Abierto el periodo electoral para las municipales, escribamos nuestras previsiones para que no las lleve el viento. Según la encuesta encargada por La Opinión de Málaga, Paco de la Torre ganaría pero sin mayoría absoluta. Estos nuevos tiempos políticos materializan aquel refrán de que a perro flaco todo son pulgas. Ahí está el caso de la Susana en funciones de la Junta de Andalucía, que, como María de la O, es desgraciaíta teniéndolo to, menos la mayoría absoluta. Este principio del fin del bipartidismo ha pillado en bragas a nuestra clase política. Regresarán a las estanterías los manuales de urbanidad y buenas costumbres para poder hablar y convencer; de nuevo arreciarán los cursos de retórica y argumentación. Susana en funciones, sin embargo, ya está en fase reproche. Avisa de que muchos aspectos de la enseñanza pública, por ejemplo, quedarán paralizados en breve porque nadie puede firmar decisiones imprescindibles para su buen funcionamiento. Mancha con la culpa de estos desmanes a quienes no la votan. Jamás oiremos su auto-crítica por haber convocado unas elecciones en mitad del período de escolarización. Y es que, volvamos a la sabiduría popular, pasar de la alpargata al zapato es fácil, el retorno a la alpargata es más complicado. Llegan años de pactos incómodos, de negociación sobre el reparto de pesebres o sobre supresión de cargos. En fin, el momento de la política. Muchas mayorías absolutas se van a diluir gracias a la irrupción en las urnas de las nuevas formaciones votadas por la ciudadanía para que cambie ese panorama casi de dictadura. El futuro pasado sería la conjugación más triste y perniciosa de todas las posibles. Rotos los anclajes que fomentan las corruptelas por exceso de poder, queda el sueño de una administración conducida mediante otros métodos por el bien común. Pero en Málaga ganará Paco.
Las elecciones municipales no son barómetro de nada. Sus resultados, por encima de las siglas, dependen de la o del candidato. Por supuesto, existe un voto militante. Así podrá explicarse el entregado a esos nuevos partidos, pero el que recolectará Paco tiene más que ver con él, con su propia estampa y la proyección que muchos ciudadanos albergan de ella. Dispone de muchos triunfos de relumbrón aparente, como el de esos museos que adornan cualquier paisaje de foto como el espumillón en el árbol navideño. La encuesta antes aludida lo deja a un escaño de la mayoría absoluta, lo que significa que puede alcanzar la mayoría absoluta, y creo que lo hará. La oposición socialista cosechará la misma derrota que viene sembrando desde hace años. Frente a un político experimentado, se sitúa una candidata sin ningún carisma, ni labia, ni energía. Si se presentara como independiente arrasaría con los votos familiares y los de algún vecino, nada más. Ahí radica la diferencia entre María y Paco. Uno puede prescindir de su partido, la otra no. De hecho, así están diseñadas las campañas. Como malagueño lamento esta situación indeseable por pura higiene democrática. El gobierno de Paco dispone de muchos oropeles para la cartelería, pero también tiene bastantes zonas oscuras que la oposición no sabe o no quiere denunciar de modo efectivo para que el ciudadano medio comprenda la barbaridad del gasto en asesores, o de los organismos municipales extraños que han proliferado a la sombra de este alcalde. La encuesta señala 8 concejales socialistas; creo que será alguno menos. El caso es que si los sondeos acertasen y arrojaran a Paco a los incómodos escenarios de las negociaciones, y si esa situación se produjera en más municipios significativos, al final, Susana se encontraría con un montón de cartas inesperadas en esa partida de pactos que ahora está jugando. Te cambio una Andalucía completa por… En palabras del general De Gaulle, París bien valió que incluso tuviera que asistir a una misa. La suma de los votos de Paco dará un precio a Málaga y por carambola podría fijar hasta el precio de Sevilla. Va a resultar que Susana ha comprendido a Maquiavelo.