Innovar o morir

6 May

La rutina es el cáncer de las instituciones. La rutina aherroja la acción en las cadenas de las inercias. La rutina mata la pasión y destruye la incertidumbre. ¿Cómo hacemos la planificación este año? Como el año pasado. ¿Cómo vamos a realizar la evaluación? Como siempre. ¿Cómo vamos a agrupar a los alumnos y a las alumnas? Como todos los años.

Quisiera, en primer lugar decir que hay muchísimas acepciones del concepto de innovación. El lenguaje permite entendernos, pero en muchas ocasiones hace que nos confundamos. Utilizamos la misma palabra pero de forma no solo distinta sino contradictoria. El problema no es que no nos entendamos porque entonces podríamos dialogar. El problema es creer que nos entendemos cuando decimos cosas diferentes e, incluso, contradictorias.

La abundantísima bibliografía sobre innovación (recuerdo ahora el pequeño e interesante libro de Jaume Carbonelll en la editorial Morata) ndesvela la polisemia del concepto. Hay quien llama innovación a una reforma. Y hay quien llama innovación a un cambio de horario.

Existen, a mi juicio, algunas características que definen el concepto de innovación iducativa.

En primer lugar supone cierta insatisfacción con lo que se está haciendo, cierta disconformidad con lo que existe. Porque no da resultados, porque genera problemas, porque no genera motivación o porque produce tedio. Se formulan preguntas, se pone en tela de juicio la práctica. Y, como resultado de la respuesta, se piensa en introducir alguna novedad.

En segundo lugar, exige cierta creatividad para incorporar algo nuevo, algo que no existía, algo que tiene un carácter transformador. La innovación crea e incorpora algo diferente en su concepción o en su método..

En tercer lugar, requiere una condición positiva, al menos en teoría. Puede que luego resulte un fracaso el desarrollo de esa innovación, pero el núcleo de su incorporación está en la expectativa de mejora.

En cuarto lugar, creo que la innovación debe llevar aparejada una buena dosis de pasión, de compromiso, de ilusión, de entusiasmo. Esta es una profesión que solo puede ser desempeñada dignamente desde la pasión. No se trata solo de saber, se trata de sentir, de comprometerse, de apasionarse. No entiendo una innovación que se arrastra como una pesada carga, como una condena.

En quinto lugar, aunque no es esencial este requisito sino deseable, debería tener un carácter colegiado. Aunque la iniciativa sea de un solo profesional, en una sola asignatura, en un aula solamente, debería ser un cambio conocido, compartido y consensuado.

Hay quien confunde cambios con mejoras. Mejora es una palabra infinita que debemos desentrañar, pero no todo cambio es una mejora. Un amigo le dice a otro:
– ¡Qué pena esta vida! ¡Nadie cambia!
– No digas eso, porque yo he cambiado muchísimo desde el año pasado, replica el interlocutor.
Y el amigo precisa:
– Me refería para bien.

Insisto: no todos los cambios son mejoras. Por consiguiente, no todos los cambios son verdaderas innovaciones.

La necesidad de la innovación procede de múltiples causas. Por una parte, hay exigencias de adaptación de la escuela a nuevas funciones que debe asumir o a reformulación de funciones que ya existían. Por otra parte, pueden introducirse innovaciones para evitar el fracaso constatado o para superar una situación problemática. Hay hallazgos científicos que invitan, casi exigen, la incorporación a la práctica de esos descubrimientos. También la creatividad puede ser una fuente de innovación, cuando iniciativas originales se ponen en marcha en busca de mejoras de procesos y resultados.

La escuela no puede permanecer anclada en viejas concepciones, en prácticas estereotipadas y en dinámicas obsoletas. Cambian los tiempos, cambian las responsabilidades. También cambian las personas. Las necesidades, las condiciones, las expectativas de los alumnos y de las alumnas se transforman. Por eso digo en el título: innovar o morir.

Hay ante la innovación dos posturas antitéticas: pudiendo mantener todo lo que hay, ¿por qué cambiarlo? Y esta otra: pudiendo modificar lo que hay, ¿por qué mantenerlo? No todo lo antiguo es malo ni todo lo nuevo es bueno. Y viceversa. Hay que discernir.

Los tipos de innovación son innumerables. Podemos clasificarlos en función de su ámbito de implantación: varios centros, un centro, un departamento, un aula, una asignatura… En función de su contenido: convivencia, metodología, organización, materiales… También hay innovaciones diversas en función del tiempo: hay innovaciones de largo plazo, de medio plazo y de actuación breve…

Es muy importante pensar en la finalidad que se persigue. Debe estar clara la pretensión que se busca. ¿A quién beneficia la innovación? ¿A todos y a todas, solamente a los que más lo necesitan, solo a los que menos lo necesitan? Y hay que analizar el contenido de la pretensión: ¿afecta a cuestiones de fondo o a dimensiones superficiales de la práctica?

Creo importante llamar la atención sobre la necesidad de evaluar las innovaciones. No todo lo que se pretende se alcanza, no todo lo que se busca se consigue. Es más, a veces se generan efectos secundarios nocivos.

Recuerdo un antiguo artículo de Papagiannis titulado “Hacia una economía política de la innovación educativa”. Decía en él que muchas innovaciones que han surgido para favorecer a los más desfavorecidos, el sistema las acaba convirtiendo en innovaciones que favorecen a los más favorecidos. Por eso hay que estar vigilantes sobre el desarrollo de lo que en un principio nace con voluntad de mejoras esenciales.

Y hay que plantearse cuáles han sido las causas del fracaso, cuando lo ha habido. En primer lugar por responsabilidad y, en segundo lugar, porque el fracaso puede ser una fuente de aprendizaje. Existe la fertilidad del error. El profesor Agustín de la Herrán, de la Universidad Autónoma de Madrid, está coordinando un libro sobre lo que hacemos mal en la educación, sobre los errores que cometemos. Me ha pedido que me encargue de redactar un capítulo sobre lo que hacemos mal en evaluación. Lo haré encantado. Se puede aprender del error si somos humildes e inteligentes. ¿Por qué ha fallado esta experiencia? ¿Por qué se ha pervertido esta innovación? La respuesta rigurosa nos permitirá aprender.

Considero muy importante que las innovaciones se fundamenten con rigor, se plasmen en escritos claros y ordenados y, sobre todo, que se difundan para que otros vean que se pueden hacer cosas y para que encuentren el estímulo de saber que otras personas se están esforzando en mejorar lo que se hace. Dice la profesora inglesa Joan Dean que si los profesores y profesoras compartiésemos las cosas buenas que hacemos encontraríamos una fuente inagotable de optimismo. Estamos más dados, por el contrario, a compartir las dificultades, los sinsabores y los problemas.

La innovación no consiste en hacer por hacer, en cambiar por cambiar, en una concatenación de actividades y proyectos nuevos. No consiste en cambiar por cambiar. Innovación no es activismo. La innovación, para ser educativa, tiene que estar penetrada por la racionalidad y por la ética.

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38 respuestas a «Innovar o morir»

  1. Creo que si en algo se caracteriza el mundo de hoy es en la innovación, en la búsqueda de maneras más eficaces. Innovar, cambiar, transformar son palabras que están hoy en día en boca de todo mundo.
    Hoy se dice: innovar o morir. En política distinguimos entre conservadores, cuyo lema sería el mantener o conservar aquellas cosas que a lo largo del tiempo parece que han dado buen resultado. A mi modo de ver se oponen a la búsqueda de la mejora. Para qué cambiar si lo que tengo ya funciona.
    Los progresistas, creo que lo dice la palabra, buscan cosas nuevas, diferentes avanzar. Cierto que esto parece ir más en consonancia con la vida, que de por sí es avance, la búsqueda de algo más, de nuevos quehaceres, lo cual no quiere decir que toda innovación sea una mejora, también puede ser un desastre.
    Yo pienso que en la vida, y en el terreno educativo, debemos cuestionarnos constantemente lo que hacemos con el fin de mejorarlo. Puede que nos equivoquemos, pero ese esfuerzo ya es garantía de progreso y de mejora.
    Los delincuentes también progresan y mejoran en sus sistemas de hacer el mal. En definitiva, el inmivilismo, es contrario al sentido de la vida misma, y por tanto, también de la edad. Siempre se puede mejorar.
    Gracias, Miguel Ángel, por tus siempre sabias reflexiones.
    Saludos a todos.
    Querido, Miguel Ángel, no sé que me pasa pero siempre de entrada no me acepta el CAPTSA. Menos mal que selecciono y pego y vuelvo a intentar. No sé si a los demás les pasa esto.

    • Querido Joaquín:
      Gracias por tu rico y madrugador comentario.
      DOS COSAS:
      1. Respecto a tus palabras sobre el texto creo que das en el clavo cuando dices que la innovación es una exigencia de la vida.
      2. Respecto a los problemas técnicos, deseo conocer con precisión en que consisten para poder plantearlos a los expertos del periódico que son quienes administran el blog. ¿Qué es exactamente lo que te pasa?
      Un gran abrazo desde Bragança donde esta tarde imparto una conferencia.
      Un abrazo, querido amigo.
      MAS

    • Joaquín. A mí me pasa también a veces y, por precaución, hago lo mismo que tú copio por si no funciona no perder el comentario una vez escrito.

      Saludos.

      P.D. Si acertados son las opiniones de Miguel Ángel, también se puede decir lo mismo de muchos comentarios. Como puedes ver he leido el tuyo hastra el final.

      • Estimado Juan Carlos:
        Agradezco que me informeis de esas cuestiones técnicas porque es el único modo de poder solucionarlas. Si se desconoce lo que pasa es imposible poner remedio. Es una pena que se pierdan comentarios o que tengáis que volver a escribirlos.
        Ya vendrá la inspiración.
        No hay problema.
        Un abrazo.
        MAS

  2. Hola Miguel Ángel.

    Joaquín se refiere a que cuando metemos el código para que se acepte nuestro comentario no lo acepta. El código consiste en una simple operación matemática y hay que poner el resultado en dígitos. A veces pones el resultado correctaemnte y el serividor no lo acepta.

    Leido el artículo, pero esta semana estoy espeso para realizar un comentario a la entrada.

    Un abrazo.

  3. El articulo me parece magnifico. Hay mucha confusion al respecto.
    No se trata de innovar por innovar
    Se trata de innovar para mejorar.
    Esta cuestión que se olvida muchas veces es fundamental.
    Saludos. Buen sabado.

    • Estimada Antonia:
      Hace falta pensar mucho las cosas. Yo digo: hay que pensar mucho y no ponerse a actuar frenéticamente. Algunos les acomete un afán de hacer cosas sin parar. Hacer, hacer, hacer… Y yo digo:pensar, pensar, pensar…
      Lo que importa es saber EN QUÉ Y A QUIÉN beneficia la innovación. Es preocupante que no se mejore nada o que se mejore en aspectos insustancial. Y, sobre todo, es preocupante que los desfavorecidos empeoren todavía más con la innovación.
      Besos y gracias por escribir.
      MAS

  4. El título no podría ser más adecuado. La innovación es parte de la vida docente, del proceso de transformar nuestra práctica por medio de la reflexión como bien lo decía Perrenoud.
    De todo lo dicho en el artículo me ha llamado la atención la humildad e inteligencia con la que podríamos enfrentarnos al fracaso, me encantaría leer vuestra reflexión en torno a la evaluación, porque me parece que no hemos entendido mucho al respecto del error como oportunidad para aprender.
    Al error lo satanizamos tanto, tanto como el coyote que nunca intentó de nuevo alguna estrategia fallida para atrapar al correcaminos.
    Se supone que estamos en este terreno inconmensurable de las ciencias sociales para revisar el mundo desde distintas perspectivas y aportar tantas visiones y soluciones posibles que de nada sirven si permanecen en la oscuridad, hace falta querer compartir lo que hacemos y reflexionarlo también en conjunto, comprender que la innovación situada no impide que se pueda llevar a contextos diferentes.
    *Todo con humildad e inteligencia*
    Veo, a veces, en mi Normal estantes llenos de las tesis de las egresadas, tesis o informes con ideas empolvadas y la verdad es que me da mucha tristeza, también tengo cursos especializados en innovación de donde emanarán ideas que esperan ser materializadas, transformadas y por qué no, desgastadas.
    Saludos, mi más sincera admiración.
    Y Gracias!

    • Querida Angeles Celeste:
      La admiración es mía hacia ti. Has escrito un hermoso comentario: rico en contenido y riguroso y a la vez elegante en la expresión.
      Comparto, como has visto, tu valoración sobre las posibilidades de aprendizaje del error (con inteligencia y humildad, sí). De dos signos menos, bien manejados, puede salir un signo más.
      Besos y gracias.
      MAS

  5. Hola,

    1.- Gracias por su apelación, Sr. Guerra, me debería sentir halagado, más creo que me siento obligado, vaya por Diós, aún a coste de imperdonable gravedad en el relato escrito al salirme un poema, mejor lo dejo, ya sea por rellenar. Gustave Flauvert me hubiese guillotinado por ello.

    2.- Mil veces disculpas a mis millones de seguidores en este blog. Ven Uds., yo también soy débil, también dejo pasar el tren de lo que pude aprender por aquí, de Uds. No tengo excusa válida. No siempre tengo el necesario ánimo serio a la altura de miras que por aquí debemos desplegar. Solo intento innovarme y no caer en el tedio de mi mensaje. La innovación, a veces, solo a veces, requiere silencio, repliegue, irse a lo alto de una lejana loma y mirar el horizonte, sin más que hacer. Para luego volver, dándoles a Uds. una severa brasa sobre el cómo debe ser (que en realidad ni el cómo ni el debe están debidamente contrastados).

    3.- Les leo, ya digo, y no se pueden ni imaginar la cantidad de réplicas que se me ocurren, algunas, o muchas de ellas, ya en el reposo, catalogadas como verdaderos aliviaderos de mis ánimos, pues no las dije. Ya en el reposo, me digo, menudas majaderías omitidas. Menudas pesadillas me hubiesen venido, tal vez, de haberlas dicho. Pues ya digo, para escribir hay que estar al tono del medio a donde nos dirigimos. Mi innovación más reciente, no sé si por fortuna para mí, aquella en que me ascendí de empleo y sueldo, aquella en que pasé a tener tratamiento de Don en mi Institución, me trajo convulsiones de buen ánimo, pero quizá también de soberbia y exceso de ego.

    4.- En mi último ascenso, tengo la más directa y cercana prueba de la ficción negativa que que nos puede producir la novedad. Cuando yo no era Don, yo no era un innovado. Pero al menos hablaba más en segunda y tercera persona, ahora lo hago más en primera. Cuidado con la novedad, como ya dicen ustedes hay que repensar lo que se va a hacer. La novedad de lo acontecible, tiene trampa, dispara nuestras expectativas. Cuando yo era joven lo veía a diario en las rupturas de parejas, rompian por la falsa ficción que las expectativas de novedad les traía. Creían que iban a sentir con la nueva pareja tal dosis de enamoramiento igual que sintieron en sus años de adolescentes. Pero sin valorar que ya para la nueva pareja tenían muchos años más, y mucha más vida corrida, mucho más conocimiento de la realidad negativa del ser humano. Caían en la trampa, rompian la pareja, por el único motivo objetivo del paso de los años, algunas para su fortuna se reconciliaban. Otras, por orgullo, osadía, o vete tú a saber, no, en cualquier y numerosos casos, arrepentidos.

    5.- Sr. Lema, observo que sigues siendo de izquierdas, eso se cura con el tiempo, ánimo. Un abrazo.

    6.- Bueno, va, intentaré innovarme y ser breve. No promento nada.

    Tengan un buen día.

    • Estimado Don Quintiliano:
      Me he alegrado a verte de nuevo por estos lares. No te sientas obligado sino invitado. No quisiera perder un comentarista del que se aprende siempre, se se esté o no se esté de acuerdo. Porque argumento. Así que, he celebrado ver tu nueva aportación.
      Estoy de acuerdo en que las innovaciones deberían estar más pensadas, deberían tener perspectiva y profundidad. NO se trata de concatenar acciones frenéticas.
      Ya veo que llevas los ámbitos de la innovación a otras parcelas diferentes a las escolares o educativas. Me parecen bien.
      Hoy mismo acabo de leer en la prensa unas palabras de Daniel Cohn Bendit sobre la necesidad de innovar en política y de reinventar la democracia.
      Un cordial saludo.
      Rebienvenido.
      MAS

  6. Querido Maestro!
    Hoy me pasa como algún anterior lector, no tengo suficiente inspiración para escribir una acertada reflexión.
    Creo que innovar mentes e ideas es vivir un presente más amable.
    Será estos cambios primaverales y algún que otro desencanto lo que me lleva a este sin sentido.
    Ya ves que a pesar de eso no he dejado de leerlo y escribir aunque sean unas lineas.
    Sin más me despido con un afectuoso saludo para todos.
    PD;También a veces tengo problemas en la página cuando introduzco la clave.

    • Querida Loly:
      Gracias por hacerte presente para decirnos que has leído el texto y que algo te ha aportado.
      No importa que no tengas cosas que aportar. Ya surgirán. Las semillas no maduran de forma repentina.
      Gracias por decirme que también tienen dificultades.
      Se lo plantearé a los técnicos del periódico que son los administradores del blog.
      Besos.
      MAS

  7. Hola familia.
    Hola Miguel Ángel. ¿Cómo va todo?

    Mi comentario sobre tu artículo, sin comentarios. Prácticamente nunca los hago. Los valoro. Es inevitable no hacerlo.

    Lo que quiero decir es que yo no es que no sea objetivo. Ni siquiera sería subjetivo. Yo soy incondicional tuyo.

    Hasta otro ratito.

    • Querido José Antonio:
      Ya ves que yo soy incondicional de mis lectores de los sábados. Hasta ahora no he fallado a la cita en 14 años. Por eso agradezco la incondicionalidad a la lectura, no al acuerdo.
      Espero, pues, el comentario sobre el texto.
      Saludos.
      MAS

  8. Buenas noches, hermoso artículo, Miguel. Trabajo mucho el libro de leyendas que vos has escrito y rescato en este caso un pensamiento tuyo que me gusta mucho “La escuela no solo debe enseñar sino tambien debe aprender”, muchas veces hacemos cambios, innovamos creemos que estamos actualizados y solo copiamos otros modelos, otras formas pero ¿se adaptan a nuestra realidad? o por cambiar tomamos un poco de cada lado…
    La escuela debe aprender que no debemos educar para la vida debemos traer la vida a la escuela. Un cariño muy grande

    • Querida Marisa:
      Gracias por leer el artículo y el libro al que haces referencia.
      Es un terrible peligro la rutina que nos hace repetir las mismas actividades y de la misma forma.
      No es igual tener 20 los de experiencia reintentada cada día que un año repetido 20 veces de la misma manera.
      Besos.
      MAS

  9. 5.- Sr. Lema, observo que sigues siendo de izquierdas, eso se cura con el tiempo, ánimo. Un abrazo.

    Buenos días, amigo Don Quintiliano Aguirre.

    ¿Cómo estamos? ¿Bien? Le agradezco que se preocupe usted por mi salud, eso es de buena persona, y estando ambos en un blog de educación y buenas prácticas, yo no quiero ser menos.

    En su línea de pensamiento, veo que considera el ser de izquierdas, al igual que la homosexualidad, o la pobreza, una enfermedad que, sin tener un tratamiento de los que llena bolsillos, se cura con el dios Cronos (Del que trata Aureliano esta semana).

    (Sin darme cuenta, le estoy tratando de usted. Me imagino que debe ser motivado por ese ascenso que se ha dado y el título de “Don”).

    Creo recordar que tengo pendiente agradecerle también aquel “le acompaño en el sufrimiento”. Ya ve que me entretiene y me lo hace pasar muy bien, me arranca una sonrisa, y me enseña. Sí, también me enseña mucho. Eso sí, después de leerle muy despacito, para adelante y para atrás, del derecho y del revés, por lo negro y por lo blanco. Y, aun así, me doy por satisfecho de estar seguro de haberle interpretado bien el treinta por ciento de lo que nos cuenta. Gozo con su lectura.

    Pero voy a la izquierda y a la derecha, esas que muchos dicen que ya no existen.
    Yo de esas cosas, en plan académico y riguroso, no sé. Hoy estamos rodeados de información, de datos. El problema es cómo aprender a convertir esa información en conocimiento, y el conocimiento en sabiduría. (Vamos, el ejemplo de las fuentes o manantiales de agua de Miguel Ángel).

    No le quiero comer más tiempo, pues todos tenemos que ir a regar, aunque este año no se quejará, por el riego y por el Don.

    Decirte, para tu tranquilidad, que mi “izquierdismo” más que una postura o ideología política, es una forma de ser, es mi forma de ser. No estoy convencido de que yo haya escogido ser así, SENTIR ASÍ. Son mis valores. Con ellos y con lo que soy, miro y analizo el mundo. Evidentemente, lo que veo me hace sufrir, vamos, que no me deja precisamente contento. Pero el día da para mucho, da para todo. Por eso andamos por este blog. Para “pelear” por lo que consideramos justo.

    Un ejemplo tomado de alguna parte del mundo de la información, que expresa algo de lo que quiero decirte:

    “La derecha, según se deduce, aplaude el brutal aumento de la desigualdad social que ha propiciado el Gobierno de Rajoy –como demuestran datos unánimes, no manipulados-. Y todas sus secuelas. Fiel seguidor de lo que hoy manda en Europa: el liberalismo que, como describen con profusión sus profetas televisivos, consiste en, a la manera del viejo Oeste americano, llegar, plantar la tienda, cuidarse de uno mismo y a los demás que les zurzan. Unos lo consiguen, otros no. Los débiles sobran. Estamos viendo atestar las fronteras a las víctimas más acuciantes de esta ideología fanática. Y de los hipócritas que se lucran con el negocio de las armas, cerrando los ojos a sus consecuencias. Y salen neofascistas de debajo de las piedras, sin rubor alguno. Tienen claro que estas personas, refugiados y emigrantes, están de más. ¿Qué hacemos con ellas? ¿Las dejamos morir? ¿Las gaseamos mejor que ya probó su eficacia? No se van a evaporar. Aumentarán, porque viene implícito en las políticas que se aplican.”

    A Miguel Ángel, sobre la innovación. Más de lo de siempre para cualquier cuestión de la que trata: FORMACIÓN Y MÁS FORMACIÓN.
    Otro asunto respecto a la formación sería dónde, cuándo y cómo recibirla, darla, compartirla, …No me olvido de la INTENSIFICACIÓN a la que están sometidos los profesionales. ¿Hay verdadero interés porque estos se formen? ¿Se les proporcionan las condiciones necesarias para que el determinado tipo de formación que yo y vosotros tenemos en mente, pueda realizarse?

    Cuando comienza cualquier campaña, política o de otro tipo, seguro que la palabra más repetida es CAMBIO. Todo el mundo dice que hay que cambiar, entendiendo que hay que mejorar lo que funciona mal o puede funcionar mejor.

    Para mí la clave de esto y de todo lo que hacemos de manera programada e intencionada, es para qué o para quien destino esa intención de mejora. A mí no me gusta decir a quién quiero favorecer, pues parece que quiero perjudicar a alguien. Yo lo que quiero es ayudar más a quien más lo necesita, sabiendo que todos, en mayor o menor medida, necesitamos de esa ayuda.

    Creo en los pequeños cambios que nos acercan al objetivo, al ideal. La palabra revolución es muy grande. Como dices Miguel Ángel, creo en los pequeños detalles, en la pedagogía del moco, cosas cotidianas que, esforzándonos un poco y dándonos cuenta de su existencia e importancia, notaríamos un cambio real importante.

    Porque, si pienso en el sistema, en el fondo de la cuestión, en lo estructural, en la escuela de toda la vida, en toda la vida en sí, se me viene a la cabeza el pensamiento de que TODO CAMBIA PARA QUE TODO SIGA IGUAL.

    Como siempre, ya me he pasado de extenso. Corto y cierro. Sigo atento a la actualidad, madres superioras incluidas. Es mejor que cualquier novela de ficción, de espías, de conspiraciones, de familias o sagas. EL PÁJARO YA ESTÁ EN EL NIDO. ¡Menudos pájaros están hechos los señores y las señoras de los señores!

    Nos acusaron de gastar su dinero en chicas y vino, y va, por encima, el figura y habla de que si estuvimos de borrachera. ¡No me digáis que no es para partirse de risa! Aunque a mí se me corta cuando escucho el cara al sol, y cada vez lo oigo más cerca y más fuerte.

    Ya me iba. Un fuerte abrazo a todos y todas, y cuidaros ahí afuera.

  10. Tampoco es tanto. Son cinco minutos de lectura. Otra cosa es que no pasa nada si no se lee, pero yo he disfrutado escribiéndolo. Soy un egoísta sin piedad.

    Por cierto Miguel Ángel. Si falla y mucho, o nuestras matemáticas no son aceptadas. Pero ya te lo había advertido a los inicios, el amigo Aureliano. Dudo que en esto vayan a innovar. Es una prueba para ver si somos humanos e insistimos en lo que nos proponemos.

    • Querido José Antonio:
      Los diálogos tuyos con Quintiliano (o Don Quintiliano, si lo prefiere) siempre dejan buenas pistas de reflexión.
      No se pueden decir muchas cosas con pocos caracteres, Así que a mi parecen estupendos los comentarios largos.
      Acabo de hablar con los responsables del periódico para explicarles los problemas de algunos comentaristas con las entradas. Es una pena que se pierdan comentarios después de realizado el esfuerzo.
      Un abrazo.
      MAS

  11. Desde que Miguel Ángel, hace años, me habló de El Adarve, todas las semanas lo sigo.

    En ocasiones participo; pero no pensaba hacerlo en esta ocasión, puesto que me encuentro finalizando el curso con muchos trabajos que corregir, entre ellos los Trabajos Fin de Grado (por cierto, han respondido muy bien quienes los están llevando y me siento muy contento porque han sido disciplinados en el tiempo).

    Si lo hago es porque José Antonio hace referencia al artículo semanal que publico los domingos en los diarios digitales, ya que, en esta ocasión, trata sobre el sentimiento del paso del tiempo a través de la mitologías griega y romana y de los pintores Rubens y Goya.

    A quienes estéis interesados os indico el enlace:

    http://www.doshermanasdiariodigital.com/2017/05/aureliano-sainz-arte-y-horror-saturno.html

    También me he animado a escribir, dado que no incorporé unos datos de Goya que podrían dar más sentido al sentimiento trágico que le embargaba en los últimos años de su vida (no deseaba alargarme en exceso).

    En el artículo indico que, en sus últimos años de vida, se había quedado sordo y que había pasado por dos graves enfermedades. Pero, imagino, que su angustia procedía de haberse entusiasmado con la revuelta del pueblo de Madrid (ver “La carga de los mamelucos” y “Los fusilamientos del dos de mayo”). Sin embargo, defendía las libertades y derechos que se habían aprobado, entre otros la Constitución de Cádiz. Era, pues, un “afrancesado”, término que se utilizó para demonizar a todos aquellos que querían un país libre de ignorancia y opresiones. (Hoy los términos para meter miedo se multiplican: “izquierdista”, “feminista”, “comunista”, “podemita”, “antisistema”, “chavista”, “laicista”, “bolivariano”, “populista”, etc., etc.).

    ¿Y qué sucedió en el primer tercio de la España del siglo XIX? Que un rey idiota, con el nombre de Fernando VII, volvió aclamado por el pueblo: la gente necesitaba de nuevo encadenarse, pues la libertad le era una carga muy pesada.

    Así pues, Francisco de Goya, sordo, enfermo y, me imagino que, terriblemente desilusionado, pinta “Saturno devorando a su hijo”: el horror hecho imagen. Pero le quedan fuerzas para exiliarse voluntariamente a ese país al que admiraba: Francia. Muere solo (había perdido a su mujer en 1812), exiliado en Burdeos a los 82 años. Triste fin para uno de los grandes creadores de este país.

    “La Historia se repite: la primera vez aparece como tragedia y la segunda como farsa” nos decía Karl Marx. Hoy, a personajes grotescos, estúpidos y con pelucas rubias, se les eligen para dirigir al país más armado y bélico del planeta, conduciéndonos a una nada improbable Tercera Guerra Mundial. Hoy, el neofascismo asoma sus fauces por distintos países de Europa. Hoy, a la gente les molesta pensar; prefiere perder el tiempo mirando continuamente las pantallas de los móviles…

    A pesar de todo, hay gente que no se resiste y lucha a pesar de tantas adversidades; no se resigna a vivir acobardados y sometidos a los dictados de los mercados.

    Por suerte, hay gentes cuyas mentes no están ocupadas por las pesadillas como las de Goya y creen que todavía hay espacio para la esperanza…

  12. Querido Miguel: Coincido en lo que dices: para innovar es necesario insatisfacción con lo que se está haciendo, creatividad, actitud positiva y pasión. Yo agregaría a tus aportes sobre lo que es innovar lo que NO Es innovar por lo menos para mi: -No es cambiar palabras en las planificaciones por palabras de moda.
    – No es tener una computadora en la mochila de cada alumno y pegar papelitos con cinta adhesiva sobre un monitor enorme en una sala de informática, para trabajar sobre un tema.
    La verdadera innovación surge de las necesidades que van apareciendo en esta actividad hermosa que es educar.La verdadera innovación surge cuando “nos mata la rutina”, cuando miramos para adentro y nos preguntamos ¿qué pasa que esto no funciona?
    Si no logramos hacer una autocrítica no vamos a innovar nunca porque ¿para qué cambiar algo que creemos que está bien?
    Debemos escuchar las críticas constructivas que nos hacen, hacer las nuestras y sobre todo debemos “querer” innovar. Para eso sin dudas querido Miguel es necesario la muchas veces mal entendida pasión.
    Saludos
    Ana Clara

    • Querida Ana Clara:
      También es buen camino el que tú recorres. Es decir, saber qué es auténtica innovación descartando lo que NO ES.
      Hay muchas iniciativas que no deberían ser consideradas auténticas innovaciones,
      Pones buenos ejemplos de ello.
      Hacer autocrítica y abrirse a la crítica son estrategias imprescindibles para mejorar, como dices.
      Besos y gracias.
      MAS

  13. Gracias Miguel por la entrada al blog.

    Tuve el gusto de escucharte en tu último seminario sobre evaluación aquí en Colombia (Universidad de la Sabana). Aprovecho para agradecerte esa inyección de motivos para seguir inviertiendo mi creatividad y potencial de innovación en este mundo educativo que tantas sonrisas me ha dado. No he leído muchos artículos del Blog, pero hasta ahora estoy encantado.

    Creo que lo que mencionas acerca de la “fertilidad del error” es especialmente fascinante; he volcado en los últimos años mis esfuerzos y mi voluntad hacia prácticas dentro de aula que nos permitan al estudiante y a mí (claro está) amistarnos con el error y poder rescatar ese potencial gigante que hay detrás. Algunas cosas han resultado bien, y otras son parte del camino… en todo caso, el crecimiento está garantizado una vez te equipas con consciencia, observación y un corazón abierto.

    En todo caso, creo que tiene naturalmente una relación innegable con los procesos de evaluación, y por ende, un potencial inmenso de innovación.

    Gracias, de nuevo.

    • Querido Diego:
      Gracias por asistir en La Sabana a las sesiones de trabajo. Es magnífico encontrarse con profesionales que tienen deseos de aprender y de mejorar.
      Explorar las potencialidades de los errores es un buen camino para hacer mejorar la práctica. La humildad y la inteligencia nos llevan al aprovechamiento de nuestros fallos. Todos los tenemos. ¿Por qué no sacarles partido?
      Gracias por leer y por escribir.
      Un abrazo.
      MAS

  14. Hola a todas las personas,

    7.- Efectivamente Sr. Guerra, la innovación ha sido la gasolina que ha traído a la especie humana hasta este paraje. En todas las facetas o materias de la vida. La escuela debe ser el lugar donde se enseñe y potencie este valor, no creo que haya un sitio mejor. Pero, ya casi manido de tanto decirlo por aquí, la escuela en Andalucía está anclada y (…..un comentario muy negativo censurado por Don Quintiliano, sea en favor de la innovación en las formas….). Aún sigo oyendo a quienes les echan la culpa al dictador Franco. Y los huesos de éste han de estar ya un poco resecos por más y mucha humedad que haya en La Basílica del Valle de los Caídos. Para mí, los términos innovar, imaginar y emprender, son sinónimos en lo que afecta a lo más importante en la vida del ser humano, que es “saber buscarse la vida”, la autosuficiencia, el no depender de las limosnas de Papá Estado. Todo lo contrario es un misticismo hueco, débil y que cae por su propio peso. No basta la ilusión, es necesaria la imaginación eficaz. No basta la imaginación en todas o cualquier materia. La imaginación literaria y en actividades de ocio puede ser muy satisfactoria, pero cuidado porque encierra la trampa de la sorpresa en el devenir futuro. Creo, hay que establecer prioridades en cierto orden jerárquico de preferencias imaginativas. No hablo de acumular riqueza, hablo de acumular capacidad de autosuficiencia, para así evitar los llantos del niño que no puede seguir mantenido de su papá, pues el niño tiene 40 años y el padre ha sacado el billete para el barrio del más allá. Y si por un descarrile de la idea imaginativa emprendedora te haces rico, no pasa nada, no has de tener pesadillas por ello, siempre eres libre de hacer cuantas donaciones benéficas se te antojen, o dejar todo tu patrimonio, previo testamento, en manos de una ONG. Cada vez que salgo a los campos linderos a mi maizal se me cae el alma al suelo, lloro y casi me entra la rabia canina. La mejor tierra del mundo, este año con agua a espuertas, improductiva en gran parte, en demasiada parte. Es que las tierras son de otro. Achaques de vagos, mucho vago suelto. A seis céntimos de euro el metro cuadrado por año de alquiler. Es que el campo embrutece. Vago, pues lee de noche y date cremita en los callos, so vago. La Nivea va bien. Habrá que usar los recursos que te da tu tierra, tu pueblo, tus raíces, temeraria afirmación. No, el niño se va a Londres o a Berlín, vuelve todo encanijao y de color verde macilento de tanto hambre y soledad que ha pasado; porque para eso el niño tiene dos títulos universitarios. También por añadido una depresión de caballo. Algún conocido lo solventó con la adopción de un perro y la compra de una flauta de segunda mano y por ahí anda no muy comido y menos lavado. Eso sí, en saber de sus derechos, una eminencia. En fin, la vida misma.

    8.- Me tengo que ir a rozar malas hierbas. Es tarde, hace ya mucho calor. Sr. Lema, dese solo en parte por contestado con el precedente párrafo. Me reservo el derecho de comentarle o aclararle algunas cuestiones más….en otro momento…

    Tengan un buen día.

    • Estimado Quintiliano:
      Mi padre, no sé si alguna vez dejé constancia de ello en este espacio, fue un agricultor (como mis dos abuelos) de un pequeño pueblo de la provincia de León, que se llama Grajal de Campos. Estuve familiarizado con las tareas del campo desde niño. El problema era que, si querías estudiar, tenías que salir de aquel lugar que se fue despoblando con los años. Un pueblo pujante, con un castillo árabe maravilloso, se ha convertido en un pequeño grupo de personas muy mayores. Cuando a él le aconsejaban las autoridades que llegaban al pueblo que mantuviese a sus hijos en el campo, siempre decía que esos que se lo aconsejaban no lo hacían con los suyos.
      Por tienen razón en que tenemos que pensar a dónde nos lleva el camino emprendido.
      Saludos y éxito con las malas hierbas.
      Un cordial saludo.
      MAS

  15. El actual mal del campo solo está en la ignorancia, Sr. Guerra. De los que están y de los que no. Afortunadamente eso está cambiando. Con google maps he visitado tu pueblo. Me gusta. Guapo castillo. No veas como ha de rascar el frío en invierno. Un saludo.

    • Estimado Quintiliano:
      Voy a compartir contigo y con los lectores una maravilla arquitectónica de Grajal de Campos. La planta de la torre de la iglesia parroquial tiene 5 esquinas y, si se le añadiera otra más, tendría solo cuatro.
      No hace mucho me he enterado por el alcalde del motivo por el que el arquitecto hizo ese diseño, modificando el original que era el clásico de cuatro esquinas. Un motivo bien documentado y muy creíble. A ver si descifras el enigma.
      Yo creo que hay muchos problemas que complican el trabajo en el campo. No es el pequeño el que apuntas, pero hay también otros de malas políticas y de abandono de sus gentes.
      Un cordial saludo.
      MAS

  16. ¿Innovar para qué? esa es la cuestión. NO para estar entretenidos innovando. Por eso comparto la idea del autor de que la innovación tiene que tener conexión con la mejora. Y la mejora hay que desentrañarla:

    – Mejora en lo fundamental, no en lo accidental.
    – Mejora para todos, no para los ya mejorados.
    – Mejora que no enes contrapartidas más importantes que lo que se busca mejorar.

    Saludos cordiales.

  17. Me gusta el título por su contundencía y brevedad. Expresa de forma clara la necesidad de no anclarse en las rutinas. Sobre todo, cuando éstas sean negativas o estén llevando al fracaso.
    No tiene mucho sentido seguir repitiendo lo que se hace cuando está cargando de negatividad.
    Además de falta de lógica, esa situación tiene poco que ver con la ética.

    Gracias a todos y a todas los que escriben.-

  18. La rutina hace que desaparezcan las ganas de aprender, que todo cueste el doble y que desaparezca el interés, esto hace que se centren en estudiar para aprobar el examen. Para no caer en ello, hay que innovar para motivar al alumnado, hay que cambiar la metodología ser creativos y que este cambio conlleve una mejora. Para que esto se lleve a cavo, es necesario el compromiso del docente, ya que es responsable y ejemplo para sus alumnos. No todo cambio conlleva una mejora, se puede cambiar a bien o a mal, en cambio la mejora siempre lleva un aspecto positivo.
    La escuela ha de evolucionar, no puede quedarse anclada ya que la sociedad avanza y la escuela tiene que ir unida e estos avances.
    Estoy de acuerdo con la profesora inglesa Joan Dean, los profesores se enriquecerían mucho si compartieran sus innovaciones y no centrarnos solo en los problemas que tenemos. Hay que darle mayor importancia a la innovación.
    Un saludo, Andrea.

  19. Hola,

    Sr. Guerra, la quinta esquina, intuyo que es por razones de resistencia arquitectónica. Habría que ver la dirección del viento. Al tener forma de “ele”, la esquina quinta, digamos la esquina más interior de la L, hace de pilar de soporte, bien para toda la torre, bien para el peso de las campanas. Además, en L, las vigas de soporte de la cubierta pueden ser más cortas, en esa época, las vigas eran de madera, tal vez de troncos no muy elongados. Una estructura en L, aunque la ratio: espacio disponible/material empleado, es menor que en una estructura cuadrada, lo que se pierde en espacio, se gana en resistencia.

    Otro motivo podría ser, porque en la base de la torre, en la zona exterior de la quinta esquina, hubiese algún hueco/ventana/puerta, que estuviese previo a la construcción de la torre y hubiesen querido respetarlo.

    Los pícaros campesinos de la zona, lo hacen para darle un puntapié a la normativa urbanística. Tal vez le permiten construir sólo 70 m/2. Obtienen los permisos, construyen la L, legalizan y luego, con materiales más ligeros, de quita y pon, cierran esquina de la L por el exterior, uniendo los extremos de la misma y ya cuentan con una estructura cuadrada, ahora de más de 100 m/2.

    Tengan buen día

  20. Este tema de la actualidad y que está en boca de todos puede ser a veces confuso. El mundo de hoy está determinado por la innovación, en la búsqueda de formas más novedosas y eficaces para lograr el propósito. Innovación, cambio, transformación, son términos que escuchamos constantemente. Pero no debemos de caer en el error de innovar por el simple hecho de hacerlo, sino de innovar, de transformar algo para mejorarlo, con un fin educativo, favoreciendo así el desarrollo integral del alumnado. Esta cuestión es esencial y la olvidamos de vez en cuando.

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