¡Vaya por Dios, el nombrecito que le pusieron a la niña! Esperanza es un buen nombre, porque está cargado de optimismo, de promesas y de futuro. Pero mira tú por dónde yo lo tengo que identificar con pesimismo, indignación y desastre cuando pienso en la señora Esperanza Aguirre, Presidenta de la Comunidad de Madrid. En honor a los hechos debería llamarse Desesperanza.
Porque desmantelar la escuela pública es lanzar un torpedo contra la línea de flotación de una sociedad democrática. Porque poner en tela de juicio la profesionalidad de los docentes es un modo de dinamitar el presente y el futuro de la enseñanza. No hay expectativa más clara de futuro que la educación.
Hace unos días me han enviado desde Argentina un documento hermoso, escrito por Mex Urtizberea, que viene muy a cuento de lo que estoy diciendo. De él extraigo estos párrafos, aunque la reiteración de su formulación básica en el texto completo, le confiera mucha más contundencia de la que tiene esta cita.
“ (…) Dentro de cincuenta años usted y yo seremos un recuerdo, o un olvido, pero no lo serán nuestros hijos ni nuestros nietos: para ellos será este país mal educado o bien educado, según lo que hoy se haga por la educación.
(…) Dentro de cincuenta años no será más que un número lo que se invierte ahora en seguridad, no le servirá a nadie lo que se haya gastado en campañas políticas, no será ni recuerdo qué comportamiento tuvo la Bolsa este año o a cuánto cotizaba el dólar. Lo que sí se notará visiblemente es lo que hoy se invierta en educación.
Y quien haga hoy algo por ella, quien muestre verdadero interés y se ponga a trabajar ahora apasionadamente para mejorarla, extenderla, financiarla, que nadie quede afuera por razones económicas o geográficas, para que tenga calidad y que la calidad sea gratis, quien entienda que un país mal educado es un país condenado a muerte, y modifique este destino, entonces su nombre no será del olvido: dentro de cincuenta años estará presente en todos los rincones del país, será recordado con admiración y respeto. Y no será sólo estatua, o calle, o foto, o estampilla”.
Pues ya se ve lo que está pasando en la Comunidad de Madrid. Se está destruyendo la enseñanza pública, que es la causa de la equidad para un pueblo. El ataque de la Presidenta a los docentes de la comunidad ha desencadenado una protesta que ella califica de “absurda, irracional y política”. Tres adjetivos que se las traen. ¿Por qué absurda? Es evidente: porque se opone a sus tesis. ¿Por qué irracional? Porque ella no comprende las razones que la sustentan. ¿Por qué política? Porque ella tiene una visión de lo político ramplona y mezquina. Es política porque se opone a su ideología neoliberal.
El profesor de Educación Secundaria Pedro Sáez Ortega, que enseña Ciencias Sociales en el Instituto Clara Campoamor de Móstoles, le ha escrito una carta de trece folios a Doña Esperanza Aguirre que dudo que la Presidenta pueda, quiera y sepa leer de cabo a rabo. Está muy bien escrita y muy bien fundamentada. Sin faltas de ortografía, por cierto.
Por no saber, dice Pedro Sáez, la Presidenta no sabe ni cómo se llaman los profesores de Secundaria, ya que alude a ellos como Profesores de Educación. Tampoco sabe que las horas de un profesor no se cuentan sólo por las horas de docencia. Para preparar una clase hace falta tiempo, además de interés y entusiasmo. Y para corregir. Y para coordinarse. Y para realizar actividades. Y para formarse. ¿Se pueden contabilizar las horas de trabajo de un cirujano por las horas de quirófano?
Reducir 3000 profesores, añadidos a los 2500 que ya desaparecieron en el curso anterior, no es mejorar la calidad del sistema. Suprimir las horas de tutoría, no es la mejor manera de perfeccionar la educación. Desmantelar los Centros de Profesorado no es potenciar la educación. Privatizar la enseñanza es castigar a los desfavorecidos, a los más necesitados. ¿No hay otros campos en los que se puedan realizar recortes? ¿Se los tenemos que recordar a doña Esperanza?
Las declaraciones de la Presidenta, secundadas por otro personaje de escasa talla intelectual como Ana Botella, concejala del Ayuntamiento de Madrid, han tenido luego un desmentido que no elimina todo el daño causado. Se sabe que vivimos en la cultura de los titulares y esas simplezas de que los profesores no trabajan lo suficiente y de que tienen excesivas vacaciones, calan en el estado de opinión de la ciudadanía.
¿De qué sirven las campañas sobre la dignidad de la profesión docente si lo que acaban entendiendo los alumnos y los padres es que los profesores no dan el callo y solo piensan en las vacaciones? ¿De qué sirve pretender aumentar la autoridad de los profesores subiéndoles a unas elevadas tarimas, si lo que acaban pensando los niños, como su Presidenta, es que los profesores no son solidarios con las personas afectadas por la crisis, a pesar de haber aceptado sin rechistar la reducción de sus salarios?
No digo que todos los profesores y profesoras sean profesionales excelentes. Como en todas las profesiones, hay de todo en la enseñanza. Y eso debería plantearnos a todos y a todas qué sucede con el control de la educación. Habrá que tomar medidas con quien no cumple diligentemente con sus obligaciones. Pero, poner en entredicho la tarea de los docentes en general, resulta inadmisible. Porque no lo está haciendo un locuaz bebedor en un bar de barrio, sino la máxima representante política de una Comunidad.
No sé a qué escuela fue ni qué educación recibió la señora Presidenta. Si fue buena, se le ha olvidado. Pero dudo que lo fuera si le ha facilitado una comprensión de la realidad y un compromiso con la gente de esta naturaleza.
Claro, que luego arrasa con mayorías desbordantes en las elecciones. Y es lo que no acabo de entender. ¿Cómo pueden tener apoyo esas políticas neoliberales que castigan a los más débiles, a los más desfavorecidos, a los que Paulo Freire llamaba los desheredados de la tierra?
¿A dónde vamos con estas políticas que golpean en la parte más sensible de la sociedad? ¿Cómo es posible recortar en aquello que puede resolver los problemas? ¿No hay otros campos en los que se pueda recortar? ¡Y los votan, cuando habría que botarlos!
Me da la sensación de que apuntar, y dirigir (escritos, tertulias, informativos, conversaciones, etc.) culpabilidades hacia doña Esperanza Aguirre y su ramplonería por el desastre -progresivo- que es la enseñanza en España, es errar con el objetivo y el objeto; pues los culpables (si culpable es la palabra) de ese desastre son los españoles que la soportan (a ella y compañía) y toleran, sin pesar.
Un saludo, y muchas gracias, señor Santos.
«Tenemos ilusión nos sobra Esperanza»
Cuando vuelva a ganar esta mujer, quién no tenga el bolsillo lleno, que se olvide de tener una educación de calidad. Lamentablemente, eso es lo que pienso, con todo lo que esta haciendo: recortes, desprestigiar a los docentes, el bachillerato de excelencia, apoyar a la escuela privada… parece que lo único que importa es el dinero. El derecho a una educación de calidad también está en crisis, con gentuza como esta en el poder y los votantes (que pienso, que serán «ricos») que la apoyan.
El/La presentador/a del telediario trabaja media hora al día?
El otro día, en la peluquería, había tres personas «debatiendo» el tema. Las ideas y los argumentos no se diferenciaban mucho de lo que habla Esperanza, de lugares comunes. Por tanto, no sólo la educación de nuestros alumnos está en juego. Se está educando a la población en general. Y «la tirria a los maestros», rápidamente florece.
Ya por el 2002 tuvimos que salir al paso de la “Contrarreforma educativa”, que eufemisticamente se le llamaba “Ley de Calidad”, que no era más que una vuelta atrás, a una reforma en que se apretara el memorismo y se fuera desatendiendo poco a poco la Enseñanza Pública. Ya entonces le recordábamos al Ministerio las palabras de Suetonio en su De viris illustribus: “Caesar, non supra grammaticos”, que podemos traducir como César, no tienes ninguna autoridad sobre los maestros.
Ya entonces decíamos que toda la propuesta de Contrarreforma no era más que un rosario de “buenas intenciones”, una sarta de opiniones reiterantes y obsesivas, además de creadoras de opinión pública que generalizaban las quejas de los jeremías de la profesión docente y de las familias nostálgicas, que estaban acostumbradas a que mamá (Ministra) les saque las castañas del fuego, ya que no se encontraban con recursos suficientes que no fueran las lágrimas, que suelen saltar fácilmente ajenas a la cultura del esfuerzo.
Decíamos que no era descabellado comenzar por el principio, principio que ni se tocaba en la propuesta de “Contrarreforma”. Sabemos que la LOGSE también hizo aguas con este tema.
La Formación del Profesorado de Infantil y Primaria debía ser de calidad Universitaria, es decir, una preparación de cinco cursos de Universidad, ya que debía ser una formación que contara con la cultura del esfuerzo y también con el esfuerzo de la cultura. Esto conllevaría que las Escuelas del Profesorado asociadas a las Universidades se quedaran con los tres primeros cursos de carrera (no queríamos molestar ni quitarle nada a nadie), pero los dos últimos cursos, el segundo ciclo, deberían seguirse en las universidades públicas para garantizar la calidad.
Sabíamos que todas las personas que se encontraran motivadas para dedicarse a la Educación Infantil y Primaria harían el esfuerzo pertinente para alcanzar su preparación adecuada y cumplir con mejor disposición y preparación el objetivo de sus vidas. Incluso si se exigiera un año entero de prácticas, no faltarían personas que lo hicieran con agrado e ilusión. (Este esfuerzo la “Contrarreforma” tampoco se lo exigía al profesorado de Secundaria, legando incluso a permitir el poder compatibilizar el “CAP” con las asignaturas de los últimos cursos universitarios).
No dejaba lugar a dudas que esta propuesta nuestra de Título profesional de especialización didáctica era un reto educativo de la sociedad del conocimiento y que desterraría en buena parte los tics de una sociedad politizada del desconocimiento y de la ignorancia y la lejanía de la realidad.
Esta FORMACIÓN INICIAL DEL PROFESORADO aprovecharía los recursos que aspirantes a Docentes de Infantil y Primaria, ya traen en su haber, después de haber superado el Bachiller y la Selectividad.
Accederían a la Facultad de Ciencias de la Educación quienes hubieran cursado durante cuatro años (3º y 4º de ESO y 1º y 2º de Bachiller) los dos idiomas próximos y rentables como el Inglés y el Francés y ampliar el conocimiento de estos idiomas y sus Didácticas en la Universidad.
También se les exigiría el haber estudiado Música y Educación Física en el Bachillerato, para poder profundizar en la Facultad en estas materias (p.e.: psicomotricidad, danza, canto…) y conseguir habilidad didáctica en ellas.
Como no conozco las políticas educativas españolas no voy a opinar de ello… Pero si puedo opinar de la importancia de la educación en cualquier lugar de este pequeño y diminuto planeta, este insignificante punto que da vueltas en la inmensdad del espacio. Vengo de un curso de neurodesarrollo donde se trato el tema de la plasticidad neuronal. Que maravilla lo que puede producir cualquier aprendizaje en el cerebro. Y esto no solo pasa en los primeros años de vida, sino que sucede toda la vida. Cualquier aprendizaje hace que el cerebro este siempre funcionando y produciendo modificaciones, y nos lleva a procesos de sabiduría. Es curioso, que si miramos para atrás en la historia, los pueblos con ideologías extremistas de izquierda o derecha, se preocuparon mucho por la educación, como si ella fuera el mejor camino para cambiar las mentes. Hoy también muchos gobiernos implementan macabras politicas educativas, no ya para que las personas piensen de determinada manera, sino para que no piensen. Cuando no se piensa no se tiene poder de decidir, de elegir, de protestar, de producir cambios… Claro, que también son políticas educativas que responden a determinados intereses. Es sorprendente ver como un enorme grupo de personas repite todo lo que ve por los medios de comunicación, sin poner nada en tela de juicio, sin nunca discutir… » Lo vi en la televisión»… Palabra santa…
Desarrollar nuestra capacidad de pensar nos hace libres, nos hace combatibos, luchadores… Nos hace capaces de ser productores de un mundo mejor, menos violento, menos egoista, mas humano…
La educación, la verdadera educaciones es aquella que produce mentes libres y corazones capaces de amar. Todo lo demás no sirve para nada…
Podemos ver que con los recortes se está perfilando la masificación, el memorismo y toda la esclerótica de una sociedad que tiene que producir enfrentamientos para que no podamos analizar dónde están los verdaderos problemas ni ver qué intenciones llevan en todo lo que tocan con sus cinco habilidosos dedos.
Si estos señores y señoras ofenden e insultan de estas maneras, porque creen que España es un cortijo suyo, ya nos están avisando del fruto de “su exquisita educación recibida”.
Perdón: combativos
“El saber y la razón hablan; la ignorancia y el error gritan.” Arturo Graff.
Rechazo frontalmente el periodismo descalificador y aún más esa profusión de artículos tan presentes en los periódicos (de cualquier signo) y otras publicaciones, en papel o digitales, que pretenden desarrollar una tesis, siempre ideológica, tomando como referencia directamente y con mucha frecuencia el insulto o la ofensa a las personas. Como docente y en mi caso al menos a nivel personal, me estaría traicionando en mis propios principios, en la medida que me debo, profesional y éticamente, a los grandes objetivos de nuestro sistema educativo. Y uno de ellos es el fomento de la educación en valores, el desarrollo, en nuestro alumnado, de una ciudadanía activa, en un marco democrático de equilibrio de derechos y deberes ciudadanos que nos permitan construir la mejor de las sociedades. La concordia democrática, en definitiva. Participar en la vida, social, cultural e intelectual significa, para entendernos definitivamente, no ponernos al nivel de esos programas televisivos, de vociferio, gritos insultos y humillación sistemática de unos para con otros, que tanto decimos repudiar. Si bien en el espacio público, por desgracia, podemos encontrar numerosos ejemplos de este antítesis de la dialéctica en la inmensa mayoría, precisamente, de nuestros políticos. Pero este hecho nunca justificará que el peor ejemplo para nuestro alumnado, en cuanto a normas elementales de civismo democrático, lo demos los propios ciudadanos y particularmente, los docentes. Tenemos derecho a la réplica, al legítimo derecho a la expresión de nuestras opiniones, de nuestras valoraciones, de nuestras propias ideas. Pero si perdemos el marco ético y cívico al que nos debemos como ciudadanos, definitivamente, lo perdemos todo, al desacreditarnos a nosotros mismos.
Dicho esto que creo tiene fundamental importancia, de ahí su extensión, sin ánimo de herir susceptibilidades y que por otra parte es evidente que no admite objeciones de ningún tipo, pienso que el artículo no entra en el fondo de la cuestión. Y que para ello es necesario explicar con detalle los acontecimientos y detenerse en explicar en qué consiste la jornada semanal del profesorado en los IES. El hecho del que debemos partir, consultando las hemerotecas, sería el siguiente: la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, envía una carta, a todos los docentes de la Comunidad en la que expresa, ante la difícil situación económica, la necesidad, por parte del profesorado de “completar su horario hasta las 20 horas semanales, en lugar de las 18 horas actuales”. La imprecisión absoluta sobre el concepto de “horario” del profesorado no lo aclaran las manifestaciones verbales de la presidenta a los medios de comunicación, que se suceden a las efectuadas por la consejera de Educación Lucía Figar, el mismo día de la fecha de emisión de la carta: “…todos los profesores de Secundaria tendrán que completar su horario para llegar a las 20 horas lectivas semanales, en lugar de las 18 actuales, se les está pidiendo un mayor esfuerzo…” . Se podría deducir entonces que se habla de “horario lectivo” entendiendo como el mismo exclusivamente las horas de docencia directa al alumnado en el aula o quizás de “horas lectivas” como sinónimo de horario semanal o número de horas totales que conforman la jornada semanal del profesorado. Se insiste en este sorprendente error (¿es posible que ninguna de estas dos mujeres pidiera asesoramiento a la inspección educativa de su comunidad, por ejemplo?) en declaraciones sucesivas: “…20 horas son, en general, menos de las que trabajan el resto de los madrileños…”.
La carta (plagada de faltas de ortografía, otro error incomprensible) provoca, en progresión geométrica, toda clase de protestas de los sindicatos de enseñanza y de los profesionales de la educación, en días sucesivos hasta hoy mismo, sin contar con toda una sucesión de declaraciones encontradas de Confederaciones de Padres y Madres, representantes de todas las formaciones políticas, tanto de ámbito nacional como regional, así como declaraciones, a su vez, de Ángel Gabilondo, ministro de Educación en torno a la medida y otras declaraciones, a su vez encontradas, de los consejeros o las consejeras de Educación de otras Comunidades Autónomas.
Muy a posteriori Esperanza Aguirre se disculpa, posiblemente cuando al fin alguien más cualificado le explica lo que es un clamor: que el horario semanal del profesorado de secundaria se compone de horas de obligada permanencia en el centro más otras que no lo son, de horario regular e irregular, de horario lectivo y no lectivo que conforman, en el caso de la Comunidad Autónoma de Andalucía (muy citada en esta sucesión de declaraciones), a modo de ejemplo, las 35 (treinta y cinco) horas de jornada semanal del profesorado en los IES. De un modo específico, siguiendo con Andalucía, la parte lectiva del horario regular será de un mínimo de 18 horas, pudiendo llegar excepcionalmente a 21 si la distribución horaria del instituto lo exige. No todas ellas son de docencia directa al alumnado en el aula, también incluyen las labores tutoriales que se desarrollan dentro del aula y las actividades de refuerzo y recuperación del alumnado, entre otras. En un Claustro de profesorado de cualquier IES, las horas de docencia directa semanales, por lo tanto, van a variar sustancialmente entre los/as docentes del mismo, dependiendo de muchas variables (si es tutor o tutora, si desempeña la jefatura de un departamento de coordinación didáctica, si es responsable de algún programa o proyecto educativo, si tiene cargos directivos…), pero en todo caso, todo el profesorado va a computar, semanalmente, 35 horas de jornada semanal. No queda claro en la propuesta de Madrid (y también en Cataluña pero sin la repercusión mediática de la primera), es que si todas las horas lectivas del horario regular, hasta 20 como se propone o 19 en el caso de Cataluña, exclusivamente de docencia directa al alumnado, también están incluidas las actividades de refuerzo o recuperación y la tutoría semanal en el aula en los enseñanzas que así se contemplan o no, indicio, definitivamente y para concluir, de que no se sabe de lo que se está hablando.
Hasta aquí, la confusión, bastante más generalizada de lo que podría pensarse, en lectura y visionado de los hechos por internet, en día sucesivos, no solamente por parte de Esperanza Aguirre y su consejera de Educación. Hay innumerables aportaciones en blogs de particulares y toda clase de colectivos, así como algunas declaraciones de altos cargos políticos de todos los signos políticos de los que se deduce una absoluta confusión (no reproduzco aquí los gazapos, es fácil llegar a ellos a través del navegador), por no hablar de desconocimiento absoluto, en relación a como se distribuyen las horas de jornada semanal del profesorado de los IES y por extensión, de la organización y funcionamiento de cualquier Instituto. Tal desconocimiento, en realidad, ha dejado paso a otro tipo de discurso, donde todos los detalles y matices desaparecen, en aras a un discurso generalista que tomando como detonante, en definitiva, las torpezas sucesivas de Esperanza Aguirre, se podría reducir a lo siguiente, a modo de slogan: “no se deben permitir los recortes en educación”, absolutamente loable, incluso sin ningún matiz, como es el caso, sino fuera porque estamos en un escenario político donde los relojes han comenzado a computar el tiempo electoral. No se habla de educación, se habla, se insiste y así se proclama a gritos, de que en las comunidades donde gobierna tal o cual partido, la educación no sufre recortes. Y a su vez, las otras de tal o cual partido contrario vocifera a su vez recordando que la inversión en PIB de sus comunidades siempre ha sido muy superior a de las otras, que es en las primeras donde se han aplicado recortes. Que si el prestigio social del profesorado, que si los interinos de la enseñanza, a modo de boomerang. Se extingue la esencia del significado que es sustituido por el significante, hasta eliminarlo por completo. No importa tanto el qué, el cómo, el para qué, el cuándo, importan sólo las frases hechas, abruptas, contundentes que puedan influir, de un modo u otro, por tal o cual partido o su contrario, en la expectativas de los potenciales votantes. Nada diferente a lo que llevo viendo y escuchando toda mi vida como docente, salvo una sucesión interminable de leyes orgánicas de educación y una normativa en desarrollo de la misma que se antoja infinita, siempre dispuesta a derogar a las anteriores y que amenaza por enterrarnos en vida, señal unívoca de que las decisiones del legislador son siempre frágiles. Mientras tanto y ya termino, nuestro sistema educativo en comparación con los restantes países europeos, nunca acaba de levantar cabeza. ¿Cuáles son las razones, más allá de las esquivas justificaciones? ¿Por qué las extremadas divergencias entre comunidades autónomas en relación al nivel de adquisición de competencias básicas del alumnado? ¿Todas las disfunciones son siempre por culpa y exclusivamente del profesorado, como tanto se insiste? ¿Cómo están influyendo las nuevas tecnologías en los procesos de enseñanza y aprendizaje? ¿Cuántas horas se pueden impartir diariamente de clase, como máximo, para que la calidad de las mismas no se resienta? ¿Cómo, a la vista de esas evaluaciones internacionales, se puede llegar a esa deseada combinación de calidad, equidad y comprensividad, siguiendo los pasos de los países europeos con mejores resultados?
Me he perdido en mi tesis, por el cansancio, pero creo que muchos me comprenderéis. Termino como comencé: “El saber y la razón hablan; la ignorancia y el error gritan.” Un abrazo a todos/as y que tengamos, los docentes, el mejor y más maravilloso de los cursos escolares.
Saludos Maestro Miguel Angel,
bueno, solo me resta decir que hay mucho tema y paño que cortar, acá en Chile, lo mismo, las visiones ideológicas, los intereses económicos,,, desde una perspectiva sociológica, creo entre muchas aristas dos elementos que forman parte de este complejo debate:
– la administración ideológica-educativa,
-la cultura del profesorado,
ambas se mimetizan y excusan mutuamente, lo cierto es que se de buenos académicos y maestros, y algunos que requieren mejorar, sin embargo, son los jóvenes los que toman las banderas y alzan la voz… el mundo evoluciona y aprende de los aciertos y errores. estos jóvenes nos dan día a día una lección, y no somos capaces de ver mas allá de nuestras narices,¡ o bolsillos!
entiendo debo ser breve por lo que os dejo un tema musical que hace muchos años fue bandera de lucha de los que fuimos jóvenes con sueños e ideales en pro de un mañana mejor, y como usted dice, en 50 años más, pues ya llevamos casi 30, al menos en Chile, hay muchas cosas buenas, si es cierto, pero otras que no han cambiado, ni una coma.
http://www.youtube.com/watch?v=k2JOD2Kc5Jw
EL BAILE DE LOS QUE SOBRAN_los prisioneros(CHILE)
Es otra noche más de caminar
e s otro fin de mes sin novedad
tus amigos se quedaron igual que tú
este año se les acabaron
los juegos…los 12 juegos
Unanse al baile de los que sobran
nadie nos va a echar de más
nadie nos quizo ayudar de verdad
Nos dijeron cuando chicos
jueguen a estudiar
los hombres son hermanos
y juntos deben trabajar
oían los consejos
los ojos en el profesor
había tanto sol sobre las cabezas
y no fué tal verdad
porque esos juegos al final
terminaron para otros
con laureles y futuros
y dejaron a mis amigos
pateando piedras
Unanse al baile de los que sobran
nadie nos va a echar de más
nadie nos quizo ayudar de verdad
Hey conozco unos cuentos
sobre el futuro
hey el tiempo en que los aprendir
fue más seguro.
Bajo los zapatos
barro más cemento
e l futuro no es ninguno
de los prometidos en los 12 juegos
a otros enseñaron secretos que a ti no
a otros dieron de verdad
esa cosa llamada educación
ellos pedían esfuerzo
ellos pedían dedicación
¿y para qué? para terminar bailando
y pateano piedras
Unete al baile de los que sobran
nadie nos va a echar de más
nadie nos quizo ayudar de verdad.
Hey conozco unos cuentos
sobre el futuro
hey el tiempo en que los aprendí
fue más seguro.
Señora Pepa Banderas, ¿No podrías ser usted más breve? Sus comentarios me recuerdan (por su extensión) a esas personas que al final de las conferencias, en el turno de preguntas, se dedican a pronunciar otra conferencia fuera de programa; y eso no está bien. Por lo demás, tiene usted más razón que un santo.
Pepa jooooooooder. Increíble. Más claro, agua. Eres docente, periodista, analista política, socióloga, experta en legislación… Todo junto. Pero sobre todo eres la voz más fundada y lúcida de las que he conocido. Sígue así, eres esa tormenta de la lucidez y de la razón que nos aporta conocimiento y motivos para reflexionar con fundamento, que tanta falta nos hace. Felicidades Pepa.
Pepa, sin ánimo de herir susceptibilidades, tu deberías tener tu propio blog. Ers brillante, siempre tienes muchas cosas que decir y tienes muy buena pluma. Pero a la vista está que siempre disientes de los artículos. Cuando tu escribes se tiene la sensación de «de que se trata que yo me opongo». Y todo lo lindo que tienes para decir se pierde en esa actitud siempre de ver desde lo negativo.
Si creas un blog o si ya tienes uno avisa. Que bueno va a ser comentar en él.
Un cordial saludo.
Carlos Menendez Moraga, quizás por cercanía geográfica, comparto lo que dices en tu comentario. Pero no creo que solo los jovenes toman las banderas del cambio. En educación hay muchas personas que lo hacen. A veces en voz alta a veces solo con el ejemplo cotidiano.
Que no se pierda en eso de ver lo caótico y la crisis que atraviesan los sistemas educativos del mundo entero, que no son más que el reflejo de lo que en el mundo pasa, los cientos de miles de seres humanos que desde su lugar en la escuela luchan por cambiar y crear horizontes de esperanza y puertos seguros de conocimiento y sabiduría.
Pepa, diseccionas la realidad educativa y la política con un bisturí que cortaría a una pluma lanzada al viento. Sin dejar de ser elegante, cada escisión, de las que describes, es un bocado a la realidad. La nuestra, la educativa, que es como decir la social, la económica y la política, nada menos. Estoy de acuerdo contigo de arriba abajo y además coincido en que el día en que se hable de educación (en vez de «gritarla»), desde todos los sectores implicados, al fin habremos encontrado ese camino que deberíamos haber recorrido hace ya muchos años. FELICIDADES Pepa, eres alucinante.
Por cierto, tengo la sensación de que los compañeros y compañeras de otros paises están esta semana, muy perdidos.
No sé cómo alguien que entiende que nunca-nunca los artículos del blog dan en el clavo, sigue leyéndolos.
Pero, claro, puede haber una razón, pensar que su comentario traerá a todos la verdad.
PD: No hay que confundir «sino» con «si no»…
Aporto una sonrisa al debate sobre la ideologia y mañas de esta buena señora, por cierto, mi jefa.
Os invito a oir este RAP de la Espe. Lo tenéis en:
http://www.youtube.com/watch?v=YuNKBG5PqY0&feature=player_embedded
Con fina ironía va detallando su ideario educativo ultraliberal.
¡Que os guste!
La señora presidenta se ha descolgado hoy, al aprecer, con que hay que reducir la gratuidad de la enseñanza. Es decir, más de lo mismo. Quien tenga dinero, que estudie. Quien tenga dinero que se pgue la sanidad. Y quien tenga dinero que disfrute de seguridad. Y el que lo tenga, allá él. Neolibealismo en estado puro. Estamos apañados.
Ahora dice doña Desespernza (qué bien definida) que no le extrañaría nada que la idea de la huelga sea de Rubalcaba. Es increíble. Pero, ¿qué piensa esta señora de sus adversarios políticos? ¿Que son como ella? Y, qué piensa de los profesores? ¿Que son marionetas? Cada intervención de la presidenta es un paso más hacia la irracionalidad y la falta de respeto. Pero la votan, como se dice en el artículo.
No puede ser más acertado esta entrada en su blog. Mis comentarios se unen a los de indignación de otras personas que han escrito.
¿A dónde vamos a llegar? Cuando obtenemos valoraciones por parte de informe PISA o similar, nos quejamos del puesto que ocupa España y de lo bien que van otros países, pero ¿qué hacemos para arreglarlo? Pues lo que puede ser lo más incoherente, hacer recortes en educación. Y es más, en la educación pública.
La educación pública es un bien común que nos beneficia a todas y todos, ya que la mayoría de las criaturas españolas acuden día a día a la enseñanza pública que no segrega, que no excluye y que está libre de carga ideológica o religiosa.
Pero luego las criaturas de los políticos o demás personalidades acuden a la enseñanza privada, y claro aquí llega la intervención de Esperanza A. dar ayudas a las familias para que sus criaturas acudan a centros concertados, ¿y con esto que conseguimos? lo de siempre, aumentar las diferencias de clases y seguir ayudando a quienes más tienen. La educación privada nunca debería ser subvencionada con fondos públicos, pero esa es otra historia.
Simplemente uno aquí mi indignación a cómo juegan con algo tan importante para el desarrollo de la sociedad.
Un saludo, Ana.
Hola Miguel Ángel, Pepa Banderas y demás compañeros y compañeras del blog. Como siempre, os felicito a los dos, tan cercanos en el fondo, pero al mismo tiempo tan lejos, porque no es lo mismo la forma que el fondo. Y creo que en lo que respecta el fondo estaremos todos de acuerdo, en su simplificación absoluta, la enseñanza por encima de todo. Pero es en la forma en la que insiste con un esfuerzo analítico que me deja con la boca abierta nuestra compañera Pepa Banderas y que yo le agradezco enormemente. Ese boomerang que mencionaba Pepa ya está aquí, teñido no precisamente de educación, sobrevolando nuestras cabezas, incluso en este blog, no hay más que leer a los compañeros y compañeras. Nadie comenta nada del fondo: del famoso «horario lectivo», de esas dos horas añadidas en el caso de Madrid. No se menciona de si la ratio es un factor decisivo en la calidad de la enseñanza. Nadie parece acordarse de que nuestro sistema educativo como bien dice Pepa es uno de los peores de Europa. O de cualesquiera de los ejemplos que ella pone en su entrada. En su lugar, hablamos de Esperanza Aguirre y sus continuas meteduras de pata y de poca cosa más, porque en realidad hablamos de ideología, esa que en tiempos electorales interesa utilizar, a toda costa. No hay más que acudir a las noticias e hoy. Ningún lider político habla de la forma y aún menos de la educación en sí misma, que sería en el fondo. ¿Qué es la educación para todos ellos? Me remito otra vez a Pepa, con la que no puedo estar más de acuerdo, ese boomerang electoral, de ida y de vuelta, de un partido político a otro. Tanto monta, monta tanto.
Me temo querida Pepa, que esto seguirá así, salvo que milagrosamente aparezca en escena algún ministro o alguna ministra de educación al estilo del Jack Lang de su época, que lo fue de cultura en Francia. Y lo veo impensable, es la verdad, porque no me imagino, en ninguna formación política, alguien con un perfil semejante, por desgracia, con la falta que nos hace al profsorado.
Bueno, Miguel Ángel y Pepa Banderas, un abrazo muy fuerte a los dos. Haced por conoceros, vuestras dos voces, unidas, no tendrían rival, os lo aseguro. Otro abrazo a todas las demas personas que han colaborado esta semana, salvo a los trolls de siempre.
Estamos en tiempos de neoliberalismo: individualismo, competitividad, obsesión por la eficacia, olvido de los desfavorecidos,privatización de bienes y servicios… También en la educación.
LO que a mí me sorprende es que la mayoría de la gente, que no está en situación privilegiada, vote esas políticas.
Saludos.
Para mí lo más grave es cómo se está potenciando la privatización frente a la escuela pública. Se quiere hacer un mundo para ricos, listos, guapos… Ya se ve en nuestra comunidad donde se ha abierto un bacillerato para los excelentes, para los brillantes… Según ese criterio, habrá otro para tontos…
El neoliberalismo en España comienza a expandirse en la década de los noventa y estalla, llevándose por delante a propios y extraños en fechas muy recientes. Está claro que el incentivo de estas políticas se debe, en alternancia, a los dos grandes partidos políticos y yo también me uno a esa incomprensión general para con los que los han votado, en un momento u otro. Estoy con Antonio Sánchez, más arriba y sobre todo con Pepa Banderas. Estamos hartos la inmensa mayoría de los ciudadanos de ese discurso político continuo sobre «las dos Españas» que no existe más que en boca de tanto político profesional que puebla nuestra geografía y en la imaginación del ciudadano que los escucha. Necesitamos estadistas muy cualificados que hoy por hoy no existen en el maltrecho panorama político de España.
La educación es víctima de esa ignorancia desde siempre. Los conciertos educativos se regulan por primera vez en 1985 con la Ley Orgánica de Educación y crecen exponencialmente hasta el día de hoy, en todas las comunidades autónomas, independientemente de su color político. Su sentido es satisfacer necesidades de escolarización a la que los centros públicos no pueden responder. El único partido político que en su programa electoral ha hablado de este tema no es desde luego ninguno de los dos partidos mayoritarios, pero propuso acabar absolutamente con el régimen de conciertos. El dinero público es para la enseñanza publica. No parece tan dificil.
Lo del bachillerato de excelencia habrá que esperar a ver los resultados. Una de las críticas más extendidas de nuestro sistema educativo es que su equidad consiste en equilibrar al alumnado por lo bajo. El famoso año cero en las universidades, dado el nivel de partida del alumnado. La diversidad no es solo sinónimo de necesidades educativas especiales, debe aplicarse también a aquel alumnado con más capacidad, a objeto de potenciar sus posibilidades. ¿Se pueden lograr objetivos muy especializados en bachillerato en aulas donde reina esta diversidad? Un alumno que ha cursado el 2º año del programa de cualificación profesional inicial con éxito puede estar al año siguiente en cualquier bachillerato. Lo mismo un alumno que ha logrado titular en secundaria con refuerzos, apoyos y realizando la secundaria por un programa de diversificación curricular. Ellos tienen todo el derecho del mundo a cursar un bachillerato y que la atención a la diversidad prosiga en las etapas postobligatorias. Pero también la tiene ese alumnado con un gran potencial académico. Y ya no hablamos de conocimientos básicos, de competencias básicas. Hablamos de contenidos muy especializados, imprescindibles para estudios posteriores. Ahí lo dejo; es un debate abierto que creo se suele resolver en falso siempre.
Saludos.