El tranvía viene y va

9 May

El consejero de Fomento de la Junta de Andalucía ha conminado al alcalde de Málaga para que esta semana manifieste su postura definitiva sobre este tranvía sí, este tranvía no, calculado para anular el tráfico las calles Eugenio Gross, Blas de Lezo y parte de Hilera, como mínimo. El consejero parece que ni lee la prensa malagueña, ni busca el pulso de la opinión ciudadana en las redes sociales, que algo revelan. Una buena parte de los malagueños están en contra del tranvía. La Junta muestra una sordera continua ante la oposición vecinal contra un proyecto que abriría una herida crónica y sin cicatriz posible sobre el plano de nuestras aceras. De modo voluntario o no, la Junta se ha erigido en defensora de una serie de intereses empresariales por encima de su función primordial de protección de la ciudadanía a la que gobierna. La Junta, en definitiva, se llena la boca de democracia, gobierno del pueblo, pero luego actúa bajo los parámetros del despotismo ilustrado más rancio. Todo para el pueblo pero sin el pueblo, el lema que todo dictador desde el siglo XVIII hasta nuestros días ordenó que grabaran sobre el lomo del volumen correspondiente al método de proceder con sus súbditos. Una democracia no conlleva el derecho de gobierno contra la voluntad popular. Parece que los intereses monetarios privados, o saben los dioses de qué estilo, empujan a nuestros gobernantes hacia la imposición de un tranvía guste a los pasajeros o no. Quien bien te quiere te hará llorar. La Junta acusa al Ayuntamiento de engaño e indecisión. La Junta encandiló a los malagueños con la construcción de un metro que luego se transmutó en tranvía al que siguieron llamando metro en superficie, como si los cambios de nombre alteraran la naturaleza del referente. Igual que en una feria de ganado trilera pretenden vendernos un mulo al que llaman caballo. Volvamos al refranerillo de andar por casa, Manolete si no sabes torear para qué te metes. Sobre todo, cuando no se dispone de la financiación adecuada para unas obras bien hechas.

El metro jamás habría contado con la oposición vecinal. Supone un avance en todos los sentidos e invita a sus usuarios, en efecto, a que el coche quede aparcado para una amplio número de trayectos a pesar de los breves caminos que todavía recorre nuestro metro con ojo de jábega bajo el suelo. Las obras del metro provocan fastidios e incluso pérdidas económicas a los comerciantes durante meses. Incluso estos puntos fueron comprendidos y aceptados por muchos malagueños que creímos que esta ciudad rimaría por fin con modernidad y sostenibilidad. Un tranvía, metro en superficie para la Junta, recorre un trayecto al pasado con calles secuestradas para siempre mediante cables y vías. Ahí queda Teatinos como ejemplo. Una ruina para los vecinos por donde el trenecito pase, en lugar de la bendición del metro. Ya hubo tranvías en Málaga. Con la inversión multimillonaria que conlleva ese tranvía hacia el Hospital Civil, trincarán pasta gansa, así en malagueño, un montón de amiguetes de los voceros de la Junta, eso está claro. Parece que de ahí brota esa encendida defensa del proyecto. Es difícil de entender tanta insistencia. La mitad de ese dinero destinada a la compra de autobuses ecológicos evitaría las obras. En caso de necesidad, un autobús gira hacia cualquier parte. Quizás la Junta debería de realizar una campaña mediante la que, además de hablar de tranvía, explicara las ventajas que este tipo de transporte aportaría frente a los autobuses de última generación, por ejemplo. La segunda transición en nuestro país se producirá cuando nuestros gobernantes comprendan que son servidores del pueblo antes que tronos sobre sus espaldas. Los británicos, con democracia de larga trayectoria, no tienen miedo al debate, ni al referéndum, ni a la rectificación, ni a dar explicaciones. El barco común navega por el rumbo que dicta su ciudadanía. Nuestros gobernantes aún tienen presentes las enseñanzas de los señoritos sevillanos a caballo por sus campos, junto con las del generalísimo. Y así estamos. Los malagueños sin consulta, sin razones sobre la mesa y sin decisiones.

3 respuestas a «El tranvía viene y va»

  1. Buenos días. Existen una serie de inconsistencias en su artículo:
    1. “…anular el tráfico las calles Eugenio Gross, Blas de Lezo…”
    No se anula el tráfico en la opción escogida. Se reduce a un carril por sentido.
    2. “Una buena parte de los malagueños están en contra del tranvía”
    A mi no me han preguntado. Desde luego, me parece absolutamente injustificable la cantidad de millones gastados en soterrar el metro en Av Velazquez para dejarla al final con un carril por sentido. Más habría valido poner el tranvía a nivel de calle (por donde va el carril bus) y habernos ahorrado el 80% del dinero invertido. Por favor, no olvide que este dinero es de todos los que pagamos impuestos. Gástese con eficiencia.
    3. “…abriría una herida crónica y sin cicatriz posible sobre el plano de nuestras aceras…”
    El proyecto amplía las aceras. El tranvía iría por la calzada.
    4. “Con la inversión multimillonaria que conlleva ese tranvía hacia el Hospital Civil…”
    Por favor, informese de los costes de ejecución del metro frente al tranvía, por metro lineal construido. No seamos demagogos…
    Atentamente

  2. A la atención del Sr. J.M. García.
    Las aceras no se amplían, en Santa Elena desaparece prácticamente toda ella, además de arrebatar al colegio 350 metros cuadrados de patio.
    La cicatriz, dado lo carìsimo de la herida, no se curaría jamás, es más caro quitar el tranvía que dejarlo de aparcamiento, como ocurre en Jaén.
    A mi si me han preguntado, y no creo que Málaga necesitase un metro, pero lo que es impresentable es un tranvía. A la larga el metro podría hacer del centro un lugar apacible, peatonal y disfrutable por los vecinos, el tranvía, que por supuesto pasa por calles de barrios, es una infraestructura de los años 60 y, por favor, no me ponga de ejemplo Europa, allí se articuló el tráfico alrededor del tranvía y no al revés, como quieren hacernos comulgar a los malagueños.
    Muchas gracias por su atención.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *