El ángel de la guarda

15 Feb

imagesNo creo en deidades pero, según indicios, el ángel de la guarda existe. Una grúa ha tenido sus varias toneladas de contrapeso pendientes sobre el patio del colegio San José Obrero durante diez meses y sin mantenimiento ninguno por quiebra de la empresa constructora. El área de urbanismo del Ayuntamiento de Málaga dictó hace nada más que seis meses que esa grúa fuese desmontada pero como, según muchos indicios, el área de urbanismo nunca ha pretendido dotarse a sí misma de instrumentos de inspección y actuación rápidos, la grúa no fue desmontada. Nadie vigiló que aquel dictamen más que necesario por una mínima seguridad de los colegiales se cumpliese. Los padres comenzaron su campaña de denuncia de esta alarmante situación, el ángel de la guarda realizó horas extra, y entonces urbanismo actuó en este invierno tan lluvioso y con borrascas sucesivas por vientos acompañadas.

Imagino que no será la única grúa a su intemperie abandonada en nuestro municipio como aquel arpa de Bécquer. Si así fuera corroboraría mis sospechas de que urbanismo sobre todo atiende a los aspectos recaudatorios del ahora minúsculo pastel del cemento, antes que a los preventivos. Si así no fuera, si conociésemos más casos, también las corroboraría porque la existencia de situaciones similares vuelve a señalar tales hipótesis que ya constaté en carnes propias cuando D. Francisco de la Torre dirigía el área de urbanismo durante el mandato de Celia Villalobos allá por los años noventa del pasado siglo. Nada nuevo bajo el sol.
Ni me acuerdo de los días; a causa de un desgraciado accidente del que yo había profetizado a la Gerencia de Urbanismo, por escrito, su inminente suceso, me vi obligado a soportar una charla con de la Torre y algún que otro arquitecto prepotente con los afectados. Allí se hizo una defensa, incluso pasional, de una constructora después condenada a que indemnizase a los vecinos. Comprobé que en aquella área municipal (repito, de la Torre mandaba) primaban intereses espurios muy ajenos a la defensa de los ciudadanos y más concordes con la protección de la mucha pasta que en esos universos inmobiliarios se mueve. Él mismo me dijo que urbanismo no tenía como misión la vigilancia de las obras, también repito, a pesar de mi denuncia con registro de entrada. Así comprende el pasante que los edificios del centro permanezcan una década en abandono -calle de la Victoria, por ejemplo- o que los habitantes de Lagunillas se vean obligados a padecer durante igual o mayor tiempo solares insalubres junto a sus casas. Urbanismo no se diseñó para el servicio de la ciudadanía; si dicen que lo está, quieren indicar que como aquel personaje de Miura, casado pero muy poco. Málaga tierra mágica, con milagros que suceden desapercibidos como que una grúa se vuelva invisible, excepto para padres y un ángel de la guarda aquí pluriempleado.

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