había que mantenerse bajo la protección de los ingleses. Los colonizadores  predicaban desde los púlpitos, escribían en los libros y decían en los actos oficiales que los ganeses y los africanos en general eran seres inferiores, incultos y bárbaros y que solos nunca conseguirían el desarrollo que podrían alcanzar bajo el imperio británico. Como suele suceder, algunos habían hecho suyas las tesis de los opresores.

James Aggrey, fino educador, seguía atentamente todas las intervenciones. Escuchaba con sorpresa y rabia cómo algunos líderes apoyaban la causa de los ingleses. Hacían caso omiso de todas las quejas y renunciaban a los sueños de la liberación. Entonces pidió la palabra levantando la mano y, con calma y solemnidad, contó la siguiente historia:

Érase una vez un campesino que fue a la floresta para coger un pájaro y tenerlo encerrado en su casa. Consiguió una cría de águila y la puso en el gallinero con las gallinas. Comía la ración de maíz como todas las demás gallinas.

Pasados cinco años, este hombre recibió en su casa la visita de un naturalista. Al pasear por el jardín, entre las gallinas, el naturalista dijo:

– Ese pájaro de ahí  no es una gallina. Es un águila.

– Cierto, dijo el campesino, es un águila. Pero yo la crié como gallina. Ya no es un águila. Se transformó en gallina como las demás, a pesar de las alas de casi tres metros de extensión

– No, insistió el naturalista. Es y será siempre un águila. Pues tiene un corazón de águila. Este corazón la hará volar un día en las alturas.

Entonces decidieron hacer una prueba. El naturalista tomó el águila, la levantó lo más alto que pudo y, desafiándola, dijo:

– Ya que eres de hecho un águila, ya que perteneces al cielo y no a la tierra, entonces, extiende las alas y vuela.

El águila se posó sobre el brazo extendido del naturalista. Miraba distraídamente alrededor. Vio a las gallinas allí debajo, revolviendo los granos de maíz. Y saltó unto a ellas. El campesino comentó:

– Ya le dije se ha convertido en una gallina. Así ha vivido todo el tiempo.

– No, insistió el naturalista. Es un águila Y un águila será siempre un águila. Vamos a probar nuevamente mañana.

Al día siguiente, el naturalista subió con el águila al tejado de la casa. Y le susurró:

– ¡Águila, puesto que eres un águila, abre tus alas y vuela!

Pero, nuevamente, cuando el águila vio a las gallinas picoteando el grano allí abajo, saltó y se fue con ellas. El campesino sonrió y volvió a la carga:

– Yo ya se lo había dicho. ¡Se convirtió en gallina para siempre!

– No, respondió firmemente el naturalista. Es un águila, poseerá siempre un corazón de águila. Vamos a intentarlo una vez más. Mañana la haré volar.

Al día siguiente el naturalista y el campesino se levantaron muy temprano. Cogieron el

águila, la llevaron fuera de la ciudad, lejos de la casa, lejos de las gallinas, en lo alto de la montaña. El sol naciente doraba las crestas elevadas. El naturalista levantó el águila y le ordenó:

– Águila, ya que eres águila, ya que perteneces al cielo y no a la tierra, abre tus alas y vuela.

El águila miró alrededor. Temblaba como si experimentase una nueva vida. Pero no emprendió el vuelo. Entonces el naturalista la aseguró firmemente, en la dirección del sol, para que sus ojos pudiesen llenarse de la claridad solar y de la inmensidad del horizonte,.

En ese momento, ella abrió sus potentes alas, graznó con el típico kau-kau de las águilas y se irguió, soberana, sobre sí misma. Y comenzó a volar hacia lo alto, a volar cada vez con más velocidad y con más altura, más y más, hasta confundirse con el azul del firmamento.

Y James Aggrey terminó diciendo:  Hermanos y hermanas compatriotas. Hubo personas que nos hicieron pensar como gallinas. Y muchos de nosotros pensamos que somos gallinas. Pero nosotros somos águilas. Por eso, compañeros y compañeras, abramos las alas y volemos. Volemos como las águilas. Jamás nos contentemos con los granos que nos arrojan a los pies para rebuscar en la tierra.

Gana fue el primer país del África subsahariana que accedió a la independencia.Kwame N´Krumahcontinuó como primer ministro, mientras se mantenía la representación de la corona británica a través de un gobernador general. Este cargo fue eliminado en 1960,cuando se optó por el sistema republicano.

La historia de James Aggrey es realmente espléndida. Fue contada en el momento oportuno en el que había que luchar por la liberación de un pueblo. También existe la liberación de los individuos: para el desarrollo de la realización humana hace falta el sentido de la autoestima, la capacidad de afrontar dificultades casi insuperables y la creatividad ante situaciones de opresión que amenazan el horizonte de la esperanza.

Estamos contantemente desafiados a liberar el águila que llevamos dentro. Ante situaciones de adversidad como la que tenemos con la pandemia, ante actuaciones políticas egoístas o irracionales, ante la dominación de los medios, ante la presión que ejerce sobre concepciones, actitudes y comportamientos la filosofía neoliberal, ante la crisis de valores, ante el esfuerzo de los monopolizadores del tener, el saber y el poder, ante la falta de miras solidarias… hemos de liberar al águila. 

Todo ser humano tiene que realizar un proceso de personalización. Ese proceso está frenado por obstáculos diversos: el egoísmo, el pragmatismo, el consumismo, la dominación, el conformismo, el adoctrinamiento, la falta de valores, el engaño…

Y la piedra angular de la liberación personal y social radica en la educación. Como dice Emilio Lledó: “La educación entra en la historia humana cuando aparece en ella la lucha real o ideal por la libertad. Educar es abrir y desarrollar posibilidades, construir en cada individuo un espacio más amplio que el que ofrecen las respuestas inmediatas  al cerco de los estímulos y las necesidades elementales”. 

Educar es subir al águila que llevamos dentro a la parte más alta de la montaña del desarrollo integral para invitarla a que vuele en el firmamento mirando al sol de un mundo mejor.

23 respuestas a «El águila y las gallinas»

  1. Querido amigo y maestro:

    Tu historia me ha recordado al educador que más he admirado siempre: D. Bosco.

    San Juan Bosco, siguiendo la metáfora de tu artículo, acogió a jóvenes necesitados y en riesgo, logrando que fueran capaces de volar, pues les proporcionó educación y un hogar. Su obra fue tan grande que ha seguido multiplicándose, habiendo actualmente salesianos y familia salesiana por todo el mundo, en concreto en 136 países…

    He tenido el privilegio de pertenecer a la Junta Directiva de la Asociación de AA.AA. de D. Bosco de Málaga (lo cuento ya a posteriori) y observo que son capaces de seguir volando, de continuar soñando, reinventando, con originalidad, mostrando y provocando una sonrisa, sin someterse ni siquiera a los condicionantes de la pandemia procurando que la inercia de su fundador continúe regalando vida…

    Te dejo un enlace de su última actividad, encaminada a recordar a D. Bosco:

    https://www.diariosur.es/malaga-capital/castanas-gratis-salesianos-sorteo-20201023194001-nt.html

    Muchas gracias por tu interesante artículo y felicidades, pues me ha sido muy útil para reflexionar y para recordar.

    Como sabemos, la etimología de “recordar”, procede del latín “recordare”, que se compone del prefijo “re” (volver a) y “cordare”, formado sobre el sustantivo “cor”, “cordis” (corazón).

    Un fuerte abrazo MÁS para tu familia de parte de la mía.

    Y feliz fin de semana a todos.

    • Querido Juan Miguel:
      Conozco la obra de Don Bosco.
      Sé que se ocupan especialmente de los alumnos más vulnerables.Para mí, eso es un valor en una sociedad que tiene a olvidarse de los favorecidos, de los que paulo Freire llamaba «los desheredados de la tierra».
      No sabía que habías estudiado con los salesianos. Sin duda, han marcado tu vida.
      Gracias por el enlace.
      Es magnífica la solidaridad, aunque eso no nos puede hacer olvidar la necesidad de analizar y de combatir las estructuras que generan tantas injusticias.
      Un abrazo lleno de afecto y gratitud por tu aportación.
      Saludos a tu familia.
      MÁS

  2. Querido Miguel Ángel, al leer tu artículo me ha parecido estar en una de tus conferencias, pues tienes la habilidad de, con hermosas historias, aclarar verdades profundas.
    Esa historia del águila- gallina no es una historia o cuento, es una realidad en tantos lugares y situaciones…
    Yo me quedo con el mensaje sobre la educación. Educar en la libertad, en la reflexión, en la capacidad de discernir, en el compromiso que supone el ser seres libres.
    En fin, la reflexión y la conciencia de seres humanos que formamos una hermandad universal con todos nuestros semejantes bien podría ser la guía para vernos todos por igual, como una sola raza, con nuestras diferencias, pero sin explotadores y por tanto sin explotados.
    Ya sé que es un ideal utópico, pero la utopía es el objetivo.
    La educación, no el adoctrinamiento, nos hará seres libres.
    Un abrazo, Miguel Ángel y saludos a todos.

    • Querido Joaquín:
      Muchas gracias de nuevo por la lectura y por el comentario.
      Sí, me gusta utilizar historias en las conferencias y en las clases. Creo que ilustran y motivan.
      Una historia no lo puede mostrar todo, pero enseña de manera viva y clara una parte de la realidad.
      La utopía no es el punto de llegado sino el aliciente para seguir caminando.
      De acuerdo contigo en que la educación debería ser el camino hacia la libertad, no hacia la dominación.
      Que tengas un feliz fin de semana.
      Besos para Ana Mari.
      MÁS

  3. Mª José Robles Fernández dice:
    Tu comentario está pendiente de moderación.
    24 octubre, 2020 a las 12:18
    Preciosa historia que nos hace reflexionar si los centros educativos son realmente corrales delimitados por muros construidos con libros de textos descontextualizados, burocracia, adoctrinamiento, conformismo, falta de valores, normas rígidas, asignaturas alejadas de la realidad de la vida de nuestro alumnado…y en este contexto pretendemos que sean águilas y vuelen alto sujetos en una silla, un pupitre y una pizarra: ¡Demasiado peso para volar!
    Sueño que los centros educativos se conviertan en lugares donde se respire olor a naturaleza, libertad para ser y sentir y por tanto para volar, caminar, nadar y llegar muy lejos a través del aire, el mar, la tierra y el calor que desprenden los corazones de los que forman parte de la Escuela, corazones de ilusión, sueños, empatía y confianza para que cada uno llegue donde quiera llegar y disfrute durante ese viaje de la aventura maravillosa que supone aprender. Disfrutar de esa naturaleza viva que nos hace sentir parte protagonista de ella y por tanto cuidarla para que el aire nos temple, el agua nos refresque, el fuego nos caliente y la tierra nos alimente.
    Como tú bien dices “Una gallina es una gallina. Un águila es un águila. Estas afirmaciones que parecen obviedades cercanas al ridículo están frecuentemente negadas cuando, en la escuela, tratamos a los niños y a las niñas como si fuesen iguales, o cuando los tratamos como diferentes pero comparándolos con un prototipo” (Santos Guerra: “La Gallina no es un águila defectuosa”). Demos la oportunidad de desarrollar una personalidad integral coherente con los que somos y sentimos.
    Nos dice Tonucci que debemos dar un paso más y “ pasar de una Escuela Inclusiva a una Escuela Exclusiva porque cuando se habla de inclusión parece que hablamos de una Escuela generosa que acepta a todas y todos, no importa cómo. Una Escuela Exclusiva implica decir que cada uno de los niños y niñas independientemente de sus características sientan que la Escuela es suya, exclusivamente para ellas y ellos, para ayudar a descubrir sus actitudes y capacidades y a desarrollarlas hasta el máximo de sus posibilidades, como así lo propone, impone y promete el artículo 29 de la Convección de los Derechos de las niñas y de los niños”. Una Escuela Exclusiva que respete y cuide la exclusividad de cada niño y niña.
    Como dice María Ángeles Díaz, estudiante de FP de grado medio, en un artículo del País.” Teníamos una gran oportunidad para cambiar el sistema educativo y no se ha aprovechado. Nos hemos quedado peor. Hemos ganado mil normas que convierten la escuela en un lugar ortopédico, las clases semipresenciales no funcionan: no se escucha bien, se les va el audio, si tienes dudas tardan mucho en contestarte, no hay feedback entre alumno y profesor… La sociedad ha evolucionado pero la educación no. Teníamos la oportunidad de organizar una educación más efectiva y orientada a la sociedad en la que estamos, de hacer un trabajo más práctico, por proyectos, personalizada, teniendo en cuenta nuestros intereses, que hubiera menos alumnos en clase, que la tecnología fuera aliada en lugar de barrera… Y no la hemos utilizado y hemos vuelto a lo mismo pero peor. En las escuelas deberían entrenarnos para la vida, como hacer un currículum, entender una nómina, hacer investigaciones, o incluso a cocinar. Son cosas que necesitamos saber pero nadie nos las enseña. Yo ya no quiero ir más al colegio a memorizar contenidos, que luego echas en el examen y los olvidas. Yo quiero ir a aprender. Tendrían que haber cambiado la manera de dar clase, olvidarse de los libros de texto, se aprende mucho más con dinámicas o debates o retos que sentados muchas horas sin que apliquemos el conocimiento. Una mejor educación garantiza un mejor país con unos mejores líderes en el futuro.” (https://elpais.com/educacion/2020-10-23/el-sistema-educativo-ha-perdido-la-oportunidad-de-reinventarse-en-la-pandemia.html)

    Gracias Miguel Ángel. precioso artículo
    PD: ¿Te llegó mi correo?. UN fuerte abrazo

    • Querida María José:
      Ya nos tienes acostumbrado a tus comentarios sugerentes, ricos y apasionados.
      Unos comentarios en los que se concibe la escuela (tu Escuela) no como un corral donde las gallinas, que solo miran al suelo, comen el maíz de unos de unos pobres alimentos sino como un lugar para aprender a volar, a ser felices y a ser libres.
      Curiosa la acepción de Escuela Exclusiva de Tonucci. La semántica de las palabras nos permite descubrir nuevos significados.
      Mari Ángeles Díaz, con sus 16 años, nos da una importante lección a quienes nos dedicamos a la enseñanza. Cuánta razón en sus palabras (gracias por el enlace)
      Recibí tu correo. Tengo unos días complicados. Te responderé con algunas sugerencias sobre la investigación.
      No mucho más por el tiempo. El proyecto me parece precioso.
      Besos.
      Gracias.
      MÁS

  4. Un privilegio haber sabido de antemano sobre la publicación de el Águila y la gallina de una manera tan inesperada y fortuita como fue el pasillo de un hospital.

    Me quedo con el penúltimo párrafo, espero que no se nos olvide nunca el poder que tenemos de transformar las cosas, y lo más importante, vivir siendo libres.

    Un saludo Miguel.

    Atentamente, Esther (enfermera)

    • Querida Esther:
      Muchas gracias por leerme y, sobre todo, por escribir.
      No siempre se encuentra uno con personas con tanta receptividad y tanta sensibilidad como la tuya.
      Me alegra saber que la historia te ha gustado y que has captado tan bien su mensaje. Ese párrafo, efectivamente, es esencial
      Ya estamos en casa. Todo fue muy bien ayer.
      Y fue una suerte encontrarte.
      Besos.
      MÁS

  5. Querido Maestro!
    Hoy su comentario me ha hecho recordar parte de mi vida en que me hacían sentir gallina siendo una bella águila imperial.
    Y por ello voy a transcribir un texto de una psicóloga amiga que con sus palabras parecía que me daba vida.
    «Tienes tanta fuerza que es imposible que entres en algún sitio y quede alguien que no te vea.
    Tus pasos hacia adelante, tus risas tus llantos o tu huida hacen tanto ruido que cualquiera persona que se cruce contigo no tiene más remedio que mirarte.
    Para correr hacia ti o en dirección contraria, como haces tantas veces con las emociones que pasan por encima de ti como trenes que descarrilan en andenes donde nadie espera.
    Tienes en los ojos la sinceridad que muchos jamás serán capaces ni siquiera rozar, y el miedo que no te asusta mostrar, porque eres tan valiente como vulnerable, tan grande cómo pequeña, y vas por la vida sin esconderte de ti misma sabiendo que con ello habrá quién se esconda de ti.
    Y aunque te duela todo un mundo qué se alejen de tu lado las personas que has querido sabes que permanecerán las personas que te quieren, porque es muy difícil conocerte y olvidarte y no es tarea fácil para quienes aprendieron que sentir era todo un mundo.
    Eres tan tú……..Eres tan auténtica…..
    Eres tan sumamente especial, que jamás, escuchame jamás dejes que quienes no tienen valor para entenderte, oscurezcan la luz que transmites al Universo.

    Me ha emocionado tanto este escrito que me ha parecido que me estaba definiendo.
    Es algo que traspasa los sentidos y que manifiesta sentimientos nunca antes escritos.
    Es traducir en palabras los ecos del alma.
    ¡Si quieres volar nada ni nadie te cortará las alas!
    Sin más me despido hasta la próxima, con un afectuoso abrazo para todos.

    • Querida Loly:
      Claro que hay personas que con sus actitudes, palabras y comportamientos quieren que otras personas vivan como gsllinas y se sientan gallinas aunque sean águilas.
      Algunas están en el poder, otras en la familia y otras en las escuelas.
      El problema es que esa ingluencia es tan imtensa que algunas personas llegan a convencerse, como le pasó por un tiempo al águila de la historia.
      Afortunadamente tú elevaste el vuelo.
      El escrito de la psicóloga parace escrito para ti.
      Que sigas volando y vo ñlando.
      Besos.
      Gracias una semana MÁS

  6. Preguntando por Juan Carlos:
    Sé que Jaén está atravesando un momento complicado con la expansión del virus.
    Espero ,querido amigo, que la causa de las ausencias nada tenga que ver con la enfermedad.
    Ya ves que hecho de menos tus certeras aportaciones.
    Te deseo (para ti y familia) salud y bienestar.
    Un abrazo.
    MÁS

    • Hola Miguel Ángel.

      Todo bien, de momento.

      Te leo y permanezo agazapado, como las águilas, pero no se me ocurre nada con lo que enriquecer tus reflexiones y los comentarios que los completan. Últimamente estoy muy atareado, como las gallinas, picotenado de aquí para allá.

      En el cole, intentando subir al águila a la montaña para que eche a volar, pero entre que el águila está en otras cosas, el cielo encapotado y la colina escurridiza, ahí vamos salvando dificultades…

      Un abrazo.

      • Querido Juan Carlos:
        Tus palabras han supuesto un alivio, porque eres de los que no fallan, como Loly, Joaquín, María José…Me alegro que la causa del silencio sean las ocupaciones.
        Hazte presente para saber que estás bien, aunque solo sea.
        Como las cifras de Jaén son las que son, tuve un mal presentimiento.
        No importa que el cielo esté encapotado y las águilas distraídas. Hay que seguir intentándolo.
        Gracias por quitarme un peso de encima.
        Un gran abrazo.
        MÁS

  7. Me gustan mucho las historias como estrategia didáctica.
    – Despiertan el interés.
    – Facilitan la comprensión.
    – Se graban en la memoria.
    – Enganchan al lector o a quien escucha.
    Estame ha parecido estupenda para invitar a salir del estado demostración que tenemos a raíz de la pandemia.
    GRACIAS. Me ha encantado el artículo.

    • Querida Sandra:
      Me gusta mucho utilizar historias, tanto en mis escritos como en mis conferencias.
      Tengo decenas de libros de cueentos en las estanterias de mi biblioteca. Escribí un libro titulado LA ESTRATEGIA DEL CABALLO Y OTRAS FÁBULAS PARA TRABAJAR EN EL AULA.
      Gracias por tu comentario.
      Besos.
      MÁS

  8. Buenos días a todo el mundo,

    No puedo quedarme en silencio ante artículo tan soporte de mi teoría sobre la autodidáctica. Gracias infinitas Sr. Guerra. Si de verdad queremos ver águilas entre nuestros conciudadanos, enseñanza presencial y obligatoria hasta los 10 ó 12 años, y no más. No dejo de ver gallinas por todos lados, enseñanza del todo es bueno, de la vida fácil y cómoda para los niños y adolescentes. Y luego, claro, se planta el niño en cuarenta años y se le pincha el coche y se hincha a llorar porque no sabe cambiar la rueda. Y ya no digamos para buscar trabajo y defenderse de este mundo hostíl. Enseñanza obligatoria de autodidáctica de los 8 a los 12, y matemáticas, y física, y mecánica y solo ciencias. A partir de los 12 años, solo asignaturas prácticas de ciencias, si lo precisan su rama de conocimiento elegida, no más. La demás asignaturas que no sean de ciencias prácticas, autodidáctica en el sentido más rígido de su nombre, a partir de los 12 años, y no más. Viva la UNED. Que a un tipo de más de veinte años le den clases de derecho, o de política, o de filosofía, de magisterio, vamos eso es pasarle la vida por la batidora y dársela en forma de puré. No me extraña ver tantas gallinas en nuestra sociedad con el sistema educativo que tenemos. El maestro o profesor ahí dejándose la garganta en el dice que te dice y que viene a decir lo mismo que el libro dice, solo que lo dice con su toque de orientación política, con el libro resumido, con el contenido alterado. ¿De verdad creen que es útil esa enseñanza?. Creo que sí solo para algunos intereses, para hacer ciudadanos dependientes de papá Estado, ciudadano que creen que la riqueza cae del cielo, ciudadanos que votarán a izquierdas porque papá Estado sustituirá a papá físico en la vidorra que le espera por delante, vidorra de mucha exigencia por parte del gallináceo y muy poquito que aportar. Que pasado un tiempo de aparente bienestar le hará visitar a psicólogo porque se encuentra perdido, sin autoestima, en ese mundo de todo me lo dan hecho, y todo porque papá Estado le enseñó a ser gallina, cuando en realidad nació como águila.

    Bueno, va, vale por hoy. Ahora me voy a arar.

    Que tengan un buen día.

    • Estimado Don Quintiliano:
      Gracias por la valoración del artículo como soporte de la autodidáctica.
      De acuerdo con algunas cosas, con otras no:
      1. De acuerdo:
      – con la necesidad de que las personas aprendan que la vida exige sacrificio, esfuerzo y superación.
      – con la crítica a la enseñanza del dictado: «El maestro o profesor ahí dejándose la garganta en el dice que te dice y que viene a decir lo mismo que el libro dice, solo que lo dice con su toque de orientación política, con el libro resumido, con el contenido alterado». Es absurdo. Es estúpido. Es aburrido.
      – con la necesidad de que aprendan en la vida y para la vida.
      – con la crítica a la dependencia de Papá Estado.
      – con la idea de que nacemos como águilas.
      – con la existencia de muchas gallinas, fruto de un mal sistema educativo.
      2. En desacuerdo:
      – Con la limitación de la enseñanza hasta los 12.
      – con la eliminación de las materias de letras: filosofía, literatura, arte… No hay por qué enseñarlas como dices.
      – con la idea de que solo lo que es pragmático es lo importante.
      Un gran abrazo.
      Gracias por dejar el arado unos minutos para enseñarnos tantas cosas.
      MÁS

  9. Excelente historia.
    Muy apropiada para los tiempos en los que vivimos.
    Hay muchas fuerzas que nos arrastran a la condición de gallinas.
    Y nosotros tenemos que recuperar el águila que llevamos dentro.
    Saludos a todos.

    • Querida Marta:
      El poder quiere que seamos súbditos, el mercado quiere que seamos clientes, los medios quieren capturar nuestra atención, las redes están llenas de manipulaciones..
      Tiempos propicios para asumir la condición de gallinas, que miran hacia abajo, que no salen del corral de las rutinas y las supersticiones, que no elevan el vuelo más allá de los intereses inmediatos y de la satisfacción de los instintos…
      Es la hora de elevar el vuelo, de mirar más allá de las propias narices, de tener metas elevadas, de superar las adversidades…
      Es la hora de volar alto, más allá del egoísmo, del consumismo, del individualismo, de la competitividad, de la obsesión por la eficacia…
      Es la hora pensar en los más desfavorecidos y de actuar para ellos y para ellas.
      Besos y gracias.
      MÁS

  10. Meta encantado el artículo.
    Ayer lo trabajé con mis alumnos y alumnas en la escuela.
    Dio lugar a un debate magnífico.
    Estoy muy agradecida porla aportación.
    Ojalá siga escribiendo muchos años.

    • Estimado Juan Carlos:
      Me alegra saber que el artículo te h servido para trabajar en tu clase.
      No hay mejor y mayor utilidad de un escrito.
      Muchas gracias por leerme y por desear que siga con esta tarea mucho tiempo.
      No son momentos fáciles para el periódico.
      Saludos.
      MÁS

  11. Saludos Apreciado Dr. Santos, a sus lectores y a sus comentaristas
    Con los análisis que compartió quizás yo lo conecte con el tiempo que toma recobrarse de una mala experiencia. Depende de lo difícil que haya sido, me parece es entonces que toma la recuperación porque involucra que las expectativas fueron defraudadas, el desasosiego generado por un desajuste entre lo que se obligaba a creer y la realidad, las pocas oportunidades de crecimiento y promoción, la infravaloración, el provocar un estrés continuo y el provocar un ambiente de desconfianza.
    Aunque, lo peor puede ser que quien provoca todos estos efectos poco deseables, incluso no se entere o habrá que mirar que si lo teniendo en cuenta y eso es mas que grave que lo advierten, pero no hay mejora

    • Querida Lourdes:
      Sí, hay personas cuyos comportamientos generan en otras desaliento, frustración y dolor.
      De manera intencionada o fortuita convierten en gallinas a personas que nacieron para ser águilas.
      Ahí está la tarea del naturalista (del educador/educadora) que ayuda a salir del pozo de la desesperanza.
      Es el águila quien tiene que volar (el educador/educadora no lo lo puede hacer por él).
      Resulta imprescindible esa reacción, esa fuerza, ese coraje que hace salir de la postración, de la falta de miras, de la baja auoestima, del desaliento y del pesimismo.
      ¡Hay que volar alto!
      Besos y gracias.
      MÁS

      PD: Te acabo de enviar otro artículo.

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