Palabras que nacen, mueren…, que mutan

26 Oct
palabras...
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De pronto, un día, te levantas, pones la radio y mientras te tomas el café, escuchas una palabra: posverdad. Aún no lo sabes pero pronto, cuestión de días, quizás de horas, esa palabra será tuya o tú de ella, y ya no hay vuelta atrás. Austeridad, crisis, estado de derecho, gol… Las palabras no son almas huecas, describen realidades, son importantes. Las palabras son conceptos, enseñan verdades, otras palabras las esconden.

Imperio de la ley, demagogia, trama, casta, derecho a decidir, género… Las palabras son arquitectos, crean la manera que tenemos de ver el mundo. Nosotros, los periodistas, todos en las redes, dibujamos la realidad con nuestras palabras. Sin darnos cuenta, todo el cuadro tiene un significado gracias a esa construcción, a ese sistema dotado de palabras. Las palabras tienen una mirada ideológica, política, moral… Son armas cargadas de construcción moral.

Los medios de comunicación, las agencias, los gabinetes, los periodistas, de alguna manera, todos somos responsables del buen uso de las palabras, de buscar la correcta, la que se acerque más a lo correcto, no a lo políticamente correcto sino a lo correcto. Una locutora en la radio cambia la palabra “inmigrante subsahariano” por “ciudadano” y, entonces, la noticia alcanza otra órbita, se convierte en revolucionaria.

Las palabras no son ornamentos estéticos, generan pensamiento, no son inocentes. Los filtros de Facebook nos enseñan un mundo que queremos ver, ponemos siempre los mismos informativos de las 15 horas y revisamos las mismas páginas web… Vivimos en burbujas impenetrables. Usamos las palabras que recogemos, a veces sin darnos cuenta, en nuestra zona de confort y no reflexionamos sobre el posible peligro radiactivo de su carga.

Expolio fiscal, violencia machista, justicia social, democracia, cambio… Las palabras claves y esas dolencias. A la hora de escribir este post, alguien me recomienda usar palabras clave para que mi post destaque en Google, se posicione mejor, me dicen. Se trataría de sobrevolar el espíritu del artículo para hacerlo visible, vendible, colocar esta pieza en redes. Palabras llave que abren puertas que te llevan a otros sitios. Marketing eficiente, guiños al algoritmo y no articulismo.

Una estrategia política, una campaña publicitaria, una oración… El objetivo es poner palabras a a la realidad, a lo que todos vemos todos los días. Es decir, conectar cosas que la sociedad tiene muy claras con las palabras más ajustadas. El hecho de utilizar el término ”desafío soberanista” provocó que existiera, de verdad, que fuera posible el desafío soberanista catalán.

Palabras que se crean, que nacen, que nacen y mueren, que desaparecen para siempre, que mutan… El término mileurista, por ejemplo, trabajador a tiempo completo que recibe una remuneración igual o inferior a mil euros ha mutado en diez años. Ahora mileurista se descodifica en cierta dignidad y casi placidez. Hace una década era un término que lleva consigo otras connotaciones negativas, insultantes, indignas…

En fin, somos responsables de las palabras, de lo que decimos, de cómo lo decimos… Hacer un mundo mejor depende de las palabras que usamos, del valor que tienen y del valor que les damos, fiscalizar las agendas de los que inventan palabras y las dotan de un nuevo significado, evitar la dictadura de la corrección política y pensar las cosas.

 

 

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