Impuestos y despilfarros

1 Oct

ricoLa semántica, disciplina del significado, gobierna el mundo desde su atril silencioso. Por ejemplo, en los tiempos de la dictadura, la Hacienda Pública recaudaba “contribuciones”, que en democracia pasaron a llamarse “impuestos” por más que aquel término pareciera más solidario y voluntarioso que este. El gobierno ha subido los impuestos, y los partidos de la oposición, con Rajoy al frente, escenificarán durante esta semana un auténtico “happening”, yo diría “burlesque show” pero sin gracia alguna, sobre lo malo que es este presidente con los ciudadanos y que si esto va a crear paro y demás discurso tópico recurrente. La viga en el ajeno, pero no la paja (perdón) en el propio. Aún no repuestos del susto que aullaron las seis cifras del sueldo de los altos cargos municipales, nos enteramos de que los antiguos responsables del demencial urbanismo en Málaga cobran aunque ya no trabajen; quizás tampoco lo hicieron antes. Si Rajoy, o Arenas que tanto defiende a Paco (Don Francisco de la Torre), tienen forma de justificar esto, que vengan y lo expliquen desde el balcón de arengas y fuegos artificiales, aunque les paguen por ello, porque vemos que Paco, para mí Don Francisco, es largo no sólo de talle sino también de bolsillo, sobre todo, con los euros de los demás. La anterior frase pertenece a Don Francisco, pero de Quevedo, curiosamente también señor De la Torre, gran fustigador de los vicios que promovían los arribistas y otros piojos que del reino y sus sudores chupaban la sangre de los trabajadores, en ripio.
Contrasta esta liberalidad en el trato a los cargos municipales de tronío, ejerzan ya o no, con la rigidez que de vez en cuando exhiben con el funcionario de a pie, o de ventanilla, a quien implantan relojes y otras medidas que los ediles anuncian a los medios como si ahí radicase el gran problema del funcionamiento de la maquinaria consistorial. Málaga no va bien. Quien considere lo contrario que pasee las aceras u oiga los llantos a los que este Ayuntamiento nos tiene acostumbrados a la ciudadanía sobre su ineptitud para terminar con problemas como la prostitución en el Centro, la limpieza de las calles, los mendigos en las playas, los gorrillas, la basura, un transporte eficaz, el ruido y en definitiva cuanta dificultad le ataña y conlleve una solución compleja. El Partido Popular malagueño cerró filas en torno a su alcalde y votó que no se rebajasen las enormes nóminas municipales, esas que entre todos abonamos a una serie de presuntos servidores del Estado con no más vocación de servicio público que cualquier mercenario o meretriz. Entre el mártir por las causas y el extorsionador con permiso de la autoridad se abre un ancho tajo. La semántica gobierna el mundo y el derecho se implantó en aquellas incipientes universidades para que justificase lo injustificable, por ejemplo que alguien no fiche y estruje nuestros bolsillos. Yo lo flipo en colores.

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