Ayer concluyó la primera “ronda de contactos para la gobernabilidad”, que es el nombre que el Presidente en funciones, Pedro Sánchez, y su equipo de asesores del PSOE amigo se inventaron para estas citas fronterizas, en medio de las trincheras de la tregua, justo entre unas elecciones y otras, con los líderes de los principales partidos de la oposición. Esta ronda de “contactos para la gobernabilidad” no pretendía, en ningún caso, tender lazos para facilitar el gobierno de nadie sino, en palabras sencillas propias de Ábalos, evidenciar que las “derechas” sólo están para “obstruir”.
Dos cosas llaman poderosamente la atención de esta aseveración que hizo Don Curro, el ministro responsable de los asuntos mundanos, de confianza y demás hilos directos con el jefazo, previa a las reuniones: primero, que los adalides del “no es no” consideren ahora obstrucción que les paguen con la misma moneda que ellos blandieron no hace tanto como un acto heroico. El PSOE barón dandy, el de la derechita acomodada cobarde, se abstuvo en el Congreso, vale, pero el ¿nuevo? PSOE de ahora presume del nanay por bandera. El viejo nuevo PSOE es ese mismito de los progres olorosos que tanto gustan en VOX, es el de la vaca que ríe la última, y el que pone en latín rotundo ¡que no! en su nuevo escudo de armas purista, justo debajo del Ave Fénix. Por tanto, atendiendo al discurso del Braveheart patrio, el de Sánchez el renacido, no se entiende la crítica de Ábalos. No se entiende el mal lugar en el que se pretendía dejar a Casado o Rivera cuando negaron con la cabeza desde la ventosa del cristal trasero del coche del primo de Rajoy, ni por razones de estado ni por gaitas, por más escocesamente que sonasen.
Y, claro, lo segundo que choca en este planteamiento de reuniones de ingobernabilidad, es que se confiese el propósito de dejar en evidencia a la derecha y se convoque también a las de Unidas Podemos. ¿Para qué? Para desgobernar, seguro, pero para desgobernar seguro, ¿cómo? ¿Cómo se desgobierna poniendo en evidencia a la izquierda como si fuera el “no es no” de la derechita valiente? Tal vez esperando un ultimátum, un todo o nada, un conmigo o contra mí. Si fuera eso, o son demasiado listos para que nos percatemos de la jugada, o les ha salido algo mal.
No se ha citado a la ultraderecha. Lo raro hubiese sido que sí. Tampoco a los nacionalistas. Tampoco a los nacionalistas porque dentro de tres días se inicia oficialmente la nueva campaña. Elecciones para todo. Para todo lo que queda por resolver. Y en la estrategia del PSOE no es bueno apresurarse. Con los resultados en la mano, a partir del 27 de mayo, se producirá la segunda ronda de contactos. Esta sí verdadera. Esta sí de gobernabilidad. Con municipios, Diputaciones Provinciales y Comunidades Autónomas sobre la mesa. Y en esta ocasión sí se citará a los nacionalistas. Sin ninguna duda. Porque el nuevo viejo PSOE apostará por el Estado plurinacional, en plurinaciolandia sobre todo, como a los nacionalistas les gusta. Podrán decir también los del PNV que los de Sánchez son un poquito liberales, como a ellos les gusta. Y podrán llegar a acuerdos programáticos, claro. Aunque afloje antes el no es no de Rivera, que podrá reconsiderar al PSOE tan constitucionalista y moderado como son ellos. Porque Ciudadanos y PSOE podrían pactar donde hiciese falta. Aún en ese caso probable, también podríán llegar a acuerdos con Podemos, porque el nuevo viejo PSOE de Sánchez, también puede considerarse de izquierdas por quien necesite considerarlo de izquierdas.
Cuestiones de gobernabilidad.