Cuando me preguntan lo que pienso sobre el peso que tiene en la vida la genética y la cultura (incluida la educación) suele decir que ambas tienen una enorme influencia. Y, cuando me fuerzan a dar porcentajes, digo que en un 100% tiene influencia la genética y en un 100% la cultura. Como es lógico, la respuesta no responde a la inquietud del que pregunta, pero refleja muy bien mi posición al respecto.
La carga genética que influye en el fenotipo de un organismo individual, o de una especie o población, puede ser modificada por las condiciones del medio ambiente y de la cultura.
Somos lo que creemos que somos. Y en la configuración de esa creencia influyen la imagen que nos formamos de nosotros mismos y la que los demás proyectan sobre nosotros. Importa lo que esperamos de nuestras posibilidades y lo que esperan los demás de ellas.
En un libro que pronto publicará Francisco Menchén y que conozco porque ha tenido la amabilidad de pedirme que escriba el prólogo, he encontrado una fábula que ya conocía y que, por las extrañas leyes que rigen la memoria, había olvidado. Se titula “El león que creía ser oveja”. El libro, que puedo recomendar antes de que vea la luz, se titulará “Redescubrir la creatividad como experiencia de vida. El ADN del aprendizaje creativo”.
Vamos a la historia.
Cuenta una antigua leyenda hindú que un leoncito cachorro abandonado por su madre fue acogido cariñosamente por un rebaño de ovejas y se crió entre ellas en las cercanías de un hermoso lago. Creciendo allí llegó a creer que él también era una oveja.
Cuando llegó a la edad adulta, y siendo un enorme león, se comportaba como cualquiera de las demás ovejas. Un día se acercó hasta allí otro león adulto y hambriento y se asombró mucho de observar que ese león, mucho más grande y fuerte que él, huyera como hacían las ovejas, brincando y balando con el resto de los miembros del rebaño.
Después de mucho esfuerzo logró arrinconarle. Inútilmente intentó explicarle que no debía huir porque era un poderoso león.Finalmente, con un gran esfuerzo le arrastró hasta el lago cercano. Allí le obligó a mirar su reflejo en la superficie del agua. Cuando el león observó su rostro, su cuerpo y su melena, reflejados nítidamente en la superficie del agua sintió un estremecimiento de pies a cabeza y desde lo profundo de sus entrañas se elevó la más intensa emoción interna y brotó el más fuerte y poderoso rugido que se había escuchado jamás haciendo eco a través de todas las montañas y valles del mundo
A partir de entonces el león juró defender a aquellas ovejas con su poder y su fuerza. Y así lo hizo hasta el fin de sus días.
Hasta aquí la leyenda. Y ahora las casi obvias y obligadas moralejas.
Es fácil deducir que el león acabó sintiéndose una oveja por la imagen que se forjó de quién era, de cómo era, de lo que tenía que hacer, de lo que debía temer, de lo que debía huir… En realidad era una oveja que las demás ovejas aceptaban como tal porque, aunque tuviera la imagen de un león, no se comportaba como era de esperar de su fiereza. El tiempo acabó consiguiendo que también las ovejas lo considerasen uno más del rebaño a pesar de las apariencias. Nada podían temer de aquella fantástica oveja. De modo que se produce un círculo vicioso que consiste en que las ovejas piensen que el león es un oveja más y en que el león responda a esas expectativas. Y a la inversa: en que el león considere que es una oveja como las demás y en que éstas lo acepten como tal.
La cultura, el ambiente, el medio reparten los papeles y los individuos los asumen como si fueran un imperativo. El león-oveja, cuando ve al león, huye despavorido con ellas. Ha aprendido el miedo que ellas sienten. Ha aprendido el comportamiento de las ovejas porque él se ha acabado sintiendo una oveja.
El león que se acerca al rebaño, ve con sorpresa que el individuo de su especie que está entre las ovejas huye despavorido con ellas. Y se da cuenta de que no tiene conciencia de lo que es. Y ahí está la tarea de la cultura, de la educación. Una tarea que pone al individuo ante su propia imagen, ante el reto de hacer efectivas sus potencialidades: “Finalmente, con un gran esfuerzo le arrastró hasta el lago cercano. Allí le obligó a mirar su reflejo en la superficie del agua. Cuando el león observó su rostro, su cuerpo y su melena, reflejados nítidamente en la superficie del agua, sintió un estremecimiento de pies a cabeza y desde lo profundo de sus entrañas se elevó la más intensa emoción interna y brotó el más fuerte y poderoso rugido que se había escuchado jamás haciendo eco a través de todas las montañas y valles del mundo”. Esa es la clave de la historia. Por eso me he permitirlo repetir estas palabras. El león adquirió conciencia de lo que era.
Pues bien, esa es la tarea de los educadores: poner ante el espejo de la realidad a la persona que es y que puede ser. Ayudar a que el aprendiz abra los ojos y reconozca su verdadera identidad y sus potencialidades. Ayudarle a saber quién es, a aceptarse como tal y a tratar de desarrollarse al máximo. Obsérvese que la historia dice que esa tarea requiere un gran esfuerzo: “Con gran esfuerzo le arrastró hasta el lago cercano”.
Es esa decisión de poner al león ante su propia imagen lo que hace que el rey de la selva despierte de su falso sueño, que salga de su engaño. Es entonces cuando descubre que es un poderoso león y quiere ser fiel a su especie. Es la conciencia que adquiere de sí mismo lo que le provoca el estremecimiento y le permite liberar ese poderoso rugido que jamás había emitido. Si horas antes alguien le hubiese pedido que lanzase un rugido, se hubiese sentido incapaz. Creer que se puede hacer algo es el camino más eficaz para poder hacerlo.
Pienso en otra moraleja que tiene un sentido ético. ¿Cómo no acercarse al terreno moral si hablamos de “moralejas”? El león no quiere utilizar su poder para atacar a las ovejas y decide dedicarse a cuidarlas y a protegerlas, incluso de otros leones. Es decir, que pone la fuerza que ha descubierto que tiene al servicio de quienes, en otras ocasiones, como él, tuvieron la condición de víctimas. Utiliza el conocimiento que posee sobre las ovejas, no para atacarlas y destruirlas sino para protegerlas.
No solo es importante saber quién se es, aceptarse como tal. Desarrollar al máximo las potencialidades genéticas. La oveja no es un león defectuoso. Una oveja es una oveja. Un león es un león. Es importante que esa identidad y esas cualidades se pongan al servicio de los demás y que no se utilicen para amedrentarlos, dominarlos y destruirlos.
Sr. Director Emérito del Colegio Nuestra Señora de la Vega de Madrid:
Quisiera solicitar una reflexión sobre la posibilidad de incluir un capítulo al final del libro “Yo te educo, tú me educas”. Un libro no está terminado hasta que se dedica. De acuerdo. Pero este libro, además, no está terminado porque le falta un último capítulo, el que narra cómo termina años después esta intensa historia. Requiere el esperado final feliz. Es justo y necesario…
El león pedagógico siempre ha sido un león que ha cuidado al rebaño tratando de “hacer crecer” a sus miembros, integrándose en él para conocerlo y, de este modo, poder defenderlo, a pesar de que intentaran apartar al rey de la selva. Sin embargo, la autoridad -auctor augere- reconocida por el rebaño -por “la escuela que aprende”, y aprende bien, y tiene otros magníficos leones que han seguido la misma línea-, lo devuelve finalmente a su posición de líder.
En estas fechas tan especiales, quisiera expresar un deseo, pero esta vez un deseo cumplido que me ha permitido comenzar este escrito con este encabezamiento.
¡”Felicidad-des” por este extraordinario artículo! Muchas gracias.
Un fuerte abrazo de nuestra parte para ti y tu familia, querido amigo y maestro.
Y felicidades a los habituales de El Adarve en estas fiestas que iniciamos.
Querido Juan Miguel:
Si hubiera una tercera edición de “Yo te educo, tú me educas”, da por seguro que incluiría como cierre esta experiencia que he vivido. El nombramiento de Director Emérito ha curado una herida que no había cicatrizado después de 35 años abierta. Fue aquella una injusticia tan grande que no había forma de borrarla de la memoria ni del corazón. Cuando me entregaron la distinción en la cena de Navidad ante 400 docentes de los seis colegios que hoy integran la empresa Casado Educación, se hizo justicia, aunque solo sea en la esfera sentimental.
Siempre me alegra verte por El Barrio. Porque siempre aportas ideas y sentimientos valiosos.
Felicidades para ti y para tu familia en estos días y, cómo no, para el 2020.
Un gran abrazo.
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Querido Juan Miguel:
Acabo de fijarme en la hora del envío de tu comentario. Eso es madrugar un sábado.
Antes de la nueve de la mañana ya estaba leído el artículo y enviado el texto al blog.
Por eso has podido abrir la puerta a los comentaristas de la semana.
Tienes ritmo de alondra. Yo soy más búho. Me suelo acostar muy tarde.
Un abrazo.
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PD: Ya me diréis cómo va la nueva edición del libro de Lidia.
Querido amigo y maestro:
Pues hoy, 25 de diciembre, algo más búho (¡algo tendrá que ver el gallo!).
¡Feliz Navidad!
PD: El libro va muy bien. Lo envió a la editorial seguidamente de recibir tu visto bueno con respecto al prólogo
prólogo. Está a la espera de que le remitan el nuevo informe de lectura tras la ampliación. Te iremos informando.
¡Cuántos falsos sueños tenemos! Muchos convertidos en pesadillas…
¿Cuántos espejos necesitamos para despertar viendo la realidad con nitidez?
Asomarse a este lago cada semana nos hace estremecernos y rugir como leones…
Felices fiestas MÁS y para los lectores de este blog.
Querido Juan Carlos:
Te eché de menos la semana pasada, aunque imaginé que la semana final del trimestre estaría llena de compromisos profesionales y familiares.
Ya ve la felicitación que hiciste a los lectores y lectoras de la revista que diriges. Gracias.
Gracias también por tus palabras. Ojalá que el artículo de cada semana fuese lo que apuntas ente comentario.
Que descanses y que disfrutes en estos días tan especiales.
Y que 2020 sea un año lleno de felicidad para ti y para los tuyos.
Un abrazo.
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Señor búho:
Ya veo que te gusta observar y pernoctar.
Yo tengo una colección de mil búhos. Se esconden entre libros y papeles.
Me gusta la historia de la cerca del león. Esta es otra historia, no menos interesante.
Nos pone contra las cuerdas de la reflexión.
¿Quiénes somos?
Que tangas unos dias felices y un 2020 lleno de salud y bienestar.
¿Habrá gobierno antes del 31?
Un abrazo y gracias por participar.
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Querido búho:
Aquí otro pajarraco.
Sin tener nada que objetar al león-oveja, me sigue gustando más este león enjaulado:
https://mas.laopiniondemalaga.es/blog/eladarve/2009/09/26/la-cerca-del-leon/
“La cerca del león”, una vez releída, me doy cuenta que trata un poco lo de la semana pasada, el no dejarnos engañar. Y en todas estos días de fiesta, estaría bien no olvidarnos de lo que de verdad importa.
“Lo esencial de la educación es que ayude a pensar a las personas, que las abra los ojos, que las libre de la asunción acrítica de estereotipos, creencias, mitos, trucos, trampas, leyendas y otras estrategias de dominación.” (MÁS).
Un abrazo para todos, y reitero mis deseos de que paséis unos días bonitos.
Aleccionadora la fábula del león. Si nos miramos al espejo vemos nuestro rostro físico real, pero también tenemos la capacidad de distorsionarlo mentalmente. Lo que no podemos ver nunca es la realidad de nuestra mente. Esa, desde niños, se va conformando por lo que nos dicen, por lo que vemos, por lo que pensamos, por el ambiente en el que nos desevolvemos.
La sociedad nos suele medir por unos pocos parámetros, pero los seres humanos somos muchas cosas: hay quien es un león en la música, otros en la matemática, otros en la empatía, otros en su gran amor al prójimo, etc. etc. Todos conformamos con nuestra manera de ser la naturaleza humana. Todos somos importantes.
Hay un dicho que dice: lo que la natura no da, Salamanca no lo presta. Yo pienso que natura ayuda y Salamanca también.
Yo creo también que todos tenemos un león y una oveja dentro, aunque en algunos es difícil ver el león, y en otros la oveja.
Sea cual sea el animal que más nos identifique, deseo a todos los que leemos el blog, o lo comentamos, unas felices fiestas y un gran año 2020, muy especialmente para ti, Miguel Ángel, Lourdes y Carla y quienes envío un gran abrazo.
Querido Joaquín:
Creo que esta fábula es aleccionadora. Hay quien se pasa la vida creyéndose oveja, siendo un auténtico león; sin desarrollar sus capacidades, sin ser consciente de sus potencialidades, sin reconocer su auténtica realidad.
En esta caso, la naturaleza ha dado mucho pero la persona no pasa por Salamanca.
“Salamanca”, para mí, es la educación, es el ambiente estimulante, tanto de la familia como de la sociedad.
Y, sobre todo, “Salamanca” es el verdadero formador.
Un abrazo muy grande para ti y para tus familia.
Felicidades en estos días y un 2020 lleno de salud, proyectos y satisfacciones.
Gracias, amigo.
MÁS
Querida Loly:
Esperaba tu comentario semanal.
Siempre aportan tus ideas y la referencia a tu experiencia.
Cuando te has visto reflejada en el espejo de la realidad, has sacado lo mejor de ti misma para superar la adversidad. Enhorabuena.
Que seas feliz estos días, en 2020 y siempre.
Besos.
MAS
Querido Maestro!
A mi me llega profundamente esta historia del leon-oveja.
Y como siempre le cuento mi historia que es la que más conozco.
Siempre hay algo en tu vida que te lleva a reaccionar contra las injusticias.
Hay algunas cosas que te abren los ojos para ver la incongruencia de algunas actitudes de algunas maneras de entender la vida.
Y cuando te das cuentas te pasa como el León das un salto y un grito y te colocas en el espacio y lugar que te corresponde.
Pienso que la genética, la forma de ser ,te viene heredada, forma parte de tu ser más interior.
Pero también influye la educación y tú adaptación a las circunstancias que te han hecho ser como eres.
Y sabe una cosa cuando te das cuenta de la realidad maligna de sus actuaciones sacas la fiera que hay en ti y actúas en consecuencia .
Yo tengo bastantes recursos y no permito que nadie maneje ni manipule mis pensamientos .
Confío en las personas pero cuando me decepcionan me mantengo en alerta y pierdo bastante confianza.
La educación mejora la percepción que tenemos de nosotros mismos. Y tenemos que valorarnos lo suficientemente fuerte para que nadie nos haga sufrir por sus comentarios.
¡Un fuerte abrazo y felices fiestas de Navidad!
¡Que los afectos y el amor iluminen nuestros corazones!
He visto muchas veces en la realidad esta fábula. Alumnos que se consideran incapaces, poca cosa, que se infravaloran y que tienen el autoconcepto por los suelos.
Y he visto cómo han agradecido la ayuda de algún educador inteligente, comprometido y sensible que les ha puesto ante el espejo de su auténtica identidad.
Hermosa fábula para pensar en nosotros y en los otros.
Saludos y felices fiestas.
Estimada Carmen:
Esa es una cuestión que recurrentemente abordo en el blog por la importancia que tiene.
Sin la ayuda del león visitante, el congénere hubiera acabado allí sus días sumido en un terrible engaño.
La tarea del educador es llevar a la persona al lago para que pueda ver su auténtica imagen, no la que le proyectan los demás o se
ha forjado erróneamente en su interior.
Era más fácil dejar al león en el rebaño.
Era más fácil para el león seguir con sus rutinas.
Gracias y felicidades.
MAS
Quiero deseas a todos mis lectores y lectoras del blog, especialmente a los comentaristas, una FELIZ NAVIDAD y un año 2020 lleno de salud, proyectos ilusiones y logros extraordinarios.
Un abrazo.
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Querido Juan Miguel:
No sé si alguna vez te dije que yo me iba a llamar como tú, pero se había terminado el libro de inscripciones en el Ayuntamiento y hubo que esperar. En ese intervalo mis padres y abuelos cambiaron la decisión.
FELIZ NAVIDAD.
Por cierto, dile a Lidia que me mande el añadido.
Gracias.
Un abrazo.
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Querido amigo y maestro:
Estaba escrito que tu nombre finalmente sería MÁS, con todo lo que significa…
Te lo acaba de enviar. Es raro, porque te lo envió en su día. En su correo hemos visto que aparece como enviado (en word y en pdf), aunque puede que haya habido algún problema al transferir. A veces internet desconcierta…
Confirma (cuando puedas) que la recepción ha sido correcta.
Un fuerte abrazo para ti, para Lourdes y para Carla de parte de los cuatro, con nuestros mejores deseos para tu familia en este nuevo año y SIEMPRE.
Querido Juan Miguel:
Sí, me ha llegado. Ya lo he visto.
No sé lo que pudo pasar en aquel envío.
Voy a revisar los correos por si lo pasé por alto.
De todos modos ya está en mis manos. Lidia me dice que puede incluir algunas ideas más.
A ver si esta edición permite vender el libro a un precio más razonable.
¡El mundo de la edición!
Estamos en la mañana del primer día del 2020.
Espero y deseo que tengáis un año lleno de felicidad.
Un abrazo.
MÁS
PD: Me sorprende que hayas escrito en este artículo y no en el último. ¿Hay alguna razón? ¿O es que no has leído el último?
Querido amigo y maestro:
He escrito en este artículo siguiendo el hilo de la conversación, solamente porque se inició aquí y pensé que debía responderte en el sitio virtual donde me preguntabas.
Sí leí el sábado pasado tu artículo. De hecho, me gusta mucho el enfoque que le diste. He leído MÁS de 600 artículos tuyos (desde el último trimestre de 2007, hasta el sábado pasado).
Un abrazo MÁS.
Querido amigo:
Tiene su lógica. No te preocupes. Yo leo todos los comentarios que entran. Me iba a encontrar con él.
Solo quise cerciorarme de que había visto el último artículo. Ya veo que es así. Gracias de nuevo.
Un abrazo.
MÁS
Estimado profesor:
Me ha encantado la fábula del león que creía ser oveja.
Y las moralejas me han parecido oportunas.
¿Qué hubiera sucedido con el león de no haber sido forzado a mirarse en el lago? Hubiera seguido sumido en el engaño.
¿Cuántas personas hay que viven engañadas respecto a sus posibilidades, respecto a su verdadera identidad?
¿Cómo salir del engaño sin la ayuda de agentes externos al interesado?
Un cordial saludo.
Felices fiestas.
Estimada María Jesús:
No lo podremos saber con exactitud, pero seguro que hay personas que acaban su vida sumidas en el engaño.
Por eso creo que son tan necesarios los profesionales que ayudan a otros a superar esa trampa.
Me refiero a los prifesionales de la educación.
Gracias.
MÁS
Excelente artículo.
Entretenido para la lectura, fácil para la comprensión y rico en contenidos.
Lo que más me ha gustado es el papel que se atribuye a la educación como proceso de ayuda al individuo para que desarrolle íntegramente sus capacidades.
Saludos cordiales.
Felices fiestas.
Querida Cristina:
Gracias por valorar positivamente el contenido y el la forma del artículo.
Y, por supuesto, por leer y por escribir.
Creo que, en efecto, la educación es el camino más eficaz para ayudar a que las personas abran los ojos y se reconozcan en su auténtica valía.
Feliz 2020.
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Querido Miguel:
Es la primera vez que comento en un blog así que no se muy bien el funcionamiento. Solo puedo decir que me parece una historia fantástica y muy motivadora para futuros maestros como es mi caso. Las moralejas me parecen muy interesantes sobretodo para aplicarlas con mis pequeños en mis primeras prácticas. Recuerdo con mucho cariño aquellos días y sobretodo tus fabulosas historias en Nueva York.
Os deseo unas felices fiestas y un 2020 lleno de felicidad, nuevos proyectos y salud.
Un abrazo muy fuerte para ti, Miguel, Lourdes y Carla.
Querido Manrique:
Me has dado una gran alegría.
Para ser la primera vez, has hecho un magnífico comentario.
Me alegra saber que el artículo te ha gustado y que te podrá servir para contárselo a tus futuros alumnos y alumnas.
Vosotros fuisteis el gran descubrimiento de Nueva York. Fue una suerte el haberos encontrado.
Os deseo lo mejor en estos días, en el nuevo año que comienza y… siempre.
Saludos a tus padres y hermano.
Lourdes y Carla os mandan recuerdos.
Me gustaría verte con frecuencia en el blog.
Un abrazo y gracias por participar.
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