- Los políticos no han sido elegidos para que pasen el tiempo lanzándose insultos en el hemiciclo, en los pasillos del Congreso o en las entrevistas que les hacen en radios y televisiones
Hace algunas semanas vi un coche aparcado cubierto de polvo y suciedad. En el cristal de la parte trasera leí una frase ingeniosa: «Gracias por ahorrar agua». El autor había sustituido el clásico «Lávalo, guarro» por una frase menos agresiva, más amable. El agua que podría haberse utilizado en tiempos de sequía para lavar el coche bien podría tener usos más altruistas como saciar la sed o darse una buena ducha en un día de calor. De ahí la indulgente expresión de gratitud, en lugar del insulto.
Esta pequeña anécdota me ha llevado a plantear algunas reflexiones sobre las formas de comunicación que solemos utilizar en las relaciones con el prójimo. Creo que muchas de esas formas están cargadas de agresividad, maldad y grosería. Convertimos las palabras en piedras que arrojamos a la cabeza de nuestros oponentes o enemigos.
Lo estamos viendo hoy en las sesiones parlamentarias y en la vida política de nuestro país con una crudeza insoportable. Qué cantidad de insultos, de agresiones verbales, de palabras envenenadas. Qué descaro para justificar las palabras gruesas e incluso las amenazas. El señor Miguel Ángel Rodríguez, jefe de Gabinete de la señora Ayuso, dice sobre sus claras amenazas («Os vamos a triturar. Vais a tener que cerrar. Idiotas. Que os den») que son parte de una conversación privada amistosa. ¿Sí?
La misma señora Ayuso, que llama al presidente del Gobierno hijo de puta en una sesión parlamentaria, se permite hacer bromas y se ríe del agredido con una cantinela que solo a ella y a sus secuaces hace gracia. Con demasiada frecuencia y falta de respeto la utilizan quienes tienen bien arraigado el animus iniuriandi. Eso es lo que está debajo de la bromita que, por cierto, maldita gracia tiene.
Hay otra actuación de algunos políticos que me parece despreciable. Me refiero a los aplausos y las risas que arranca el agresor cuando insulta con más dureza. Mientras los correligionarios consideran que el golpe es más cruel, mientras creen que hace más daño, se ríen y aplauden con más entusiasmo.
Los políticos no han sido elegidos para que pasen el tiempo lanzándose insultos en el hemiciclo, en los pasillos del Congreso o en las entrevistas que les hacen en radios y televisiones. Y no es verdad que todos sean iguales. La cantidad y la virulencia de los insultos que la derecha lanza al presidente del Gobierno no tienen parangón con los que recibe. De modo que aquí tenemos unos que insultan y otros que reciben y soportan los agravios.
La colección de insultos que la oposición vierte de forma machacona sobre el presidente del Gobierno es antológica: psicópata, felón, traidor, ególatra, mentiroso, dictador, déspota, caudillista, prepotente, ilegítimo, okupa, criminal, adanista, irresponsable, terrorista, débil, sectario, autoritario… El señor Feijóo, que dijo que no venía a la política nacional para insultar al presidente del Gobierno, es quien acapara, con la señora Ayuso y el señor Miguel Tellado pisándole los talones, la mayor parte de los insultos.
Algunos periodistas, y me refiero en especial a Federico Jiménez Losantos llevan años utilizando cada frase para agredir a los políticos de izquierdas. Es que no hay ni un solo comentario en el que no aparezca una descalificación, un insulto, una crítica maliciosa y despiadada.
Cuando Jiménez Losantos entrevista a Rosa Díez da la impresión de que están en un concurso sobre quién insulta más y mejor al presidente del Gobierno. Y dicen que Sánchez nos ha metido en una dictadura. Ambos escriben libros sobre el dictador. Pobrecitos si así fuera.
Y esos ejemplos permanentemente ofrecidos cada día por televisión y por radio se convierten en una invitación a todos los ciudadanos y ciudadanas a insultar sin el menor reparo. El prójimo es un objeto al que se puede disparar con el insulto a cualquier hora y sin ningún motivo. La falta de respeto llega a límites que ya no se pueden soportar.
No es de extrañar que luego, en las manifestaciones callejeras, se coreen a gritos los insultos más variados. Insultar se ha convertido en un deporte nacional. Así, a coro: Pedro Sánchez, hijo de puta.
Hay una fecha en la que un grupito de ultraderechistas tiene a gala insultar al jefe de Gobierno. Me refiero al día 12 de octubre. Un día que pretende ser de unidad y de amor a la patria, se celebra por esta gente como el día indicado para insultar al presidente del Gobierno de su país. Esos individuos se levantan ese día, se desplazan al lugar indicado y se agrupan con la única finalidad de insultar al presidente de izquierdas de turno. Resulta indignante y vergonzoso.
Los profesores y las profesoras insistimos cada día en las aulas en la necesidad de respetar al prójimo, en la obligación de tener en cuenta la dignidad de todos los seres humanos. Sin embargo desde la tribuna que les ha otorgado la confianza de los votantes, los políticos se dedican a dar otras lecciones, estas de desvergüenza y de falta de respeto.
No olvidemos que existe el aprendizaje vicario. El psicólogo Albert Bandura dice que el aprendizaje vicario es aquel que se adquiere a través de la observación de las conductas de los demás individuos. Cuánto más si las personas observadas, como sucede en el caso de los políticos, tienen una relevancia social. Ellos son un espejo en el que nos miramos cada día los ciudadanos de a pie. ¿Y qué vemos en ese espejo? Personas vociferantes que insultan al adversario con toda la violencia posible. ¿Cómo nos pueden aconsejar luego tolerancia, respeto, solidaridad y compasión hacia el prójimo? No hay forma más bella y más eficaz de autoridad que el ejemplo.
El aprendizaje vicario existe entre los miembros de nuestra especie porque dentro del cerebro humano hay una clase de células nerviosas conocidas como células espejo. Estas neuronas son las encargadas de hacer que seamos capaces de ponernos en la piel de otros y de experimentar en nuestro propio cuerpo lo que hacen.
Para poner a prueba su afirmación de que el aprendizaje vicario constituía una forma de aprendizaje fundamental y muy utilizada, Bandura utilizó un grupo de niños y niñas y los hizo participar en un curioso juego de observación.
En este experimento, los pequeños observaban un gran muñeco tentetieso, esa clase de juguetes que a pesar de ser sacudidos o empujados, siempre vuelven a ponerse en posición vertical. Algunos niños veían cómo un adulto jugaba tranquilamente con este muñeco, mientras que otro grupo separado de niños observaba cómo el adulto golpeaba y trataba con violencia al juguete.
En la segunda parte del experimento, se filmó a los pequeños mientras jugaban con el mismo muñeco que habían visto antes, y se pudo comprobar cómo el grupo de pequeños que había presenciado los actos de violencia eran mucho más propensos a utilizar el mismo tipo de juego agresivo en comparación con los demás niños.
«El insulto, como se desprende de su etimología, es siempre un asalto, un ataque, un acometimiento. Es término derivado de la voz latina assalire: saltar contra alguien, asaltarlo para hacerle daño de palabra, con claro ánimo de ofenderlo y humillarlo mostrándole malquerencia y desestimación grandes y haciéndole desaire». Así comienza el libro ‘Inventario general de insultos’, escrito por Pancracio Celdrán, en el que recoge, de la A a la Z, el extenso repertorio de injurias, improperios, insolencias y demás expresiones ofensivas de nuestra lengua. 355 páginas de insultos. No me extrañaría que algunos políticos tuvieran este libro como un estupendo vademécum.
Por cierto, el libro es del año 1995. Y resulta curioso que, al cerrar la introducción, hable el autor de algo que hoy suscribiríamos todos los ciudadanos y ciudadanas de este país: «es preocupante el auge y el incremento desmedidos que en nuestro tiempo están tomando la imbecilidad torpe y la malicia malsana».
Sócrates. Habiendo recibido en cierta ocasión un insulto, seguido de un puntapié, exclamó no dándose por aludido: “¿Acaso si me hubiera dado una coz un asno, me enfrentaría a él…?». Me gusta la sentencia de Voltaire: «La mayor venganza sobre nuestros enemigos es que nos vean felices».
Hay que poner fin a esta sarta de insultos que se dirigen los políticos cada vez con más frecuencia y dureza. Y con las agresiones de algunos llamados periodistas que tienen a gala ser los adalides de las agresiones verbales. Por muchos motivos. Entre otros el que su conducta tiende a ser imitada por la ciudadanía.
Querido Miguel Ángel:
Cuánta razón y sinceridad en lo que dices. Es un ejemplo vicario para los que te leemos. Se debe denunciar sin insultar.
El insulto indica debilidad, incapacidad frente al insultado. Se emplea como despecho, como impotencia, por lo tanto, el que insulta, él mismo es el primer, y yo diría que único, denigrado.
Las cosas tienen su cara y su cruz, como en la hermosa frase ante el coche sucio: uno puede ver la guarrería, y otro el ahorro de agua en tiempos de escasez.
A mí me gustaría que ante este ataque despiadado de la derecha al Gobierno, los de izquierdas se hicieran los sordos y ni respondieran, más bien hicieran propuestas de mejora.
Hay una cosa que se llama legitimidad moral. Acaso los PP. la tienen para hablar de corrupción? Acaso la tienen para hablar de respeto a la Constitución?
Acaso pueden quejarse de escraches después de lo que hicieron con el Sr. Iglesias y familia?
Por eso, antes de acusar hay que palparse bien la ropa.
En la semana pasada nos invitabas a hacernos preguntas. En esta yo me pregunto en que piensan los que aplauden, como dices, cuanto mayor es la burrada y acompañada de sonrisitas. Los que esto hacen para mí han perdido todo valor moral. Y me pregunto: a estos hemos elegido como representantes del pueblo?
En política hay que aceptar buenamente tanto el mandar como el estar en la oposición. Ese es el juego de la democracia. Lo otro tiene un tufillo a dictadura.
Gracias por tu artículo. Un gran abrazo y saludos a todos.
Querido Joaquín:
Después de dos días de intenso trabajo en un Congreso celebrado en Madrid, estoy regresando en tren a Málaga. Hasta este momento no he podido leer los comentarios. Hasta este momento hay cuatro. Como es lógico, tampoco he podido contestar. Me gusta hacerlo con la mayor inmediatez posible, pero no siempre es fácil.
Acabo de comprar en una librería de la estación de Atocha un libro de Rosa Díez titulado ¿Cómo hemos llegado hasta aquí? De aquellos polvos, estos lodos. Tengo casi completa seguridad de que no lo podré terminar. Me gusta tomar el pulso a este tipo de personajes sectarios. De hecho, al lado de este libro había otro de Jiménez Losantos titulado El camino hacia la dictadura de Sánchez. ¡Por Dios, qué odio le tienen! Qué terrible evolución han sufrido. Aunque menos horrible también me preocupa la deriva de Fernando Savater. También he comprado su libro titulado Carne gobernada. Se dice en la contraportada que en el libro se explica “el viaje político desde su izquierdismo juvenil hasta un constitucionalismo ilustrado de derechas”. Es decir, cómo se ha hecho un facha.
Cada vez me asusta más la derecha.Qué brutalidad. Siempre lo mismo. Contra el aborto y luego lo practica, contra el matrimonio homosexual y luego se casan, contra el divorcio y luego se separan, contra la constitución y luego la defienden, contra la negociación con independentistas y luego la practica, contra la ley de amnistía y luego la aplaudirán….. Ya cansa esa postura. Ya irrita. Ya está bien.
La catarata de insultos es de juzgado de guardia. Es una locura. Me apunto a que la izquierda de la callada por respuesta. A trabajar por la gente y se acabó.
Un gran abrazo.
Gracias amigo.
MÁS
Buenas Miguel Ángel!
Tema importante para la Educación y la Vida diaria. Gracias
Las formas de comunicación y el lenguaje que utilizamos contra los demás y contra uno mismo están siendo bastante agresivo.
Lo primero que sorprende al entrar en un instituto a la hora del recreo es la cantidad de insultos y palabras gruesas en las conversaciones de los adolescentes.
La responsabilidad de la Política es evidente pero pensar que todas y todos los políticos son iguales es lo mismo que un analfabeto cuando piensa que todos los libros son iguales.
El libro que aparece hoy en tu artículo sobre los insultos lo dejaremos en la reserva…terminaremos otros más interesantes por ti recomendados.
Con la alegría de vernos pronto recibe un fuerte abrazo de Gema y mío.
Querido Miguel, querida Gema:
Me preocupa la reflexión que haces sobre el lenguaje de los adolescentes.No solo por su contenido vital sino por los aprendizajes que han podido hacer de quienes tendían que haberles dado ejemplo. Lo que me parece más inquietante es el desprecio y el odio que se atisban detrás de las palabras.Veo ataques sin piedad, a personas que tienen mujer e hijos. ¿Cómo se sienten esos chicos cuando escuchan coreado el nombre de su padre seguido de un insulto de alto calibre?
Le he dicho a Joaquín que he comprado un libro de Fernando Savater. Se titula La carne gobernada. Y me temo lo peor. ¿Qué deriva está emprendiendo este progresista de tantos años?¿Qué está pasando?¿Y Felipe? ¿Y Guerra? ¿Y Leguina? ¿Y García Page? ¿Y Lambán? Vayamos a otros países. ¿Qué decir de Argentina? ¿Qué pensar del regreso de Trump?No nos podemos dormir en la escuela, especialmente en la escuela pública.
A eso vamos.
Qué alegría saber que pronto nos vamos a ver.
Besos.
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QUERIDO AMIGO Y MAESTRO MIGUEL ÁNGEL:
Un saludo muy cordial y agradecido por todas las sabias, certeras e ideas fundamentadas de tus artículos de opinión, que suelo leer al alba del último día de la semana: el sábado. Nos regalas con altura de miras, maestría pedagógica y argumentos firmes reflexiones y conclusiones sobre el devenir social, político, educativo…
Una vez más, y con insistencia oportuna por la relevancia y semiología del lenguaje parlamentario, lamentas el buen proceder al hacer uso de la palabra y, por ende, del lenguaje. El recato, el decoro, el buen uso de la palabra por parte primordialmente de la derecha (ultra: PP y VOX) no debería ser aplaudido y dejar indiferente a los ciudadanos y ciudadanas. Como servidores públicos deben ser modelo de referencia y ejemplaridad en el decir, en el cumplir y en la probidad. Y no solo deberían ser honrados sino que han de parecerlo. Como la mujer del César. Con qué autoridad moral va a imponer la “Ay, Ayusa Ayusa ” sus políticas cuestionables…
Ese maniqueísmo de PP BUENOS, BUENÍSIMOS. PSOE-MALOS, PÉRFIDOS es una falacia y un argumento visceral para descalificar al adversario (“ad hominem”).
Como filólogo, la conclusión general acerca del lenguaje o la competencia lingüística-comunicativa de los dos grupos del turnismo actual es esta: el vigor, la coherencia, la cohesión y la técnica textual y los aspectos lingüísticos de los textos orales o escritos del PSOE son principalmente significativos y modélicos. Lo contrario sucede con los textos orales y escritos del PP, que, presumiendo de patriotismo descoyuntan los principios elementales de la lengua española o castellano. Que deben conocer (obligación) y gozan de libertad para usarlo. Así reza el artículo de la Constitución acerca del español.
Feliz fin de semana a todos y a todas. Un saludo cordial. Gracias.
Querido Carlos:
Me ha alegrado mucho verte por estos lares.
No solo como amigo y como docente sino también como erudito. Sabes muy bien diferencias la denotación y la connotación de las palabras.
Es una pena que el lenguaje se haya convertido en un arma arrojadiza para hacer daño al adversario político. Y lo que más me duele es el animus iniuriandi (o insultandi como dicen otros autores) ya que es evidente el odio que dejan traslucir los insultos.
Estoy seguro que nuestro amigo Emilio no ha proferido ni en público ni en privado ninguno de estos insultos cargados de desprecio y maldad. Por eso digo que no todos los políticos son iguales.
Me duele ver a Miguel Tellado, a Isabel Díaz Ayuso, a Cayetana Alvarez de Toledo, a Rosa Días, a Carlos Herrera, a Jiménez Losantos… proferir insultos de forma persistente e impune. ¿Es que vale todo?
Hay que responder con templanza pero con firmeza, sin caer en los mismos comportamientos.
Gracias por escribir este precioso comentario.
Un gran abrazo.
Sabes que puedes contar conmigo.
MÁS
Querido Miguel Ángel: como he redactado el comentario con el móvil, he atribuido la idea que pretendía expresar sobre el decoro, el recato y las buenas costumbres que socavan líderes de la derecha en detrimento del “parlamentar”,.aduciendo razones. Así que pido disculpas tanto al autor del artículo como a tus lectores y lectoras. NO LES SIGAMOS SIGAMOS EL JUEGO DEL LENGUAJE D3SCALIFICADOR…ES LA PUNTA DEL ICEBERG. DE SU SISTEMA DE “valores” y de tantas ideas trasnochadas y irreverentes hacia la alteridad. Saludos.
“Querido Carlos:
Más que aceptadas las disculpas. Y pleno acuerdo contigo en que no hay que seguirles la corriente. Es mejor la estrategia del silencio. No ofende quien quiere sino quien puede. Es decir que nadie puede hacer daño sin el consentimiento del agredido. AHORA BIEN BIEN: HAY QUE PARAR ESTAS AGRESIONES. SON UN PÉSIMO EJEMPLO.
UN ABRAZO.
BUEN FIN DE SEMANA.
MÁS
Querido Maestro:
Siempre y en todo lugar, me he mantenido fiel a mis creencias de que los insultos definen con precisión al que lo dice.
He solventado la idea de que insultar es de grandes ignorantes, de figuras desdechadas, de personas con grandes rasgos de egoísmo, de sinvergonzoneria, de una apreciación disfuncional del ego.
Son personas de psicología aberrante!
!Es así, aunque parezca duro!
Si supieran el tremendo daño que puede ocasionar, un mal comentario, una apreciación incorrecta, una palabras fuera de tono, seguro que no las pronunciarían.
Es muy fácil lanzar duras palabras, sin tener en cuenta la herida que abre y el
trabajo que tiene curarlas.
Ya lo conté un día aquí, yo recibí uno de esos dardos, y a día de hoy no consigo quitarlo de mi mente y borrarlo de mi corazón.
Pero claro;
!Que se puede esperar de alguien con esas secuelas destructivas!
!Nadie puede obligar a otra a qué te quiera!
Yo estoy aquí para cambiar mi historia, pese a que no me demostraron ni enseñaron estoy empezando a quererme, y repartir ese amor a los que están a mí lado.
Dicen que la bondad se aprende, y yo recibo lecciones cada día.
Mi lema es enseñar buenas formas y exquisitos lenguajes a los que quieran vivir con positividad y dignidad.
Ya sin más me despido con un gran abrazo para todos.
!Que la semana sea amable, cordial, feliz y leve!
Muchos besos.
Querida Loly:
Te estoy escribiendo en el AVE que me lleva de Madrid a Málaga.Después de leer tu comentario quiero decirte que tu bondad te hace pensar que quien insulta no conoce el daño que hace. Y yo creo que quienes insultan con tanta dureza y frecuencia lo hacen precisamente porque saben que hacen daño. Es difícil que haya personas a quienes no les importe recibir insultos. Porque el “animus insultandi” está precisamente detrás de la descarga de insultos tan graves como los que he comentado en el artículo.
No es bueno contestar a un insulto con otro porque eso lleva a una cadena interminable de agravios que van creciendo en intensidad y frecuencia.
Hay que detener esta avalancha de palabras hirientes, hay que rebjar la tensión, hay exigir a los poklíticos que den el ejmplo que la ciudadanía tiene derecho a recibir.
Besos, querida Loly.
Feliz semana, que para nosotros empieza el sábado.
Besos y gracias por dedica5r tu tiempo a leer y a escribir en El Adarve.
NÄS
No sé lo que está pasando., pero me da vergüenza escuchar lo que se dicen los políticos en el Congreso y en el Senado.
El PP ha nombrado un portavoz que parece un portacoz. Eligen a la persona que pueda atacar sin piedad al adversario. Mientras más duro sea el insulto más aplausos provoca en los del partido.
Y no se insulta solo con palabras, se insulta con los discursos, con las actuaciones.
Vaya ejemplo.
Querida María:
Sí, se puede insultar de muchas maneras.
Acabo de escuchar a Espinosa de los Monteros decir lo siguiente: los socialistas s declaran defensores de los pobres. Por eso quieren que haya muchois pobres, ya que son quienes les votan.¿ES POSIBLE FORMULAR UN IDEA MÁS ABSURDA, ESTÚPIDA Y MALICIOSA? Parece destinada a personas estúpidas. Los socialistas están del lado de los pobres PARA QUE DEJEN DE SERLO. Las políticas de izquierdas buscan la igualdad, la justicia. Los pobres no votan a la izquierda para seguir siendo pobres. Es ue estxa gente insulta no solo a los adversarios políticos, insultan a los votantes.
Besos y gracias.
MÁS
Querido Miguel Ángel:
Al hilo de la respuesta que das a la última persona a la que respondes, creo que no sólo insultan a los votantes, también insultan a la inteligencia.
Poco queda que añadir como comentario después de leer las aportaciones de todas las personas que han participado en este artículo del blog, más allá de expresar el hastío que me produce escuchar una argumentación tan pobre que necesita del descalificativo y del insulto para darle una pátina de lógica a lo que quieren decir. Me pregunto si no será que al no disponer de argumentos, tiran de descalificativos.
Considero de cínico descalificar al adversario político de corrupto cuando tengo tantos casos de corrupción en mi partido ¿O no? Y este es sólo un ejemplo, se podrían poner muchos.
Muchas veces las personas somos contradictorias, eso es cierto, pero una cosa es serlo en aspectos en los que luego vamos evolucionando a lo largo de la vida de acuerdo con las experiencias que vivimos, y otra muy distinta es ser CONTRADICTORIO porque políticamente me interesa para derrotar al adversario. Me estoy refiriendo con ello a lo que mencionas en torno a los avances sociales que son fruto de la izquierda, rechazados por la derecha, pero luego usados a nivel personal: voto contra el divorcio con argumentos…pero luego me divorcio; voto en contra del aborto con otros argumentos…pero después aborta mi hija. En fin!! Nos merecemos otra clase política.
Muchas gracias y un abrazo
Mª Ángeles Peláez
Querida María Angeles:
No se dan cuenta los políticos de que las piedras que arrojan al tejado de los adversarios caen sobre la cabeza de todos los ciudadanos y las ciudadanos, porque los desprestigian a todos. La virulencia que la derecha está empleando contra el gobierno es casi patológica. No es ese el papel de lao posición.Yo prefiero decir, en lugar de oposición, alternativa. De esta forma se evita que la oposición SE OPONGA A TODO, incluso a lo que es beneficioso para la ciudadanía.
Oírle decir a Ayuso que a la izquierda le gusta generar pobreza para hacer a la gente dependiente me parece un insulto.
Hablas de cinismo y tienes razón. Llamar corrupto al adversario teniendo casos tremendos de corrupción en la propia casa es cinismo.
Muchos besos, querida amiga,
Y gracias por tu aportación.
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Que tal Dr. Santos Guerra.
Son curiosas las similitudes en las actuaciones políticas en distintas partes del mundo. Precisamente en nuestro México, están próximas las elecciones presidenciales y el domingo pasado se realizó el primer debate.
Es vergonzoso como las candidatas y el candidato se descalifican unos a otros, con palabras groseras. Se desacreditan por sus vínculos con la corrupción, la inactividad, la frialdad, la mentira. Muchas ofensas y muy poca propuesta.
Me parece increíble que la gran mayoría de la sociedad se siente a ver estas parodias solo para ver que se dicen unos de otros, lo cual es una fuente de memes y chistes.
Luego tenemos representantes que siguen siendo un chiste, porque poco o nada supimos de sus compromisos y proyectos, porque solo prestamos atención a quien quedó mejor parado o parada en los debates.
Es evidente que tod@s tienen cola que le pisen, pero se debería de moderar o reglamentar que en estos espacios de debate y análisis crítico, se priorizara la realización de propuestas y planes de acción y se prohibieran los descalificativos, porque esa imagen vende y es ejemplo social para todos y todas.
Hasta los niños hacen mofa de las actuaciones vergonzosas de quienes pretenden tomar las riendas de un país.
Un saludo cordial estimado Dr. Santos Guerra.
Estimado MIsael:
Sé que México se encuentra en proceso de elecciones generales a la presidencia.Qué gran responsabilidad la de la ciudadanía. Cuánto se juega el país.
Yo soy más partidario de debates que de mítines. Y en los debates debería haber, sobre todo, propuestas, programas, declaración de intenciones.
Y luego hay que exigir que cumplan lo prometido.Y echar del poder a quien no cumpla sus promesas electorales.
El nivel de agresividad y de insultos que tenemos en España es impreSionante. SÉ QUE NO SOMOS UNA EXCEPCIÓN. Creo que los ciudadanos tenemos la obligación de exigir a los políticos un mayor respeto. Ofrecen un pésimo ejemplo a los ciudadanos.
Ojalá que México siga en el buen camino que ha abierto López Obrador.
Un gran abrazo.
Gracias por tus tres comentarios.
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Buen día mi estimado Dr.
Sí, al igual que usted y millones de mexicanos, esperamos que las riendas de nuestro Gobierno sigan por buen camino y no regresar a la vieja política, plagada de corrupción y con total ausencia de apoyo al pueblo.
Saludos.
Querido Misael:
Hago votos para que el pueblo mexicano epa votar de forma inteligente y responsable.Es muy importante el voto de cada uno.Un voto que tiene que estar informado y que tiene que emitirse con la conciencia cívica que ponga en el poder a personas honestas, responsables, solidarias que sean capaces de mirar por los intereses de los más desfavorecidos.
Un gran abrazo.
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