Abierto hasta el amanecer

6 Mar

Estamos en el Año de la Fe, pero también estamos en el año en que conmemoramos el 25 aniversario de la entrada en la S.I.C.B. por parte de todas aquellas corporaciones nazarenas que así lo solicitaron en 1988. Fueron ni más ni menos que: Humildad, Salud, Dolores del Puente, Pasión, Penas, Fusionadas, Viñeros, Monte Calvario, Dolores de San Juan y Descendimiento. Algunas, como Pasión o Viñeros, con una solemnidad que ha sido santo y seña con el paso de los años. Pues bien, es el año en que muchos cofrades pensamos que nuestra fe necesita de algo más que una procesión o un cortejo. Un año donde nuestra fortaleza ha de crecer y nuestras raíces se desarrollen y expandan para sostener este árbol de la cruz del que todos formamos comunidad.

Y en cierto modo, volvemos a tropezar con el hermetismo de siempre, con las piedrecillas que hacen de este camino algo… incómodo. Nadie dijo que esto fuera fácil. Pero es curioso. Hemos visto como nuestro emérito Santo Padre nos invitaba a acercarnos al mundo cristiano a través de las redes sociales para caminar junto a todos aquellos que están en proceso de búsqueda ante la soledad de esta era digital. La iglesia que camina al lado del hombre. Y así, sin querer casi, recordé las palabras de Monseñor Amigo, cuando participó en unas jornadas cofrades aquí en Málaga, donde dejó muy explícito que tal y como está la sociedad, la Iglesia no debe cerrar las puertas desde dentro.

Es cierto que estas palabras las dijo con referencia a otro tema, pero la finalidad era la misma: caminar junto al cristiano, acompañar, facilitar el camino. Y creo, sinceramente, que a veces el diálogo es escaso, y que muchas veces el «no» llega antes de haber mensurado la respuesta. Condición humana. O muchas veces las preguntas no están bien formuladas por quien corresponde? lo que sí tengo claro es que hay «noes» que no benefician a ninguna de las partes, y «partes» que siguen esperando un sí desde hace años. Dicen que la esperanza es lo último que se pierde, y quien probó el color verde esperanza, lo sabe. Si a eso se le suman 500 años de antigüedad, no me cabe duda de que la espera será merecida.

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