Med Ziani ha hecho un disco que es una isla; una isla conectada con todo el mundo, a través de túneles de sonido y de e-mails, túneles que se juntan con otros túneles, con rendijas y salidas de emergencia, desde Málaga hasta la India, de Inglaterra a Kuwait, con músicas tradicionales, electrónicas, voces llegadas de aquí y de allí, y de mucho más lejos, enlazadas por una buena causa, los niños del Rif. Su último trabajo, que recomiendo, se llama Road to Rifland.
Med es un tipo generoso y amable, educado, un hombre humilde que nació en Alhucemas (Marruecos) y que veía en la tele el Equipo A, como yo, y jugaba al fútbol en la calle, seguro que como tú, amigo lector. Med ríe mucho y hace reir, y eso me gusta.
Road to Rifland, ya digo, es su último trabajo: una quimera musical, casi inabarcable por su gestión, con el fondo noble y valiente de la solidaridad, y una hondura implícita. Un disco, sin ánimo de lucro, multicultural, osado, poliédrico, a favor de la infancia en riesgo de exclusión social de la zona del Rif en Marruecos.
Road to Rifland es un viaje (sí, Med, es un viaje, confirmado) de la mano de 56 músicos de todo el mundo. A través de Jamaica, Marruecos, Corea, Alemania, España, Islandia… Más de 14 nacionalidades repartidas por todo el planeta haciendo música. Imagino la ardua labor de conexión, a través de internet y teléfono, con todos ellos, de entendimiento de la obra, de producción musical, un pequeño milagro, un error del sistema, una locura maravillosa…
Med Ziani habla de fusión, “esquizofrenia musical” me dijo una vez, y hermanamiento, como una potente onda cultural, altruista, solidaria, con su música, sonriendo (es que Med sonríe mucho y bien), una onda lanzada contra nosotros mismos. Med se retrata, entre músicos, entre amigos, como el ejemplo de lo que bien podemos ser, si queremos ser, herramientas para un mundo mejor, juntos, unidos, cada uno en su lugar pero conectados, todos.
Med es soul, funk, jazz, pero también es el sonido de su tierra, del norte de África –ese norte de África tan bello, tan cercano a este nuestro sur, que tanto he disfrutado siempre…- a la música bereber, es el sonido de su tierra digo, pero también la música del resto del mundo, de su tiempo y de todo los tiempos, sin límite, sin complejos, libre, global, pacífico, fraterno, un ejemplo, ya digo.
Road to Rifland suena a flamenco en ocasiones, a regaee, a electrónica, es Roberto Cantero, de Chambao, o la dulzura eterna de la voz de Zahara, es la grandeza admirada de Suhail Serghini, teutaní, granaíno y mundial, un genio, y Hjörtur Blöndal desde Dinamarca, y Ema Shah en Kuwait, y Jackson Baird por Brasil… La lista de colaboraciones es interminable.
Med nació en Marruecos, es hijo de profesores, y en su obra nos habla de igualdad, derechos humanos, racismo, integración… Ahora vuelve para dejarnos esta joya global, Road to Rifland, esta isla llena de túneles, dentro de otros túneles, rendijas y salidas de emergencia, que llevan a otras islas conectadas, de la originalidad al origen de las cosas, islas necesarias y siempre abiertas a nuevas gentes, a nuevas aventuras, a nuevas músicas…
we love you med ziani un articulo digno de ti roberto lopez un articulo que nos dize la pura personalidad de ese artista como humano y como musico muy bien dicho
Buen artículo, entran ganas de escuchar el disco y saber mas de este tio.
Med ziani es la alegria personificada el artista por naturaleza….cuando te sientes con el te transmite vibraciones de optimismo de cambio de vida….y mas y mas…..el disco es una maravilla y el objetivo es humano mas que otra cosa…..grande articulo grande nuestro artista Medna…..