La nefróloga entusiasta

6 Feb
Caer está permitido, lo obligatorio siempre es levantarse y seguir adelante.
Caer está permitido, lo obligatorio siempre es levantarse y seguir adelante.

Hace varios días impartí la conferencia de apertura en el III Encuentro de Tutoras y Tutores de Especialistas en Formación de Andalucía.

Tuvo lugar en el Centro Andaluz de Salud Pública (Granada). Los asistentes eran tutores y tutoras de diversas especialidades médicas. Fue para mí una extraordinaria experiencia. Siempre se puede aprender.

Algunos colegas y familiares me preguntan, a veces, cuando saben que trabajo con profesionales de la salud:

-Pero tú, ¿qué les cuentas a los médicos?

Les respondo que algo de lo poquito que sé relativo a los procesos de enseñanza y aprendizaje; los tutores y tutoras tienen una amplísima y variada formación sanitaria pero no han tenido la oportunidad de formarse sobre su responsabilidad y su competencia docente.

A lo largo de la conferencia hice algún comentario sobre la importancia de las actitudes de los docentes. No se trata sólo de dominar técnicas ni de poseer conocimientos. Es preciso desarrollar actitudes desde las que se pueda despertar el amor al aprendizaje. Hablé de la influencia que tienen las expectativas del tutor sobre las reacciones del Residente. El conocido efecto Pigmalión. Si nada esperas de un Residente, acabará no dando nada.

Al terminar se me acercó una joven doctora a la que ahora voy a llamar la nefróloga entusiasta. Me contó un episodio de su trayectoria MIR (etapa en la que, después de pasar por la Facultad y después de realizar un complejo examen, se convierten en Médicos Internos Residentes en un Hospital). Le agradecí que compartiera conmigo su experiencia y le pedí que me escribiera un breve texto que podría utilizar para transmitirlo a mis lectores y lectoras. Todo lo aprendemos entre todos. En su escrito me cuenta lo siguiente.

“Esta anécdota se remonta a aproximadamente ocho años atrás, recién iniciado mi segundo año MIR de Nefrología. Durante el primer año mi compañera y yo (en ese momento entrábamos dos por año) habíamos intentado aprender a coger catéteres venosos centrales para realizar la diálisis. Por diversas circunstancias yo había tenido menos oportunidad de canalizar dichos catéteres, con lo cual me suponía más dificultad que a mi compañera. Ese hecho llamó la atención a los facultativos y un día mi tutor me llamó al orden. Uno puede imaginar la entrada al despacho, con las orejas gachas, temblor intencional y una mirada atónita conforme iba escuchando el sermón de mi querido tutor.

Llevaba poco tiempo en el Servicio y me asemejaba a un párvulo, ignorante y con poca capacidad de respuesta.. ¿Cómo intentar convencerle de que mis intentos de realizar aquella maniobra habían sido tan escasos que era razonable que todavía tuviera dificultad? ¡Era mi palabra contra la suya! Decidí callarme y asentir. Al fin y al cabo sabía cuál era la verdad, y algo en mi interior me decía que iba a ser capaz si se me daba la oportunidad.

Salí del despacho abatida y cuestionándome si realmente estaba en el lugar correcto. Tantos años de estudio para acabar en el sitio equivocado… No podía permitir eso.

El abatimiento duró varios días, hasta que un día desapareció, era un sentimiento que entraba en conflicto con mi interior. Al fin y al cabo, las personas exitosas no son las que nunca caen, sino las que siempre que caen son capaces de levantarse y continuar la lucha.

Hoy en día puedo afirmar que no hay catéter que se me resista y además disfruto haciendo la maniobra. Aquella charla con el tutor me había hecho más fuerte. Lo único que consiguió fue reforzar mi convicción de que no estaba en lo cierto.

Vista en perspectiva, aquella anécdota me hace sonreír y la conservo en mi mente con mucho cariño e incluso ahora la comparto con mi antiguo tutor. Ahora entiendo que él sólo intentaba mejorar mi aprendizaje, contribuir a mi educación como especialista en nefrología y esa fue su manera de llevarlo a cabo. Por eso sólo tengo agradecimiento para él, por haberme abierto los ojos a tiempo y haber conseguido convertirme en una nefróloga entusiasta, amante de su profesión y que disfruta con lo que hace.

La conclusión de esta historia es que si no se tiene el deseo de ser un buen profesional y la fe en ti misma para seguir intentándolo incluso cuando te hayan dicho que no vales, será muy difícil conseguir el éxito”.

Hasta aquí el testimonio de la doctora. Su reacción fue magnífica. Convirtió la contundencia de aquella corrección en un estímulo. Transformó un reproche en un motivo de agradecimiento. La forma de reaccionar podría haber sido otra. Hay quien se hunde ante una recriminación, ante una descalificación enérgica, ante una comparación injusta. Ella reaccionó de forma sana y positiva. Reforzó la confianza en si misma, reconoció y explicó su limitación, no se comparó autodestructivamente con la compañera y sacó nuevos bríos para seguir aprendiendo. Fue capaz de convertir un rapapolvo que pudo hundirla en un motivo de superación.

Es una forma inteligente de reaccionar. Hay paladas de tierra que se nos echan encima con el fin de enterrarnos y que nosotros podemos convertir en peldaños de una escalera que nos ayuda a subir. Existe un arte hermoso en la vida de las personas y en el ejercicio de las profesiones que consiste en convertir dos signos menos en un signo más. Basta colocarlos de la forma adecuada. El arte contrario es triste y lamentable. Consiste en sacar de algo positivo dos motivos de desaliento.

El tutor tuvo suerte de encontrarse con una Residente entusiasta. Porque ella pudo quedar aplastada por aquel comentario descalificador. Pero ella ha convertido su reproche en un motivo de gratitud. No siempre sucede así. Es un deber del formador corregir los errores y enseñar a evitarlos. Y es un deber también hacerlo de forma respetuosa y alentadora.

16 respuestas a «La nefróloga entusiasta»

  1. Cuando una persona tiene la autoestima alta es difícil que le hagan quedarse en el suelo abatido luego de una caída, porque esa persona cree en sí misma, en sus capacidades, en sus virtudes. Pero está lleno de personas que no se creen capaces de enfrentar ciertos retos hasta tanto alguien desde fuera no logre convencerlo de que sí es capaz y le demuestre que cree y confía en él. Y este es el lugar desde donde debe partir el buen maestro para ayudar a su discípulo a tomar las riendas de sus aprendizajes, y con ellos de su vida.
    Creo que todos alguna vez en la vida hemos mirado algún desafío con temor, y si lo hemos podido enfrentar y superar, ha sido en parte fruto de nuestro esfuerzo, tesón y optimismo, pero si buscamos mejor descubriremos que siempre alguien de nuestro entorno nos ha influenciado de manera positiva. A veces bastan unas pocas palabras.
    De allí mi gran deuda con mis padres.
    Y de allí también mi admiración, respeto y cariño hacia algunos maestros que la vida me deparó.

  2. Querido Miguel Ángel.

    No haré ningún comentario. Tan sólo citaré unas palabras de Marco Aurelio.

    «Es vergonzoso que, en vida, el cuerpo resista y que, el alma, haya dejado de hacerlo.

  3. Querida Nancy Mansur: Gracias por seguir durante tanto tiempo este blog y por lss estpendas aportaciones que sueles hacer. Estoy contigo en que nuestro empuje es indispensable para seguir avanzando y en que, en ocasiones, necesitamos la ayuda de alguna persona que sabe y que nos quiere. Gracias, pues.

  4. No siempre reaccionan las personas como lo hizo estga doctora. Son muy frecuentes los casos en que los reproches, las descalificaciones, las críticas duras producen el efecto lógico del desaliento y del fracaso. Enhorabuena a la nefróloga.

  5. Un maestro nunca debe olvidar que es alguién que recorre por enésima vez un camino que otros hacen en su primera vez. Ellos también alguna vez pasaron miedos, temores angustias… Un maestro debe caminar junto y no en contra…. Y las palabras de aliento y entusiasmo son más útiles. En lugar de ·lo haces mal» sería un «podrías hacerlo mejor»

  6. QUERIDA A.F.

    Como siempre, un comentario hermoso, acertado, claro y contundente. Suscribo tus palabras. Creo que esa visiónn positiva es muy certera y eficaz en la educación. Un beso.

  7. En el título está una de las claves para que cualquier proyecto en la vida se haga realidad, y es el entusiasmo.
    En el campo de la educación tiene que haber entusiasmo tanto por parte del docente como del alumno.Mi trabajo de maestra me entusiasma, creo que mucho tuvo que ver el papel que jugaron en mi escolaridad las maestras y algún maestro.Siempre les estaré agradecida por el entusiasmo que ponían en todo aquello que nos proponían en el aula, creo que fui afortunada pues sentía que estas maestras realmente me formaban , no sólo a nivel intelectual, sino como persona, generaban un clima de trabajo agradable.
    Supieron estar ahí en momentos difíciles y esto es porque su labor iba mucho más alla que la de transmitir conocimientos: había entusiasmo en la labor educativa.
    Espero no perder el entusiasmo.

  8. Mi estimadísimo Dr. Miguel Ángel:
    Nunca tan oportuna una reflexión tuya sobre los golpes que recibimos….en educación….me hizo muy bien, vuelvo a mirar hacia arriba y adelante.
    Desde que visitaste Argentina sigo tus artículos, tengo tus libros, sonrío con ellos, y los comparto en reuniones con mis docentes, alumnos, colegas y amigos….para «volver a mirarnos en el espejo».
    Seguimos hermosas y esperanzadoras utopías en educación… porque en la actitud del docente, se ven los cambios en los alumnos desde pequeños hasta los adultos…

  9. Mi enhorabuena a esta doctora entusiasta. Tengo que agradecerla que haya reaccioando así y que nos lo haya contado porque así podemos encontrar un ejemplo que todos podemos seguir. Gracias.

  10. Acabo de leer este hermoso y certero proverbio: Los ríos llegan a la meta porque han sido capaces de sortear todos los obstáculos.

  11. No cabe duda de que todos vamos a tener que sortear dificultades. El ejemplo de la doctora es estupendo porque otra persona hubiera mantenido de por vida la sensación inicial con la que salió del despacho del tutor. Ella pensó que estaba equivocada en el camino que había legido, pro rápidamnte cambió esa primera reacción.
    También me ha hecho pensar el artículo en la responsabilidad que tenemos quienes nos dedicamos a enseñar a otros.

  12. Estimado maestro Miguel Ángel. Le puedo asegurar que no se imagina usted la alegría que he experimentado al leer sus palabras, me han hecho sentir muy bien, \"me han hecho mucha ilusión\"- como dicen en su patria. Son un halago. Un bocado para el alma.
    Muchas gracias por tomar en cuenta mis humildes aportes.
    Un fuerte abrazo y mi sincero afecto.

  13. este hermoso relato me hace pensar en lo importante que es saber sortear las dificultades que diariamente en el aula con nuestros alumnos y la responsabilidad que tenemos en prepararlos para la vida. Hoy tuve el placer de escuchar sus charlas en la provincia de Mendoza Argentina. Me ha enriquecido el alma

  14. Estimado Miguel. Hoy asistí a su conferencia aca en Mza y realmente no imaginaba que las horas al escuchar sus palabras sobre la educación son realm entusistas y hacen como dijo trabajar la mente y corazon en los niños es esencial y despierta mas mi espiritu docente. Nos gustaria poder tener mas material o escuchar alguna otra jornada suya las cuales son muy útiles. Saludos.

  15. Una persona muy apreciada quien hace poco nos ha dejado sólo físicamente, el prof. Fabio Tarántola, me acercó al refrán que tienen en su Facultad: «Si no se puede, …es que hay otra forma de hacerlo!» Esto resume magníficamente cuál es la actitud que nos haría bien ante una dificultad, especialmente en las que hacen a nuestro camino personal de progresión vital: Intentar, evaluar, mejorar, … y así!… Actitud que he renovado tras el encuentro en Malargüe- Mendoza, donde sus palabras y humor nos han refrescado la vocación docente. Esto es, si hubo un traspié podemos lamentarnos, pero será clave decirnos: Ahora a trabajar! con lecturas, análisis y especialmente revisando nuestras propuestas y prácticas! Cada quien a lo suyo. Las nuestras en las aulas, al menos, lo necesitan tanto!

  16. Después de leer el artículo y las aportaciones de los distintos compañeros, mi mente viaja a mi época de colegio, cómo me acuerdo de África Jiménez, Antonio Benitez, Miguel Molina y algunos otros, gracias por haber mostrado ese entusiasmo y por haber hecho que las cosas no fueran fácil y por tanto haberme demostrado el valor de las cosas. Y cómo no a mis padres que son los que primero pusieron esa semilla en mi, de que las cosas aunque cuesten conseguirlas no dejan de ser buenas. Y de ahí mi tenacidad para intentar una y otra vez la meta de ser un día funcionaria porque maestra lo soy hace años. Y con ello poder luchar y trabajar donde me gusta y añoro.
    Un saludo para el autor.
    P.D.: Mientras más leo lo que escribe más me gusta. ENHORABUENA.

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