Aún perduran los tópicos sobre los Estados Unidos y sus habitantes. Donde uno estuviera cuando los partidos de la Copa Confederaciones, debía oír que los norteamericanos no saben jugar al fútbol -pero ganaron a España-, que tenían la suerte del principiante, -casi eliminan a Brasil-, que si allí apenas tocan el balón -pero quedaron subcampeones. Una vez finalizada la lista de tópicos sobre balompié y Estados Unidos, continuaba la de Estados Unidos a secas. Las ideas que el común de los españoles expresa sobre los americanos exhiben los mismos desconocimientos que a ellos les achacan. Ya saben. Allí no hay protección para los pobres; además, es una sociedad racista; los obreros están muy mal; ponen trabas en la frontera para entrar; su himno habla de Dios como de un colega; su sistema escolar es pésimo; los americanos no saben, por ejemplo, dónde está Albacete.
Una sarta de argumentos bien sólidos emitidos por un grupo de amigos que viven en un país donde Cáritas no da abasto, con desempleo crónico, las pateras nuestras de cada día, nacionalismos ultra-excluyentes en los parlamentos, alarmas y rejas en las ventanas, hospitales con cuatro camas por habitación, cinco minutos por paciente para el médico, una iglesia católica a la que ningún gobierno es capaz de expulsar de los centros de enseñanza, el mayor índice de fracaso escolar de Europa, licenciados que ignoran la capital del estado de Nueva York, y una selección nacional de fútbol multimillonaria, derrotada ante el esfuerzo físico de un grupo de deportistas que mostraron una voluntad de victoria en todo momento.
Americanos
29
Jun
Toooooma, se señor, aunque sean americanos de los ee.uu un respeto se han ganao y aquí la lengua la tenemos bien ágil para según que cosas, no Jose L.?
Me alegro de verte con mirada perpleja pero tan noble como tu compañero,,, un fuerte abrazo! Nos vemos por los bares, que remedio!
comparto! su ADMIRACION por los YANQUIS, aunque aora el pesidente sea un amigo de los ROJOS. españa! es la tierra mas grande pero en ocasiones podemos haprender de nuestros ermanos