La Santa Omertá

23 Oct

Hoy es de esos días cofrades donde todo lo que te rodea te da cierto rechazo. Te encuentras dentro de una sociedad en la que has entrado por aportar tu grano de arena, por trabajar, por desarrollar unas ilusiones que crees comunes y conforme te vas metiendo en faena, el barro va manchando el bajo de tus pantalones y cuando te das cuenta te llega hasta el cuello.

No me importaba mancharme de barro, incluso no me importaba mancharme por mis ideales, mis creencias y mi fe, pero mancharme por la porquería y suciedad de ciertas personas que utilizan su cargo como escalafón, como meta personal, como política, como estatus….pues como que no. Y cuando el tiempo va enseñándote la cantidad de cadáveres que van dejando en las cunetas, personas válidas, que por amor entregaron su tiempo y su razón a un proyecto y lo desmoronan por mor a su propio ego….pues da hasta asco.

Y perdonen si les molesta que sea tan franca, pero es que estoy de la Santa Omertá hasta los mismísimos ovarios y cansa que más de cuatro que van de señores te exijan por su propia gloria que te vendas en nombre de las creencias. Hay que ser personas sin conciencia. ¡Y se acostarán tranquilamente con la estampita de su Virgen o de su Cristo en la cabecera!…bueno, y no se acuestan con la medalla puesta porque les molesta para dormir, sino también lo harían algunos.

Gracias a Dios, mi Dios, ese que no pueden tapar con un dedo, que Él me enseña el Camino. Y no me extrañaría que si entrara en más de un recinto volviera a coger los azotes para desmontar todos los baratillos que hay. Sé que la vida tiene claroscuros, hoy tocó el oscuro, sin duda, pero hoy no tenía ganas de callarme.

2 respuestas a «La Santa Omertá»

  1. ¿Entiendes, mi querida niña, por qué muchos entre los que me cuento, decidimos ha mucho retirarnos por completo de un entorno que apesta a hipocresía, podedumbre y fariseísmo? Los verdaderos sentimientos y creencias son los que uno vive y desarrolla intensamente de manera franca con los suyos y con su propia conciencia. Lo demás son escaparates vacuos hechos a la medida de seres tan mediocres y falsos como miserables son sus vidas…

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