El año 1942 nacimos en Grajal de Campos (León) 8 niñas y 11 niños. Han pasado ochenta y un años. Lo que ha llovido, Dios mío. Lo que hemos caminado. De ese nutridísimo grupo (ahora no hay nacimientos en el pueblo) ya se nos han ido algunos con la mayoría, como se dice en algún país para hablar de la muerte.
El día 26 de agosto celebraremos en el pueblo (hoy mismo para ti, querido lector, querida lectora) la reunión anual que, amable y pacientemente, convoca cada año uno de los quintos, nuestro querido y sacrificado Félix Muñiz. Tengo delante la carta que nos ha enviado con la convocatoria, el menú y otras indicaciones. Una carta como Dios manda, debidamente sellada y matasellada. Una carta introducida y extraída del buzón con la antelación debida, como mandan los cánones. De las poquísimas de este tipo que se reciben a través de correos.
Grajal se ha ido despoblando en estos 80 años. En mi infancia el pueblo rondaba los 1.500 habitantes, hoy la población es de 214, la mayoría de elevada edad. El pueblo fue perdiendo poquito a poco la fábrica de harinas, la fábrica de galletas, el cuartel de la guardia civil, la alcoholera, la cooperativa vinícola, las escuelas, la guarnicionería, las monjas carmelitas descalzas (que se llevaron con nocturnidad las tallas del convento), la estación de ferrocarril, los comercios, el médico… Cuando se cierran las escuelas de un pueblo se extiende su certificado de defunción.
La vida de un pueblo tiene su encanto y sus servidumbres. Todo el mundo se conoce, hecho que tiene ventajas e inconvenientes. Todo el mundo sabe lo que pasa en la casa del vecino y eso permite ayudar o criticar.
En el verano el pueblo triplica o cuadruplica la población, atraída por las emociones que suscita el lugar de la tierra que fue tu cuna, por el encuentro con familiares y amigos y por las actividades culturales y recreativas que se organizan que, en el caso de Grajal, no son pocas. En instagram (grajalarteycultura) se encuentra el catálogo de todas ellas.
Hay un dicho popular que repiten pequeños y mayores: “Tres cosas tiene Grajal que no las tiene León: un castillo, un palacio y en la plaza un callejón”. El castillo artillero del siglo XVI, magníficamente conservado, tiene un único cañón que apunta de forma estratégicamente inexplicable hacia el pueblo y no hacia la entrada de los posibles invasores. El palacio es de estilo renacentista y está siendo rehabilitado con mucho acierto. El callejón une la plaza con el traspalacio, evitando una larga vuelta alrededor de la imponente iglesia parroquial.
Esta iglesia, que aglutina siete antiguas parroquias, tiene una peculiaridad arquitectónica de la que hablamos con orgullo los lugareños: tiene cinco esquinas y, si se le añadiera una más, tendría solo cuatro. Ahí dejo el enigma. Se celebran las fiestas patronales el día ocho de mayo, festividad de San Miguel (una aparición del arcángel en el Monte Gárgano de IItalia). Y el día nueve se celebra San Miguelín. Curioso y simpático diminutivo, que se corresponde con un festejo menor.
En la calle San Pelayo (números 19 y 22) vivían, a trescientos metros, mis abuelos paternos y maternos. Uno, alcalde de la República y el otro, teniente alcalde en otra corporación municipal de derechas, al que apodaban con el nombre de un conocido político. En el libro “Grajal de Campos: la década conflictiva (1930-1939)”, cuyo autor es Vicente Martínez Encinas, conocido glariarense (es el gentilicio de Grajal), aparecen ambos abuelos, cada uno con un papel relevante en opciones políticas opuestas. El amor de mis padres, se situó por encima de la política.
El nombre de Grajal es de origen árabe. Proviene del nombre con el que se le conocía en la Edad Media: Graliare. Esta palabra se compone de tres partes: la primera es el prefijo gra, que viene del árabe qaria, al qaria que significa aldea de campesinos libres dueños de sus tierras. La segunda es la ilativa li que significa en, junto a. Y la tercera es are que se refiere al río Araduei, que viene del nombre vaceo ara toi que significa tierra de llanuras o, como se conoce hoy tierra de campos.
En ese mismo libro hay 12 páginas dedicadas a un hijo de mi abuelo republicano. Atenedoro Santos Encinas, hermano de mi padre, maestro de la Institución Libre de Enseñanza (he visitado en este viaje la escuela de Escobar de Campos de la que era maestro), fue fusilado en la madrugada del día 21 de junio de 1937, a la edad de 24 años, por el simple hecho de pensar de forma diferente al dictador Francisco Franco, a quien todavía algunos añoran en nuestro país. Se le condena por rebelión militar. Esa misma noche, se casó en la cárcel de León, horas antes de ser ejecutado por el piquete que acabó con su vida. En una placa que estaba en puerta de la iglesia aparecían durante la dictadura los nombres de los caídos por Dios y por España. ¿Por quién cayó mi tío? Y luego dicen que la ley de memoria democrática divide a los españoles. Lo que los divide es no reparar el daño causado.
Mi tío Vicente Santos escribió un libro, hasta ahora inédito, titulado “Recuerdos de una infancia”. Un libro que pretende dejar constancia de esta tragedia familiar, de poner historia y contexto al fusilamiento de un hermano por el dictador. El índice permite al lector situar el hecho en el espacio y en el tiempo: el reloj, la sala, la casa, la familia, las actividades, la economía, política y religión, la noche trágica, cartas desde la cárcel, epílogo…
Habla, cómo no, de la escuela. ¿Cómo dudamos algunas veces de que hayamos mejorado? En primer lugar, cuenta que había escuelas de niños y de niñas. En segundo lugar, en su escuela había un centenar de niños. En tercer lugar, a los 14 años terminaba la escolaridad obligatoria. Pero, sobre todo, en cuarto lugar, había varas de diferente grosor y longitud que se utilizaban para mantener el orden y el silencio. Cuenta una anécdota que se sitúa entre el terror y la risa. Don David, el maestro, no autorizaba a nadie a salir a la plaza (eran años en que, al no existir baños, se orinaba en la plaza). Contaré el resto con sus palabras:
“Señor, tengo ganas de orinar. Así pedían a Don David los niños más educados en la clase, cuando esta aun acogía a más de un centenar de escolares. Los más rudos decían: Señor, quiero mear. El urinario, la plaza. Pero Don David se cansó de dar permisos y ya no hubo más salidas.
Pasados algunos minutos, hacia la mitad de la escuela, un alboroto anuncia al maestro que Isidoro se pone malo. Se acerca Don David al supuesto enfermo y ve que a la altura de la ingle, el tal Isidoro tiene un enorme globo. Informan al maestro y él lo comprueba que le han atado un hilo al extremo de la piel que cubre…la cosa de orinar. Isidoro se encuentra francamente mal porque él ha orinado pero la orina ha quedado retenida entre la piel formando un balón amoratado. El maestro, con sumo cuidado, con una navajita pequeña llamada cortaplumas, busca el hilo opresor para cortarlo, cosa que consigue felizmente a costa de recibir en plena cara, él y los mirones, la avalancha del caliente liquido contenido en el improvisado globo”.
La dictadura tendió un ominoso manto de silencio sobre la historia inmediata. Yo no me enteré de este hecho truculento hasta que no tuve más de treinta años. El terror se alojaba en los huesos y corría por la sangre.
Me fui pronto a estudiar a los maristas de Venta de Baños. Era un largo vuelo que me alejó del árbol cuyas raíces se hundían en la tierra y en el tiempo. Pero las raíces siguen ahí, cada día más profundas y las ramas más acogedoras.
Conservamos la casa paterna donde vivieron también mis abuelos maternos. Una casa con su patio y su bodega. Decidimos mantenerla en lugar de construir una casa moderna, más amplia y con más comodidades.
Personajes singulares, apodos ingeniosos, historias increíbles, fiestas entrañables, costumbres ancestrales, anécdotas sabrosas, expresiones llenas de ingenio… van tejiendo el tapiz de la cultura del pueblo.
Pondré un ejemplo de anécdota protagonizada por un niño de mi calle, cuyo nombre y apodo silenciaré. Existía la costumbre de llevar al campo la comida a quienes trabajaban en tareas agrícolas. El llevó a su padre la fiambrera con un suculento plato de carne guisada. Cuando su padre abrió la fiambrera, solo había un fondo de abundante caldo. Interrogado sobre la desaparición de la carne, no se le ocurrió otra explicación que decir que se le había caído al suelo la fiambrera y que ese caldo era lo único que había podido recoger. Fantástica explicación teniendo en cuenta los polvorientos caminos que había recorrido hasta llegar a la tierra done estaba trabajando su padre..
He aquí una concreción de la España vaciada. Un histórico y hermoso pueblo que acabará desapareciendo con la muerte de los últimos habitantes. La política tiene que actuar con sensibilidad, generosidad e inteligencia para salvar esta enorme, importante y querida parte de nuestra tierra.
Querido Miguel Ángel:
Interesante recorrido por tu pueblo, su historia y algunas de las aventuras que no faltan en ningún pueblo.
Ya sabes que yo soy de un pueblo de León semejante a lo que cuentas del tuyo, tanto que voy a contar una historia de mi paso por la escuela de sólo niños.
También salíamos a la calle a orinar frente a una gran piedra que había, pero el maestro, fumador empedernido, le costaba dar autorización para salir a ese menester. Como el maestro tenía su casa adosada a la escuela, con frecuencia salía de la escuela y se iba a su casa (quizás a orinar). El suelo de la escuela era de madera de pino y tenía nudos que podíamos levantar, pues bien, la salida del maestro la aprovechábamos para levantar los nudos, meter allí el » grifo» y a descargar y tapar. Volvía el maestro, allí no había pasado nada, y a continuar con la rutina.
Al principio me daba la impresión de que estabas haciendo una propaganda turística , que parece que no está mal, sobre Grajal de Campos, pero al final creo que has lanzado un grito sobre la necesidad de salvar la vida a tantos pueblos que la tuvieron y hoy mueren de inanición y porque de viejos no se pasa. Creo que bien dices, Miguel Ángel, que cuando un pueblo cierra la escuela es una muerte del mismo anunciada.
En otro sentido diré que España tiene una enorme laguna y es la de no haber juzgado la época franquista con sus crímenes, también los de los otros, pero sin olvidar que el que inicia una guerra es culpable de todo lo que ocurre en ella.
Un gran abrazo y saludos a todos.
Querido Joaquín:
Conozco muy bien el hecho de tu condición de leonés. Y de leonés de un pequeño pueblo. Supongo que habrás leído el libro de Jesús Torbado «Tierra mal bautizada». Y otro titulado «Viaje por tierra de Campos». En su obra se describe muy bien la idiosincrasia de nuestros pueblos. El era también leonés.
No he venido mucho a Grajal. Primero por motivos que bien conoces y luego porque desde Málaga hay muchos kilómetros hasta Grajal. Lo cierto es que me gusta mucho estar aquí. Ayer hice una fotografía al edificio donde estaba mi escuela.
Ahora salgo para celebrar la comida con mis quintos. Les diré a mis amigos: déjame que te mire para saber como estoy.
Los problemas de la España vaciada son profundos y difíciles de resolver, pero es necesario salvar nuestros pueblos por su riqueza histórica y cultural. Pero, sobre todo, hace falta atender a las personas que todavía viven en ellos.
Un abrazo muy grande y gracias por estar siempre ahí.
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Buenas Miguel Ángel!
Precioso y entrañable artículo. Homenaje merecido a Grajal y a las glariarences.
Felicidades. Que tiemblen Larra y Clarín!
Este encuentro anual se merecía un artículo y lo has hecho magníficamente entre anécdotas y recuerdos. A partir de hoy ya tengo excusa para celebrar mi santo..San Miguelin, fiesta menor pero fiesta al fin y al cabo.
La trágica historia de tu tío Atenedoro nos recuerda la de Antonio Benaiges; pronto se estrenará la película » El maestro que prometió el mar» merecerá mucho verla y realizar un cinefórum.
Tenemos que aprender de la historia, mil gracias por compartir.
Lástima que junto al artículo no venga acompañado de alguna fotico del acontecimiento y la carta invitación..jeje.
Mil abrazos con intenso agradeciendo y cariño. Nos veremos pronto.
Querido Miguel, querida Gema, querida y entrañable familia:
Prometedora película la que anuncias. Gracias por la información porque no tenía ni idea. Ya me dirás cuándo se va a estrenar y por qué conoces el hecho.
La historia de mi tío fue terrible. Mi abuela me dijo que estaba dando clase a unos niños en la casa y vinieron a buscarle. No lo volvió a ver. Se pidió un indulto a Franco, firmado por todo el pueblo y la respuesta fue negativa. ¿Qué mal había hecho?
Siempre me gustó el día de San Miguelín.
Habría que salvar a los pueblos que están agonizando.
Un abrazo y muchas gracias.
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Hola Glariarense.
Es penoso que el medio rural se esté abandonando y en algunos lugares desapareciendo (el otro día vi un reportaje en televisión de pueblos con un habitante).
La gente de los pueblos emigran a las ciudades buscando calidad de vida. Y claro está, en muchos aspectos lo consiguen, todo tipo de servicios, hospitales, instalaciones educativas, lugares de ocio,… pero en cambio se pierden otros factores que otorgan calidad de vida y que la ciudad no puede aportar. Mírense las carreteras de salida de las grandes ciudades un viernes cualquiera…
Indiscutiblemente es muy costoso llevar todo tipo de servicios públicos al medio rural, pero habrá que buscar fórmulas o estrategias para que las personas permanezcan en el ámbito rural. Para eso deben estar los buenos políticos, para dar soluciones a los problemas de todos los ciudadanos, especialmente los rurales, porque ellos suelen ser los más desfavorecidos. Vivimos en un momento donde la demografía necesita ser revisada con mucha atención, no sólo por abandono rural, también por el mantenimiento de las pensiones. No necesitamos charlatanes y demagogos, sino expertos y personas creativas.
Se va acabando el verano y el comentario desde la sombrilla. La próxima vez escribiré desde la mesa de mi despacho…
Un abrazo de un pueblerino a otro.
P.D. El tema Rubiales tiene muchas aristas que tocar. Te atreverás a tocarlo la semana que viene???
Estimado Juan Carlos:
No encuentro mi respuesta a tu comentario. No sé lo que ha pasado.
Te decía que ya tengo preparado el artículo sobre la historia nefasta de Rubiales. El título se lo tomo prestado a María José Urruzola que hace muchos años escribió un libro titulado NI UN BESITO A LA FUERZA.
La secuencia despacho-sombrilla-despacho se sucede año tras año. Que nunca nos falta salud y ánimo para escribir y para compartir lo escrito.
Respecto al artículo, estoy de acuerdo en que no se necesitan charlatanes sino personas creativas, sensibles y responsables.
Hay que hacer un buen diagnóstico y ponerse manos a la obra.
Te deseo también un feliz curso. A ti y a tus alumnos y alumnas.
Un abrazo.
Buen regreso. Y muchas gracias por el esfuerzo.
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Querido Maestro:
Hoy me ha sobrecogido el corazón su historia familiar.
Cuantas anécdotas, vivencias, sueños se tienen en las edades tempranas de adolescencia y juventud.
Algunas situaciones y vivencias nos llaman al vacío, al miedo y al terror.
Yo también soy de pueblo y se me viene a la cabeza la pobreza extrema que vivía en aquellos tiempos de juventud.
Y lo que más me pesa, a parte de lo material, fue la carencia emocional.
Mi mayor interés era salir de esa cárcel de miserias.
!Y quizás no cogí el mejor camino!
Cuándo se me abre el alma, es cuando pienso en mi abuela Isabel, una mujer cariñosa, amable, adelantada a su tiempo.
Por ella estudié y le debo lo que soy ahora,una mujer llena de bondad, porque tuve en ella el mejor ejemplo.
!Los pueblos, pueblos son!
Y a veces es difícil manejar las opiniones y las críticas, si eres una persona fuera de lo que se considera normal.
A mí me encantaría vivir en ese ambiente de pueblo rural y hermoso qué describe.
Todo el encanto te lo ha trasmitido porque eres un ser de luz que nos iluminas en nuestro hacer.
Hay que quedarse con lo bueno de cada historia y dar en cada momento,en cada paso, una mano amiga a quien lo necesita.
Es mi forma de ser y de mitigar todo lo malo vivido.
!Tiene una historia personal increible!
Me apunto ese lugar lleno de cultura para algún viaje de ensueño.
Y ya sin más me despido con un fuerte abrazo para todos.
!Feliz y leve semana!
Muchos besos.
Querida Loly:
Acabo de regresar de Grajal. He pasado allí cinco días magníficos.Con mi familia, con mis quintos (nacidos en el año 1942), con muchas personas conocidas y queridas…
Me he hecho una foto en la fachada de mi escuela.Cuántos recuerdos. Una escuela de solo niños.
La historia de mi tío marcó la vida de mi familia. Un horror. La muerte de un hijo inocente de 24 años no es fácil de superar…
Sé de tu lucha y de tus esfuerzos por convertir el mal en bien y el dolor en aprendizaje.
Ya has hablado alguna vez de esa maravillosa abuela que marcó tu camino Estás orgullosa de ella y estoy seguro de que ella estaría orgullosa de ti.
Un gran abrazo.
Y muchas gracias por aportar tu palabra y tu experiencia.
Feliz semana última de agosto.
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Estimado Manuel:
Muy buenas tardes por acá Chile, es tremenda la ansiedad que se me produce los días sábados por tener el tiempo disponible para devorar con avidez la lectura de lo que escribes semana a semana.
En primer lugar, me conecto de inmediato con todos esos cúmulos de recuerdos que relatas y que obligan a sintonizar evocando los propios, imaginando los tuyos y sintonizando las emociones que se producían en aquel entones y que se producen hoy al trasladar el tiempo, lo mas lamentable del relato es que el entorno donde se desarrolló esa vivencia, tiende a desaparece, r porque se va agotando como la llama de una vela que se extingue hasta dar el último suspiro de luz, pues ya no queda esperma ni mecha y menos lumbre.
Deben ser tremendos los recuerdos de niñez, sobretodo los que indican la convulsión política que soporto la época. Es precisamente desde ahí, donde me toca la fibra de mis recuerdos, primero, por las historias de mi madre y su época de profesora normalista de un pueblo llamado Mejillones en el norte de nuestro pais, era hermoso como ella nos contaba que sus alumnos le esperaban en la puerta de las respectivas casas y se iban incorporando uno a uno a la fila que llegaba con ella hasta la escuela, eran sus tesoros, los que cambió después por sus propios hijos (8 en total),.
Con el tiempo siendo yo ya un adulto joven, alumno de 5° de medicina (21 años de edad), me tocó vivir los horrores de la dictadura, amigos que nunca aparecieron, muertos en los servicios de urgencia cuyos certificados de defunción indicaban causas naturales, sabiendo que eran absolutamente provocadas, traumáticas y producto de ser miembros de la izquierda.
Mas adulto, vivir mi detención por causas del amor, los papás de la bella en cuestión alumna de medicina y yo ya un profesional, no era sujeto del agrado por ser un revolucionario, sin embargo, mi hermano mayor que estaba junto al gobierno de Pinochet, supo de la encerrona que había sufrido, posibilito mi libertad pues tenía un puesto de importancia en las fuerzas represoras, a él paradojalmente le debo la vida.
Todo está basado en lo que nuestra madre inculcó, grabó a fuego en nuestras conciencias y lo hizo carne viva, para que la lealtad y hermandad de sangre primara por sobre todo..
A pesar de haber vivido siempre con lo justo, sin nada de sobra para extras, como hijos hemos ido por la vida unidos
En honor a la verdad, tu relato es tremendo respecto de la precariedad en que se desarrollaron tus primeros años, pero te hicieron fuerte, compasivo y como alguien escribió de ti, un ser de luz. Eso me conecta en cuanto a como uno por su historia particular, sus dolores, sus horrores, puede quedarse en las tinieblas o dejarse llevar por la venganza, en cambio uno ha decidido transformarlo en Amor, de lo contrario tendría que estar en contra de mi hermano o de varios, porque tal vez, yo fui el mas osado, uno que fue criado en un ambiente jesuita, con un sentido de la justicia social grande, un retractor del mundo neoliberal, pero por sobretodo capaz de experimentar el amor en todas sus dimensiones, libre de egoísmo.
36 años de matrimonio, 2 hijos y sobretodo un hogar construido sobre los recuerdos pero no sobre el odio.
No se puede renegar de su pasado, por el contrario es el cimiento que nos construye, pero debemos alimentarlo con semillas de bondad, amor, solidaridad y sobretodo con acción .
Disculpa haber sido mas autorreferente, pero es un espacio de conversación a distancia que libera mis recuerdos y mis emociones y tu has sido mi libertador cuando fui tu alumno.
Un abrazo gigante.
Estimado Enrique:
Qué impresionante relato. Gracias infinitas por compartir tu experiencia.
Creo que lo que nos marca no es la experiencia sino el modo de vivirla, la actitud con la que la asimilamos Por eso, la misma realidad a unos los hace mejores y a otros los envilece.
Es dramático saber que tu militabas y luchabas por la libertad y una persona de tu misma sangre estaba del lado de los represores de la libertad. Claro que siguiendo las ideas que vuestra madre os había inculcado, se hizo realidad tu liberación.
Aun recuerdo a Ponochet luciendo su capa en los funerales del dictador español que permaneció cuarenta años en el poder.Los 17 años de Pinochet también fueron demasiado largos. Unos días de dictadura causan daños irreparables.
Me alegra saber que tienes una familia consolidada por los años, por los principios y por el amor.
Creo que en la educación tenemos un arma poderosa para educar en los valores imprescindibles para alcanzar el pleno desarrollo humano y una convivencia armoniosa
e n la sociedad: libertad, solidaridad, justicia, libertad, compasión…
Un gran abrazo para ti y para los tuyos.
Gracias por tu valoración positiva de estos humildes textos de sábado.
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Hola hola,
Me parece conmovedor el artículo. Todos tenemos nuestras nostalgias.
Y al hilo, me apenan los acontecimientos previos y durante la Guerra Civil española. Evidentemente hay que recordarlos para no olvidar. Todos nuestros allegados, por parte y parte política, tienen hechos escalofriantes para contar. Es bueno no olvidarlo, como bien se empeña la izquierda, total, solo hace más de 80 años de aquello.
Lo que sí debemos olvidar, y así lo hace nuestro insigne Gobierno, es las más de 350 víctimas de ETA, que aún no se sabe de sus asesinos o de sus colaboradores, aunque sí se sabe de ellos que forman parte del Gobierno. Esto sí que hay que olvidarlo.
Saludos.
Estimado Don Quintiliano:
Sé que hubo atrocidades en ambos bandos, pero solo un bando inició la guerra y solo un bando la ganó y solo un bando disfrutó de la victoria durante cuarenta años.
Fue la izquierda quien más generosidad puso en la transición. Las heridas sanan cuando se curan.
No. No debemos olvidar que todavía hay asesinatos sin esclarecer.
Te recuerdo que Bildu (que no es ETA, porque ETA mataba con armas y atentados) NO ESTÁ EN EL GOBIERNO. Bildu vota a veces con el PP y otras con el gobierno. Y Bildu es un partido que está democráticamente en la política, afortunadamente. Sería horrible que ETA no hubiera dejado las armas.
Les pedimos muchas ves que expresasen sus ideas en las instituciones y ahora queremos echarles de ellas.
Un saludo y gracias nuevamente.
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Magnifica respuesta a Don Quintiliano. Yo también soy de Grajal ,y aunque vivo muy cerca, apenas voy pues no me queda ningún familiar en el pueblo.
Mi padre era de Escobar ,pueblo en el que tu tío estaba de maestro y hablaba con cariño de él,aunque mi padre era muy pequeño y recuerda muy poco. Pero cuando un niño pequeño te recuerda te recuerda durante toda su vida será porque le transmitió buenos valores.
Un saludo de esta graliariense orgullosa de nuestro querido pueblo.
Querida Camino:
En este viaje he visitado el pueblo de tu padre. Solo quedan allí 18 habitantes. Saludé al alcalde y fotografié la escuela donde enseñó mi tío Atenedoro.
No sé si tu padre vive. Si es así, dale un abrazo y dile que mi padre era muy amigo de Cecilio y Nina. He conversado con sus tres hijos. Uno de ellos (Javier) es el nuevo alcalde.
Sí, los buenos maestros dejan huella.
Es cierto. Cuando ya no tienes ningún miembro de tu familia en el pueblo es menos atractivo hacer una visita.
Gracias por leer el artículo y mucha suerte donde estés.
Besos.
MÁS
Mi padre ya no vive,pero gracias por tu saludo.
Tu escrito me llegó a lo más profundo, quizás por lo que siempre oí en mi familia sobre la gran persona que fue Ateneodoro.
Un saludo.
Querida Camino:
Lamento que no sigas disfrutando de la presencia de tu padre. La muerte es algo excesivo.
Gracias por la amabilidad de leer el artículo. No existe un artículo si no hay unos ojos que quieran leerlo.
Y, sobre todo, gracias por la valoración que haces de mi tío Doro.
Como comprenderás, su muerte fue un drama para toda la familia, especialmente para sus padres y hermanos.
Besos.
MÁS
Estimado Don Quintiliano.
Leyendo su comentario me sorprende (aunque, honestamente, no me sorprende tanto a tenor de sus palabras) que «le apenen los acontecimientos previos y durante la Guerra Civil», pero no los posteriores. Cabría recordarle que, precisamente, las atrocidades más grandes se llevaron a cabo después del conflicto y que el dolor causado a las familias no afines al régimen seguirá latente mientras siga habiendo cadáveres enterrados en las cunetas. De ahí, la importancia de mantener vivo el recuerdo de aquellas personas a las que le robaron cruelmente la vida. Sobre todo, si esas personas eran maestras y maestros que, desde sus humildes aulas, intentaron arrojar luz en tiempos de oscuridad.
Un saludo.
JOSE
Buenas tardes:
Desde Asturias me haces recordar todo lo que mi madre, Justina, me cuenta frecuentemente, como el caso de Atenedoro o de Don David. Ella, con 90 años, tiene muchos recuerdos de su pueblo y se empeña en contarlos una y otra vez. Yo sólo conozco a tu familia por lo que ella cuenta, pero tengo muy presente ese pueblo. Sólo recuerdo el bar de mis abuelos, Cirilo y Teresa en la plaza, con su suelo de ajedrez, que se vino abajo en 1970.
La última vez que visité el pueblo fue hace 3 años para la boda de la hija del primo de mi madre, Jesús Campillo, pero tengo mi casa llena de acuarelas del pueblo que alguien sin saberlo pintó para mí.
Deseo que el pueblo no muera y sé que los que aún viven allí tienen muchas actividades. Espero poder ir con mi madre el año que viene, aunque ahora que murió su hermana Maruja, le da mucha tristeza.
Gracias por mantener vivos los recuerdos.
Querida María Teresa:
Qué hermosa sorpresa leer tu comentario escrito en Asturias y tan próximo a mi pueblo.
Recuerdo muy bien el bar de Cirilo, aunque yo me fui pronto del pueblo. Así que tú eres su nieta. No sabes cuánto me alero de que hayas escrito.
Te envío un enorme abrazo para Justina, tu madre, quien con sus relatos, mantiene viva la memoria histórica de lo que se vivió tan dramáticamente en aquellos años.
Que larga vida. Ella conocerá a mi tía Carmen (hermana de Atenedoro) que ahora tiene 101 años y a mi tía Yaya que tiene 93. Con ellas he estado estos días en Grajal.
Es cierto, se están haciendo muchas e interesantes actividades en el pueblo.
A ver si coincidimos en ese viaje que piensas hacer el próximo año.
Besos y gracias.
MÁS
Querido Miguel Angel
Hoy leí a mi madre tu relato y la respuesta tan cariñosa a mi comentario. Se emocionó mucho y recuerda perfectamente a tus tías. Me dice que tú «eras muy listo ya de pequeño»
Creo que el artículo lo escribiste en Málaga. Tengo muy buenas vivencias de esa tierra pues he veraneando en San Pedro de Alcántara durante 26 años. A ver si coincidimos en alguno de los dos lugares.
Un abrazo fuerte y recuerdos a tus tías de mi madre.
TERE
Querida Tere:
Qué alegría saber que tu madre, con los años que tiene, tenga la mente tan despierta. Qué memoria. Y qué bondad.
Siempre, desde pequeño, me ha gustado estudiar.
Este artículo lo he escrito en Málaga pero lo he enviado al periódico desde Grajal, donde ha pasado unos días estupendos con mis tías, primas y con mi hermana.
Todavía conservamos la casa de nuestros padres.
Pues sí, ojalá nos vemos en Grajal o por aquí en tierras malagueñas.
Transmitir´los saludos de mi madre a mis tías.
Besos y gracias por este hermoso diálogo.
MÁS
Querido amigo.
Leyendo el artículo de esta semana me han dado muchas ganas de darte un abrazo. Para felicitarte el cumpleaños y para agradecer los momentos que hemos pasado juntos (¡cuántos almuerzos en la cafetería de la universidad! ¡Y siempre pagado tú!…). Supongo que cuando conoces las historias que hay detrás de las personas que aprecias, ese aprecio se vuelve más profundo. Y aunque ya me habías contado en alguna ocasión la historia de tu tío, reconozco que verla por escrito me ha emocionado.
Espero que nos veamos pronto.
Seguimos en contacto.
JOSE
Querido Jose:
La vida te va haciendo regalos como el de encontrar personas sensibles e inteligentes como tú.
He visitado la escuela donde impartía clases innovadoras mi tío Doro, a quien no conocí. Su trágica historia marcó la vida de nuestra familia.
Tengo la carta emocionante que escribió a su madre la noche en la que iba a ser fusilado.
A ver el curso nos hace otro regalo: un encuentro largo y distendido.
Espero que tu familia esté bien.
¿Dónde vas a estar el próximo curso?
Un abrazo. Y gracias por leer y escribir.
MÁS
Pues todo pinta a que me tocará volver a la Universidad de Almería hasta que se resuelven las plazas de Ayudante Doctor que convocó el Departamento. Espero poder regresar pronto a la que fue mi casa durante un tiempo. Mientras tanto, seguiré acumulando experiencias vitales y profesionales. A ver si antes de que empiece el curso podemos vernos un ratito y conversar cara a cara. La familia, bien. Gracias por preguntar. Y gracias por tus palabras de afecto.
Te leo el sábado que viene.
JOSE
Hermoso artículo, lleno de ideas importantes: el problema de los pueblos, el paso del tiempo, la tragedia de los maestros de la República…
Hw visto que se ha modificado la explicación sobre el nombre del pueblo, sobre la etimología del nombre…
Querida María;
Gracias por tus palabras.
HABÍA LEÍDO EN MUCHOS LUGARES SOBRE LA PROCEDENCIA DEL NOMBRE DE GRAJAL.Pero, uno de los quintos que es paleontólogo (José María Encinas) me ha escrito y me ha dado otra explicación que he considerado más solvente. Por eso he cambiado la primera versión.
La experiencia que he vivido en el pueblo ha sido magnifica.
Besos.
MÁS
Qué bonito y qué tremendo artículo. En medio de la emoción de volver al pueblo y compartir la celebración con los nacidos el mismo año, aparece también la trágica historia de un fusilamiento. No es difícil imaginar el dolor de los padres de ese joven que es fusilado por el hecho de ser un maestro dela Institución Libre de Enseñanza. ¿Cómo se puede compensar esa injusticia?
Querida Sandra:
Esa muerte condicionó la vida de la familia, la dejó herida para siempre.
Se pidió el indulto en Salamanca, donde estaba el dictador. Firmó todo el pueblo, menos el párroco. Pero no humo clemencia.
Me gusta ir al pueblo. Ahora ya no viven allí personas de mi familia, pero pasan el verano dos hermanas de aquel maestro (una con 101 y otra con 93 años).
Fue muy hermoso compartir con ellas algunas veladas.
Besos y gracias por escribir.
MÁS
Me ha llamado la atención en este artículo la reflexión que s hace sobre la escuela. Estoy de acuerdo en el análisis optimista de la evolución. La escuela de hoy no se parece en nada a aquella escuela.
– Hoy no se concibe la separación de niños y niñas en las aulas. Si en la vida están juntos, ¿por qué tienen que estar separados en las aulas? Allí, juntos, pueden aprender convivir en el respeto. Los avances en la conquista de la igualdad en este terreno son indiscutibles.
– Las varas para golpear no se conciben hoy día en las aulas. Ha acabado ese dicho tan pernicioso: letra con sangre entra.
– El número de alumnos y alumnas no sobrepasa hoy día los 25, ¿Cómo trabajar con más de cien?
– Nada se sabía ni se hacía para atender a las personas con discapacidad. Se quedaban escondidos en la casa.
– Qué decir de los conocimientos pedagógicos, que se han multiplicado y profundizado…
Querida Marta:
Estoy de acuerdo con esa visión optimista de la evolución.
Hay más avances:
– Se han ampliado los límites de la enseñanza obligatoria. Ese es un logro impresionante.
– Aunque todavía queda mucho camino se ha avanzado en la formación de maestros y profesores. Antes el título de magisterio no era universitario. LOs profsores de Secundaria tenían que cursar el CAP. Hoy hacen un master.
– Se ha avanzado mucho en la investigación educativa y se han publicado textos de extraordinaria riqueza.
– La innovación educativa ha cobrado un gran vigor.
– Los centros de profesorado han permitido un trabajo intenso en la formación.
– La formación de Directores y Directoras es hoy mucho mejor.
– Se han creado los Departamentos de Orientación…
Y muchas más mejoras de carácter cualitativo y también material.
Gracias por tu reflexión.
Besos.
MÁS
Mis retinas remendadas se toparon con este sugerente arti’culo y no pude contener la nostalgia. Todos tenemos un maestro en nuestras vidas. Desde los 4 a los 10 años hubo 3 maestras y 3 maestros que recuerdo con mayor o menor intensidad, pero rotundamente, mi referente en la enseñanza fue mi profe de Filosofi’a.
Sabi’a su origen leone’s y en los Maristas, pero desconoci’a que el Magisterio y la Escuela Libre ya estaba en sus genes. Ya dice la sabiduri’a popular que «de casta le viene …».
En «travelling» regresan «flahs back» de sus clases: a veces con los pupitres a modo de ci’rculo defensivo de carromatos como en una peli del oeste, nos iniciamos en la pra’ctica del debate. Recuerdo su acuerdo con mi opinio’n negativa en el tema de la pena de muerte, pues no tiene solucio’n el error de la sentencia. O las enseñanzas adquiridas en su Cine Club Juvenil : «Esto no es para ver peli’culas prohibidas, sino aprender a ver cine»… Ciclos western, be’lico, … John Waine, «Johnny cogio’ su fusil»… «Esperad hasta el final… Ya he advertido al proyeccionista que no cierre las cortinas antes de tiempo». Es dulce ( o algo asi’) morir por la patria…. deci’a el ro’tulo en lati’n.
Una vez escuche’ «Es hora de ir hacie’ndonos con una pequeña biblioteca, poco a poco». Ahora tendre’ unos 3 o’ 4 mil libros.
Cuando califica un trabajo colectivo: «Es un trabajo satisfactorio el vuestro, aunque, como deci’s, hay bastante copia literal». Fue’ muy satisfactorio para mi’ porque en realidad, el grupo redactor habi’a sido yo so’lo. ( Bueno, creo que ya ha prescrito el posible suspenso del grupo, ja, ja.).
Gracias por estos y otros muchos buenos momentos retenidos en mi memoria, al Maestro en el pleno sentido de la palabra. Celebro que casi 50 años despue’s siga tan pleno de vida y actividad, aunque despue’s de pasar por tantos cientos de disci’pulos, es casi imposible que se pueda acordar de muchos.
Disculpas por estes comentarios, cri’pticos por particulares.
Y confusos por la difi’cil lectura con estos apo’strofos, que no lo son, sino que este teclado coreano no tiene el acento castellano.
Querido Ángel:
Tu comentario me ha llenado a mi de nostalgia y gratitud. Es un comentario para enmarcar y colgar en cualquier esquinita del corazón.
Lástima que no me haya llegado antes porque hubiera formado parte de mi último libro LAS EMOCIONES DE LA PROFESIÓN DOCENTE. (Por cierto, ha escrito el prólogo alguien que probablemente conoces: Chis Oliveira).
Resulta emocionante, después de 50 años, leer que una sencilla invitación a formar la biblioteca, se haya convertido en un tesoro de más de tres mil libros.
Me acuerdo de aquellas sesiones, con los pupitres en círculo, para vernos las caras (y no solo los cogotes) cuando hablábamos.
La evaluación de aquel trabajo estuvo bien hecha. Uno trabajó para el grupo y la nota era del grupo. Esas cosas pasan y de ellas se aprende.
Recuerdo con enorme cariño la experiencia del cine club. Erais unos chavales formidables. Vuestras sesiones eran mejores que las de los adultos.
DULCE ET DECORUM EST PRO PATRIA MORI. Quien no leía esa frase después de la película se había perdido lo esencial.
Me gustaría mucho saber quién eres, dónde estás, qué has hecho y qué haces.
Otro caso en el que el alumno acaba superando al maestro, como suele suceder. Por eso nos debe acompañar siempre la humildad.
Qué hermoso regalo me has hecho esta tarde.
Un abrazo.
Y muchísimas gracias.
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Si Ángel, a mí también me ha gustado mucho tu aportación. No sé si nos conocemos , pero en todo caso, tenemos experiencias comunes en el Tui de los años 70.
Un abrazo para ti y otro para Miguel Angel
Querida Chis:
Ya ves que tu comentario ha llegado. Se había ido a la bandeja e papelera y lo he rescatado.
Aunque tus palabras están dirigidas a Ángel he querido devolverte el abrazo.
Besos.
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Hola Chis:
Siento haber demorado tanto la respuesta a tu amable comentario, pues a veces, surgen situaciones que no se pueden soslayar, aunque uno quiera. Que’ te puedo comentar a ti, pues en algunas noticias he visto que tambie’n has pasado momentos muy duros, que espero ya sean pasado.
Tambie’n me encuentro a veces noticias de tus e’xitos profesionales y pioneros me’todos de trabajo en materias en las que no acabamos de avanzar lo suficiente.
Tu visibilidad sigue, como en «aquellos maravillosos años». Yo sigo siendo, como antes un gris estudiante regular, que tuve que dejarlo antes de seguir a COU. Por eso dudo que me conozcas.
En la foto de los «revolucionaros de las corbatas» seri’a uno de los 3 o’ 4 que ese di’a, no la teni’an. Se me habi’a olvidado traer mi ancha y floreada corbata (eran los horteras años 70), pero por algu’n motivo, la ca’mara fallo’ y no quedo’ constancia gra’fica de los «revolucionario-festivos» chicos que se levantaron contra la «tirani’a» de don Joaqui’n, que unos di’as antes, habi’a exhibido su «poder opresor» diciendo que en aque’lla clase, «el u’nico que lleva corbata soy yo».
Contamos con la solidaridad de Marivi’, que comento’ que debi’amos repetir ma’s veces, que «estais mucho ma’s guapos asi'». Creo recordar que despue’s, la «revolucio’n» tuvo otras versiones en otra clase.
Eran «aque’llos maravillosos años» que no volvera’n.
Estaba pensando en el churro improvisado de comentario que habi’a subido, sin estructurar ni repasar ( donde queri’a poner Institucio’n Libre de Enseñanza, pongo otra cosa), pero me sorprendio’ la ra’pida respuesta, que me provoco’ «un subido’n», como se dice ahora.
Hace algu’n tiempo que encontre’ El Adarve y bastante informacio’n de tu (por mis canas me permito el tuteo, aunque los de las clases de Ciencias no lo utiliza’bamos. Creo e’ramos menos progres que la clase de Letras) proli’fica trayectoria profesional y la extensa produccio’n escrita, pero no encontre’ otra forma de contactar, ma’s privada que e’sta. Me encantari’a intercambiar aque’llas ricas experiencias y ane’cdotas, que de Filosofi’a, son muchas ma’s que las que guardo de las otras clases. Lo que tengo claro, es que yo no he «superado al maestro», pues mi vida no ha sido tan positiva como la planeaba, por distintas razones. Pero en estos u’ltimos años tan complicados, es muy enriquecedora para mi, esta respuesta tan amable.
Muchas gracias Maestro. Espero que mi vista y tiempo me permita ma’s oportunidades de charlar de los viejos tiempos y nuevos. Gracias.
Añadire’ «Las emociones…» a mi lista de encargos en mi libreri’a.
Querido Ángel:
Ha sido un hermoso encuentro, aunque todavía no te he localizado claramente en el nutrido grupo de alumnos del Instituto San Pelayo de Tui.
Ya has visto que Chis Oliveira (que estaba en el grupo de Letras) tampoco te ha identificado. Imagino que a ella sí la recuerdas.
Por supuesto que me puedes (debes) tutear.Ya lo hacíamos allí, en aquellos años. Te cuento que un día, una alumna que se llamaba Clara me fue a buscar a la sala de profesores. Llamó a la puerta y salió D. Veremundo. Ella preguntó por Miguel Ángel. Y el director le dijo que no conocía a ningún Miguel Ángel. Ella dijo que era el profesor de Filosofía.Y él precisó: ¡Ah, Don Miguel Ángel. Y Clara no se calló. Le dijo: él no nos obliga a poner el don.
Y salí para hablar con Clara.
No olvides que con dos signos menos se puede formar un signo más. Basta saber manejarlos adecuadamente.
Me alegro de que hayas encontrado este blog. Por si prefieres más privacidad te facilito mi correo: arrebol@uma.es.
Por supuesto que podemos seguir en contacto y hablar de aquellos tiempos y de los actuales.
Gracias por la lectura. No existe un libro si no hay unos ojos que quieran leerlo. Como te dije, Chis escribió un hermoso prólogo.
Un gran abrazo.
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Estimado Miguel A’ngel:
Aunque tarde, intentare’, en los huecos que pueda, corresponder a tu comentario y tambie’n al de Chis, tan cercanos.
Estoy pasando una dura etapa de cuidador en exclusiva, de mi madre nonagenaria, con movilidad limitada y ra’pido y progresivo deterioro mental, pero es ley natural, que a todos nos toca en mayor o menor parte.
U’ltimamente so’lo pasa por mi mente, cuando podre’ dormir una semana seguida para poder recuperar las horas de sueño perdidas.
Cuando encontre’ en una revista y algu’n otro libro el tema «Los sueños» para aquel trabajo, obviamente los sueños oni’ricos, la fase REM, etc. no me entere’ de mucho, inclui’do tu apunte de que Freud estaba ya desfasado (o algo parecido) y su legado, supravalorado. Aquel trabajo, con portada con una espiral psicode’lica a lo «Ve’rtigo» de Hitchcock y cada capi’tulo manuscrito por cada uno de los componentes del grupo, no me preparo’ pues, para paliar el sueño fisiolo’gico que arrastro ahora.
Aquel equipo era de la «tribu» de los de la Residencia (con ma’s ventajas a la hora de reunirse para trabajar).
Alli’ llego’ un di’a el profe que pretendi’a organizar los actos, creo que de la festividad de Santo Toma’s de «aquinohayclase» con la colaboracio’n de las otras «tribus»: Seminario, Milagrosas, etc.
Estaba solo en el estudio, tratando de dedicar ma’s horas, para intentar paliar la alarmante bajada de rendimiento de mis notas, preocupado por un grave problema familiar, que al final, me llevari’a a tener que renunciar a seguir a COU.
Y asi’ «me toco'» ese di’a acompañarlo, pues «no es momento de que este’s estudiando en vi’spera de esta fiesta» e invitado a tomar un cafe’ con leche en una cafeteri’a, donde tambie’n estari’an dos alumnas de Milagrosas, para programar las intervenciones.
Bueno estos recuerdos, son como coger una cereza, que siempre vienen otras enganchadas.
No se’ si tambie’n visualizas ese di’a y te sirve de pista.
Me quedan todavi’a muchas ma’s cerezas ensartadas, que espero tener ma’s oportunidades de compartir, pues ahora me reclama desde hace un rato, que escucho, la inevitable realidad actual en forma de mono’logo subrealista.
Tengo au’n, desde hace 50 años, pendiente de devolver la invitacio’n a ese cafe’, aunque ya no existe aquel meso’n y cafeteri’a.
Muchas gracias por vuestro intere’s.
Querido Ángel:
No.Nunca es tarde para el diálogo y la comunicación.
Veo que estás en una situación complicada porque es muy duro asistir al deterioro físico y psíquico de una persona tan querida como una madre: dedicación plena, falta de sueño, mucho dolor… Pero te quiero decir algo que muchas veces se olvida: hay que cuidar al cuidador. Y si no tienes nadie que lo haga, tienes que ser tú mismo quien se ocupe de ello. Por ti y porque, de lo contrario, no tendrás buenas condiciones para el cuidado. Frecuentemente se centra toda la atención en la persona enferma y se suele olvidar al que acompaña y cuida a esa persona.
Han pasado muchos años y no recuerdo CON PRECISIÓN algunas cosas de las que me cuentas.Pero me parece estupendo conocer la perspectiva desde la que tú viviste las experiencias. Por eso te agradezco mucho la sinceridad. Pues tenemos pendiente todavía aquel café, que no sé por qué no se llegó a consumar.
Lo que sí creo recordar es aquel trabajo sobre los sueños.
Lamento que no pudieses pasar a COU. Porque imagino que hubiese sido tu deseo.
Ojalá que sigas tirando de las cerezas.
Te mando un gran abrazo y otro para tu madre en esta difícil etapa de su vida.
Y gracias por este nuevo comentario que me retrotrae a unos años ya lejanos, pero emocionantes.
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Qué alegría leeros.
Salgo en unas horas para Nueva York. Voy a pasar un mes. Tengo allí a mi hija. Cuando tenga más calma continuaré con este bello relato que habéis construido.
Besos y abrazos para los dos
Buen día desde México mi estimado Dr. Santos Guerra
Que maravilloso recorrido nos brinda por sus raíces. Que suculenta su historia, sus orígenes y impartante lo que representa para usted. Me es imposible leer su texto, sin ir tejiendo mi propia historia, recordando mi pueblo, ese pequeñito espacio geográfico donde crecí. Sentí añoranza por esos días en el que juego era más importante, donde había amigos que literalmente vivían contigo de lo cercano que estaban todas las casitas.
También, mientras leo su escrito no puedo dejar de analizar a muchos jóvenes de las nuevas generaciones que no sienten apego por nada, que no les interesan sus raíces, que tienen poco o ningún tipo de lealtad hacía si mismos, mucho menos hacia los demás.
Me sorprende esa parte tan superficial o artificial del comportamiento humano de éstas generaciones, pero en general de la sociedad, donde no importa la historia de vida, sino mpas bien vivir el presente, el hoy, sin preocuparse de las consecuancias de las acciones en el futuro.
No debemos vivir en el pasado, pero si debemos tomar el pasado como referente de lo que somos y lo que podemos llegar a ser, es nuestra propia historia, con sus experiancias buenas y malas, lo que le da significado a nuestro ser, no podemos huir de lo que somos, pero si podemos cambiar lo que no está bien. Saber de donde venimos, es el punto de partida para saber a donde vamos y donde queremos ir. Cuando visito a mis padres en mi pueblito, añoro esa tranquilidad que da la vida de rancho, los recuardos de antaño, las experiencias vividas y los aprendizajes adquiridos. Regresar a nuestros inicios siempre es una experiencia enriquecedora, porque ves las cosas desde otra perspectiva, que cuando vivias ahí.
Saludos.
Hola Miguel Ángel, soy Sol Moracho. Tengo entre manos un proyecto sobre la represión en el magisterio que ejercía en la Segunda República, pero como no solo quiero hablar de sus huesos, sino también de su carne, es por ello que me interesa mucho dar a conocer la vida de los maestros que ejercían entonces. Me interesaría conocer más sobre Atenedoro, y sobre todo ese libro (Recuerdos de una infancia) del que usted habla. Le dejo la web del proyecto (el listado está en construcción), si desea ponerse en contacto. Gracias por mantener viva la memoria de Atenedoro y compartirla. Saludos
Querida Sol:
Gracias a ti por ese proyecto y por el interés en recuperar «la carne» y no solo los huesos de mi tío Doro.
El libro al que haces referencia no está editado. Yo tengo una copia. Está escrito por un hermano de mi padre, llamado Vicente Santos, ambos hermanos de Atenedoro.
En mi último libro (Las emociones de la profesión docente) hay texto dedicado a él que lleva por título «los otros mártires».
Hace poco he leído un artículo sobre Atenedoro escrito por Vicente Martínez Encinas.
N0o me has dejado la web.
Besos.
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Sin ánimo de entremeterme, me parece una merecida y justa idea, recordar a tu tío y aquélla generación de maestros, muchos excelentes pedagogos, víctimas de la barbarie, que perdieron su vida ( o con suerte, sólo la libertad o su profesión ), dejando huérfanos de su formación y progreso a las siguientes generaciones.
Fueron posiblemente, el colectivo más perseguido y castigado por quienes proclamaban su desprecio a la inteligencia.
Seguramente conozcas el documental «Afranio», protagonizado por Luis Tosar y dirigido por nuestro excompañero y exalumno tuyo, Víctor «Coyote».
Hace tiempo había leído el libro de Antón Alonso Ríos (una especie de memorias de su vida como huído de la feroz persecución franquista), en que se basa el guión del documental, un trabajo notable, pese a la reducida producción.
Hay 3 ó 4 edicciones en gallego y creo que una en castellano de (traducido) «El señor Afranio, o cómo me escapé de las garras de la muerte».
Alonso Ríos, maestro, pedagogo, líder agrario y diputado republicano, consiguió llegar a Argentina, después de 2 años huyendo por el sur de Galicia y Portugal, disfrazado como el mendigo Afranio, burlando las fuerzas represoras de esos terribles años. Fué el triunfo de la inteligencia sobre los enemigos de la inteligencia, la formación y la cultura.
Uno de los pocos que consiguieron salvar su vida, entre la multitud de docentes e intelectuales cruelmente sacrificados, siendo tan necesarios para el país, que tardó tanto en recuperarse.
Ahora Alonso Ríos, dá nombre al Instituto de Tomiño, el pueblo donde antes había ejercido como excelente maestro.
Ojalá ese proyecto salga adelante y haga justicia a ese gran colectivo de educadores.