Castigados en el banco

28 Ago

A los niños se les manda a veces a la silla de pensar. Un suave castigo para que piensen en cómo se han portado, si han hecho algo malo o han dejado de hacer algo bueno. Pues bien, ahora voy a referirme no a niños  y a niñas sino a personas mayores. Y no a sillas sino a bancos. No al  objeto que sirve para sentarse sino a la organización que atesora y maneja el dinero de los clientes.

El termómetro que marca la temperatura moral de una sociedad es el trato que dispensa a los ancianos y las ancianas. (Por cierto, me acaban de regalar un libro que estoy deseando empezar a leer. Se titula  “El club del crimen de los jueves”, de Richard Osman. Atención al subtítulo: “No subestimes el talento de un grupo de abuelos”. No lo cito solo por la relación con el tema que estoy abordando sino por el cariño que tengo a quien me lo regaló y por la confianza en su buen criterio lector).

Tengo una amiga alemana, de edad avanzada aunque de espíritu joven, que está viviendo un calvario con una sucursal bancaria de Rincón de la Victoria. Tiene abierta una cuenta desde hace años, ya que solía venir durante el verano a disfrutar de la paz y el sol  de la costa.

Por diversos motivos ha tomado la decisión de cancelar la cuenta. Y no hay manera de que pueda hacerlo. Ella solicita mediante carta firmada de su puño y letra que se le haga una transferencia por el total del saldo a su banco de Munich y la respuesta es  que solo se puede hacer mediante la banca on line. Ella argumenta que no  sabe (ni puede, ni quiere) manejar los para ella sofisticados sistemas digitales. Como he leído en alguna parte “tiene el sistema nervioso”. La segunda alternativa es desplazarse en persona desde Munich a la sucursal para solicitar personalmente el cierre de la cuenta. Otra solución inviable en tiempos de Covid ya que todavía no está vacunada y acaso nunca vaya a estarlo porque le tiene tanto miedo al remedio  que a la enfermedad. La tercera solución es que consiga un poder notarial a mi favor para que yo haga el trámite en la oficina. Lo cual supone para ella molestias, gestiones y gastos.

Cuando estoy plenamente inmerso en este problema de mi amiga, me encuentro con aun artículo de Arturo Pérez Reverte que, aunque no siempre es santo de mi devoción por lo que dice y por cómo lo dice, en esta ocasión, tengo que aplaudirle por el contenido y la forma de su alegato. El artículo se titula “Abuelos  bajo el sol”. Critica el autor a los bancos que eliminan sucursales de los pueblos pequeños, abandonando a su suerte a los vecinos y vecinas que han tenido la gentileza de encomendarles el cuidado de su dinero. Y habla de largas colas de personas mayores ante los cajeros automáticos, a pleno sol, para realizar cualquier trámite bancario.

Dice Pérez Reverte: “Bajo un sol que cae como plomo derretido, la fila de personas se mueve despacio. Una espera de veinte minutos como mínimo, calculas observándolos. En su mayor parte son gente mayor. Abuelos hechos polvo. Están allí a la solanera, sin sombra ni lugar donde sentarse, ante la única terminal de cajero automático de esa sucursal. De ese Banco. Es agosto, la oficina está cerrada y la escena sucede por todas partes. En toda España, o como se llame esto ahora”.

Algunos datos para la reflexión: según el Banco de España, hay 1.300.000 españoles que viven sin bancos ni cajeros cerca. El año pasado cerraron 3000 sucursales y este año no ha sido menos. Hay muchos pueblos en los que la oficina más cercana está a 10 kilómetros. En esos pueblos, muchos vecinos tienen más de 70 años. ¿Qué pueden hacer sin la ayuda de hijos o nietos? Pero de ellos nadie se acuerda. Las decisiones tienen solamente la finalidad de engrosar los beneficios. Y por eso cada año, la banca (he cometido un error tipográfico y he escrito la banda, he estado a punto de mantener el error) ofrece ganancias millonarias.

 Dice Pérez Reverte: “No es algo exclusivo de agosto, pues se repite todo el año, aunque en estas fechas sea más frecuente, más desvergonzadamente habitual por parte de esos bancos que, cuando el pelotazo inmobiliario engordaba dividendos, sembraron las ciudades de oficinas que embaulaban sueldos y pensiones -colocando productos financieros que acabaron siendo auténticas estafas- y que ahora, con las vacas flacas, desaparecen y dejan tirada  a la clientela”.

Nadie responde al teléfono porque dicen que no podrían atender al personal que acude al banco. Después de las 11 no puede haber movimientos de caja, para que se acuda a los cajeros automáticos y así disponer de más tiempo. Tienes que hacer cola durante 30, 40, 60 minutos porque no hay personal… El robo del tiempo me parece escandaloso.  Si alguien roba dinero o cuadros o joyas, en un gesto de arrepentimiento, puede devolverlo, pero el tiempo no tiene restitución posible. El problema es que la codicia no tiene límites. Por eso me indigna conocer cada año las ganancias millonarias de los bancos. Se le atribuye a Bertolt Brecht esta inquietante afirmación: “Atracar un banco es un delito, pero es  más delito fundarlo”.

Nadie piensa en los ancianos que carecen de  conocimientos informáticos para manejar la banca on line. Nadie piensa en la inquietud de la espera. Nadie piensa en el tiempo de los demás.

A las personas de edad se les insta a abrir aplicaciones, a usar la banca cibernética, a conocer el manejo de móviles y ordenadores. Y ya se sabe, por otra parte, que hay muchos pueblos en los que no hay cobertura.

Hay problemas que no tienen solución o cuya solución es extraordinariamente compleja, Pero otros tienen una solución muy sencilla. Si hay más personal en la oficina no es necesario esperar tanto tiempo. Si hay más personas que ayuden a quienes no saben manejarse en internet, se facilita a los ancianos y a las ancianas el trámite. 

Escribí no hace mucho el prólogo de un libro titulado “La longevidad como transformación social en el siglo XXI!” (Editorial Aljibe). La obra está coordinada por mi querida y antigua alumna Emilia Moreno. Digo en esa introducción: “No quisiera que nuestros ancianos y ancianas se sintieran menospreciados por no ser jóvenes sanos y vigorosos. Ellos tienen tanta necesidad de afecto como de sol. Me gustaría verles felices recibiendo la gratitud y el amor de sus conciudadanos y, sobre todo, de sus hijos y de sus nietos. “Cuando la simpatía está unida a las arrugas, es adorable. Hay un indecible amanecer en la ancianidad feliz”, dice sabiamente Víctor Hugo”.

En el capítulo VII del libro, titulado Amigabilidad de las ciudades para un envejecimiento de éxito”, dice Juan Manuel Espinosa-Almendro: “Una comunidad amigable con las personas mayores puede ser definida  como un lugar donde las personas mayores participan activamente, son valoradas y respaldadas con infraestructuras y servicios que se adaptan de manera efectiva a sus necesidades”.

Una última referencia al artículo “Abuelos al sol”: “Como en los casinos, la banca siempre gana. Pierden y con ellos perdemos todos, esos abuelos al sol, desconcertados ante la gentuza infame que, amparada por el Estado y sus instituciones, arrogante, impune, sin que nadie mueva un dedo para frenar sus abusos, acosa y desampara cada vez más a sus clientes desvalidos y humildes. Entre ellos a esos jubilados a quienes no solo no se permite retirar sus ingresos cuando y como quieran para dárselos al hijo o nieto que les apetezca; a quienes se fiscaliza cada euro como si fueran delincuentes pero tampoco se les deja tener dinero en casa sin que les caiga encima el Estado sino que, además, los obligan a sufrir perplejos ante un teléfono móvil de última generación, descifrando aplicaciones y códigos endiablados que no conocen ni comprenden”.

Están castigados en el banco. Y no han hecho nada más que arrimar el hombro para que los demás podamos vivir mejor. No se merecen el castigo. El castigo debería imponerse a quienes tratan a los mayores con tan poca consideración.

25 respuestas a «Castigados en el banco»

  1. Una vez quise hacer un cierre de cuenta con cierta cantidad para pasarla a otro banco y así eliminar la cuenta que me era incómodo tener. El oficinista me decía que me costaría bastante y que lo mejor es que el otro banco reclamara la cantidad y así me saldría totalmente favorable y sin problemas. Digo esto por lo de tu amiga y su cancelación de cuenta. También, porque las máquinas son demasiado ignorantes y muchísimo menos humanas, que las personas que están atendiéndote en una mesa y con tiempo para escuchar y explicar.
    Estamos viendo cómo la robótica nos robotiza y nos hace cada día más inútiles.
    La utilidad se la llevan los directores de bancos que se aumentan los sueldos, y no someten esas excesivas subidas a la parquedad de las máquinas. Caja Madrid y luego Bankia se nos escapó de las manos del erario público y ahora resulta que no sabemos ni siquiera dónde está Blesa.

    • Querido josemª
      Muchas gracias por tu comentario.
      Voy a sugerir a mi amiga alemana que haga el trámite que me sugieres. Es decir, que el Banco de Munich reclame la cantidad al Banco Sabadell de Rincón de la Victoria.
      Si se puede hacer, le daremos una alegría.
      La verdad es que la atención al cliente suele ser nefasta. Las medidas están tomadas para el beneficio del banco, no para la comodidad del cliente.
      Qué decir de aquel rescate que hemos pagado todos y todas.
      Me preocupa especialmente que los ancianos y ancianas se sientan fuera de juego. Es un maltrato que no se puede admitir.
      Habrá que contratar a un detective para localizar a Bielsa y otro par saber dónde tiene el dinero.
      Un gran abrazo.
      MÁS

  2. Muy buenas Miguel Ángel!
    Amigo Quijote, que buenas aventuras y desventuras nos cuentas…en el libro aún no escrito de la “Metafísica de lo imposible” aparece en el capítulo dos el milagro de cambiarse de compañía telefónica junto con cerrar una cuenta en el banco. Se comenta que existe algún ser que lo consiguió pero falta confirmar. Si lo logras pasarás a los anales de la historia como el Ulises del neoliberalismo, Ánimo!!
    Que son las personas mayores para el neoliberalismo? mejor no contestar, pero por lo menos ser conscientes de la tiranía del Dios beneficio cuyas consecuencias en la vida diaria comprobamos. Nos solidarizamos con tu lucha y nos aderimos a tu denuncia.
    Respecto al folleto de la semana pasada, mil gracias por tu generosidad de pedirme la dirección postal pero preferiría hacer trueque en mano, ya tendremos ocasión.
    Un abrazo compartido a toda la familia!
    Os queremos!!

    • Querido Miguel y preciosa familia:
      Esta semana me está pillando el toro de la descortesía. Voy a tratar de darle unos buenos capotazos.
      Si tú no fallas, yo tampoco lo voy a hacer.
      Cada vez que veo cómo los bancos empeoran la atención al cliente y mejoran los beneficios, me lleno de indignación.
      Ayer pregunte en mi banco:
      – ¿Se puede saber la razón de por qué cierra la caja a las 11?
      – Son órdenes de arriba, me respondió la empleada.
      Le tuve que decir: le he preguntado una razón lógica, por una explicación. Y usted me ha dado una patada.
      El trato a las personas mayores es de de una crueldad inusitada.
      Esta amiga alemana está desesperada.
      Hay que proteger a quienes tanto han aportado a la sociedad.
      El folleto te está esperando.
      Un gran abrazo.
      Y las gracias renovadas y acrecentadas.
      MÁS

  3. Querido Miguel Ángel:
    No sabes cuánto me ha alegrado leer tu artículo de hoy, porque describes de manera muy real un tema con el que yo soy especialmente sensible, y del que he hablado infinitas veces con mi pareja y con los compañeros y compañeras del colegio.
    Como directora y secretaria de un centro de educación de adultos, hay ocasiones en las que debo acercarme a la sucursal bancaria para realizar gestiones económicas; en estas ocasiones soy testigo de la falta de sensibilidad de la “banca” hacia nuestros mayores: para poner su cartilla al día deben usar el cajero, para sacar dinero después de las once deben usar la tarjeta…y desde la pandemia, además, deben esperar fuera del banco porque solo puede haber dentro un cliente por empleado. Y siento vergüenza ajena por el trato que reciben esas personas que han ayudado a crecer a todos esos oficinistas que ahora los tratan de manera tan INHUMANA (ese es el calificativo que yo les pongo).

    Ni que decir tiene que presto ayuda personal a esos abuelitos y abuelitas cuando no saben utilizar el cajero, pero esa no es la cuestión; de pequeña me enseñaron que a las personas mayores hay que dispensarles el trato que se merecen (por ejemplo, cediendo nuestro asiento en el autobús) y era algo que hacíamos y veíamos hacer a los demás.
    Las personas que gestionan “tan fríamente” aspectos que afectan a todos los colectivos de personas (jóvenes, adultos, mayores, ancianos, personas dependientes entre otros) quizás debieran profundizar acerca del término “EMPATIZAR”.

    Desde nuestro centro, en el que estamos muy sensibilizados con el tema del que tú nos hablas hoy, queremos poner nuestro granito de arena acerca de este tema, y para ello, hemos implantado este curso escolar 2021-22 un nuevo Plan Educativo que hemos denominado TIC-PHONE para enseñar a nuestro alumnado de mayor edad el manejo de los móviles, de manera que puedan aprender al menos las cositas más básicas que necesitan en su día a día para no tener que depender de sus hijos y nietos. Así mismo, hemos reformulado la programación del Plan Educativo de TIC de manera que podamos enseñar a nuestros mayores el manejo de internet para realizar gestiones como solicitar cita médica, realizar trámites en el ayuntamiento, pedir cita para renovar DNI, et.

    Es nuestra modesta aportación para intentar mejorar la vida de nuestros abuelos y abuelas, que se merecen no solo eso, sino todo el respeto, reconocimiento y cariño de aquellos que, con suerte, se verán como ellos.
    Como siempre, muchas gracias por tu artículo y un beso grande para toda la familia.
    Mª Ángeles Peláez

    • Querida María Ángeles:
      Qué estupendo comentario.
      Gracias, querida amiga.
      En primer lugar por la sensibilidad que muestras hacia las personas mayores, tan vulnerables en algunas situaciones sociales.
      En segundo lugar por las soluciones que aportas. No haces solamente una denuncia sino que propones la forma de ayudarlos.
      En tercer lugar, por tu cercanía emocional y por tu diligencia en ayudar generosamente a las personas que, como dices, han hecho posible que los banqueros estén en sus puestos de trabajo.
      Besos para ti y los tuyos.
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  4. Estimado Miguel Ángel.

    El artículo de esta semana nos lleva a la reflexión sobre los intereses reales de la banca que “vende, presta, maneja, atesora, invierte…” el dinero de todos los ciudadanos y que no es otro que su propio beneficio contabilizado en Euros y que se debe superar cada año para ser más competitivo en el mercado.

    Por otro lado, las dificultades que tienen las personas mayores para realizar trámites en el banco y en general el resto de la población nos plantea una cuestión ética de hasta qué punto es adecuado y conveniente atender con máquinas (cajeros, móviles o computadoras) asuntos tan importantes y necesarios como tu dinero y tus ahorros. A los empleados de banca se les exige desde la Dirección de las sucursales que no hagan ningún trámite en ventanilla que no pueda hacer el propio cliente por internet por eso la respuesta es la misma. Por otro lado, los clientes no queremos cometer errores en nuestras gestiones tratándose de cuestiones monetarias importantes. Y ahí está el problema, pues una mayoría de clientes de banca desconocen el funcionamiento de las aplicaciones de la banca online y esto se complica mucho más cuando los clientes son personas mayores. Estos últimos se sienten desamparados y desatendidos porque no conocen el funcionamiento de cajeros, aplicaciones y en muchos casos tampoco tienen a nadie que les ayude.

    Conozco bien el trabajo de los bancos pues mi hermano es Director de una oficina de la Serranía de Ronda y me cuenta que el siempre prefiere ayudar personalmente a las personas mayores a sus gestiones antes que dejarlos solos frente a un cajero (aunque eso le lleve mucho tiempo que debe dedicar por las tardes…) Él ya ha vivido muchas situaciones en las que estas personas mayores se han enfandado mucho por su desconocimiento e incapacidad de actuación frente a los cajeros al no poder realizar gestiones básicas y sencillas y por su puesto, no la pagan con la política que tiene el banco de no querer atender personalmente sino con mi hermano.

    Hablas de robo de tiempo de las personas en las esperas para los cajeros de los pueblos donde las sucursales están cerradas. También este robo la Banca la tiene con sus empleados porque deben estar disponibles y realizar gestiones con clientes en horarios de tardes cualquier día y fines de semana inclusive. Por no hablar del robo de dinero que la banca nos hace en comisiones cada tres meses simplemente por tener una cuenta abierta (comisión de apertura y cierre), comisión por tener una tarjeta de débito (cada 3 meses) comisión por tener una libreta (cada 6 meses), comisión por tener en la cuenta menos de 5 facturas domiciliadas, por tener una hipoteca, comisión de apertura y cancelación… Una locura. Tienen que robar cada vez más a sus clientes con más comisiones porque cada año tienen que aumentar más los beneficios. Una vergüenza. Que entran ganas de sacar todo tu dinero y guardarlo en tu casa para evitar estas comisiones… pero ahora tampoco te lo permite el Estado.

    La Banca siempre gana. Como las eléctricas, las empresas de telefonía y otras muchas empresas… Lo que está claro es que pierden siempre los ciudadanos… y las personas mayores mucho más.

    Para terminar, te cuento que mi suegra, que tiene 74 años, vive en un pueblo de 600 habitantes y está indignada por el trato que la única sucursal de su localidad le da. Todos los trámites por cajero automático y muchas operaciones no sábe cómo hacerlas… está siempre esperando que sus hijas les ayuden y es una vergüenza. Igual que ella son muchos las personas mayores que viven allí y están en la misma situación.

    Sin más me despido de mi rinconcito de la Serranía de Ronda.
    Gracias por hacernos llegar con ilusión casa sábado a tu maravilloso blog.
    Un fuerte abrazo.
    Fdo. Juan Francisco

    • Querido Juan Francisco, querido maestro, querido rondeño:
      Qué interesante comentario.
      Va más allá de lo que planteo en el artículo.
      Muy claro, oportuno y valiente tu posición crítica hacia la banca.
      Es interesante la visión que aportas desde dentro. Efectivamente, los empleados que dan la cara al público no suelen ser los responsables de las decisiones.
      El beneficio está presidido por la codicia y eso deteriora la atención a los clientes.
      Qué verdad la cuestión de las comisiones. Cobran por todo. Hasta porque les dejemos nuestro dinero.
      Un gran abrazo.
      Muchas gxracias.
      MÁS

  5. Querido Maestro:
    El artículo de hoy me destroza el alma.
    Los bancos son demoledores bombas para las personas mayores y algunas no tan mayores que carecen de conocimientos informáticos.
    Auténticas alimañas que solo ven el negocio rentable para ellos sin tener una pizca de empatia con el cliente mayor.
    La falta de humanidad sobrepasa todos los límites admitidos.
    Siempre le cuento mi caso por una sencilla razón, es el que mejor conozco.
    Yo tenía una cuenta a plazo fijo como se hacía antes durante bastantes años y un día sin venir a cuento me empiezan a quitar dinero de la misma sin ningún motivo aparente.
    Menos mal que yo siempre he estado muy pendiente de mis cosas.
    En mi caso el director me estaba haciendo una estafa.
    Tomé rápidamente una decisión acertada sacar mi dinero de la cuenta.
    Perdí algo de dinero pero menos mal que estuve acertada y reconocí pronto el engaño.
    Desde entonces la credibilidad de los bancos la pongo entre comillas.
    En cuanto a las lecturas recomendadas voy a hacer mención a un libro que me acaban de regalar.
    “El humor de mi vida”, autora Paz Padilla.
    Esta mujer ha tenido que afrontar en cuestión de meses la perdida de dos personas irremplazables su madre y el amor de su vida, Antonio.
    El amor y el humor lo mezcla para entender la vida y la muerte.
    He empezado a leerlo le comentaré mi percepción cuando lo termine.
    Solo diré que hay personas que me quieren mucho y ponen a mi alcance todo lo que está en su mano para que encuentre el camino y me sienta feliz.
    Por último le diré que todos tenemos que aportar nuestra ayuda para que se desenmascare la gestión nefasta de los bancos.
    Y ya sin más me despido con un cordial abrazo para todos.
    Que la semana os sea leve!
    Besos.

    • Querida Loly:
      Pues vaya faena la de ese banco. En lugar de mejorar tu situación económica, te roba. Eso ya es escandaloso. Deberías haberlo denunciado.
      Pero hay pequeños robos que apenas si se notan. Pequeñas comisiones que casi pasan inadvertidas.
      Y otras que son a todas luces exageradas e injustas. Un justificante del banco (un cheque bancario) para acreditar el dinero que tenía una amigo para comprar un piso le costaba 800 euros. Es decir, que acreditar que tenían su dinero le costaba casi mil euros.Un atropello.
      Y del trato a los mayores, qué decir. Los más vulnerables siempre la acaban pagando.
      Besos.
      Gracias.
      MÁs+
      PD: Ya nos dirás qué te parece el libro.

      • Pues sí Miguel Ángel!
        Me robó!
        Pero de esto ya hace 12 años.
        Yo no estaba preparada para hacer frente a un monstruo grande y poderoso como era la antigua Caja San Fernando.
        Lo increíble fué que me diera cuenta y poder sacar el resto del dinero.
        Actué rápido y pude resolverlo lo más acertado posible.
        Pero como dices la codicia se apropia del corazón de la gente y destruye todo lo que encuentra a su paso.
        Y hoy en día sigo inmersa en cuestiones familiares dónde el egoismo, la avaricia, el engaño, la crueldad, la sin razón, destruyen todo lo que hay de bonito en las relaciones personales.
        Una pena querido amigo, que llevo en el corazón y me atraviesa el alma.
        !Ya les contaré mis opiniones sobre el libro, sin ninguna duda!
        Me iré unos días de vacaciones pero prometo seguir leyendo y escribiendo en el blog, por si mis pensamientos y palabras le sirven y ayudan a alguien.
        Besos y buenas noches.

        • Querida Loly:
          Pues menos mal que te diste cuenta.
          Es terrible pensar que aquellos a quienes les entregas tu dinero para que te lo guarden sean quienes te roban. Es un abuso de confianza indígnante. Habría que denunciarlos.
          También es triste lo que te pasa en el seno de tu familia. Porque esas personas son las que debían cuidarte, protegerte y quererte.
          Hay que ser caminar sin descanso hacia la felicidad.
          Besos.
          Mucho ánimo.
          Y gracias por compartir tu experiencia.
          MÁS

  6. Por favor, no hace falta decir “ancianos y ancianas”. El español es suficientemente rico para no tener que repetir términos innecesarios que acaban dificultando la lectura…

    • Querida María Elena:
      Me sorprende que una mujer se posicione a favor del lenguaje sexista.
      Por qué el genérico para hablar de ancianos y ancianas no es el femenino? ¿Crees que es por casualidad?
      El uso del lenguaje no es inocente.
      Claro que el castellano es rico, pero también es sexista.
      Lo que no nombra no existe.
      No olvides que fueron hombres quienes dictaron las reglas de la sintaxis, de la gramática y de la semántica.
      Te remito a otro artículo del blog que se titula Machismo lingüístico.
      Sí, el lenguaje se hace farragoso, pero creo que cuando chocan una regla lingüística y una ética, debe prevalecer la de carácter ético.
      Bueno, gracias por leerme y por manifestar tu opinión, aunque no la comparta.
      Besos.
      MAS

  7. Hola Miguel Ángel. Hoy no vas de Santos sino dando Guerra… 😉
    Sirva este juego de palabras para recordar, como haces con frecuencia, cómo los poderosos y los poderes pisotean a los ciudadanos de a pie… El otro día hacías referencia a los seguros, y yo te recordaba a las empresas de telefonía, hoy a los bancos, y qué decir de las eléctricas!!! Si mucho abuso… Todas estas entidades son de carácter privado y buscan ganar dinero. Pero más preocupante es cuando la opresión y el abuso viene desde los poderes públicos. Narras con el apoyo en el artículo de Pérez Reverte las peripecias que viven los ancianos para sacar dinero. Pero supongo que también sabrás de los laberintos en los que nos meten las administraciones públicas para realizar cualquier tipo de trámite. Hoy en día con el teletrabajo nos instan a que los realicemos on line. Para ello es preciso disponer de algún tipo de certificado digital o disponer de app apropiadas… Dicho sea de paso resulta contradictorio que un o una docente pueda estar encerrado en un aula con 25 niños y niñas, cada uno conviviendo con sus familias y que vayas a una oficina en donde hay distancia de sobra y la mitad del personal esté en su casa teletrabajando…

    Ya ves me voy de la playa en pie de guerra… Pero no te preocupes que a partir del 10 de septiembre intentaré ser un santo. Hoy último día de sombrilla, toca la vuelta al cole con las pilas cargadas. La semana que viene ya te leeré desde casa.

    Un nuevo curso se avecina, el 32, y con las mismas ganas de siempre. Pero eso es otra historia que seguro tratarás próximamente…

    Un abrazo.

    • Querido Juan Carlos:
      Todo llega. Parece que fue ayer cuando te sentaste debajo de la sombrilla.
      No deberíamos aceptar que la codicia esté por encima de la solidaridad.
      Me alegra saber que vas a por el 32 con el ánimo renovado.Es magnífico ver cómo hay profesionales a los que los años no lesmerosionan las ilusiones sino que se las acrecientan… Qué suerte para sus alumnos y alumnas.
      Sí, ya tengo preparado el artículo de la bienvenida al nuevo curso para el próximo sábado.
      Muchas gracias por estar siempre ahí, dentro o fuera de la sombrilla.
      Un gran abrazo.
      Y gracias.
      MÁS
      PD: Me acabo de enterar que los artículos que publico el sábado en La Opinión, aparecen el domingo en el periódico Información de Alicante, que es de la misma cabecera.

  8. Los bancos no te regalan nada. Te cobran hasta el papel de la información que te envían.
    Hay comisiones por todo: por hacer transferencias, por sacar dinero, por prestar dinero, por usar tarjetas…
    Creo que de muchas actividades fraudulentas ni nos enteramos.
    Deberíamos estar más vigilantes. Y ser más enérgicos en la defensa de los derechos.
    Gracias.

    • Estimado Javier:
      No sé quién me contó la historia de una persona que en la caja de un banco colocó un euro.
      El cajero le preguntó qué significaba esa moneda.
      Y el cliente dijo:
      – Es que me han dicho que dinero llama a dinero,
      – Sí, pero lo más a lo menos, contestó el cajero y se quedó con el euro.
      Alguna vez escribí sobre el efecto Mateo. A ese texto me remito. Se titula Contra el efecto Mateo.
      No es fácil luchar contra los que más tienen o más pueden, pero es un deber practicar la valentía çívica, que es una virtud democrática que nos hace ir a causas que de antemano sabemos que son casi imposibles..
      Un saludo y gracias por leer y escribir.
      MÁS

  9. Estimado Miguel Ángel:
    Siempre tan sentidas y empáticas sus publicaciones en el Blog.
    Muchas veces me pregunto ¿Qué hemos aprendido de esta gran crisis que vivimos como humanidad, con el Covid 19?, ¿creció el individualismo, indiferencia, y egoísmo?, ¿o, por fin, entendimos que necesitamos actuar como comunidad?. Me gustaría ser optimista y pensar que estamos caminando hacia la segunda opción.
    Algunos tenemos “la voz” para denunciar estas injusticias, defender derechos vulnerados y ampliar miradas. Gracias por alzar su voz en este espacio.
    Saludos y hasta la próxima publicación en el Blog.
    Fabiana.

    • Querida Fabiana:
      Creo que tendremos que aprender que sin solidaridad no podemos salvarnos.
      Si los países pobres nos pueden vacunar a sus ciudadanos, volveremos contagiarnos todos.
      La pandemia nos ha enseñado que o nos salvamos todos o no se salva nadie.
      No tendremos más remedios que salvarnos juntos.
      Gracias a ti por leerme y por escribir.
      Besos.
      MÁS

  10. Hola profesor!!
    Ya le he escrito en algunas oportunidades. Soy de Buenos Aires, Argentina.
    Quisiera saber si es posible que pueda encontrarme con usted en la Universidad o donde me diga, ya que el 2 de septiembre llego a Málaga y estaré por varios días.
    El año que viene tenemos pensado emigrar hacia Málaga y quería hacerle algunas consultas sobre Máster o Especializaciones.
    Gracias por leerme!!!
    María Rosa

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