El saltamontes no oye

29 May
Deducción ilógica: un saltamontes sin patas se queda sordo.

Siempre me ha parecido llamativa la facilidad y la arbitrariedad con la que establecemos los nexos causales que nos interesan. Una cosa son los hechos y otra las relaciones que establecemos entre ellos. Lo hacemos de forma constante. “Esto ha sucedido por esto”, decimos sin la menor vacilación. Como si esas conexiones fuesen palmarias e indiscutibles.

Atribuimos a la intervención divina un hecho que nos ha sucedido sin tener constancia alguna de la conexión causa/efecto.“Dios nos salvó de la muerte, dicen los supervivientes del accidente aéreo, sin caer en la cuenta de que al decir eso, afirman que condenó a muerte a los que fallecieron”. Explicamos que los alumnos han suspendido porque no tienen capacidad o preparación o interés, sin caer en la cuenta que puede haber muchas otras causas, entre ellas la incompetencia de los docentes o la estupidez del currículo. Decimos que todo el paro del país se debe al gobierno sin pensar que pueden existir otras causas y que ya arrastrábamos un porcentaje de paro muy elevado antes de que fuese elegido por los ciudadanos. Y el gobierno actual dirá que la causa de todos los males se encuentra en la formar de proceder que tuvo el partido de la oposición cuando gobernada.

Podría seguir poniendo ejemplos de forma ininterrumpida porque la frecuencia con la que manejamos la atribución causal es casi constante. Y, desde luego, poco rigurosa. Esta arbitrariedad responde casi siempre a intereses más o menos camuflados, más o menos legítimos, más o menos confesables. Cuando nos interesa llegar a una conclusión hacemos que los datos hablen a nuestro favor. Los datos, sometidos a tortura, acaban confesando lo que quiere quien los maneja.

Voy a traer a colación una pequeña anécdota que refleja muy bien lo que estoy diciendo. Supongamos que tengo un saltamontes en la palma de la mano izquierda. Y le digo imperativamente mostrándole la palma de la mano derecha:

– ¡Saltamontes, salta!
Y salta.
Cuando le tengo en la palma de la mano derecha le vuelvo a decir mostrándole la otra mano:
– ¡Saltamontes, salta!
Y salta.

Cuando se encuentra en la palma de la mano izquierda le corto todas las patas (es sólo un ejemplo, que nadie se asuste por el imaginario maltrato) le vuelvo a decir:
– ¡Saltamontes, salta!

Y ahora no salta. Entonces saco la conclusión: Cuando a un saltamontes se le cortan las patas, no oye.

Claro que puedo sacar esa conclusión, pero está muy claro también que es completamente gratuita.

Los procesos de atribución que manejamos en la vida nos llevan muchas veces al autoengaño. Y, lo que es más grave, son utilizados para engañar y agredir al prójimo. Frecuentemente son utilizados en el debate político para atacar al adversario. Te propongo, querido lector o lectora, que analices un discurso político o un mitin y descubras cuántas atribuciones se hacen a la ligera.

Respecto a esta parcela me remito al libro “Aristóteles y un armadillo llegan a la capital”, libro que los autores (Thomas Cathcart y Daniel Klein) subtitulan de esta manera: “Las mentiras de los políticos analizadas con humor”. En la primera de las ilustraciones se puede ver a varias personas en la Sede de Campaña electoral. Una de ellas dice a las demás: “Es un buen discurso… sólo hay un par de puntos que necesitan un poco más de confusión”.

No me puedo evadir de otro campo en el que las atribuciones se hacen con excesiva frecuencia y ligereza. Me refiero al campo educativo. Un campo en el que, además, no suele suceder que si A entonces B, sino algo mucho más problemático: si A, entonces B, quizás. ¿Cuántas veces oímos decir que el bajo nivel de los alumnos y alumnas actuales se debe al influjo nefasto de la LOGSE? Pero, ¿existen pruebas? Sí, existen, pero de la afirmación contraria.

También en este segundo bloque que he elegido para ejemplificar el problema de los procesos atributivos interesados quiero hacen mención a un libro que desmonta con humor muchos tópicos y muchos estereotipos en los que se atribuyen de forma ligera determinados efectos a determinadas causas. Se trata de “Retrato canalla del malestar docente. Una defensa inteligente y mordaz del actual sistema educativo frente a los tópicos anti-LOGSE”, escrito por Juan José Romera, profesor de Lengua y Literatura en un IES de Málaga. Altamente aconsejable.

Hay un tercer campo en el que las atribuciones son, si cabe, más frecuentes y arbitrarias. Me refiero al campo religioso. Cuando los feligreses sacan en procesión al santo patrón para invocar que su intervención traiga la lluvia, ¿se puede establecer el nexo causal entre la lluvia que realmente cae horas después y las oraciones de los fieles? ¿Cómo se puede probar? Cuando el futbolista sale al campo y hace la señal de la cruz pidiendo a Dios que le ayude a realizar un buen partido, ¿se puede establecer un nexo causal entre su gesto suplicante y el hecho de que después marque un gol? Me remito también aquí a un estupendo libro que acaba de publicar Luis Rojas Marcos y que lleva por título “Superar la adversidad”. En él podemos leer lo que sigue: “Las explicaciones positivas estimulan la confianza en uno mismo. Así, la explicación “Nos salvamos del accidente porque soy un buen conductor y tengo excelentes reflejos” es más reconfortante que “No nos matamos porque Dios no quiso”. Sería un buen ejercicio de racionalidad analizar una homilía y ver cuántas atribuciones se hacen de manera poco fundada.

Hay que ponerse a la tarea de buscar nexos causales arbitrarios en cualquiera de las parcelas de la vida. En honor a la verdad.

18 respuestas a «El saltamontes no oye»

  1. Cuánta razón tiene. Decimos alegremente: esto ha pasado por esto. La culpa de esto que ha pasado la tiene fulano o mengano. Muchas veces atribuimos la causa a lo que queremos. La oposición lo está haciendo de forma constante respecto al gobierno.

  2. Gracias a DIOS de seguir viviendo.
    Cuando joven murieron mis compañeros de curso en la nieve , me salve de las Torres Gemelas, no fuí a tomar desayuno ,con una prima ,por jugar con mis nietos y recien fuí asaltado por dos pistoleros y no me dispararon ni robaron.
    Para muchos es cosa de la naturaleza o destino lo que respeto.
    Más aun doy gracias a Dios de haber sido alumno de Miguel Angel Santos Guerra , lo que me ha permitido tener más tiempo , espacio y libertad para desarrolar la critica y reflexionar en el dia a día y disfrutar de alegría , paz y bienestar

  3. UH!!!!
    Buen tema.
    Todo sucede por alguna causa, pero también creo en la providencia, eso que cuando te parece que tocaste fondo y que ya nada más se puede hacer, y que caerás inexorablemente, sale de algún insólito rincón una mano que te rescata. Causalidad…casualidad…no lo sé, sólo son sensaciones que he experimentado con mucha frecuencia. Tal vez sea una especie de locura, ya dije en otra ocasión que soy un especímen algo raro.
    Buena semana. Los quiero a todos.

  4. Leo siempre con verdadera fruición los artículos del autor. Y, en esta ocasión, con independencia de que esté o no de acuerdo con su contenido, -con unas cosas sí, con otras no tanto-, me gustaría que el propio autor aclarara, -otras veces ha tenido a bien “replicar” a alguna sana y humilde crítica de un servidor-, el significado de la expresión “si A entonces B”, que no sé lo que ha querido o quiere decir. Muchas gracias.

  5. Señor Botín, permítame, creo que la expresión quiere decir:
    A= La causa = Estaba amordazado
    B= El efecto = No podía hablar

    Si le he ayudado, ha sido un placer.
    Un saludo

  6. Estimado Francisco Botín:
    Cuando digo que en educación no sucede que si A entonces B, me refiero a que puesta una causa (A) no se deriva un efecto (B) como sucede en las ciencias físicas o experimentales. Si elevo una bola de hierro y la suelto (A) la bola cae hacia el suelo (B). Inexorablemente. Pero si yo le reprendo a un chico (A) puede reconoer su error y corregirse (B1) o puede no importarle un rábano lo que le digo (B2) o puede sentarle mal y rebelarse (B3)… Etc. Por eso digo que en educación lo ue sucede es si A entonces B, quizás.

    Por eso es tan problemática la tarea. El ejemplo que he puesto depende de tantas variables incontrolables… Cómo hace esa advertencia el educador/a, qué experiencia común tiene con el educando/a, quién es el educando/a, en qué momento se encuentra…

    No sé si me he aclarado.

    Un abrazo y gracias por leerme y por hacer comentarios siempre interesanates.

    MA Santos Guerra

  7. He pensado en la cantidad de expresiones que dar por supuestas las conexiones causales en el ámbito religioso:

    Hasta mañana, si Dios quiere
    Tendremos los hijos que Dios nos de
    A quien madruga, Dios le ayuda
    Nos salvamos, gracias a Dios
    Los talentos que Dios nos da
    Dios aprieta, pero no ahoga
    Dios te ama

    Creo que hay un número interminable de expresiones que dan por hecha la causalidad.

  8. El establecimiento de causalidades se ve también con frecuencia en medicina auqnue, en este campo, se recurre con más frecuencia a la ciencia. Se curó poque… Empeoró porque… Mientras más utilicemos la lógica y el rigor, mejor nos irá.

  9. Señor,

    ¿Por qué siempre es tan ofensivo con los maestros y generaliza su incompetencia o pone en duda su profesionalidad?
    Con auditorios docilísimos bien puede usted ¨lucirse¨siempre
    … Rétole a una reunión con los DESEDUCATIVOS (vecinos suyos en Andalucía hay varios)…
    Lectores, dejen de estar abducidos, hay vida más allá de la secta psicopedaboba…
    Salud y muuuuuuchos contenidos y cultura… y menos fabulillas ñoñas…

  10. Ana, hay otras: “Dios aprieta, y nunca afloja” (Es broma). Pero es verdad esto otro, y es que muchas de esas expresiones (“Buenos días”, por ejemplo) las hemos recibido con la lengua misma que usamos, nos vienen por tradición, y no tienen mayor importancia. Es como aquello de los silogismos : “el hombre es mortal; J. es hombre; luego J. es mortal” Y hoy se podría decir (vuelvo a la broma) “El hombre es mortal…, pero ¿lo es también la mujer?”
    Y sí, es cierto: el profesor Santos Guerra extiende su docencia, con un muy bien hacer, es “El Adarve”. Es un placer leerle, y constatar su coherencia en sus respuestas y ejemplos. Gracias, y enhorabuena.

  11. A mi entender, señor Lozano Andaluz, el profesor Santos Guerra no es ofensivo con los maestros, sino que practica la autocrítica: él mismo es maestro, en el más alto sentido del término. Tampoco creo que practique la generalización, sino que, por necesidades de los argumentos que se tratan de exponer, no se puede usar una casuística muy puntual. En cuanto a las fabulillas, yo no las veo ñoñas: son una tradición, más extendida en las culturas orientales que la en la nuestra, y contienen por lo general muy sabias lecciones. En mi opinión. Gracias.

  12. Señor Lozano Andaluz:

    Para ofensivos creo que usted es un buen ejemplo. Y muy poco riguroso, por cierto.
    Porque en la primera frase hay cuatro grandes mentiras.
    SIEMPRE: hombre, siempre no.Porque en este mismo blog hay muchos artículos que contienen elogios extraodinarios sobre el profesorado.
    TAN OFENSIVO: hombre, no. Porque NUNCA he pretendido ofender, aunque haga referencia a errores que todos cometemos. Hacer autocrítica, como apunta Manuel Laza en un comentario anterior, es muy necesario.
    GENERALIZAR LA INCOMPETENCIA: hombre, no. Le reto a que busque una frase (una sola frase, no digo un artículo) en el que se diga que TODOS LOS MAESTROS o TODAS LAS MAESTRAS SON… Y no puedo generalizar la incompetencia porque creo que la inmensa mayoría de los maestros y maestras son muy competentes.
    PONER EN EN DUDA LA PROFESIONALIDAD: hombre, no. Porque no tengo ninguna duda respecto a la buena voluntad y a la competencia de la inmensa mayoría de los y las docentes.

    Por otra parte, ¿por qué desprecia usted tachando de “docilísimos” a los lectores y lectoras de los artículos? ¿Por ué les considera abducidos por el hecho de estar en desacuedo con usted o de acuerdo con quien usted desprecia? Cada persona lee y dice lo que piensa. Como ha hecho usted.

    ¿Le molesta a usted el lucimiento (si es que existe) de los demás? ¿Qué le pasa?

    No sé quiénes son los “deseducativos” pero, vaya, el nombrecito se las trae. Y no tengo ningún problema en contrastar las opiniones con quien sea. Ya ve que expongo mis ideas con claridad y frecuencia.

    Es usted también ofensivo cuando tacha a quienes piensan y estudian el fenómeno educativo (por cierto, también dan clases, no son meros teóricos) de secta y la adjetiva de “psicopedaboba”. No es usted muy respetuoso que digamos.

    Para meterse en un blog a criticar a alguien porque, a su entender ofende a otros, debería aportar más argumentos y menos insultos.

    Y, en cuanto a las “fabulillas ñoñas” he de decirle que forman parte de la cultura de los pueblos. Y, a lo largo de la historia, han sido un gran acervo de sabiduría. ¿Qué son para usted los contenidos? Podría haber aportado alguno en su comentario, al menos uno, para entendernos.

    De cualquier manera, gracias por participar, aunque sea pretendiendo ofender.

    Miguel Ángel Santos Guerra

  13. Señor Lozano: “¡Quién se pica ajos come!”, si se siente aludido…
    Somos personas, y no ovejas…, y supongo que nadie de los que percibimos la profesionalidad de Miguel Ángel está en sus cursos o conferencias, a la fuerza…
    Los comentarios oportunos y ejemplos de este señor, para nada podrán considerarse fabulillas ñoñas…, él tiene el arte de apreciar, todo lo que desarrolla a personas con Inteligencia crítica, Valores…, y no sólo CONTENIDOS.
    Mientras explica, nos hace pasarlo bien y divertirnos (que no sé si sabe, que la risa, es de lo mejor y más sanador) y es un auténtico regalo por su parte.
    Miguel Ángel, estupendo artículo, y objetivas reflexiones, pero sobre todo, buena respuesta a quien la merece.

  14. Grande!! Maestro Santos Guerra. Siempre marcando rumbos. Exponiendo argumentos, y de manera brillante, y enérgica si es necesario!!! Cada día le admiro más.
    Y a quien no le gusten las opiniones o aportaciones, ya lo dije en otra oportunidad, ¡es tan sencillo no entrar al espacio!, si a uno no le agrada un programa de la radio o la T.V. qué hace???
    CAMBIA DE CANAL Y A OTRA COSA!!!!
    Y por otro lado: -“Ladran, Sancho”-

  15. Hola, me parece maravillosa la claridad con la que habla este Profesional Docente, es para sacarse el sombrero. Soy de San Rafael, Mendoza, Argentina y admiro profundamente a este ser humano que tanto se ocupa de explicarnos y hacernos pensar la realidad educativa (argentina), que la conoce mejor que nosotros. ja ja.
    Hoy he sido parte del auditorio en San Rafael, Mendoza y lo felicito!!!!

  16. Estimado Miguel Angel: cada vez que lo escucho o leo algo suyo, se me eriza la piel. Lo admiro mucho y siempre descubro que algo de lo que usted sugiere yo puedo hacerlo. Hace poco lo oí decir: “Escriban docentes, escriban” Y pensé: “No estoy tan loca por tener miles de papeles escritos con recuerdos de mi carrera, algunos gratos otros no tanto” Amo la docencia y me enorgullece que usted pertenezca a esta noble tarea.
    Si me honra leyendo mis relatos publicados en DOCUMENTACIÓN NARRATIVA DE TUNUYÁN me sentiré la docente más afortunada del mundo. ¡¡¡¡GRACIAS!!!!

  17. Maestro santos Guerra
    Me permito escribir y comentar por este medio ya que es el único por el cual puedo seguir su trabajo. Soy mexicana, y es un placer poder leerlo y escucharlo gracias a la tecnología (internet).
    Cada uno de sus artículos es inspirador. Soy profesora desde hace 12 años, pero con lo que he leído de Ud., me ha quedado bien claro que esta este es el camino que debo seguir, y aunque no soy profesora de titulo, si he ido trabajando para no ser uno más y poder ofrecer a los chicos algo verdaderamente significativo GRACIAS.

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