La escuela engullida por el volcán

20 Nov

Todo el mundo está pendiente de la tragedia que está viviendo la isla de la Palma en el archipiélago canario. (Un archipiélago es un conjunto de islas unidas por aquello que las separa, define con ingenio la revista cultural del mismo nombre). Desde el 19 de septiembre, de forma ininterrumpida, el volcán Cumbre Vieja está rugiendo y arrojando lava que se está llevando por delante casas, iglesias, centros de salud, escuelas, carreteras y cultivos. Más de sesenta días y sesenta noches de erupción volcánica incesante. ¿Cómo dormir? ¿Cómo vivir en ese infiernoi’

No hace falta esforzarse mucho para imaginar la angustia de familias enteras que lo están perdiendo todo: sus casas, sus bienes, sus plataneras… Tienen que partir de cero. Cuesta pensarlo. Se trata de una pesadilla de la que no se despierta nunca. La  política y la sociedad entera tienen que  estar ahí para ayudarles a salir adelante. Es un deber de lesa humanidad.

La desnaturalizada madre naturaleza nos está ofreciendo un espectáculo que, de no verlo, sería difícil imaginar. El poder destructor de la naturaleza  está siendo  terrorífico. Nosotros nos asomamos de vez en cuando a la televisión para ver imágenes asombrosas, muchas a vista de dron, pero los lugareños están allí  noche y día, noche y día, noche y día, viendo amenazadas o destruidas sus propiedades e, incluso, sus vidas.  El volcán se ha llevado la vida de una persona septuagenaria. Hasta el aire resulta a veces tan irrespirable que los alumnos y alumnas no pueden ir a la escuela.

Se están recogiendo pruebas de todo tipo que van a permitir a la ciencia estudiar y conocer la dinámica de las erupciones volcánicas. Los vulcanólogos están siguiendo al detalle, día y noche, lo que sucede en las entrañas de la tierra.  

El pasado domingo, 7 de noviembre, la colada de lava del volcán arrasó el CEIP de Todoque, en Los Llanos de Aridane. Es impresionante el poder devastador que tiene un volcán. Asistimos impotentes y estremecidos a ese espectáculo dantesco. Nadie puede predecir cuántos días, semanas o meses va a seguir vomitando lava, contaminando el aire y sembrando el pánico entre los habitantes de la isla.

Recuerdo que cuando, hace años, visité La Palma por cuestiones de trabajo pensé en lo  tremendo que era vivir recostado en la ladera de una montaña, coronada por  un cráter amenazante. Eso mismo pensé en Puebla (México) al contemplar el imponente Popocatépell, en Pucón (Chile) ante la fumarola del volcán Villarrica  y  cerca  de San José,  delante  del cráter del volcán Irazú  de Costa Rica. Pensé en la capacidad acomodaticia del ser humano, capaz de vivir tranquilamente peligros de esta envergadura. 

Es sobrecogedor convivir con el rugido del volcán y con la constante expulsión de lava, humo y cenizas.  Y ver cómo la colada engulle todo lo que encuentra a su paso. Es inquietante padecer movimientos sísmicos de forma casi constante. La tierra tiembla sin avisos ni horarios.

Pero querría centrarme en la destrucción del colegio que contemplaron los alumnos, las familias y el profesorado. Todo el mundo fue testigo de la desaparición del Colegio, engullido por la fajana de lava. En general, las escuelas se albergan en construcciones frágiles, muy diferentes a los bancos o a los edificios de gobiernos, siempre más suntuosos y seguros.

Un niño, le preguntaba angustiado a la maestra, qué es lo que iba a pasar. Ya no tenían escuela.

Me emocionó la contestación de la maestra:

  • Si estamos juntos, ya hay escuela. Pronto tendremos un lugar donde poder aprender.    

Cuánta razón tenía la maestra. La escuela no es tanto el edificio cuanto la congregación de todos los integrantes en torno a un proyecto. Es la comunidad de aprendizaje. Es la voluntad compartida de realizar un sueño. Es la red de los afectos y la fuerza del aprendizaje compartido.

La nueva colada entró de forma agresiva en el núcleo de Todoque el pasado domingo y derribó, entre otros inmuebles, la iglesia, la escuela, el consultorio médico y la asociación de vecinos. La irrupción llegó en el momento en el que algunos vecinos se encontraban recogiendo de sus viviendas algunos enseres por lo que tuvieron que salir con rapidez de la zona.

Desde que comenzó la erupción volcánica el domingo, 19 de septiembre, la lava ha destruido miles de hectáreas y de edificaciones, de acuerdo a los datos aportados por el satélite del programa Copérnicus de la Unión Europea.

El Colegio de Todoque se enconntraba en el mismo barrio del que recibe el nombre, en el municipio de Los Llanos de Aridane. Era una unitaria perteneciente al Colectivo de Escuelas Unitarias Valle de Aridane. Contaba con dos unidades: una de Infantil, donde se impartía el Segundo Ciclo de Educación Infantil y otra unidad de Educación Primaria que abarcaba el Primer y Segundo Ciclo, de primero a cuarto curso. Este año somos 27 alumnos, nuestras dos maestras y nuestros especialistas: de Inglés, Educación Física, Música y Religión.

Para esos 27 niños y niñas  el Colegio es como El Arca de Noé. Saldrán del diluvio de lava, saldrán de la ignorancia y de la insolidaridad a través de esta institución salvadora.

Si no estoy mal informado el CEIP de Todoque  se construyó en 1964. Cumplió medio sigo en 2014.  Después de 57 años fue destruido por la fajana de lava  que arrasa todo lo que encuentra a su paso sin que la voluntad humana pueda evitarlo. Qué sensación de impotencia.

Algunos alumnos y alumnas del Colegio han perdido también sus casas. Alicia Martín, directora y maestra del CEIP de Todoque dice que lo primero que hay que hacer es recuperar afectivamente a los niños y a las niñas. Han llevado objetos y materiales de la escuela engullida al nuevo lugar de trabajo, para que  se sientan identificados con el nuevo espacio.

No es fácil meterse en la cabeza de estos chicos y de estas chicas y saber cómo ven el mundo que les rodea, cómo viven esa realidad amenazadora  que les ha dejado sin casa y sin escuela.

En el desaparecido  Colegio de Todoque quiero rendir homenaje a todas las escuelas rurales, a todas las unitarias del país. Todas de carácter público, por cierto, porque hasta allí no lleva la enseñanza privada, En esos lugares no es rentable. Allí  no hay negocio que merezca ninguna inversión.

Homenaje que se centra especialmente en los maestros y maestras, que viven inmersos en un contexto rural. El contacto con la naturaleza, la relación con las familias, la atención de la diversidad, la metodología acti, las aulas multigrado, el aprendizaje a partir de la experiencia… estimulan la creatividad y el compromiso. Yo fui un niño  que dio sus primeros pasos en el aprendizaje en una escuela para niños de un pequeño pueblo de la provincia de León. Las niñas tenían otras escuelas. Tengo que confesar que esa es una experiencia que me gustaría haber vivido como profesional de la enseñanza: ser maestro en una escuela rural o, como prefieren decir otros; en una escuela ubicada en un entorno rural. Cuando era estudiante se pusieron de moda experiencias rurales innovadoras: “Fregenal de la Sierra, una experiencia de escuela en libertad” de Josefa Martín Luengo; “Escuela viva” y “Orellana, asamblea en la escuela”, de Francisco Fernández Cortés; “Carta a una maestra” y “Contraescuela. Por una escuela popular”, escritos por los alumnos de Barbiana… Yo soñaba con emprender alguna iniciativa de este tipo. Ya no será posible. Una espinita que siempre llevaré clavada.

En una escuela rural de Concepción de la Sierra, en la provincia de Misiones (Argentina), vi fijada en un armario medio desvencijado una carta que un niño  había enviado a su maestra. Constaba de diez puntos. Me permito reproducir solamente el décimo.

Decía el niño a su maestra:

  • Ven a mi casa a visitarnos. Mi perro no te hará daño. Él sabe que me quieres.

Está tan seguro del amor de la maestra que hasta el perro olfateará desde lejos esa profunda y hermosa realidad. Y cierra su escrito con esta petición: Déjame  silbar, cantar, reír y correr en la escuela. Me espera mucho trabajo.

22 respuestas a «La escuela engullida por el volcán»

  1. La escuela somos todos. Siempre juntos. Fenomenal artículo.
    Muchos ánimos y fuerza a La Palma.
    Donde haya una maestra o maestro de corazón tendremos éxito (entendido como felicidad) asegurado en la escuela, o el espacio físico que sea convertido en comunidad de aprendizaje.
    Saludos al Dr. Santos.

    • Querido Héctor:
      Qué hermoso y sentido comentario. Se nota que está escrito dentro.
      Y qué cierto lo que dices: grandes verdades en pocas palabras.
      – La escuela somos todos…
      – Donde haya un maestro o maestra de corazón…
      Te devuelvo los saludos cargados de gratitud por la lectura y el comentario.
      Un abrazo.
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  2. Muy buenas Magister!
    Precioso homenaje a las escuelas rurales.
    Me uno incondicionalmente al reconocimiento que haces a nuestra escuela pública presente en todos los rincones de nuestro país.
    Hoy, en nuestro encuentro andaluz de la Codapa en Mengíbar (Jaén) seguimos defendiendo la Equidad y también la escuela rural porque la educación no debe ser un negocio ni debemos comerciar con ella.
    Recibe nuestro reconocimiento a toda tu labor que tanto nos ayuda. Mil Gracias!!
    Seguimos unidos en la lucha, Maestro!!!
    Mil abrazos y besos.

    • Querido Miguel:
      Siempre en la brecha, en laborables y en festivos. Por la escuela pública.
      Ya veo que no hay causa pequeña para vosotros.
      Qué hermoso ejemplo.
      Resulta espectacular lo que está pasando en La Palma.
      Hay que ayudar a la gente y hay que mantener viva la escuela.
      Un gran abrazo.
      Con mi gratitud que crece cada sábado.
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  3. Querido Miguel Ángel. De la tragedia inevitable de La Palma me quedo con lo que apuntas: si en alguna cosa debemos arrimar nuestra ayuda a los compatriotas es en estas situaciones, es en estos casos. Aquí no entra ni el es un vago, un descuidado, un nini y tantos adjetivos que colgamos a los seres humanos.
    En toda tragedia humana surge siempre la dualidad del ser humano: lo mejor de nosotros que es la solidaridad, la ayuda y también lo peor: los que se aprovechan de las desgracias de los desafortunados para hacerlos aún más desgraciados.
    Como también dices hay cosas que se llevan o no en el corazón, como la escuela; no está en el edificio, éste sólo es la ayuda. Lo mismo la religión, no está en los templos está o no dentro de nosotros.
    Me es sorprendente que quien ha dado y da todo por la educación llevé una espina clavada porque falta algo. Miguel Ángel, todos somos limitados, entre las aves, incluso las águilas.
    Aunque no soy palmero, es de agradecer tu sensibilidad con su desgracia.
    Un gran abrazo y saludos a todos.

    • Querido Joaquín:
      Tú siempre te apuntas a las grandes verdades. Y las defiendes con claridad y convicción.
      Eres el comentarista de la sensatez y de la solidaridad.
      Estas desgracias son como un test que permite conocer de qué parte está la persona: si se compadece y ayuda o si se aprovecha de la desgracia ajena o mira para otro lado.
      Sé que la tarea en la escuela rural es dura, pero tiene unas peculiaridades apasionantes.
      Que tengáis un buen fin de semana.
      Gracias, amigo, por estar siempre AHÍ.
      Un abrazo.
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  4. Querido Maestro:
    El volcán de la Palma nos tiene a todos con el alma en la mano.
    No he visto en todos los años de mi vida desastre natural más devastador que éste.
    Devastador en todos los sentidos, en la perdida de todo lo esencial para los seres humanos. La vivienda , los enseres, los recuerdos, el lugar de trabajo, los sitios de hocio, los lugares sagrados y algo muy entrañable para la vida, las escuelas.
    No hay persona en el mundo que no sienta su corazón roto ante tanta destrucción ante tanta devastación.
    Me conmueve ver a sus gentes mirar desolados cómo llega la lava del infierno y arrasa con sus propiedades dejándolos sin nada y en la calle.
    Que está haciendo los poderes públicos para ayudar a esa gente?
    Dónde está las ayudas que llegarían de forma urgente?
    No es posible para la mente humana sentir la desesperación y el vacío que dejan esas catástrofes cuando te dejan sin nada.
    Sólo la solidaridad de la gente del pueblo, la gente de apie, la que se ha volcado en recoger enseres, ropa y hasta dinero en huchas para la Palma.
    Quiero recalcar la obra que han hecho en el colegio de mi nieto Iván.
    Cada niño traía una aportación económica y como gratificación se comían un plátano de canarias.
    Una sencilla obra pero que cala en el interior de los pequeños y les hace creer que ayudar es bueno y les hace importante.
    Empatizar con el que necesita nuestra ayuda es una de las mejores premisas para conseguir ser buenas personas.
    Todos tenemos que ser uno en momentos como los que están pasando los ciudadanos de la Palma.
    Es buen momento para que los afectos y el amor accionen nuestros corazón y nuestros actos y consigan aliviar un poco está devastadora situación.
    Ya sin más me despido con un cordial abrazo para todos.
    Que la semana os sea cariñosa y leve!
    Besos.

    • Querida Loly:
      Un comentario lleno de sensibilidad.
      Tenemos que ser solidarios con los seres humanos que viven situaciones catastróficas.
      La compasión nos tiene que movilizar para buscar soluciones.
      La empatía hace que sepamos meternos en la piel de los demás, en sus problemas, en sus necesidades.
      Está bien lo que han hecho en el colegio de tu nieto. Hay que educar en la solidaridad.
      Me impresionó especialmente la destrucción de la escuela por la fajana de lava del volcán. Y la reacción de la maestra ante la inquietud de sus alumnos y alumnas.
      La sociedad, la política, cada persona tiene que dar una respuesta rápida, generosa e inteligente a quienes lo han perdido todo.
      Besos y gracias.
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  5. Hola MÁS.

    La pérdida de las instalaciones del Colegio de Todoque no es un daño irreparable, se puede solucionar. La solidaridad del los españoles pueden ayudar a ello y construir un nuevo centro.

    A pesar de no ser tú precisamente alguien aproximado a la religión, has hecho un comentario cuasi religioso “La escuela no es tanto el edificio cuanto la congregación de todos los integrantes en torno a un proyecto” me hacía recordar que la iglesia no es un edificio, sino que la forma una comunidad de personas…

    Si tan importante es darle un colegio a estos niños, a mi juicio lo es más que ese centro tenga las mismas raices de las que se arraigaba el otro, es decir, los niños y niñas deben mantener a sus compañeros y compañeras, a sus maestros y maestras. No perder su comunidad educativa, ya que muchos habrán perdido sus casas, sus juguetes, sus muebles, a sus vecinos,… Mantener la misma comunidad de aprendizaje posiblemente les ayude a seguir hacia delante cuando el volcán deje de vomitar lava y de echar humo y ceniza.

    Un abrazo.

    • Querido Juan Carlos:
      Muy de acuerdo con la consideración de que la comunidad educativa es lo esencial de la concepción de escuela.
      Creo que han solucionado el problema con rapidez y eficacia. Han tratado de que los alumnos y alumnas tengan en el nuevo espacio ñas cosas que pudieran salvar del CEIP. El conjunto de los niños y de los profesores han seguido juntos.
      Imagino que los docentes tendrán que hacer una tarea de recuperación psicológica de los pequeños ante la gran tragedia económica y social que supone una erupción volcánica que lleva vomitando lava más de sesenta días.
      Un gran abrazo.
      Y gracias, amigo.
      MÁS

  6. Estimado profesor:
    Vengo llegando de su clase del Diplomado de la Fundación Flitch, y me he quedado muy lleno de todo, pero de sobremanera de valentía, amor y renuevo mis votos por esa educación que nos acercará mucho más a ser personas buenas y docentes buenos…muchas gracias por lo de hoy y espero con ansias su enseñanzas

    • Querido Javier:
      Me alegro mucho que hayas estado esta mañana en la sesión del Diplomado. Quedé emocionado con la respuesta que fui leyendo en el chat.
      Espero con ilusión la segunda parte que compartiremos el próximo sábado.
      Gracias por vuestra generosa caja de galletas.
      Un gran abrazo.
      MÁS

  7. Fui maestro durante quince años en una escuela unitaria con cimientos en una colada lávica a los pies de La Caldereta. El paisaje y la tierra moldeados por el volcán y domesticado por el hombre era parte integrante de la escuela, de los niños y niñas, de los maestros y maestras; proporcionaba singularidad y esencia al grupo humano. Hoy aún me siento atado y comprometido con la escuela unitaria porque entiendo el valor esencial del aculturamiento proporcionado a pequeñas comunidades abandonadas a su suerte por multitud de instituciones y servicios, pero no por la escuela y sus maestros y maestras.

    • Querido Pedro:
      Emocionante y certero comentario.
      Muchas gracias por compartir tu experiencia con los lectores y lectoras de El Adarve.
      Qué importante el papel de la escuela unitaria en esos contextos que, como dices, se encuentran abandonados a su suerte.
      No me extraña que te haya marcado la vivencia de esos quince años.
      No sé si sigues en activo pero estoy seguro que aquella experiencia, en cualquier caso, fue inolvidable. Se nota en tus palabras el latido de un verdadero maestro.
      Un gran abrazo.
      Y muchas gracias.
      MÁS

  8. Nos acostumbramos a fenómenos increíbles.
    Cada día que enciendo la televisión, después de dos meses de erupción volcánica, no nos sorprendemos al ver avanzar la lava hasta el mar, destruyendo todo lo que encuentra a su
    paso.
    La sensación de asombro se va atenuando. Nos habituamos a unas imágenes fantasmagóricas.
    Las familias afectadas se han quedado sin pasado y sin futuro.
    La solidaridad tiene que actuar e forma rápida y justa.
    Y habrá que pensar en los efectos psicológicos que viven los niños y los jóvenes.

    • Querida Raquel:
      Casi tengo que frotarme los ojos cada vez que enciendo la televisión y veo esas imágenes de la isla llenas de lava, de cenizas, de humo, de gases, de destrucción.
      Cuesta meterse en la cabeza de esas personas que día y noche escuchan el rugido y contemplan la erupción volcánica incesante.
      Ya pasa de los dos meses.
      Qué terrible.
      Es la hora de la solidaridad.
      Besos y gracias por tu lectura y por el envío de tu comentario.
      Besos.
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  9. Imagino que en las escuelas de las islas tendrán que trabajar lo que pasa con el mundo emocional de unos alumnos y alumnas que están inmersos en un clima de tanto riesgo, de tantos problemas, de tantas amenazas, de tanta sismicidad…
    ¿Qué pasa con el miedo?
    ¿Qué pasa con la angustia?
    ¿Qué pasa con el descanso ya que el volcán ruge y ruge sin cesar?
    Gracias y saludos.

    • Querida Sandra:
      Desde luego que sí. Siempre tiene que estar presente la educación emocional. Especialmente en estas circunstancias tan especiales.
      No es fácil vivir de forma sana en un contexto tan amenazador. Los niños y las niñas no van a la escuela algunos días porque el aire es irrespirable.
      Y viven en un contexto dramático. Algunos niños viven en familias que han perdido la casa y los bienes.
      Todo ello añadido al hecho de estar viviendo en una isla.
      Gracias por tu comentario.
      Besos.
      MÁS

  10. Me ha impresionado el comentario de Pedro.
    Cuando se tratan temas de este calado y alguien hace una aportación de este tipo, nos damos más cuenta de que se trata de historias reales, no solo de teorías o de suposiciones.
    Muchas gracias, Pedro, por compartir tu experiencia.
    Un abrazo.

    • Estimado Juan:
      También a mí me llamó mucho la atención el comentario de Pedro.
      Cuando se habla desde la experiencia (y de una experiencia tan rica) se nota una vibración especial.
      Es admirable haber trabajado en una escuela construida sobre lava volcánica.
      Un abrazo.
      Gracias.
      MÁS

  11. Que gran corazón tienes mi querido maestro, acordarte de los pequeños del CEIP de Todoque, no esperaba menos de ti. Seguro que ya estarán adecuando una nueva zona para darles todo ese cariño q solo se les da en la escuela, aunque este maldito virus nos haya quitado los besos, todavía quedan los abrazos con mascarilla y también son eficaces, te lo dice una seño de Infantil a la que le encanta darlos. Llevo tiempo sin escribirte, estoy estudiando oposiciones y el otro día en un tema ponía Miguel Ángel Santos Guerra definía la globalización como… Y dije andaaa si yo lo conozco de la charla en la Universidad de Granada hace sobre 15 años, como pasa el tiempo y su caballo ilusion q tanto me gusto. Siempre guardo un trato recuerdo de usted. No le aburro más. Muchos besicos, como se dice aquí.

    • Querida Elisa:
      Lo primero de todo que quiero decirte es que me trates de tú. Estamos en en mismo camino.
      Gracias por tus palabras, tan generosas, tan hermosas. Se deben más a tu gran corazón que a mis méritos.
      Ayer hablé a un grupo de maestras y maestros de infantil de Chile de un libro que publiqué en Argentina sobre tu maravillosa y decisiva etapa. Se titula LA CASA DE LOS MIL ESPEJOS Y OTROS RELATOS PARA LA EDUCACIÓN INICIAL.
      A los niños y niñas de Todoque les dieron al siguiente día un espacio al que habían llevado cosas de su antigua escuela para que no se sintieran extraños.
      ¡Quince años y parece que fue ayer! Sí, cómo pasa el tiempo!
      Besos y gracias.
      MAS

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