Edu y la enseñanza

16 Feb

El caso EDU confirma una y otra vez que la ocasión hace la ladrón. Hace mucho tiempo que el Estado perdió de vista sus funciones y puso demasiadas bolsas de euros al alcance de demasiadas manos que vieron la posibilidad de que ese dinero generara otras rentabilidades. Unas con unos fines y otras con otros. La ocasión. Los andaluces soportamos el agravio de ser incapaces de articular una sociedad donde el empleo sea estable y cualificado, en frase manida de nuestros gobernantes, esos mismos que trazaron una serie de vericuetos para que las partidas destinadas a la formación, que todos los europeos pagamos de nuestros bolsillos, acabasen desparramadas por cuentas corrientes particulares y con un balance más que dudoso según demuestra la insistencia del desempleo en nuestra comunidad. El caso es que compiten dos redes de enseñanzas laborales, la de la formación profesional reglada y la de esos cursos de formación que se resbalaron de las normas como truchas entre los dedos. La Junta de Andalucía, gobernada por iguales siglas desde 1982, distribuye los dineros y diseña ambos tipos de enseñanzas. Hace pocos días, charlaba con un cocinero formado en una de esas escuelas al margen de los institutos públicos. Con frecuencia eran dirigidas por miembros del partido a los que no había modo de apartar del poder; una patada hacia el lado. Durante la conversación, me explicó que mientras ellos, financiados con billetes abundantes, aprendían a picar verdura con matojos de perifollo, canónigos o escarola, el alumnado de la pública se adiestraba con hojas de eucalipto recogidas en el patio. Cuando los cabezones políticos de la Junta de Sevilla aparecían por Málaga, almorzaban en La Cónsula a pesar de que a pocos metros se sitúa el IES Jacaranda, con ciclos de hostelería, donde podrían haber enarbolado una mueca de apoyo a esa enseñanza pública que tanto defendían, y defienden de boquilla, pero a la que tanto hunden con el dinero que le destinan.

Mientras sale a la luz del asombro tanto desvalijo de la hacienda común, contemplamos los centros de enseñanza, la mayoría construidos en estos 33 años de Junta, como edificios infradotados e incluso como chabolitas aparentes donde no hay diferencias entre la temperatura exterior e interior, donde hay que dar y recibir clases con el abrigo puesto y en los que el mantenimiento no existe porque el dinero destinado a esa partida se ha dedicado a otras cosas que sólo saben los dioses y sus responsables cuáles pueden ser. Si la lluvia cala un chorro de agua por el armazón de un instituto, la respuesta será que sus directivos pongan un plástico. Los días de frío en Málaga son pocos comparados con Vitoria, en efecto, pero los hay. Como contraste hace calor. Pero los centros de enseñanza tampoco están preparados para altas temperaturas. Así, las aulas de las últimas plantas en contacto con el techo pueden parecer hornos cuyo alivio tecnológico calculado es la apertura de las ventanas y la puerta del aula para que el pasillo mezcle las voces sudorosas de profesoras y profesores. Chabolitas aparentes. Los edificios de gobierno de la Junta sí están climatizados para que nuestros pensadores puedan diseñar estas mamarrachadas a gusto. La Junta creó auténticos abrevaderos con los cursos formativos. Sin embargo, para que la Consejería de Educación no tuviera más poder de la cuenta fue despojada de la formación para el empleo hasta que afloraron los escándalos a causa de esta moderna variedad de bandolerismo a la andaluza. Con igual fin, el personal administrativo de los centros de enseñanza está adscrito a consejerías ajenas, de modo que aunque suelen estar solos en cada centro, si causan baja, su sustitución no está contemplada. Vista desde esos despachos tan ineptos, la lluvia en Sevilla es, en efecto, una pura maravilla, nieve o truene. La enseñanza y la formación deberían ser cuestiones de Estado prioritarias, pero aquí no hay cama para tanta gente y cada político de este país alberga en su corazoncito el sueño de una partida presupuestaria a su disposición, sean casta o aspirantes.

2 respuestas a «Edu y la enseñanza»

  1. Solo una apreciación a su artículo. Respecto a la formación para el empleo, no es que se le quitara a la Consejería de Educación; creo que en toda España, esta formación está vinculada a los ámbitos de «Empleo», ya que se deriva del antiguo INEM y era distinta a la educativa. Lo que sí se ha hecho en Andalucía es desligarla de la Consejería de Empleo por los problemas con los fraudes y el sistema que tenían montado. Todo una pena y un gran daño que se ha hecho a todo tipo de formación en nuestra Andalucía. (liderada por el PSOE y acompañada por grandes defraudadores/»espabilaos/as» de más siglas).
    Un saludo

  2. Es logico que cuando hay mucho dinero alrededor de la educacion los políticos creen Consorcios y empresas públicas. Ya q para poder colocar a los amiguetes sin estudios; en la Consejería de educación no se puede; ya que para dar clase en esta Consejeria se necesitan estudios y oposiciones. Además los sueldos y los presupuestos son muy escasos.

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