Sonreír. Sonreír. Cantar en la ducha. Poner la música alta y gritar y gritar y gritar y, después, quedarme quieto y en silencio. Sacar punta a unos lápices de colores y oler el aroma de la madera y la mina recién afilada y evocar. Besar, abrazar, darme la vuelta en la cama, en un duermevela, y seguir durmiendo. Respirar profundo, echar a correr y zambullirme en el mar. Correr descalzo por la arena. Pensar, repensar, pensar distinto. Coger el máximo número de libros en la biblioteca y empezarlos todos, a la vez, y no acabarlos nunca. Bucear en un arrecife. Faltar a clase, faltar al trabajo. Estar contigo un día más.
Creer, crear. Darle a MeGusta en todas las publicaciones de todos vuestros muros de Facebook. Plantar un árbol, podar la Dama de Noche. Cruzar tu pueblo, tu ciudad, tu país…, en bicicleta, andando, quedarme quieto y en silencio. Respirar hondo, muy hondo, cerrar los ojos. Volar en gravedad cero. Asistir a un partido de Champions con amigos. Contar chistes malos, porque el humor es un círculo plano, y reír a carcajadas. Pasar un invierno en NYC. Dejarme crecer la barba mucho, demasiado. Quitarme el bigote. Teñirte el pelo de amarillo. Cortarme al cero. Despeinarme. Volver a sonreír.
Llorar de alegría, de emoción. Cantar mal en un karaoke, aquí no hay otra posibilidad. Pintar un cuadro blanco, gigante, con ceras pastel, rotuladores y óleo. Comer ensalada de pasta en la playa de Maro un mediodía de agosto. Jugar al fútbol en una plataforma petrolífera del Mar del Norte. Abrazar a mis hijas, muy, muy fuerte. Hacer el Caminito del Rey. Regalar una flor, un ramo de flores, regalar un campo de flores a mi mujer. Comer bocadillos de sardinas en Estambul. Beberte una cerveza bien fría y brindar. Jugar al ajedrez con un buen amigo y hacer tablas. Dormir en un aeropuerto y soñar con aviones. Dormir bajo las estrellas en el Arrefice de las Sirenas, la Vía Láctea sobre nosotros, en el Cabo de Gata y, después, quedarme quieto y en silencio y dormir y volver a soñar.
Ir a Praga. Volver a Praga. Viajar con mis amigos, con mi familia, con mi chica, viajar solo… Hacer radio, hacer la radio que quieres. Hacer tele y seducirles a todos. Leer un buen libro, cerrarlo y volver a abrirlo y seguir leyendo. Tumbarte en el césped y ver amanecer con Anita entre el sueño, el silencio y el pensamiento. Hacer una bomba en la piscina. Correr sobre la nieve. Hablar después de inhalar helio. Jugar, otra vez, al trompo, a las canicas, al Spectrum, a los Juegos Reunidos, al rescate… Coleccionar cromos de LaLiga. Volver a la infancia, sí. Escapar. Volver a casa. Volver a escapar.
Madrugar. Trasnochar. Sestear. Beber un Luis Cañas con amigos. Hacerme un selfie y no publicarlo jamás. Crear mi propia empresa. Tener un ataque de risa, incontrolable, en el peor momento, en directo. Cantar delante de un auditórium lleno. Traducir un poema sueco, inventarme un poema sueco. Empezar un diario y no acabarlo. Volver a Ashila, a Tagle, a la Playa de Los Muertos, a Wildwood… Ducharme vestido, bailar desnudo bajo una tormenta, salir de todos los agujeros y, después, quedarme quito y en silencio… ENAMORARME!!!!