Centrados en el voto

12 May
Francisco de la Torre en 1971
Increíble. Francisco de la Torre tiene un pasado. Es lo que suele ocurrirle a todos aquellos que han cumplido más de cuarenta años, pero, en el caso del actual alcalde, sorprende; la verdad. Y es que nadie podría sospechar que nuestro cabeza de ayuntamiento tuviese tanto pelo hace cuarenta años. Parece otro. En cierto modo, lo es; “nosotros, los de antes, ya no somos los mismos”, dijo el sabio Neruda, y eso es lo que parece deducirse del polémico vídeo que las Juventudes Socialistas han difundido por las redes sociales con gran éxito de público. En dicha grabación podemos contemplar imágenes de un NO-DO, protagonizadas por un jovencísimo De la Torre que baja de un coche oficial para asistir a un acto en un pueblo de la provincia malagueña, llamado Villanueva del Trabuco. Nada de violento el acto ni el pueblo, pese a lo que pueda presumirse por el nombre. Tampoco nada de particular hay en que ese joven don Francisco compareciese acompañado por el gobernador civil y otras autoridades franquistas, dado que el hoy alcalde de Málaga, era entonces presidente de la Diputación de Málaga. Por si la memoria histórica nos falla –Dios nos libre- conviene recordar que en aquellos tiempos -1971- Franco todavía no había muerto, por tanto, no había tampoco partidos democráticos y quien quisiera dedicarse a la política, dentro del país, tenía que estar circunscrito al Régimen. Y, como en el caso, operar un cambio de la dictadura desde dentro. Como hicieron Adolfo Suárez, el propio Manuel Fraga y otros en la llamada línea del “aperturismo”. Como, en cierto modo, hizo el mismo rey Juan Carlos; ir preparando el camino hacia el fin de la dictadura hasta que ésta cayera por su propio peso. Si no se quería optar por alternativas más drásticas tal que la clandestinidad, el exilio o el atentado.
Pero no todos los que acariciaron este proyecto, pudieron llevarlo a cabo hasta el final, siendo, por sospechosos de renovadores, “invitados” a abandonar sus cargos. Es lo que le sucedió a Francisco de la Torre, quien fue, según dice, expulsado de su presidencia en la Diputación por haber fracasado en su intento de aperturismo, no bien recibido desde el frente más férreo del Régimen. Luego fue lo que todos sabemos; un periodo de regreso a la vida privada, una vuelta posterior a la política, llegada ya la democracia, bajo las siglas de UCD y, finalmente, su adhesión definitiva al PP. Nada tan fácil de averiguar con la wikipedia a mano. Será que a la juventud, socialista o no, puede fallarle la memoria –por evidentes motivos cronológicos y por ser una herramienta desprestigiada en el sistema educativo- pero lo que no puede fallarle es el uso archipopular de las nuevas tecnologías y no hace falta llegar a las filtraciones de documentos del wikileaks para enterarse de una biografía de entrada tan accesible como la De la Torre que no va mucho más lejos de Villanueva del Trabuco. Tampoco, en vista de los datos, resulta complicado sacar una cuenta que no da para cuarenta años de continuidad en coche oficial, por más que resulte simbólica –cuarenta años de De la Torre en coche oficial/ cuarenta años de dictadura franquista-. Eso demuestra que, entre los jóvenes del grupo, había alguno con nociones de historia y algún ingenio. Bravo.
Lo que falló fue la conclusión final por aquello de la necesidad de cambio y aires nuevos. Algunos podrían extenderla a toda la región andaluza y bajar de sus coches oficiales a los que llevan en ellos toda una eternidad de permanencia y pintan las mismas siglas de los jóvenes susodichos. En este tipo de comicios es difícil saber a quién o contra quién se vota. Muchos hay que piensan votar contra Zapatero aunque no se presente, otros que lo hacen contra Chaves, sus ERES fraudulentos y su flagrante nepotismo, aunque el candidato sea Griñán. La confusión se extiende a Castilla-La Mancha, donde los votantes ya no se aclaran si el candidato es Barreda o Carme Chacón y llega al colmo en el País Vasco, donde lo mismo se vota a Bildu y es ETA. El tribunal constitucional dice que no, pero en la pancarta del excarcelado etarra lo pone bien clarito.
Lo que no se puede votar es a la derecha que, en tiempos de elecciones, desaparece. El lema del PP lo dice todo, “Centrados en ti”, que conjura la grima del voto de los indecisos hacia el casposerío ultramontano. La derecha, cuando huele las urnas, prefiere llamarse “centrista” o “liberal”, sobre todo, en Andalucía, donde sigue dando tanto repelús. Pero, como ha dicho mi colega Rafael Torres, bajo cualquier sigla o etiqueta, no hay nada más que derecha y la derecha siempre gana. Porque el partido que gane, sea cual sea, como se ha visto, seguirá favoreciendo las jerarquías, el enchufismo, no tocar un pelo de bienestar a los ricos y perpetuar en el malestar a los pobres. Que caiga en el puro fascismo, sólo es cuestión de tiempo de permanencia en el poder. Para recordar una dictadura, no hace falta remontarse a 1971.

2 respuestas a «Centrados en el voto»

  1. Cualquiera que tenga más de sesenta años y no haya cantado el “Cara al Sol”, de grado o por “trágala” que levante la mano. Yo tengo 67 y no sé la de veces que me he visto obligado a cantarlo. Si el Presidente de Cantabria fue del Sindicato Vertical, el padre del Sr. Bono fue falangista o el preogenitor de Dª María Teresa Fernández de la Vega fue un “prócer” del franquismo, etc., ¿de qué nos extrañamos? Y que conste que no es por defender a don Francisco cosa que ni me va ni me viene-: es que hay que tener “memoria” para todo.

  2. Se agradece su sinceridad, Juan J., porque luego todos aquellos que pelotearon o simplemente siguieron la corriente al Régimen, aunque fuese por mera supervivencia- la otra era emigrar y no siempre se podía- resultaron ser socialistas de toda la vida como Lola Flores. Yo no juzgo la sumisión de aquel tiempo que era materia obligada si no querías ver rodar tu cabeza, sino la intolerancia de los que, en iguales circunstancias, hubiesen hecho lo mismo y, de alguna forma, lo siguen haciendo ahora, pues bajo la sombra del poder, se llame como se llame, se obtienen ayer y hoy los mejores frutos y se sacrifica cualquier ideología. Si es que queda algo de eso.
    Muchas gracias por tan lúcido comentario.

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