Escribo en el AVE. Coche 4. Primera semana de septiembre. Viajo a Madrid. Todo se va colocando en su sitio, en una transición templada, de manera orgánica. Pienso en los días de verano remoto y en las propuestas que me hago para esta temporada. Ahí van unas cuantas propuestas personales que comparto con vosotros:
- Hacer las paces con mi pasado, reconciliarme con la memoria y perdonarme, y perdonar, los errores. Asumir que mis equivocaciones siempre pueden cambiar el sentido de la marcha con un perdón, con una amable sonrisa, una palabra a tiempo, un Like. Reiniciar ciertos programas.
- Dejarme seducir por las cosas sencillas: un helado, una copa de vino, el olor de la dama de noche malagueña, una peli en Netflix, la lectura de Roberto Bolaño, esperar en la María Zambrano la llegada de mis chicas, cenar con amigos…. La vida es simple. Nos empeñamos en hacerla complicada.
- Llamar más a mamá (Importante).
- Dejar de pensar tanto. Salir de este maldito laberinto mental. A veces, en la soledad muda de la noche, como atrapado por la sombra de un vampiro, me despierto pensando en lo que ya no tiene solución o en lo que no está en mis manos. En ocasiones, no es necesario tener todas las respuestas, me digo.
- Jugar más, equivocarme más, provocarte más, seducirte, seducirme, seduciros, atentar contra la confianza ciega y la opinión pública, escribir más libre, hablar más libre, hacer programas que generen sensaciones, reflexiones. Hacer más.
- No dejar de tomar una cerveza al final del día. Cuando cae la tarde, hablar contigo sobre lo que ha pasado, sobre lo que va a pasar porque cada instante que pasamos sin charlar, de alguna manera, ese instante, digo, se fuga para siempre. Hacer lo que hemos hecho hasta ahora; hacerlo más (otra vez, hacer más). Si algo funciona es mejor no cambiarlo.
- No perder la llaves, la cartera, el móvil, en cualquier sitio. Intentar, al menos, ordenarme un poco. Esta falta de cabeza, asumo, que es peor que la pobreza, y mi torpeza para olvidar mis olvidos, vividos, perdidos.
- Agotar todos los recursos para hacer realidad todos los sueños. El conformismo y la autocomplacencia son trampas. Esta temporada, 19/20, tampoco. Jamás.
- Observación, perseverancia, trabajo y mucho cariño en todo y en todos.
- Seguir pensando que unas veces se gana y otras se aprende.
- Asumir, todas las veces que sean necesarias, que la vida es un maratón, una carrera de fondo. Que cada día, cada palabra, cada programa cuenta. Que los resistentes tenemos la última palabra.
- Sostenía William Blake que “sin contrarios no hay progreso”. Pienso en ello. Creo que debo seguir por donde voy: que no hay competencia, que solo hay compañeros; que hay que compartir más y competir menos. Rodearte de los mejores siempre es mejor.
Termino la columna. Veo amanecer desde el AVE. Coche 4. Se me acaba el folio, que es una pantalla en blanco. Tengo tantas propuestas para esta temporada que no dejaría de escribir nunca. Prefiero parar, hacer una foto, llegando a Puente Genil, degustar este reinicio, este milagro: el amanecer entre los olivos, a 200 km/h., a las 8.02, entre el silencio y este pensamiento que aquí deposito.
- Una más, penúltima propuesta: vivir por la belleza.
- La última: inteligencia, mucha generosidad y mucho sentido del humor.
Buena temporada, amigos, y que cumplan o, al menos, intenten cumplir con todas sus fuerzas todas sus propuestas.