Prestidigitadores de la verdad

14 Dic

 

Cuando la mentira se disfraza de verdad tenemos un doble problema para descubrirla. Porque, como se sabe, las apariencias engañan. Los prestidigitadores de la verdad manejan con soltura esos disfraces. El prestidigitador es una persona que hace juegos de manos, utiliza métodos de confusión, maneja artes evasivas y otros trucos de magia para producir ilusiones de los sentidos. El prestidigitador es un engañabobos.

¿Son nuestros políticos prestidigitadores de la verdad? ¿Creemos lo que nos dicen? ¿Sabemos cuándo nos mienten y cuándo nos dicen la verdad? ¿De qué detectores de mentiras disponemos? Y, cuando descubrimos que nos han engañado, ¿cómo reaccionamos?, ¿qué hacemos?

No me gusta, lo he dicho muchas veces, esa descalificación general de la clase política que los mete a todos en el mismo saco: todos mienten, todos mienten siempre. Como si su oficio fuera mentir. Como  si la mentira fuera uno de sus atributos esenciales. Como si se diese por bueno que la mentira es consustancial al oficio  de ser político. Y no.  Me preocupa esta perversa concepción. Me duele que la gente piense  que, a la hora de conseguir el voto o de persuadir al ciudadano de la bondad de sus planteamientos y acciones tergiverse siempre los datos y manipule la realidad en su beneficio. En definitiva, que la gente piense que el título del libro que acaba de publicar Elísabet Benavent podría ser de la autoría de cualquier político: “Toda la verdad de mis mentiras”.

Me gustaría que el político fuese una persona creíble, fiable. Porque para eso y por eso hemos depositado en él nuestra confianza a través del voto. No me gusta que se le identifique como un mentiroso compulsivo. Como una persona que engaña desde una posición privilegiada.

Hace mucho daño a la política el decir en cada momento aquello que conviene para negarlo plenamente cuando convenga decir lo contrario. Podemos cambiar, podemos decir en un momento algo y luego desmentirlo. Pero entonces se explica el por qué del cambio de posición.

Decía Balmes que a él no le molestaba el cambio de chaqueta salvo cuando éste se producía en el preciso momento en que empezaba a ser rentable.

Hay muchas formas en las que se puede hacer prestidigitación con la verdad:

Silenciar (o retrasar) información que debería ser conocida inmediatamente.

Ofrecer una parte de los datos que resulta beneficiosa  y ocultar otra que es desfavorable.

Decir hoy algo que el día anterior se negaba con rotundidad.

Ocultar una realidad que se conoce e, incluso negarla.

Prometer algo que, a ciencia cierta, se sabe que no se puede realizar.

Atribuir a otros la causa del fracaso que nace de la propia actuación.

Comparar de forma interesada realidades incomparables.

Negar una evidencia cuya aceptación tendría consecuencias negativas.

Declarar que nunca se hará algo que se tiene intención de hacer.

Utilizar eufemismos que conducen al engaño, ya que esconden la verdadera realidad.

Atribuir las causas de los fenómenos a agentes que nada tienen que ver con ellos.

Considerar negativo en los otros lo que se considera positivo cuando lo realiza el interesado.

Manipular o, lo que es peor, inventar datos estadísticos en beneficio propio.

Negar que se dijo lo que se dijo, a pesar de las evidencias incontestables que lo demuestran.

Sacar frases fuera de su contexto, y manipularlas en función del propio interés.

Conozco desde hace muchos años una hermosa leyenda sobre la verdad y la mentira. El lector la conocerá, probablemente. En cualquier caso, siempre es bueno recordarla.

Cuenta la leyenda que un día la Mentira y la Verdad se encontraron en un río. Entonces, la Mentira le dijo a la Verdad:

– Buenos días, doña Verdad

Y la Verdad, que no se fiaba mucho de su nueva amiga, comprobó si realmente era un buen día. Miró al cielo azul sin nubes, escuchó cantar a los pájaros y llegó a la conclusión de que, efectivamente, era un buen día.

– Buenos días, doña Mentira.

– Hace mucho calor hoy, dijo la Mentira.

Y la verdad vio que tal y como decía la Mentira, era un día caluroso.

La Mentira entonces invitó a la Verdad a bañarse en el río. Se quitó la ropa, se metió al agua y dijo:

– Venga doña Verdad, que el agua está muy buena.

En aquel momento la Verdad ya sí se fiaba de la Mentira, así que se quitó la ropa y se metió al río. Pero entonces, la Mentira salió del agua y se vistió con la ropa de la Verdad mientras que la Verdad se negó a vestirse con la ropa de la Mentira, prefiriendo salir desnuda y caminar así por la calle. La gente no decía nada al ver a la Mentira vestida con la ropa de la Verdad, pero se horrorizaba al paso de la Verdad desnuda.

Preferir la mentira disfrazada de verdad es una trampa terrible porque a lo que tiende ese mecanismo es al engaño sistemático. Escandalizarnos y horrorizarnos ante la verdad desnuda, nos lleva al desprecio de la verdad.

Es más cómodo engañarnos a nosotros mismos. Instalarnos en la apariencia. No esforzarnos por descubrir las trampas.

La verdad es a veces dolorosa y preferimos ignorarla. Nos protegemos del dolor con mentiras de todo tipo.

Y sin embargo, una mentira por pequeña y piadosa que sea, no deja de ser un obstáculo para la confianza. Si sale a la luz, una mentira puede arrojar dudas sobre cien verdades anteriores haciendo que nos cuestionemos experiencias anteriores que creíamos verdaderas. Y la falta de confianza acaba repercutiendo en falta de rendimiento y de resultados en un entorno laboral.

Creo que la educación consiste en proveer a ls personas de potentes detectores de mentiras. Las más sutiles requieren de un grado mayor de exigencia en el análisis, de un mecanismo más preciso.

Ese detector está construido con una información abundante, con un nivel de exigencia lógico riguroso, con sólida capacidad de análisis y con una atención minuciosa a lo que sucede en la realidad.

Estar sobre aviso es muy importante. No sé quien fue el que dijo: si me engañan una vez no es culpa mía, si me engañan mucha veces, sí lo es. Hay que pasar, como decía Paulo Freire, de una mentalidad ingenua a una mentalidad crítica.

Es bueno también leer. Y saber a quién se lee. Es fácil comprobar en los medios desde qué diferentes perspectivas se puede analizar la realidad. Hay expertos analistas políticos que ayudan a detectar mentiras. Sus análisis son tan lúcidos y exigentes que pueden ayudarnos a descubrir los trucos del prestidigitador.

Ayudaremos a los políticos con la vigilancia y con la exigencia, no con la complacencia y la adulación. Ellos harán bien en ejercitar la autocrítica y en abrirse a la crítica honesta.

Nos ha de repugnar la falsedad de la mentira adornada con los ropajes de la verdad. Y no nos ha de escandalizar la verdad desnuda. Porque la verdad nos hará libres.

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22 respuestas a «Prestidigitadores de la verdad»

  1. Querido Maestro!
    Me ha gustado mucho la historia que nos cuenta de la verdad y la mentira.
    Es verdad que hay que cambiar de la mentalidad ingenua, que es la mía, a una mentalidad crítica.
    Yo creo que la vida se encarga de eso de mostrarte quien dice la verdad y quien miente.
    He tenido grandes desconsuelos al comprobar como las personas mienten para su propio convenio.
    Lo más duro que sean miembros de tu propia familia y que sean para su propio beneficio sin importarles que eso te lleve a las más profundas de las miserias.
    ¡Yo peco de ingenua muchas veces!
    Confío en las personas, creo que todas van a actuar conforme a mis principios.
    No entiendo el egoísmo desmesurado, la atrofia de las relaciones, la poca empatía de los sentimientos y emociones, el sufrimiento y el dolor de la desidia, del sufrimiento que te hacen pasar por conseguir bienes que no son de vital importancia.
    ¡Mucho desencanto cuando la verdad aflora y ves que has vivido en un mar de mentiras!
    Ya no es lo mismo cuando te mienten reiterativamente.
    Sientes un profundoprofundo dolor que no sabes como aliviar y crees que vendrá con el tiempo y la espera.
    Y el tiempo muchas veces refleja que estas en la cierto, que la inocencia te lleva a creer en la gente que no merecen que la creas.
    ¡Felices días a todos!
    ¡Que creáis siempre en la verdad que es la mejor manera de vivir!
    Sin más me despido con un fuerte abrazo y deseando felices fiestas.

    • Querida Loly:
      Esta semana has abierto la puerta de los comentarios. Gracias.
      Has leído y has aportado ideas y compartido experiencias.
      Da gusto tener lectoras como tú.
      En efecto, se suele mentir para conseguir tramposamente algún benefico.
      Cono dices, la mentira puede anidar en las familias.
      Algunas mentiras se descubren después de mucho tiempo y son especialmente dolorosas.
      Las personas bondadosas tienden a pensar que las demás son como ellas y corren más peligro de sufrir engaños.
      Creo que hay que alejarse por igual de la ingenuidad y de la desconfianza.
      Besos.
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  2. A mi modo de ver, como siempre, magnífico artículo. Lo has dicho todo, Miguel Ángel. Precisamente dejamos de creer en los políticos y en sus promesas porque sabemos que solo son para conseguir el poder y después, pues se hace lo que conviene no lo que se prometió. Hay también casos tan tremendos, entre ellos, de latrocinio, que nos cuesta creer que elegimos a ladrones. Por suerte, como dices, la mayoría no es así.
    A mí, el cambiar de ideas o de partido político, me parece muy bien siempre que sea por convicción y reflexión. Por oportunismo me parece una indignidad y no se merece estar en la política.
    La realidad, creo, entre todos los ciudadanos es que mentimos mucho por convencionalismos sociales. Decimos a la madre que nos enseña su bebé casi recién nacido: que ricura, que guapo está. En fin, sin comentarios.
    A los enfermos les mentimos por animarlos.
    La Navidad, Papas Noeles, los Reyes, días hermosos cimentados sobre mentiras que ilusionan a los niños. ( No me refiero al hecho del nacimiento de Cristo)
    Gracias por estas reflexiones sobre la verdad y honestidad de nuestras acciones. En la P. D.
    del anterior comentario te referías a la falta de coherencia en nuestras respuestas: pedimos diálogo con Cataluña y cuando se produce lo criticamos.
    Los seres humanos somos seres muy extraños.
    Saludos a todos.

    • Querido Joaquín:
      No podemos olvidar que los políticos son elegidos por el pueblo y que salen del pueblo.
      Creo que es rigurso decir que el pueblo es bueno siempre y los políticos malos siempre.
      Hay que descubrir a lis que mienten y actuar en consecuencia. Mentir no sale gratis en una democracia sólida.
      Gracias por tu certera aportación.
      Un abrazo.
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  3. Título muy sugerente que me enganchó. Y no me defraudó lo que está debajo de él.
    Ya sé que no mienten solo los políticos. Y, de los políticos, tampoco mientes todos.
    La llamada que hace al artículo a detectar las mentiras es muy importante. Y para hacerlo hace falta prestar a atención y tener elementos de análisis.
    Y hay que actuar en consecuencia.

    • Querida Marta:
      Agradezco siempre el tiempo que me dedican los lectores y lectoras. Gracias, pues.
      Has captado a la perfección la finalidad del artículo. Algunas mentiras son tan evidentes y tan burdas que no hacen falta análisis muy rigurosos para detectarlas. Otras son más sibilinas y hay que prestar más atención y pensar con sagacidad.
      Y todo ello requiere un compromiso para mejorar la sociedad y la política. No basta con despotricar. Hay que actuar, como dices. En tiempo de lecciones y en períodos entre elecciones.
      Saludos cordiales.
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  4. Lo que menos me gusta de los políticos es la facilidad con la que cambian de opinión.
    Lo cual quiere decir que, antes o ahora, nos han mentido.
    No digo que no puedan cambiar de opinión, pero resulta sospechoso que las tesis que mantienen en cada momento son las les benefician para hacer lo que desean hacer. Una dar esas finalidades perseguidas es alcanzar o mantener el poder.
    Gracias por el artículo al autor y a los comentaristas por sus aportaciones.
    Saludos.

    • Querida Carmen:
      Gracias a ti por la lectura y la escritura.
      La democracia debe asentarse en la verdad. Solo si la amamos y servimos podremos tener una convivencia rica y fructífera.
      No puede asentarse la acción política en la mentira y en la falsedad porque la indignidad se apoderaría de todo.
      El fin no justifica los medios.
      Saludos cordiales.
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  5. Hacen falta más artículos como éste. De los que ayudan a pensar. Y de los ayudan a mejorar la sociedad.
    Voy a estar atenta al descubrimiento de esas mentiras. Ya sé que no son solo de los políticos.
    También mentimos los ciudadanos y también nosotros debemos evitar el engaño porque hemos de amar y respetar la verdad.

    • Estimada Raquel:
      Me parece bien que exijas el respeto a la verdad en los dos sentidos: el descendente (los políticos hacia el pueblo) y ascendente (despueblo hacia los políticos).Me gusta el pensamiento del presidente Kennedy: no te preguntes solo por lo que la política puede hacer por ti, pregunta por lo que tú puedes hacer por la política.
      En horizontal también tenemos que decir la verdad: unos políticos con otros y unos ciudadanos con otros.
      Todos tenemos que construir la verdad.
      Besos. Gracias.
      MÁS

  6. Da la impresión que el fin justifica los medios. Por ejemplo, si ahorque hace falta forma gobierno, da la impresión que vale todo, que se puede uno desdecir de todo lo dicho, que se puede prometer lo que no se puede dar, que se puede decir una cosa por otra…
    Y no es así, No vale todo.
    Un buen fin no justifica unos medios tramposos, injustos o ilegales.
    Se suele mentir por interés.

    • Querida Carlota:
      No todo vale, efectivamente.
      No vale mentir para conseguir los fines más deseables. Porque si se rompe ese principio moral, la sociedad se convertiría en una jungla.
      La tentación es muy fuerte. Mentir para ganar. Mentir para gobernar. Mentir para enriquecerse.
      Hay que conseguir que la ética guíe nuestros comportamientos.
      Nosotros, los ciudadanos de a pie tenemos que castigar.a quienes mienten obrando en consecuencia en las elecciones.
      También nosotros tenemos que amar y practicar la verdad. NO debemos mirar solo hacia los demás cuando hablamos de lo nefasto que es mentir.
      Besos y gracias por escribir.
      MÁS

  7. Me han gustado el título, la ilustración y el artículo.
    El título porque encierra muchas cosas que luego se explican.
    La ilustración porque es muy elocuente para desarrollar la idea central y el texto porque invita a pensar.
    No vale todo.
    Ni en la política ni en la vida.
    No se puede aceptar que la política utilice la mentira para defender intereses de partido o intereses particulares.
    Los ciudadanos no podemos quedarnos impasibles.
    Feliz Navidad

    • Querido Carlos:
      No es fácil elegir una buena ilustración. A veces la encuentro en un momento (por ejemplo la que tengo preparada para el artículo del próximo sábado) y otros tardo en dar con una que me gusta. En ocasiones tengo que conformarme con alguna que no me llena.
      Tampoco es fácil titular. Porque el título (necesariamente breve) debe ser llamativo sin dejar de dar pistas claras sobre aquello que viene detrás.
      En cuanto al tema, yo creo que es importante y complejo.
      No se debe dar por hecho que la mentira es un recurso que se puede utilizar impunemente.
      Me parece bien lo que dices de que los ciudadanos no tenemos que mirar para otra parte o quedarnos impasibles, como si no pasase nada.´Gracias por tus felicitación, que te devuelvo multiplicada.
      MÁS

  8. Oportuno artículo para el momento que vive nuestra política española.
    La negociación para la investidura está dando lugar a muchos silencios y a mentiras diversas.
    Hay que denunciar la mentira.
    No debemos mirar para otro lado.
    Los partidos que no están en la negociación también mienten de lo lindo.
    ¿Por qué tenemos que callar?

    • Querida María:
      No.No vale todo en política.
      El problema es cómo los ciudadanos y ciudadanas podemos actuar para evitar las mentiras.
      Lo primero que se debe hacer es detectarlas.
      Lo segundo, denunciarlas.
      Y lo tercero, pasar factura al que mienta y no votarlo en las elecciones.
      Besos y gracias.
      MÁS

  9. Ya está disponible la entrevista EN RADIO BIG BANBG. Me refiero a la que me hicieron los 7 estudiantes de Bachillerato en Burgos.
    Hablé de esa experiencia en el artículo anterior, titulado APRENDICES DE PERIODISTAS.
    GRACIAS.
    MÁS

  10. Uf, ¡qué dolor de cabeza! Los filósofos están como cabras.

    Al final, lo que yo me imaginaba. La verdad es una mentira. O mejor, la verdad no existe. Luego la mentira tampoco. Es como Dios, un invento que necesitamos, porque, si no, cómo íbamos a tener estas maravillosas fiestas que ya están llamando a la puerta.

    Pero hay cosas y sucesos que impepinablemente existen. Y son como son. Quizás no sean como yo pienso que son. El problema soy yo. Por eso mi verdad puede que no coincida con la tuya, porque tú y yo podemos acercarnos de forma diferente al conocimiento del suceso u objeto del que se trate.

    Pero yo en estos días que se aproximan, me lo voy a creer todo. Voy a descansar la cabeza, ver las cosas con ojos de niño y creer. Disfrutar de nuestras mentiras, que para alguien son verdades económicas como puños.
    Me voy a creer el discurso del rey, el de los políticos en general, el de la gente que me rodea. Voy a decir a todo que sí, con ilusión. Y, sobre todo, me voy a creer mis propias trolas. Es Navidad.

    Y la Navidad es de los niños y las niñas (mañana vienen mis sobrinas). Yo le digo a mi hijo pequeño desde hace mucho (ahora ya no es tan pequeño):

    -Te me vas, te me estás yendo, y yo no quiero. No quiero que crezcas.

    (Yo me refiero a lo rápido que me pasa el tiempo. Le comento cosas de lo que le hacía y me hacía cuando era pequeño, en distintas etapas. Él se ríe, y me cuenta cosas desde su punto de vista que yo no sabía. Yo miro hacia atrás y él, sin embargo, mira hacia lo que está por venir).

    -Cuando me vaya de casa, ¿vas a llorar?

    (Y yo, todo convencido, creyéndome mi propia mentira, le contesto).

    -Tú nunca te vas a ir de casa. Cierro la puerta por dentro y tiro la llave por la ventana.

    ( Y se ríe. Ya se ve mayor. Y yo quiero ver como un niño, quiero disfrutar de su verdad porque se me va irremediablemente).

    ¿En qué estábamos? Ah, lo de la mentira vestida de verdad. Pues eso, la política, los adultos.

    Y, mientras, los maestros adoctrinando en violencia de género, esa que no existe mientras la RAE no lo diga. ¡Ya le vale al juez!

    La verdad es un invento, pero solo la puede inventar el poder (político, económico, judicial, religioso, lingüístico, cultural, deportivo, académico, … A ser posible que sea hombre, pues la mujer es mentirosa por naturaleza).

    Uf, ¡qué dolor de cabeza! Me voy a escribir la carta a Papá Noel, a ver si me centro en verdades más que evidentes y me alejo de las mentiras cochinas de la “clase política” y su teatro.

    Felices Fiestas, feliz convivencia y feliz verdad ingenua e infantil.

    • Querido José Antonio:
      Bonita nana para ir a dormir…
      La verdad, la mentira, la política, la religión, la Navidad, la infancia…
      Lo que creemos, lo que creemos que creemos, lo que creemos que no creemos lo que nos dicen, lo que nos ocultan…
      Mi hija ya tiene quince años. ¿Sé quién es? ¿Sé lo que piensa?
      Hoy me ha dicho que una aniga le ha preguntado:
      Si te dieran tres millones de euros, le pondrías a alguien la pelicula de tu vida?
      Y me ha dicho que le dijo que no.
      A pensar.
      A temblar.
      Un abraza por este comentario.
      Un abrazo.
      Felucidades.
      MÁS

    • Querido José Antonio:

      1. Sobre ese deseo a medias confesaba e inconfesable de que los hijos/hijas no crezcan.
      Yo estoy asustado por la velocidad acelerada que lleva la vida de mi hija.
      Hace unos días, mientras montábnamos el árbol de Navidad, cuando llegó el momento de colocar la estrella en lo alto del árbol, me parecía que había sido AYER cuando la había subido a mis hombros para que lo pudiera hacer. HOY es más alta que yo.
      ¿Cómo ha podido suceder?
      ¿Dónde se ha ido, en un abrir y cerrar de ojos, aquella pequeña e inocente criatura que reía cuando la tenía a horcajadas sobre mis hombros?

      2. ¿Dónde está la verdad y la mentira en este laberinto judicial en el que nos ha metido la justicia española y la justifica europea?
      ¿Dónde nos situamos en ese círculo cuadrado que están fabricando la política y la judicatura?

      Un abrazo.
      Y, a pesar de todo, felices fiestas y feliz 2020.
      MÁS

  11. A veces nos complicamos la vida. Está muy claro cuál es la verdad y cuáles la mentira, por muchos ropajes que se pongan.
    El que miente sabe que miente porque precisamente por eso es una mentira. Porque el que la dice tiene ánimo de engañar.
    Algunas son tan obvias que resulta escandalosa la facilidad con la que se dicen.
    Se puede mentir de muchas maneras, no solo con las palabras.
    Está claro cuando un político dice algo para engañar o cuando un miembro de la pareja tiene una relación paralela o cuando un alumno les dice a los padres que ha aprobado todo a sabiendas de que solo ha cosechado suspensos.
    Al menos lo más gordo deberíamos condenarlo de manera contundente.

    • Estimada Marina:
      También importa detectarlos trucos, los mecanismos sutiles, las trampas astutas…
      Mientras más finas sean las mentiras hará falta más perspicacia y más capacidad de análisis.
      Hay quien tiene una habilidad extraordinaria par convertir la mentira en una verdad.
      Hay que estar atentos, hay que esforzarse por descubrir los trucos.
      Ha de haber una lucha sin cuartel contra los mentirosos.
      Saludos y gracias.
      Felices Fiestas.
      MÁS

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