El síndrome de Caperucita Roja

26 Sep

En este verano tan caluroso en el que los árboles casi han tenido que correr detrás de los perros, he leído, entre otros, el libro “Sé dónde estás”, opera prima de la escritora californiana Claire Kendal, educada en Inglaterra y actualmente profesora de  literatura inglesa y escritura creativa en el sureste del país. La novela cuenta una historia de obsesión patológica y de acoso sobre Clarissa, una hermosa joven que trabaja como administrativa en la Universidad de Bath. Se trata de un interesante thriler psicológico que te tiene sobrecogido de principio a fin.

A las mujeres se les inculca la idea de que siempre puede salir el lobo en el bosque de la vida. No deben llegar tarde a casa, no deben caminar solas por la noche, no deben estar en lugares de riesgo.

Cuando llego a la última página, tengo a mi hija al lado y vuelvo a pensar en la violencia tremenda de la que son todavía víctimas las mujeres en las sociedades androcéntricas como la nuestra. No hay día, no hay hora, no hay segundo en  los que no se produzcan hechos y no se conozcan noticias que ponen de manifiesto la discriminación. Desde muertes crueles a bromas soeces. Desde palizas horribles a desprecios cotidianos. Pero me quiero ceñir en este artículo de hoy a la violencia soterrada que le hace la vida más cuesta arriba a las mujeres

Francesco Tonucci y Amparo Tomé han publicado en Graó un hermoso libro titulado “Con ojos de niña”. Tonucci había publicado en solitario, treinta años antes, otra obra titulada “Con ojos de niño”. En este último se dice, citando a G. Belli: “Los hombres sangran por las guerras. Nosotras sangramos todos los meses por la vida”. Qué gran verdad.

Las niñas son víctimas especializadas en sufrir violencia. Hay muchas mujeres muertas a manos de sus parejas y muchas otras enterradas en vida. Sabido es que, durante siglos y aun hoy en algunos países, tener una hija es un castigo divino. El varón viene investido de un prestigio y de unos privilegios de los que carece la niña. Pero, vamos al grano: ¿cuáles son las formas subrepticias de discriminación a las que hacía referencia más arriba?  Veamos algunas, elegidas entre miles.

–       El síndrome de Caperucita Roja

A las mujeres se les inculca la idea de que siempre puede salir el lobo en el bosque de la vida. No deben llegar tarde a casa, no deben caminar solas por la noche, no deben estar en lugares de riesgo.

Se les explica que siempre están en peligro y que los espacios que ocupan siempre están amenazados por presencias hostiles. Las pueden robar, violar, secuestrar o matar. Nunca pueden estar seguras y tranquilas.

–       La esclavitud de la belleza

¿Quién no ha visto a muchas mujeres sometidas a la exigencia de ser atractivas, de estar delgadas, de mostrarse hermosas? A nadie se le oculta la cantidad de sacrificios que ese fin exige. Sacrificios en la alimentación, gastos en cosméticos, sometimiento a operaciones, compra de vestidos y joyas, tiempo dedicado al cuidado y al cultivo de su apariencia externa.

Las mujeres tienen que estar atractivas, tienen que mostrar una presencia deslumbrante. Para agradar, para ser valoradas y elogiadas. Es una servidumbre que no acaba nunca. Sobre todo, cuando hacen suya la exigencia. No hay mayor opresión que aquella en la que el oprimido  (en este caso, la oprimida) mete en su cabeza los esquemas del opresor.

–        Expectativas recortadas

Hay menores expectativas de las familias respecto al porvenir de las niñas. Las oportunidades de las mujeres se recortan porque se formulan sobre ellas muchas profecías de autocumplimiento. Las carreras a las que se les  encamina tienen menor prestigio social, menor proyección y menor sueldo. Pienso en cómo todavía hay más enfermeras que enfermeros y más médicos que médicas, más maestras que catedráticos, más hombres que mujeres  pilotando un avión y más azafatos que azafatos sirviendo a los pasajeros

Sin embargo, cuando se han escolarizado en las mismas condiciones los niños y las niñas, éstas han conseguido mejores resultados. Pero luego se las traga la falla del sexismo.

Felicitaciones por perder

Hace unos años dirigí una tesis doctoral sobre el aprendizaje del género por parte de las niñas en una Escuela Infantil. La doctoranda (tristemente fallecida) pudo comprobar que las niñas eran felicitadas por ser perdedoras).  Cuenta en su investigación (publicada en Graó con el significativo título “Triunfantes perdedoras”) que un día estaban jugando niños y niñas al juego de las sillas. Todo el mundo lo conoce. Un número de niños y niñas dan vueltas alrededor de un número inferior de  sillas. Al interrumpirse la música, tienen que sentarse cada uno en una silla. Y, en una ocasión, se sientan en la misma silla un niño y una niña. Ella analiza la situación, cede su asiento y se va. La maestra le dice:

– Muy bien, las niñas ceden.

No es justo que feliciten a esa niña por perder. Podría muy bien haber dicho la profesora: “las personas ceden”, pero, ¿por qué las niñas? Las está educando para perder.

–        Mayores exigencias

Se les exigen a las mujeres mayores obligaciones familiares, unas respecto a la casa y otras respecto a los hijos e hijas. También respecto a los padres y a las madres. Son las madres quienes se dedican a cuidar a los hijos en el hogar y a los padres cuando se hacen mayores.

Se dirá que lo hacen por amor y que eso enriquece a las madres y a las hijas pero, si tan beneficiosa es esa actitud, ¿por qué no la adoptan también los vaones?

–        Doble moral

Se sigue aplicando una doble moral al comportamiento de hombres y mujeres. Baste ver cómo es calificada una infidelidad conyugal  según sea de la mujer o del hombre. O las múltiples conquistas amorosas y sexuales de unos y de otras.

Todavía siguen los jóvenes buscando parejas vírgenes mientras alardean de conquistas y experiencias sexuales.

Entre los jóvenes persiste esa perniciosa idea de que los varones tienen derecho a ejercer un control   y una vigilancia estrechos sobre sus parejas. Actitud que se entiende incluso como una tramposa señal de amor.

– Más dificultades, peores condiciones

En muchas culturas, las niñas tienen más dificultades para alcanzar el éxito en la sociedad. Bien se sabe que algunas hasta niegan a las niñas el derecho a la escolaridad. Y una vez que consiguen trabajo (de menor categoría casi siempre que el de los varones) cobran menos  que ellos por las mismas ocupaciones.

La novela que he leído me ha hecho sentir la angustia de muchas mujeres atenazadas por la presión  injusta de quienes las consideran simples objetos de deseo. Y  he  temido por mi hija Carla, por todas las niñas que conozco y también por todas las niñas del mundo.

Las mujeres han de ser las protagonistas de su liberación. Los demás, podemos echar una mano. Avivar el espíritu crítico, desenmascarar la falsedad, comprometerse con quienes por ser niñas están desfavorecidas, combinar políticas eficaces de distribución y de reconocimiento como plantea Nancy Fraser, potenciar la verdadera coeducación que ayuda a pensar y a convivir… Ese es el camino. Pues nada, a caminar.

21 respuestas a «El síndrome de Caperucita Roja»

  1. Tremenda cuestión la discriminación d ella mujer. Es necesario volver una y otra vez al asunto porque, mientras pensamos y hablamos y cuestionamos las cosas, siguen las víctimas.
    Es necesario reflexionar sobre un tema tan importante y alertar a las niñas de los peligros de la desigualdad.
    Feliz fin de semana,

  2. Es cierto. Todo lo que se dice es cierto. Lo malo es que son cosas que hacen daño.
    La coeducación es un buen camino para solucionar estos problemas, pero todos y todas debemos estar en la lucha de evitar la discriminación.
    Veré ese libro, que parece interesante.

    Saludos.

  3. A mi modo de ver excelente análisis, muy realista. Solo añadir otro tipo de discriminacion sobre la mujer aún más cruel. Sé de varias situaciones en que el hombre que quiere cometer una ilegalidad o un delito, pone a la mujer como titular para en caso de querella ser la mujer la que se lleve el marrón y él quedar libre, por ejemplo en alquileres que no se pagan y en otras tantas corruptelas que hay.
    Mucho se ha hecho en sentido positivo en relación a la mujer, pero todavía queda mucho y lo triste es que con frecuencia, la misma mujer, con sus acciones, contribuye a su discriminación.
    Saludos.

  4. Querido Joaquín:
    Gracias por dedicar unos minutos de este día de tu cumpleaños en estos menesteres de lectura y escritura.
    Muchas gracias por seguirme con tanta fidelidad y eficacia. Tus comentarios siempre son enriquecedores.
    “Felicidades” y “felicidad-des” en esta fecha tan especial. Y, ya con nuestras edad, tendremos que decir, además, “felices edades”.
    Un gran abrazo.
    MAS

  5. Pingback: El síndrome de Caperucita Roja | El Adar...

  6. Miguel Ángel, me emociona que te recuerdes de mi cumpleaños y que públicamente me felicites. Gracias de corazón. Respecto a tu amabilidad sobre mis comentarios, solo decir que el corazón, a veces…
    Es para mí un honor. Gracias.

  7. Hola Miguel Ángel soy una estudiante de pedagogía infantil de la universidad surcolombiana te escribo para pedirte el favor si podrías contarme alguna de la experiencias que has tenido en la lectura y en la escritura. Muchas gracias.

    • Querida Yaritza:
      Puedes ver en este mismo blog las siguientes entradas:

      – Si no leo, me aburro.
      – ¿Qué sería de mí sin la lectura?
      – Es que nosotras tenemos un cachorrillo.

      Dime si te valen.
      Besos.
      MAS

  8. Querido Miguel Ángel:

    Relacionado con el tema que abordas, te remito un par de trabajos recientemente publicados en los diarios digitales en los que escribo semanalmente.

    “¿Quién soy yo?” es el título de las tres entregas, realizadas con la intención de conocer los rasgos de la personalidad que van definiendo a chicos y chicas preadolescentes. Como es habitual, la investigación la llevamos a cabo a través del dibujo, de manera que al conjunto de la clase de sexto de Primaria se les hacía la propuesta de “Dibújate como si vieras en el espejo”.

    Los resultados son muy interesantes, pues, en la actualidad, comprobamos que la mayoría de las chicas tienen un elevado nivel de autoestima, incluso, me atrevería a decir que, en conjunto, algo superior al de sus compañeros de clase.

    A pesar de todo lo que queda por hacer, esto supone un gran salto adelante para las niñas con respecto a generaciones precedentes.

    Ahí dejo los dos enlaces para que puedan consultarlos los lectores y lectoras de El Adarve que quieran saber los resultados. (Por cierto, no incluyo el primero de los artículos, dado que era una reflexión general sobre el concepto de personalidad.)

    http://www.baenadigital.com/2015/09/aureliano-sainz-quien-soy-yo-2.html

    http://www.baenadigital.com/2015/09/aureliano-sainz-quien-soy-yo-y-3.html

    Un abrazo desde Córdoba.

  9. Estupendo texto para pensar con las niñas y sobre las niñas.
    NO sé cómo podemos soportar tanta injusticia sin inmutarnos.
    Se trata de una cuestión que afecta a media humanidad.
    Creo que es bueno hacer patentes los caminos de la discriminación. Pero, claro, no basta con detectarlos: hay que suprimirlos.
    Saludos y buen domingo.

  10. Querido Maestro!
    Es una gran verdad, que comparto contigo, que las mujeres tenemos que ser las protagonistas de nuestra liberación.Son las luchas individuales las que darán la vuelta a la tortilla y cambiarán la manera de pensar discriminante.
    Mi vida no ha sido fácil,llevo a mis espaldas una mochila cargada de adversidades y vencida una carrera de obstáculos.La vida es eso sobreponerse a las adversidades y tener la fuerza y el coraje de vencer todo lo que se te ponga en el camino.La recompensa son los logros conseguidos.
    Pero claro, las fuerzas se van mermando, la edad no es la misma, y las dificultades van atrofiando este pequeñito cuerpo que se niega a abandonar, quizás,estas últimas batallas.
    El amor incondicional a las personas y a la misma vida me llevan a seguir adelante.
    Y sus comentarios ilustradores de razón y empuje me facilitan encontrar el camino.
    Bendito sea leerle siempre.
    Sin más me despido con un cordial y afectuoso saludo.

    • Querida Loly:
      Sé, desde lejos y superficialmente, de tu lucha y de tu coraje. Sé que has tenido que superar numerosas dificultades. Tengo que felicitarte por tu fuerza de voluntad. Recuerdo un libro de Luis Rojas Marcos que se titula “Contra la adversidad”.
      Y también tengo que decirte que esa lucha te puede hacer más fuerte, más sabia, más más cercana. Sencillamente,porque has sufrido.
      Recuerda lo que suelo decir: hay un arte una una ciencia en la vida que consisten en hacer de dos signos menos un signo más.
      Creo que tú lo sabes hacer muy bien.
      Mucho ánimo.
      MAS

  11. Qué cierto es eso de que no hay mayor opresión que aquella en la que el oprimido mete en su cabeza los esquemas del opresor.
    Quiero decir con esto que cuando las mujeres nos metemos en el papel de víctimas, no hay solución posible.
    El primer paso para la liberación es comprender que la discriminación existe. Y que no se puede aceptar.

  12. He leido a Nancy Fraser y tiene un discurso potente y rico.
    Efectivamente, hay que poner en marcha políticas de redistribución (entre pobres y ricos, por ejemplo). Las políticas de reconocimiento suponen que hay que valorar por igual a los colectivos. No SOLO DER PALABRA: Por eso son tan interesantes los seis apartados del artículo. Podría haber más, claro está. Pero ya hay para pensar y actuar.

  13. Un saludo a todos los lectores de Miguel Angel y a los que participan con sus opiniones.
    Tenía una idea para mi comentario ,pero después de Leer el de Loly me da un poco de estar fuera de lugar.
    Hoy toca el juego o estrategia de defender un tema y otros lo rechazan. Hoy no escribe José Antonio, puesto que me tocó que las cosas como están , bien están, y será por algo ya que se vienen dando desde siglos.
    Caperucita Roja existe, y el lobo feroz también. Yo, si tuviese una hija le aconsejaría que no anduviese sóla por el bosque de la vida.(Telediario día sí día también).Es un cuento-aprendizaje que se sigue leyendo, un clásico.
    (Estoy tratando el mundo rico y católico,del otro mejor no lo trato; ayá cada uno con sus religiones y su cultura.¿Qué nos da derecho a pensar que la nuestra es mejor,quizás más sofisticada)(niña y pobre, y familia pobre, y país pobre chungo).
    ¿Alguien conoce a alguna PERIODISTA , en televisión, que no sea calificada de guapa (joven).Saliéndonos de televisión y cine, la realidad es que somos imajen; lo primero que vende es el envoltorio; secretarias, enfermeras, doctoras, rectoras, políticas ,abogadas,…¿Qué se ecoje primero, una profesora guapa o una con una verruga en la nariz y bigote.(Parece que hay estudios que hata los bebés prefieren la belleza a la fealdad)
    DIOS hizo a la mujer para acompañar y servir al hombre, para procrear y educar a los hijos.Es un complemento.Fue con el llamado progreso cuandose necesitó su mano de obra y la de sus hijos.Claro está que como ser inferior no podría cobrar lo mismo. Es un complemento para el hombre y para la economía del hogar.
    De todo lo anterior, se deduce que cuando en una familia alguien podía estudiar,era el hombre el elegido,la mujer a sus labores. Llega la necesidad de aparcar a los más pequeños; JARDÍN DE INFANCIA, GUARDERÍA. Poco trabajo, poca preparación,cuidados Y cariño,especialidades de la mujer, trabajo de segunda,poco dinero.
    ¿Quiere anunciar su empresa? ¿Ponga una mujer en su anuncio? Si puede mostrar sus encantos mejor.
    Las relaciones entre mujere y hombres las transmiten las mujeres, las más comunes en su educación. Es historia; es tradición. siempre ha sido así y cada vez vivimos mejor.¿Por qué cambiar lo que funciona? Como los toros, tradiciones de siglos.Hay que pensar en la economía del país. Ya estamos mal (Que casi no queda qué robar)y si aún por encima a una dependienta y de color le hay que pagar lo mismo que a un español de siglos, los números no dan. Vivimos en la realidad, no en el mundo teórico, el de yupi (no sé si se escibe así). Y ahora lo de los catalanes.

    -¿Qué ha pasado en el tercero?
    -Creo que Juán le ha dado ha su mujer unos golpes.
    -¿Qué haría esta vez?
    O por ejemplo ,y hay sentencias:
    -Jovencita, ¿qué denuncias?
    -He sido violada por esos dos jóvenes.
    -Pero si es que vas vestida práticamente con el culo al aire?

    Debemos educar en valores.Todos de acuerdo.¿Pero qué valores tienen valor,Qué valores valen y para qué y quienes?
    Colaboración frente a competitividad individual, la excelencia,que estudie el que vale, no hay dinero para todos.Las mujeres a su casa; no hay tabajo para todos y no nacen niños. Se dedican la vida a estudiar, luego el master, luego el puesto de trabajo y los sacrificios que requiere; al final , demasiato tarde para tener niños y estamos llenando ESPAÑA de extranjeros (con todo lo que ello conlleva: cultura ,religión , delincuencia,médicos, escuelas,…)
    En mi aldea, siendo yo muy niño, escuchaba que fulanita estaba sirviendo en La Coruña, o en casa de un rico que le daba de comer en otra aldea (10 hijos).
    Cuando veo documentales sobre mujeres pioneras,primera licenciada en… primera aviadora… primera presidenta ¿En España tuvimos alguna? Creo que todas eran de familias burguesas, adineradas y tenaces.
    Yo comprendo que aún hoy clarísimamente ser mujer es una putada, pero si eres pobre, sin estudios, en un país pobre, no eres nadie, eres mercancía, eres PASTO DE LOS LOBOS.
    Qué mundo, tantos problemas,¿en qué puesto de prioridades a resolver estará éste para los cinco que mandan?

    • Querido José Antonio:
      Gracias por tu comentario, lleno de sugerencias y de interesas preguntas.
      La última que formulas se refiere al puesto que ocupan estos problemas en las prioridades de quienes mandan. He de reconocer que no figuran en los primeros puesto.
      Pero pregunto por qué seguimos votando a quienes muestran tan poca preocupación por cuestiones de este profundo calado ético.
      Coincido contigo en que estos problemas tendrían que aparecen en el puesto numero uno de las ocupaciones y preocupaciones justicia, la discriminación, la ignorancia.de quienes tienen poder.
      Alguna vez he dicho que si quienes mandan,que son los grandes triunfadores del sistema educativo, no muestran preocupación efectiva porque disminuya en el mundo el hambre, la ignorancia, la pobreza, la opresión y la discriminación, ¿por qué hablamos de éxito del sistema educativo?
      Gracias por tus aportaciones.
      Un abrazo desde Santiago (de Chile) a tu aldea gallega.
      MAS

  14. Es interesante que los hombres nos preguntemos por nuestro papel en esta causa. En primer lugar tendremos que renunciar a privilegios de los que disfrutamos por el hecho de ser varones En segundo tendremos que trabajar codo a codo con las mujeres para evitar la discriminación.
    Esta es una tarea tan ardua como urgente. Es difícil desmontar estereotipos. Y no se sale de un salto de un pozo de cientos de metros.

  15. Cuestiones verdaderamente importantes en las que estamos tan metidos que muchas veces no vemos..
    ¿Cómo puede la sociedad seguir insensible ante tanta discriminación, tanta injusticia y tanto engaño.
    Lo primero que hay que hacer es abrir los ojos y descubrir que las cosas son así, no por la naturaleza, no por los genes sino porque hemos querido que sean así.
    Lo segundo es pensar que se pueden cambiar las cosas.
    Y lo tercera, trabajar y luchar para cambiarlas.

  16. Este es unt ema de gran importancia.
    Hay cuestiones que no se conocen y otras que, aun conociéndose, se siguen manteniendo en ls cultura.
    Hay que tener espíritu crítico para detectar esas formas de discriminación. Pero, una vez conocidas hay que combatirlas.
    Gracias por poner sobre el tapete estas cuestiones tan decisivas.
    Cordiales saludos.

  17. Yo creo que la discriminación de la mujer es la mayor causa de justicia de la sociedad. Afecto a la mitad d ella población.
    ¿Cómo se puede mantener esa situación ni un segundo más?
    Las víctimas no dejan de sufrir.
    La conducción es una punto de todos y de todas
    Está en las escuelas, está en las familias y en la sociedad entera.
    Hay que seguir luchando

  18. Importantes cuestiones que ponen sobre el tapete la injusticia que día a día se comete contra las mujeres.
    Esto no se soluciona solo. Si dejamos pasar el tiempo sin hacer nada, todo seguirá igual.
    ¿Cómo es posible que se perpetúe esta situación a través de los siglos sin que haya una rebelión no solo de las mujeres sino de todos y de todas contra la opresión?
    Hay que hacer algo. Hay que hacer mucho. Y hay que hacerlo ya.

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