Habitar el presente

13 Feb

Quiero compartir con mis lectores una sensación que se va haciendo cada día más nítida y más intensa. Una sensación que puede ser una trampa. Estoy viviendo la vida como si estuviera en pausa. La vida no se detiene, pero las severas restricciones (confinamiento perimetral, cierre de comercios y restaurantes, uso de mascarillas, mantenimiento de distancia, permanencia en casa…) nos llevan a sentir, peligrosamente, que estamos viviendo a medio gas.

Me centraré en una parcela de mi vida, la relacionada con los viajes. Hay muchas más, claro.  No me subo a un avión desde hace casi un año. Llevo lustros haciendo más de cien vuelos anuales, de abril a marzo, que son las fechas en las que IBERIA renueva sus tarjetas (he tenido siempre Oro y alguna vez Platino). Todas las actividades que tenía programadas, en España y en el extranjero, o se han suprimido o se han realizado on line.  

Casi un año sin moverme de casa para realizar una actividad formativa. Ni compra de billetes de avión, ni paso por aeropuertos,  ni vuelos de avión, ni encuentro con amigos, ni contacto directo con docentes, directivos o supervisores, ministros… Ni un abrazo sentido, ni una firma de un libro, ni una foto con la audiencia, ni una noche de hotel, ni una comida con los organizadores…

Además, la situación se está  prolongando  de una manera casi desesperante. Tengo dos pasajes aplazados (uno a Colombia y otro a Argentina) que no sé si, al fin, podrán aprovecharse. 

  • Bueno, para mayo, decíamos en marzo de 2020… 

Y hemos ido diciendo luego: para  junio, para agosto, para noviembre, para enero de 2021, para junio, para octubre… ¿Hasta cuando? La decepción se está adueñando de la vida. Hay una esperanza puesta en la vacuna, pero la lentitud en la administración y la incertidumbre por su llegada a todos los países, mantienen el poso de inseguridad.

Los aplazamientos se suceden sin que se vea en el horizonte una fecha viable para realizar un viaje alejado de temores.

No es igual una actividad presencial que otra on line. No es igual hablar a una pantalla que dirigirse a unas personas de las que puedes ver la mirada, la sonrisa y la postura. No es igual un encuentro físico que un encuentro virtual. 

Echo de menos el ajetreo que conlleva esa secuencia compleja que parte del acuerdo y los preparativos, pasa por el viaje, la realización de las actividades, el regreso a casa y  que concluye con la gestión de nuevas iniciativas  y  la acumulación de numerosos recuerdos.

Y luego están los incidentes que, cuando están en su punto álgido te agobian y luego te hacen sonreír: la pérdida, la anulación o el desvío de un vuelo, el ser tomado por un deportado que viaja con la escolta de dos policías en el aeropuerto de Buenos Aires, el tener que tomar un taxi aéreo desde Sucre a Santa Cruz para no perder una cadena de vuelos, el despiste de quienes tenían que esperarte en el aeropuerto, el desvanecimiento en pleno vuelo por una lipotimia, la interrupción de una conferencia en Salto por un vértigo periférico, el conocimiento del cambio de título al entrar en la sala donde vas a pronunciar una conferencia en Guadalajara, el fallo de la megafonía en una actividad con cinco mil  docentes en Tucumán…

La nueva situación tiene también algunas ventajas. Carla ya no me tiene que repetir lo que me dijo, cuando tenía ocho años, antes de partir para un viaje a Chile:

  • Papá, tus viajes me van a arruinar la vida…

Todo ha cambiado. Ahora le digo a Lourdes, mi mujer, mientras bajo los quince peldaños de la escalera que me sitúan ante el ordenador desde el que voy a impartir una conferencia:

– Me voy a México, me voy a Uruguay, me voy a Argentina…

A las dos horas, regreso, subiendo las escaleras por las que había bajado. 

– Ya estoy de vuelta, digo.

Pero, claro, ni la actividad ni el viaje, ni las vivencias han sido lo mismo. Porque ha faltado el largo desplazamiento, la presencia, la cercanía emocional, el encuentro presencial.

Nunca hubiera podido imaginar que los efectos de una pandemia sobre la vida en el planeta y sobre mi vida, en concreto, fueran tan contundentes.

Ahora veo toda la riqueza que encierran para mí los viajes. El encentro con tantos docentes esforzados, que recorren muchos kilómetros par acudir al evento, que pagan un dinero que no tienen y que se esfuerzan por seguir en la brecha, formándose sin cesar. Es cierto que cansan los vuelos de trece horas, los viajes de más de mil kilómetros por carretera, las sesiones diarias de diez horas de trabajo, la falta de descanso, la preparación de las actividades, la atención a las demandas posteriores a las actividades, que siempre son muchas.

Pero no sé si esta sensación de pausa es sana psicológicamente. Porque me hace vivir la vida con sordina, como si hubiese que vivir añorando lo que tenía o esperando que se reanude lo que hubo. Una amiga con quien he compartido la sensación que me invadía, me ha enviado este pensamiento de la ilustradora Pedrita Parker: “La vida empieza cuando dejas de esperar y esperas el máximo del momento en el que estás”.

Y he pensado que tiene razón. He pensado que la plenitud está en vivir, como indica la locución latina, hic et nunc, aquí y ahora. Es decir, en este espacio y este momento. Esa es la plenitud.

La expresión hic et nunc es un concepto esencial en el enfoque guestáltico, que subraya la importancia  del habitar en el aquí (espacio) y en el ahora (tiempo), pues es donde residimos y podemos transformarnos, tomar contacto con nuestras sensaciones y darnos cuenta del contenido de nuestros sentimientos y de nuestras relaciones.

Es en el presente donde tenemos la posibilidad de vivirnos en plenitud, de darnos cuenta de qué hacemos, cómo lo hacemos y para qué. El poder reside en este espacio presente, aquí, y en este ahora en el que nos encontramos con nosotros mismos, con el otro, con nuestra vida. Habitar el presente parece fácil, pero conlleva un entrenamiento ya que nuestra tendencia como personas es la de irnos hacia el pasado o hacia el futuro, escapando con asombrosa facilidad de nuestro presente, que es lo que tenemos. 

 Cuando nos vamos hacia el futuro, pensando lo que tenemos que hacer, en nuestra lista de pendientes, anticipándonos a lo que creemos que nos va a pasar, a cómo va a responder tal o cual persona, le damos vida a una serie de hipotéticas realidades… Cuando nos vamos hacia el pasado, recordando situaciones que no “resolvimos a nuestro gusto”, trayendo a la mente materias inconclusas de nuestra vida, lo que dejamos pasar por diferentes motivos en el camino, lo que callamos o hablamos de más, propiciamos la aparición del resentimiento, la queja, la angustia, emociones que nos intoxican, perdiendo también el contacto con nuestras actuales potencias y nuestra capacidad de aprendizaje.

Es aquí donde está la vida. Es ahora cuando la podemos vivir. Hic et nunc. Ahí está la clave. Las  actitudes que hacen hincapié en “era feliz cuando…“ o ”sería feliz si…” nos alejan de la plenitud del presente. Lo expresa con brevedad y contundencia el  poeta romano Horacio en sus Odas: Carpe diem.

24 respuestas a «Habitar el presente»

  1. Buenas Magíster!
    Muy buena reflexión y toque de atención. Gracias. Somos espacio- tiempo que vivimos más en el pasado y futuro que en el presente.
    Es verdad, no es fácil vivir el aquí y ahora y lo tenemos que aprender. En esto estamos.
    He sentido cierta tristeza al comprobar que nuestro Marco Polo pedagógico no pueda compartir tantas vivencias, y no especialmente por tí, que también, sino por las miles de personas que se pierden verte y sentir momentos especiales que marcan nuestras vidas. Seguiremos esperándote!
    Si para algunos adolescentes y jóvenes la vida es lo que ocurre de viernes a domingo, con la pandemia me parece que estoy en el lunes o como mucho en el martes. Yo también siento que somos vitales y No virtuales pero hoy nos das un buen toque de atención: También hay vida los lunes, hoy, ahora!
    Gracias.
    Una consulta, los viales on line también tienen tarjeta zoom platino o Meet oro?
    Porque llevarás unas cuantas….
    Algún día recordarás la escalera que baja y cruza el Atlántico en unos segundos…pero te necesitamos cerca. Es hora ya de estar cerca.
    Un fortísimo abrazo de familia a familia.
    Aquí y ahora

    • Querido tocayo, querida Gema:
      Yo también me desayuno cada sábado con tu sabroso comentario.
      Da gusto.
      La verdad es que comencé a escribir el artículo con una sensación diferente a la sensación con la que lo terminé. Porque la añoranza de lo vivido, pensé, me puede enturbiar el presente. Porque el anhelo por recuperar lo perdido, me puede sacar de lo que estoy viviendo.
      He tenido experiencias preciosas en las muchas conferencias online que he tenido en diferentes países.
      En efecto esa escalera que sustituye al avión me está llevando muy lejos.
      Eso es lo que hay.
      Todo ello no quita para que tengamos que hacer lo posible para salir de esta crisis que daña la salud, la economía y el ánimo. Habitar el presente no significa para mí conformismo y pasividad. También pienso que la presencia y el abrazo no pueden ser sustituidos por la pantalla.
      Y en la vida familiar me está permitiendo una estabilidad de semanas y meses de presencia que nunca había tenido. ¿Por qué no sacarle partido a esa plenitud?
      HIC ET NUNC. Quise titular así, pero me disuadió el temor de que algunos lectores y lectoras no conociesen la locución latina. La primera exigencia del escritor es hacerse inteligible.
      Un gran abrazo para tu querida (para ti y para mí) familia. De nosotros cuatro (incluyo a Miluca).
      Y gracias, amigo.
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  2. Hola, Miguel Ángel. La verdad que no creía ni te imaginaba tan encerrado. Todo ha cambiado con este virus: a ti te ha dejado en casa, te ha impedido cobrar lo que corresponde por tus magníficos artículos en la Opinión de Málaga y de los que nosotros nos enriquecemos y disfrutamos. Todas las relaciones han cambiado. No me extraña que a la mínima, aunque muy inconscientemente, la gente salte a la calle, a fiestas y a cualquier actividad de escape.
    Personalmente, menos los fines de semana, salgo con mi esposa a dar un paseo por lugares poco frecuentados o cojo la bici para evadirme un rato. Cuando vienen los hijos, con mascarilla, sin abrazos y poco tiempo en general. En fin, el mundo al revés.
    Como me dijiste la semana pasada, todo esto pasará y quedará como un mal recuerdo. Bueno, deseo para todos que así sea. La vida siempre tiene alicientes para ser vivida.
    Un abrazo para ti y familia y saludos a todos.

    • Querido Joaquín:
      Es un tiempo excepcional. Corremos el peligro de vivir la vida entre paréntesis, como de forma provisional, anhelando lo que teníamos y esperando la recuperación de la llamada normalidad.
      Eso hace que no vivamos plenamente la realidad.
      Huimos del presente hacia atrás y hacia adelante.
      Ya sé que el presente tiene limitaciones, como esas de las que me hablas. Hay que vivir con ellas y valorar el hecho de seguir vivos y sanos. Hay que hacer mejor el presente porque ahí está la semilla de la transformación.
      Un abrazo.
      Y mi gratitud.
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  3. Querido Maestro!
    Hoy he sentido en su comentario un pensamiento nostálgico de una fabulosa vida llevada anteriormente.
    Lo difícil, lo duro, es adaptarse a la pesadilla que estamos viviendo en estos momentos.
    Para mí sería imposible llevar el ritmo de todas las tareas y actividades que llevaba entonces.
    Lo hace porque tiene mucha fuerza interior y de voluntad, las más mágicas las más acertadas, para vivir como uno desea y quiere.
    Ha hablado de una especie de vértigo provocado quizás por la escalofriante manera de disfrutar de la vida que lleva.
    Yo no podría hacerlo, tengo un vértigo crónico diagnosticado y mi aventura diaria es poner un pie en el suelo al levantarme y que no me de vueltas todo.
    Vivo el presente como lo más grande que tengo , como si no hubiera un mañana.
    Me tengo que aferrar a lo poco que tengo pero que me aporta la suficiente energía para seguir viviendo.
    Me gusta viajar, no como los tuyos que son viajes largos, eternos.
    Todo vendrá, hay que tener buenos y sensatos pensamientos y sentimientos.
    Hablar siempre con el corazón nos lleva a tener fe en nuestros deseos y proyectos.
    !Seguro que los suyos saldrán adelante!
    Los míos me los tengo que elaborar día a día, cada vez que veo los rayos de luz por mi ventana , cada vez que oigo los pocos sonidos que puedo escuchar y son los más bellos del mundo, cada vez que siento la cercanía de mis pequeños, cada vez que me pongo una tarea y la puedo realizar.
    Son pequeñas cosas pero para mí me alegran la vida.
    A veces hay que quitar el freno del acelerador y pensar que todo cambio quizás no sea tan malo solo hay que saber manejarse en él.
    Hay que aceptar las cosas como vienen y pensar que el presente es lo que tenemos y hay que aferrarse a el.
    Buena semana y espero que su ánimo se venga arriba cuando mire a su alrededor y vea lo afortunado que es con su increíble familia, que ahora la tiene más cerca que no nunca.
    Sin más me despido con un gran abrazo para todos.
    !Vivir es lo más importante!

    • Querida Loly:
      La vida que lleva cada uno depende de su historia y de sus circunstancias. Es muy diferente la de unos y la de otros. El problema reside en la actitud con la que vivimos lo que nos pasa. El problema no está en el qué sino en el cómo. Hay quien es feliz en los viajes ajetreados y hay quien es feliz en la tranquilidad y el reposo.
      A lo que voy en el artículo es a que hay que vivir el presente, sin que nos distraiga la añoranza de lo que hemos vivido o el anhelo por lo que deseamos tener.
      HIC ET NUNC. Esa es mi propuesta.
      Tú tienes tu vértigo, tienes tus limitaciones, tus nietos… Tienes que disfrutar de tu AQUÍ y tu AHORA. Tienes una larga historia, pero solo dispones del presente.
      Como eres inteligente y sensible sabrás disfrutarlo.
      Besos y gracias.
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  4. Hola MÁSCO POLO.

    Ya me imagino lo que estarás pasando confinado en tu Cala sin poder volar…

    A ti que te gusta el mundo de la cinematografía, también te encanta actuar, o al menos sentirte como un actor cuando cuentas tus anecdotas y chascarrillos, expones tus pensamientos, o nos narras un cuento. Porque cuando uno domina la situación con el discurso y atrae la atención del receptor del mismo, se percibe un momento especial de silencio receptivo o de risas desenfadas. Y es así siempre, a pesar de contar la misma historia una y mil veces, así como lo hacen los actores en escenario tras escenario…

    Claro que no es igual lo virtual que lo presencial. Hay que realizar un gran esfuerzo cuando te encuentras sólo ante una cámara que trasporte tu imagen y tus palabras a mil y un lugar. Pero aún así, aunque las sensaciones no sean las mismas, seguro que también te gustan. Qué más vitual que este blog en donde expones tus reflexiones y se comentan entre los lectores sin ver nuestras caras! Y a pesar de ello sigues después de muchos años (ahora sin cobrar)… ¿Qué tendrá la docencia que a tantos nos atrapa?

    La vida, nuestra vida, se incia con el parto y se termina con el ataud. Y sabemos que la vida continúa, pero ya no es la nuestra, es la de otros. Por ello, en estos tiempos de restricciones, hay que adaptarse a las mismas y sacar el mejor provecho de ello porque el tiempo pasa inexorablemente y no hay vuelta atrás. La situación que vivimos no hay que interpretarla como un paréntesis sino como un punto y seguido. Porque de eso se trata de seguir hacia delante disfrutando del momento ¿Quién sabe lo que ocurrirá mañana?

    El presente es efímero, rápidamente se convierte en pasado. El futuro es incierto, por ello te aconsejo que utilices la forma verbal del gerundio: “viviendo”.

    Aprovecha el sol de este finde que en la costa se disfruta de foram especial. Desde el verano pasado aún no he podido regresar a mi costa, ya la echo de menos un rato a la sombrilla…

    Un abrazo.

    • Querido Juan Carlos:
      Ya es noche cerrada. El día ha sido hermoso en la costa. De tanto sol que Carla se ha ido por primera vez a la playa con dos amigas. Sin sombrilla, claro. Esa sombrilla que ya echas de menos. Querían tomar el sol.
      Sí, esta profesión tiene algo de teatral. Ya hace mucho utilicé esa metáfora en mi libro Entre bastidores.
      No es igual lo que hacía que lo que hago ahora bajando las escaleras.
      No es igual saber que te están escuchando miles de personas sin verlas) que tenerlas delante.
      Lo que he querido decirme y deciros es que creo que no es bueno vivir añorando el pasado o anhelando el futuro.
      Que hay que vivir en ese presente que tu calificas de efímero, porque lo es.
      HIC ET NUNC. Esa es la consigna que me he dado.
      Ingenioso lo de MASCO POLO.
      Cuando me asalta el mono acudo a la consigna.
      Un abrazo.
      Buen domingo.
      Y muchas gracias por el interesante comentario.
      MÁS

  5. Querido Miguel Ángel:

    Este bichito ha venido a nuestras vidas y se empeña en demostrar toda su fortaleza y nuestras debilidades. Y parece que tiene intención de quedarse un buen rato aprovechando ambas cosas. No sé a cuántos de nosotros se va a llevar, pero va a perder. No va a ser mañana, pero va a perder.

    Aquí en Coruña se están realizando pruebas PCR a las personas entre 18 y 60 años. Me han citado para este lunes.

    Como sé que eres una persona muy ocupada, no voy a escribir nada de lo que me hacen pensar tus artículos, nada de lo que me hacen buscar información. Resiliencia, ética, poder, responsabilidad, humor, miedo, ciencia, educación. Política. Cada vez soy más consciente de lo poco que sé de todo. Por mucho que supiese de unas cuestiones concretísimas, seguiría siendo un analfabeto total respecto a todo el conocimiento que hemos creado.

    Yo hablo por mí. Y como dice Quintiliano, el nuestro, yo leo todos los comentarios y de todos aprendo, gracias. A veces escribo contando cosas, tratando de mojarme sobre los temas. Lo hago para ver si los demás comentaristas se contagian un poco. (Acabo de escribir la palabra contagio y he notado un escalofrío en mi cabeza. No está el horno para bollos). Lo que quiero decir es que me gusta leerlos y las repuestas que tu aportas.

    Sobre la responsabilidad, la ética y el poder, yo no me esperaba otra cosa, no me extraña cómo se usa para provecho propio. Siempre ha sido así. Entre personas y entre países. Entre razas. Solo sabemos lo que aflora, y no aflora todo lo que ocurre, porque el poder controla la primavera.

    Todos tenemos poder. En mayor o menor medida, frete a muchos o pocos. Todos experimentamos el poder, utilizándolo frente a los demás o sufriéndolo. Adultos. Jefes. Adinerados. Fuertes. Estudiados. Religiosos. Armados. Cualquier ciudadano de a pie. ¿Lo utilizamos siempre de forma adecuada?

    Sin ser fácil, es más fácil instruir que educar. Estando de acuerdo en que se educa básicamente o primeramente en la familia, y que sin ella en esa responsabilidad la cosa se complica todavía más, no es ni debe ser el único sitio en el que se aprende educación. Al igual que decimos que nunca dejamos de aprender, me parece que nunca dejamos de educarnos siempre que nos movamos en lugares educados y entre gente educada. (Los valores y el ejemplo. La sociedad y la justicia. Lugares específicos para la enseñanza-aprendizaje y lugares de trabajos).

    Perdón, Miguel Ángel. Tenía la intención de no comerte tiempo. La verdad es que si me siento a escribir dos palabras, al final me enrollo. Creo que me gusta pensar en estas cosas, compartirlas y hasta discutirlas.

    Ya lo último. El otro día me tropecé en la tele con una entrevista a Iñaki Gabilondo en un programa de Mamen Mendizábal (Palo y astilla). Siempre me ha gustado mucho este hombre. En el programa contó una anécdota muy bonita con su padre. Contó una lección de responsabilidad que su padre le dio sin abrir la boca. Claro, como todas las lecciones sobre valores debieran ser dadas.

    Un fuerte abrazo, parafraseando a Juan Carlos, MÁSCO POLO virtual, condenado con arresto domiciliario por la maldita COVID-19. Pero va a perder, todos sabemos que va a perder.

    • Querido José Antonio:
      Otra vez por aquí. Y yo que lo celebro.
      Espero que el lunes nos des buenas noticias cuando te hagas la PCR.(Me contaba una amiga que un hijo suyo lloraba porque solo él había dado negativo en las pruebas y él quería ser POSITIVO como los demás…Claro, según sus entendederas era mejor ser positivo que negativo).
      Qué extraña enfermedad:
      – a unos les arrebata la vida,
      – a otros le deja unas secuelas atroces,
      – otros tardan meses en superarla (ayer se le dio el alta a un enfermo después 324 días de hospitalización),
      – otros la superan en 10 días con molestias y medicación,
      – otros sin molestia ni medicación alguna,
      – otros tienen síntomas múltiples,
      – otros no se enteran de que la han pasado sin notar nada…
      Es que hay enfermos, no enfermedades.
      Estoy contigo en que acabaremos superando la crisis, que se está haciendo demasiado larga.
      Tengo la esperanza puesta en las vacunas, pero me está desesperando la lentitud, los contratos opacos, la venta al mejor postor…
      Es de agradecer que, como Quintiliano, te leas articulo y comentarios.
      Por eso creo que son valiosas vuestras aportaciones.
      Claro que es más difícil educar que instruir, porque la educación afecta a más esferas de la personalidad, entre otros motivos.
      Vi la entrevista a Iñaki Gabilondo. También le profeso una gran admiración.
      No. No me comes el tiempo, me lo regalas tú.
      Un gran abrazo.
      Buen domingo (aquí de solecito frente al mar).
      Y gracias, como siempre.
      MÁS

  6. Estimado Maestro Miguel Angel.
    Gracias por el artículo de esta semana. Qué bueno topar temas como el valor del vivir el presente en estos tiempos de pandemia. Sí estoyde acuerdo con sus conclusiones. He oído y concuerdo con lafrase que dice que feliciadad consiste en vivir y disfrutsr los detalles que vivimos a diario.. Jesús tambien transmite esta enseñanza cuando dijo que no vivamos preocupados por el mañana o que perdonemos las ofensas del pasado. Es que en realidad lo único seguro que tenemos es el presente , el pasado ya pasó y el futuro no sabemos si llegará o si las circunstancias del futuro sean mejores que las actuales. Hace un año no hubieramos pensado que ibamos aestar en medio de esta pandemia y quizás nos quejábamos por cosas que ahora no nos parecen tan importantes. Creo que en este presente debemos aprender a disfrutar las posibilidades que estan a nuestro alcance. Si bien no podemos viajar como a Usted y a mi me gusta, podemos compartir más con nuestros familiares, leer y releer muchos libros, escxribir, escuchar música, mirar películos y videos ,en fin encontar lo bueno que cada día nos trae- Y este sentir debemos tambien trasmitirlo a nuestros alumnos y alumnas .Si bien nuestros estudiantes hoy no pueden jugar libremente en el parque o asistir a la escuela, jtien en cambio más tiempo para aprender en casa muchas cosas, compartir más cpn sus hermanos y hermanas y tantas otras cosas más. Gracias Maestro. Vivamos con alegrío este presente, no nos dejemos ganar por las malas noticias que escuchamos a diario y tengamos la esperanza que esto muy pronto pasará y quizás Maestro pueda visitar nuestro país y compartir parte de su saviduría. Un abrazo a la distancia..

    • Querido Eduardo:
      Gracias por tu excelente comentario.
      Cuántas veces nos ha pasado en la vida: seré feliz cuando sea mayor, cuando tenga un trabajo, cuando sea autónomo, cuando me case, cuando tenga hijos, cuando los hijos estén trabajando… Y nunca somos felices disfrutando el presente.
      El peligro se da también cuando miramos para atrás pensando que éramos felices cuando éramos niños, cuando estábamos solteros, cuando no teníamos las preocupaciones de los hijos, cuando podíamos viajar libremente…
      Lo ciero es que solo hay ahora en la vida.
      Claro que siempre podemps esperar que pasen los males que estamos viviendo.
      Por eso espero que en un próximo futuro podamos darnos un abrazo en tu país recordando estas líneas con una sonrisa.
      Un abrazo.
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  7. Buenos días a todo el mundo,

    Interesante artículo como señal de aviso para que no perdamos el rumbo. Pero siento decir, Sr. Guerra y demás contertulios que ratifican tu idea, que no estoy de acuerdo en el planteamiento respecto a vivir HIC ET NUNC. Esta forma de enfocar la vida la entiendo como la más apropiada solo para la época de entre pañales, esa que al inicio de la vida va desde que naces hasta que adquieres pensamiento propio; y además la que va -solo en algunas ocasiones- al final de la vida, cuando el ser humano se repliega en su extrema ancianidad. En el periodo desde la temprana niñez hasta que se es bien mayor, pues, en el ser humano, vivimos el pasado, presente y futuro; por eso, entre otras, nos diferenciamos de los animales.

    Pero NO de igual forma en todas las edades vives presente, pasado y futuro. Va mutando la cantidad de uno y otro que vas usando en el día a día. Conforme va pasando la edad, vives el presente, pero el inicial pensamiento en el futuro va menguando, y a la vez creciendo el recuerdo del pasado. El presente está siempre condicionado, a más joven más condicionado por el futuro; a más mayor, más condicionado por el pasado.

    Somos lo que hemos vivido. Sin el pasado no somos nada, sin el pasado estamos perdidos. Sr. Guerra, sin los sueños que tuviste de niño y joven, cuando pensabas en el futuro, en Grajal de Campos, Provincia de León, hoy estarías probablemente en un bar cerca de la Iglesia de las cinco esquinas, acompañado de algunos de los que iban contigo a la escuela de primaria, viendo pasar las ovejas, y pensando de si llovería o no. Tu pasado, de cuando pensabas en el futuro, te condicionó tu presente.

    Como ya tendréis un dolor de cabeza de escándalo intentado descifrar lo que quiero decir, ya me doy por contento si alguien ha llegado hasta aquí, mejor dejo de elucubrar teorías y me centro en mi presente.

    A mí el pasado me condicionó mucho, mi pasado es el principal motivo de que ahora sea como soy, vivo como vivo, y a pesar de mi ancianidad en años me siento fuerte y joven para seguir soñando. Mi próxima colaboración con la humanidad, esta semana que empieza sembraré cincuenta limoneros, sigo pensando en mi futuro, pero quizá solo porque quiero seguir siendo joven. Mi pasado me hizo ser poco sociable, de joven tuve el sueño de trabajar resolviendo problemas de la gente, estuve muchos años en ello. Llegué a conocer a las personas, muy a fondo, demasiado quizá. A las personas se las conoce de verdad entre problemas, y no tomando cafés y ging tonics (o como se diga) entre risas. Eso me hizo tener una opinión muy negativa del ser humano en general, de su egoísmo, de su individualismo. Claro, hay excepciones, y me aferro a ellas como a oro en paño, “haylos”, escasean, algunos seres extraordinariamente buenos. Cuento todo esto porque, a diferencia del Sr. Guerra, si es que cada uno somos un mundo, es que desde la pandemia vivo mucho mejor, muchísimo más a gusto con el ambiente que me rodea. Tal vez me muera la semana que viene, no quiero decir que deba seguir la pandemia, solo decir cómo me va. Hombre, por supuesto que el bien de la humanidad debe estar por encima del mío propio. Pero la realidad es que ya no me asaltan vecinos ni conocidos para contarme sus problemas de egoísmo en estado puro. Y si me asaltan los espanto diciendo que me duele la garganta y no puedo hablar. O que tengo fiebre y lo mismo he cogido el covid, es maravilloso, salen despavoridos sin cuestionar nada, les animo a que les resolveré hablando de lejos, y nada, ni por estas, huyen, y yo que me quedo diciendo, perfecto, a otro le darán la brasa. Y el placer de no tener las visitas inoportunas en casa, oh, increíble, eso sí que es un valor con mayúsculas.

    Ahora puedo viajar en el bus de mi ciudad, sin miedo, porque lo mío ya era miedo, a que ningún pesado conocido me inoportune con su problema con el vecino. Puedo ir a bares conocidos, esto es maravilloso. A mí me gusta ir a bares conocidos, muchos años sin pisarlos; y si alguna vez lo pisaba, se ve que como soy algo gafe, allí estaba el incordiador de turno que piensa que eres de servicio público para desahogar sus penas.

    Ahora puedo ir por calles conocidas de mi barrio y de mi ciudad de incógnito, me pongo la mascarilla, las gafas de sol, el sombrero o gorra encasquetado hasta las orejas, ando un poco más tieso para que ni por los andares me puedan reconocer, y es que así da gusto, se me cae la baba solo de contarlo. Así me puedo fijar en lo que me rodea sin que me interrumpan. Disfruto del sol, de la calle, de mirar lo que me apetece, de oír lo que me apetece, y todo sin que te interrumpan, si es que esto no tiene precio.

    A modo de ejemplo de cómo saboreo mi entorno, ayer iba más o menos por mitad de la Calle Larios de Málaga, un bar con terraza, gente muy pija sentada, por cierto que pegan unas clavadas en ese bar que vaya. Yo iba paseando con mi chica (mi mujer), me gusta que me acompañe mi chica, sabe respetar mis silencios. Una señora muy pija con un perro muy pequeño y canijo, le dice al camarero.

    – Camarero quiero un té verde con stevia.

    El Camarero, muy vivo de labia y gestos, como son normalmente los camareros malagueños, y se ve que muy sabido, le responde:

    – Mire señora, aquí ponemos el té verde solo, o con leche, o con una rodaja de limón, o con algún pastel o algo de comer salado, lo que usted quiera, pero para comer, estevia no tenemos.

    La Sra.: – Pero si stevia es un endulzante natural.

    El camarero: -Ah. Puso cara de perplejidad, cayó y se fue rápido hacia adentro del bar.

    (P.D. 1.- A Don José Antonio, tú cuenta hombre, no reduzcas, que por extenderte se ve que no pasa nada; al menos yo no he tenido ninguna consecuencia adversa).
    (P.D. 2.- A Sra. o Srta. María José Robles, ya se le empieza a echar de menos por aquí).

    Que tengan un buen día.

    • Estimado Don Quintiliano.
      La discrepancia es solo parcial y me gusta que sea expresada. ¿Cómo negar que en el HIC ET NUNC está plenamente presente el pasado? Somos, en buen medida, lo que fuimos.Estamos amasados por la memoria. El pasado está en el presente porque es una parte decisiva de la vida. Las experiencias, los recuerdos, las relaciones, los lugares, las personas, los problemas, los conflictos, las alegrías… nos han ido haciendo como somos. Y yo creo que no solo no podemos desprendernos de ellos sino que no debemos. Somos nuestro pasado.
      También estoy de acuerdo en que tenemos proyectos, tenemos sueños, tenemos ideales que se proyectan en el futuro. Tú plantas limoneros y yo escribo libros. Porque miramos al futuro.Tú riegas para cosechar y yo leo para poder impartir mejor en el futuro clases y conferencias.
      Lo que me ha hecho pensar de tu comentario es que no es igual el presente (ese HIC el NUNC) en un etapa que en otra. No es igual el HIC ET NUNC en la adolescencia que en la vejez. Porque la adolescencia está mirando hacia el futuro y la vejez está mirando hacia el pasado.
      Mi planteamiento no niega el pasado ni el futuro, ni los menosprecia, ni los elude. Solamente advierto del peligro de no poner todo el énfasis en lo único que tenemos en las manos, que es el AHORA. Pensé que era más sano para mí pensar en lo que tenía en casa que estar añorando viajes y salidas, que era más inteligente disfrutar de la tranquilidad de estar en casa con mi familia que vivir anhelando nuevos proyectos a miles de kilómetros.
      En lo relativo a tu deseo de caminar camuflado, puedo entenderlo porque hay tantas formas de afrontar la realidad como personas hay. Sin embargo, a mi me gusta que la gente me salude y me aborde. Yo disfruto en el encuentro.
      Permíteme poner nombre a la cafetería de la Calle Larios, porque sé de sus clavadas y de sus clientes asiduos. (¿Se llama Lepanto?). No me he detenido allí ni cinco veces en cuarenta años.
      Me adhiero a tus dos postdatas.
      Un cordial saludo.
      Y gracias por el comentario, que siempre es bienvenido.
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      • Querido José Antonio:
        Aunque el comentario es una respuesta a Don Quintiliano, permíteme estas líneas que solo tienen la finalidad de expresarte mi alegría por el resultado de la PCR.
        Y que dures sin contagio hasta la vacuna. Y después y después y después. Y siempre.
        Un abrazo.
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  8. Muchas gracias, amigo Don Quintiliano, por alargar tus escritos, por arrancarme unas risitas mientras te leo, por alegrarme la cara mientras pienso sobre lo que cuentas. Incluso por animarme a que me explaye, aunque no sé si con un poco de maldad por tu parte, pues bien sabes que lo que yo pueda contar no dejan de ser pequeñas tonterías de gente corriente con vidas muy del aquí y ahora.

    Sé que te habrá sorprendido que haya recuperado tu Don, algo que seguramente te habrás ganado por todo lo que llevas ayudado a la gente (aunque no seas muy sociable), por todo lo que llevas plantado, por las riñas cariñosas, o aunque nada más sea por los años que llevas vividos. Te corresponde.

    Pero, por favor, a mí retíramelo porque no cumplo ninguno de los requisitos que expongo para ti. No me identifico, no me veo, no soy yo. Si quieres lo de Sr. Lema, vale. En la escuela, cuando había disciplina y formas serias, nos llamaban siempre por el apellido. Ahora, que el maestro es un amigo emocionalmente cercano, todo el mundo se tutea y utilizan los nombres tanto de maestro a alumnos como de alumnos a maestro. Siempre puede haber excepciones y utilizar el apellido para el profesor, pero nada de Don. Yo, que soy de la vieja escuela, la seria, lo del apellido no me choca.

    Bueno, aprovechando que ando por aquí para decirte lo que acabo de decirte, debería aportar algo al tema de la semana del Sr. Guerra (¿Te has fijado de cuántas maneras distintas nos dirigimos a Miguel Ángel los comentaristas? Desde luego se nota en qué continente está la gente más respetuosa y educada). No quiero que se ponga celoso contigo, aunque entre dos malagueños ilustres y de vuestra edad, la de mi madre, no debería haber cabida para los celos, pero, como tú dices, el conocimiento del ser humano, mira, yo no me la juego.

    Aquí y ahora. Bien, respiramos aliviados. Prueba PCR superada. España, en cuanto a la COVID -19, progresa adecuadamente. El carnaval se va, pero solo afecta a cuatro. Creo que estamos en disposición de ir pensando en salvar la semana santa, que esa es de todos, y darles chollo a los hospitales para que no pierdan ritmo y clientela hacia el verano. Los jueces están de acuerdo, y no hay nadie más digno, serio y sabio que un juez. Nada que ver con los epidemiólogos. Los curas dicen que no vamos a misa y culpan al gobierno. La Sra. Cifuentes es inocente y promete volver a la universidad. El rapero no quiere asumir su responsabilidad y se atrinchera en la universidad de Cifuentes.

    Cataluña 1 – España 1. Pero no hay problema, VOX ya está allí al rescate.

    Un abrazo a todos y todas. No os creáis todo lo que leéis. Por lo menos en lo que a mí respecta. Mis Cifuentes no son fiables. Además, soy un poco miope, y siempre contamos las cosas bajo nuestro punto de vista.

  9. Muchas gracias Miguel Ángel porque tus reflexiones semanales nos hacen vivir en el “aquí y ahora” y no olvidarnos de lo que está pasando, para vivir el presente valorando al máximo cada día . “¿Amas la vida? Pues si amas la vida no malgastes el tiempo, porque el tiempo es el bien del que está hecha la vida”.(Benjamin Franklin)

    La línea del tiempo marcada por el pasado, el presente y el futuro, una línea que muchos hemos soñado con atravesar y viajar a través del tiempo, de un agujero de gusano para ¡quién sabe, si poder cambiar cosas de nuestro pasado! ¿Qué cambiarías si volvieras a nacer?, es la pregunta qué le hago a mi alumnado y me emocionan muchas de sus respuestas, comparto una de ellas “Me gustaría volver a ser bebé y empezar de nuevo” ¿Cómo tan jóvenes ya no viven el presente, les duele el pasado y sueñan con un futuro que les permita salir de su tristeza?.

    He creado historias con mi alumnado y hemos imaginado estar en el futuro, en el año 3980, para poder ver el presente como parte del pasado ¿Cómo vivimos en año 3980? ¿Cómo se aprende?…sorprendente sus respuestas y mensajes ( Comparto la historia y sus repuestas Episodio 2 https://reguemosraicesdeandalucia.blogspot.com/p/todo-tiene-una-historia.html) Son escalofriantes. porque en su mayoría, consideran que nos habremos extinguido “Catástrofes naturales, glaciaciones, calentamiento global, contaminación, pérdida de la capa de ozono, una tercera guerra mundial con armas destructivas, meteoritos que se estrellan en nuestro planeta… propiciarán una civilización menos avanzada, …lo que no pudieron ni imaginar es la llegada de un virus letal. Después de jugar y reflexionar, la pregunta es evidente ¿Qué cambiaríamos al volver al presente? Valorar lo que tenemos y ser agradecidos con las personas de nuestro entorno que nos respetan, y nos ayudan a ser, sentir y estar.

    Los griegos tenían dos palabras para definir el tiempo, una era KRONOS y otra KAIROS. Kronos representa el tiempo cronológico, y Kairos representa el tiempo de calidad, representa un lapso indeterminado en el que algo importante sucede. Su significado literal es «momento adecuado u oportuno» ¿Somos conscientes de esos momentos, o a veces se nos escapan sin disfrutarlos?

    Durante esta pandemia yo también añoro, y observo que identidades auténticas y reales se han convertido en virtuales y superficiales. La importancia del contacto, de las miradas ha generado un individualismo. He conocido brillantes personas que me han aportado mucho cuando he asistido a sus cursos, pero que la pantalla no les ha permitido compartir su esencia , su pasión y humanidad.

    Estoy convencido Miguel Ángel, que tú atraviesas esa pantalla.Recuerdo la primera vez que te escuché y no pude parpadear, por lo qué cuentas, por cómo lo cuentas y especialmente por tu implicación y conciencia social. También recuerdo la última vez que fui a escucharte, a aprender… (un año antes de la pandemia) y me trasladaste de nuevo a mi infancia, cuando se mira con el corazón, y los ojos brillan con la misma intensidad que se tenía cuando creías en el poder de la magia.

    La frase de Pedrita Parker “La vida empieza cuando dejas de esperar y esperas al máximo del momento en el que estás, me traslada al cuento del “ El Buscador “ de Jorge Bucay: “Un buscador es alguien que busca; no necesariamente alguien que encuentra.
    Tampoco es alguien que, necesariamente, sabe qué es lo que está buscando. Es simplemente alguien para quien su vida es una búsqueda” y la búsqueda permite que encuentres.

    “Conforme va pasando la edad, vives el presente, pero el inicial pensamiento en el futuro va menguando, y a la vez creciendo el recuerdo del pasado. El presente está siempre condicionado, a más joven más condicionado por el futuro; a más mayor, más condicionado por el pasado “ (Don Quintiliano). Comparto la idea y te doy las gracias siempre por tus reflexiones.

    El problema del presente son las Esperas, “Desde pequeños nos convencemos a nosotros mismos que la vida después será mejor …de esta forma la vida pasa delante de tus ojos esperando el tren de la felicidad que nunca llega…me arrepiento de no haber vivido más intensamente cada uno de los momentos…me perdí muchos momentos por no saber reconocerlos…he aprendido que la felicidad no llega cuando conseguimos lo que deseamos sino cuando sabemos disfrutar de lo que tenemos , no soñando con el mañana sino viviendo el hoy…Atesora cada momento de tu vida y recuerda que el tiempo no espera por nadie”(Cortometraje de Ismael Curbelo: https://www.youtube.com/watch?v=mB4ItrJIdig

    PD. Me alegra ver de nuevo a José Antonio y que el resultado haya sido negativo
    PD. Gracias D. Quintiliano.

    • Querida María José:
      Te esperaba. Y ya ves que también Don Quintiliano echaba de menos tu comentario dominical. No es casualidad.
      Porque tú siempre aportas, enriqueces, emocionas.
      No conocía el cortometraje de Ismael Curbelo. Refleja muy bien, en un escenario tan relacionado con el tiempo como un cementerio, esa tentación de no centrarse en el presente para sacarle jugo a la vida.Esa huida por ambos costados del tiempo: el pasado y el futuro. Sin que eso signifique que no los aprovechemos para potenciar y enriquecer el presente.
      Un artículo es un espacio limitado por definición. Quiero decir que no da para todo. Me ha parecido muy sugerente la distinción, que conocía, entre KRONOS Y KAIROS. También me hubiera gustado hacer referencia a BERGSON y sus disquisiciones sobre el tiempo subjetivo. No se derrite a igual velocidad un terrón de azúcar en un vaso de agua para un sediento que para un saciado. No son iguales los cinco minutos últimos de un partido para el que gana y para el que pierde por la mínima.
      Me parecen muy interesantes los ejercicios didácticos propuestos a tus alumnos y alumnas. Yo he trabajado muchas veces los que llamo PROYECTOS DE VISION FUTURA. Se trabaja con ellos en carreras técnicas. Por ejemplo: Diseñe un automóvil que, en un firme de tal tipo, con un combustible de tales características, con un conductor de forma esférica… circulase a tanta velocidad… Es decir, en una situación futura ahora inexistente, ese vehículo, si existiese, tendría que circular a esa velocidad. Otras veces plateaba situaciones ahora inexistes (no inimaginables): Imagina que, en un futuro, desapareciese la necesidad psicológica y fisiológica de dormir. ¿Qué sucedería?
      Gracias por las referencias que haces a nuestros encuentros presenciales. Tambien para mì fueron muy significativos. Tú no pasas inadvertida.
      Muchas gracias.
      Muchos besos.
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  10. Cuántas huídas he visto del presente. Unas hacia atrás. Lo dicen muchos mayores: “todo tiempo pasado fue mejor…”, “cuando yo era joven…”, “es que antes las cosas eran distintas…”, “todo se ha estropeado…”, “se han perdido los valores…”. Otras hacia hacia adelante. Cuántas veces he visto decir: “seré feliz cuando acabe los estudios…”, “seré feliz cuando tenga un trabajo…”, “Cuando me case…”, “cuando mis hijos sean mayores…”.
    Y ahora, con la pandemia, está más claro. Éramos felices antes y podremos serlo después. Y así nos olvidamos que podemos serlo ahora.
    Gracias por el artículo.

    • Querida Raquel:
      Gracias por leer el artículo y por enviar el comentario.
      Sé que el presente es fugaz, pero es lo único de que disponemos.
      Incluso podría decir que hay que mejorar el presente a aprendiendo del pasado y forjando un buen futuro.
      HIC ET NUNC.
      Besos.
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  11. Estamos viviendo unos tiempos en los que parece que no se puede ser feliz porque antes todo era mejor y esperamos que todo lo que viene será mejor. Es como si tuviéramos que huir del presente para ser felices.
    Puesto. Estoy de acuerdo contigo en que ahora tenemos que vivir lo que nos toca vivir. Es en el presente donde, como se dice en el título del articulo, habitamos.
    Hay que vivir el presente. En so estoy de acuerdo.

    • Querida Sandra:
      Has dado en el clavo de lo que he querido decir en el artículo.
      Tuve la tentación de pensar que cuando viajaba casi a diario era más feliz y que lo volvería a ser cuando me suba sin cesar a los aviones. Y de hecho, sería estupendo volver a tener a una vida sin restricciones.
      Pero, mientras estén presentes las restricciones, tendremos que sacarle partido a la situación y ser felices con lo que tenemos. Ahora estoy en casa, vivo más intensamente con la familia, evito riesgo, descanso máss…
      Hic et nunc. En ese aforismo latino se encuentra la síntesis de mi texto. Tanto es así, que quise titularlo con esas palabras.
      Luego pensé que acaso algunos lectores lectoras no conocerían el significado.
      Gracias por leer y por escribir.
      Besos.
      MÁS

  12. Agradecimiento Maestro Miguel Angel Santos Guerra!!!
    Desde mi seminario de Evaluación pedagógica en la Universidad Católica de Manizales – Caldas Colombia. Quiero expresar lo siguiente…
    Dios le bendiga su bondad y su vocación, esto solo lo hace un ser humano sencillo y que comparte el saber, espero podamos seguir en contacto porque vienen muchos otros espacios académicos y oportunidades para ser potenciados con su presencia… 

    • Querido Angel Andrés:
      Ha sido un placer compartir ese ratito contigo y con tus alumnos y alumnas.
      Sabes que puedes contar conmigo.
      Gracias por este mensaje.
      Un gran abrazo.
      MÁS

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