Bájense del avión

20 Dic

Al despegar el avión de Iberia desde Santiago de Chile a Madrid hace unos días, la sobrecargo me comunicó que el comandante del vuelo deseaba hablar conmigo. Entre sorprendido y expectante me dirigí con ella a la cabina y, durante unos minutos, hablé con los tres pilotos que comandaban la nave.

Las quejas de los pasajeros no se hacen esperar. Resultan tan insistentes que el comandante sale para comprobar lo que sucede y, ante la desagradable realidad, decide expulsar del avión a los tres jóvenes negros.

La contemplación de las cimas de la cordillera de los Andes, cubiertas de nieve, eran un espectáculo de indescriptible belleza. No parecía real el hecho de estar volando a mil kilómetros por hora a más de diez mil metros de altura.

– Pronto sobrevolaremos el desierto de Atacama, me explicaron.

Impresionaba la tranquilidad con la que hablaban  y actuaban mientras el piloto automático hacía su labor. No viene a cuento el motivo de la llamada, que estaba relacionado con mi tarjeta platino de la compañía. Lo cierto es que conversamos durante unos minutos en aquel cubículo singular, lleno de aparatos, de luces y de signos indescifrables para mí, desde donde aquellos tres hombres controlaban el vuelo y garantizaban la seguridad de los adormilados pasajeros y pasajeras.

Les pregunté si conocían la historia de la azafata y el comandante que fueron premiados por la compañía aérea Swissair en el año 1998 por la inteligente y aleccionadora forma de solucionar un conflicto de vuelo. Me dijeron que no. Se la resumí en unos momentos.

Una pasajera que viajaba al lado de un negro llama a la azafata y le dice que nadie debe estar obligado a realizar un vuelo al lado de una persona desagradable. Le pide con firmeza que le cambie de asiento. La azafata le explica que la clase turista está completa y que ella no puede tomar la decisión de pasarla a primera clase. Tiene que consultarlo con el comandante. Se va y vuelve al cabo de unos minutos. Le dice a la impaciente pasajera que ha hablado con el comandante y que los dos están de acuerdo con ella, así que va a pasar a primera clase. Ella hace ademán de levantarse y, entonces, la azafata le aclara:

– No se mueva, señora. Quien va a pasar a primera clase no es usted sino este señor que está a su lado.

Celebramos la magnífica lección. Hicieron alarde de ingenio, perspicacia y rapidez. El comandante me muestra, a renglón seguido la otra cara de la moneda. Cuenta que en un vuelo de cierta compañía suben a primera clase tres pasajeros jóvenes de raza negra, hijos,  al parecer, de un importante político africano. Los tres despiden un olor insoportable. Las quejas de los pasajeros no se hacen esperar. Resultan tan insistentes que el comandante sale para comprobar lo que sucede y, ante la desagradable realidad, decide expulsar del avión a los tres jóvenes negros.

–       Bájense del avión, por favor.

Días después, ante la reclamación de quienes se vieron obligados a bajar del avión, se le abre un expediente al comandante tildándole de racista. Cuando éste recibe la noticia de que ha sido expedientado por racismo, hace saber  a las autoridades que está casado con una mujer negra. Demuestra así, de manera  incontestable,  que no es racista. La causa de la expulsión no había sido, pues, la raza de los pasajeros sino su olor pestilente.

Regresé a mi asiento pensativo. Y, sentado ya, fui hilvanando estas líneas que ahora tienes delante querida lectora, querido lector. Hay que establecer los nexos lógicos con rigor.  Algunas veces se hacen atribuciones falsas.  Estos malolientes pasajeros pensaron (o hicieron creer que pensaban) que la causa de su expulsión era el color de su piel. No había sido así. El problema era otro. La falta de respeto hacia otras personas que tenían derecho a no soportar durante horas un olor fétido.

Algo parecido le sucedió a Doña Esperanza Aguirre cuando dijo que los policías de tráfico le habían multado por ser mujer. No. La habían multado por ser una infractora de la ley.

La cuestión que estoy planteando tiene que ver con el rigor, no con el racismo o con el sexismo. Hablo de las atribuciones que se hacen acerca de las conductas. Ya sé que la línea divisoria puede ser muy difusa y problemática, pero existe.

Las interpretaciones pueden tendernos una trampa. Porque, en los casos que he citado (uno relacionado con el racismo y otro con el sexismo)  podría suceder que las personas hubieran estado guiadas por actitudes negativas o, quizás, por actitudes positivas. Es decir, que se podría  poner la multa por haber infringido la ley o por ser una mujer la que la había incumplido. Que se podría haber expulsado del avión a los tres pasajeros por el mal olor que despedían o por el hecho de ser negros. La pregunta fundamental es la siguiente: ¿habrían actuado los protagonistas de manera diferente en el caso de ser blancos los tres malolientes pasajeros y de ser un varón el infractor de la norma de tráfico? Probablemente sí.

La mala interpretación puede estar en quien actúa, en el destinatario o destinataria de la acción y en el espectador o conocedor de los hechos. Es decir,  que  puede equivocarse quien actúa pensando que su actitud no es racista, cuando realmente lo es. El destinatario de la acción puede pensar que no es objeto de discriminación cuando realmente lo es. Lo mismo sucede con el espectador o conocedor de los hechos.

Claro que, algunas veces, la intensidad de la duda se hace insignificante o, incluso, desaparece. Si un policía golpea brutalmente a un negro que no ha hecho nada, simplemente por el color de su piel, la duda desaparece. Si un hombre mata a su mujer a golpes, quedan pocas dudas de la actitud que le mueve.

Estas reflexiones  pretenden invitar a la reflexión. A una reflexión exigente en busca de la igualdad y del respeto a todas las personas.  En busca de la verdad.

“El racismo contemporáneo ya no se basa en una  doctrina biológica sino en la voluntad de justificar y de perpetuar la desigualdad de las condiciones sociales. Por tal motivo constituye una violación programática de los derechos humanos y es denunciado como un crimen de lesa humanidad”, dice Jorge Vigil Rubio en su libro “Diccionario razonado de vicios, pecados y enfermedades morales”.

Existe el peligro de que acusemos de racista a quien no lo es, atribuyendo una actitud que quien actúa no tiene. O de que exculpemos a quien tiene esa actitud y la esconde bajo razonamientos engañosos. Cuando se pegan en el patio dos chicos, uno negro y otro blanco, no podremos sin equívoco acusar al blanco de racista, sobre todo si se pelea al cabo de un rato con un blanco.

Me cuenta un profesor catalán que puso a dos chicos delante de toda la clase, uno negro y otro blanco. Les pidió que dijesen qué diferencias encontraban entre los dos.  El chico blanco dijo a bote pronto:

– ¡Las zapatillas!

La convivencia de personas diversas puede favorecer el respeto y la igualdad cuando nos consideramos unos a otros depositarios de la misma dignidad y de los mismos derechos por el simple hecho de ser personas.

21 respuestas a «Bájense del avión»

  1. Querido amigo y maestro:

    Me han parecido muy ingeniosas las dos resoluciones de los conflictos que explicitas en el artículo.

    Muchas gracias por la reflexión.

    Es importante discernir.

    Y es importante la libertad. Se nota claramente cuando alguien está al servicio de intereses políticos.

    Considero que los docentes debemos ser libres. Nuestra misión debe ser educar.

    La duda metódica de Descartes debería servirnos para tomar en consideración que, salvo que se posean certezas incuestionables, no deben tomarse como verdades absolutas situaciones que ni siquiera se han presenciado en primera persona.

    Recuerdo hace varios años una experiencia que nos regalaste en clase. Había que contar el mayor número posible de palillos en un minuto, proponiendo una estimación del resultado previa a la prueba.

    De aquella propuesta, proponías que tratáramos de extraer conclusiones en virtud al punto de vista del conocedor de la a actividad.

    Y efectivamente, el grado de conciencia, de conocimiento, era distinto, a tenor del modo de tener acceso a la misma. Se podían distinguir tres niveles o puntos de vista distinto:

    – La percepción de quien conoce la experiencia porque se la han contado.

    – El grado de proximidad a la misma del espectador en primera persona.

    – La conciencia sobre la prueba de quien cuenta los palillos en primera persona.

    Para continuar reflexionando…

    Muchas gracias también por aquellas experiencia. Fue hace unos siete años. Aún permanece.

    Un gran abrazo MAS.

    Saludos.

  2. A la atención de Juan Carlos Muñoz:

    Muchas gracias por las palabras del artículo anterior (pido disculpas por mi tardanza en responder).

    Me ha encantado la propuesta didáctica sobre “dibujar un arco”. La tomaré como referencia y seguro que la emplearé con mis alumnos a partir de ahora. También les diré quién me lo enseñó, pues es lo menos que puedo hacer.

    Muy agradecido por su lección.

    Un cordial saludo.

    A su disposición:

    Juan Miguel Ramírez.

  3. Querido Juan Miguel.
    Me alegra mucho, cada sábado, encontrarme con tu comentario madrugador.
    Recuerdo aquella experiencia sobre el nivel de aspiraciones. Cuando pienso en personas como tú me convenzo más de lo importante que es la tarea de enseñar.
    Un abrazo emocionado y agradecido.
    MAS

  4. Estimado Juan Miguel.

    Sólo improvisé un ejemplo en virtud de las distintas sugerencias e interpretaciones del vídeo. Estamos acostumbrados a plantear a nuestros alumnos cuestiones convergentes cuando resulta más enriquecedor desde el punto de vista creativo, cognitivo o intelctual las divergentes.

    Saludos cordiales recíprocos.

  5. Con el permiso de Miguel Ángel.

    Esta semana, súbita e inesperadamente, de forma cruel, un frío cuchillo ha atravesado mi corazón.

    ¡Hasta siempre mamá!

  6. Querido Miguel Ángel.

    Me parece muy oportuno el artículo y me quedo con una expresión que la tomo literalmente pues coincido plenamente con ella: “Estas reflexiones pretenden invitar a la reflexión. A una reflexión exigente en busca de la igualdad y del respeto a todas las personas”.

    Y ahora surge la interrogante: ¿Es frecuente la defensa de la igualdad y el respeto a todos los niños y niñas en el ámbito educativo, independientemente de sus culturas y de sus creencias?

    Mucho me temo que no. Sé que las manifestaciones más explícitas de racismo y de sexismo no suelen ser frecuentes, pues podían en la actualidad denunciarse. Sin embargo, y no solo por el conocimiento directo que puedo tener, sino también por las investigaciones que he llevado a cabo a lo largo del tiempo, se siguen produciendo discriminaciones en el ámbito de las creencias, y, lo más problemático de todo, respaldadas legalmente.

    Me explico. Si alguien consulta los datos que nos proporciona el CIS (Centro de Investigaciones Sociológicas) referida a las creencias de la población, podrá comprobar que hay una pluralidad de creencias religiosas en nuestro país y que también existe un sector amplio de la población (alrededor del 25%) que no se siente ligado a ninguna confesión religiosa.

    Pues bien, se sigue actuando como si todos fuéramos o debiéramos ser católicos. No se respeta que otros escolares reciben en sus casas formación en el protestantismo, islamismo, judaísmo, hinduismo… o que no reciben ideas religiosas porque sus padres tienen una cosmovisión no ligada a interpretación religiosa institucionalizada.

    Muchos de estos últimos padres comprobaban que su hijo o su hija en las horas destinadas a las clases de religión católica (pues es la que se imparte en nuestro país) tenían que irse al patio, con el director, a la biblioteca o cualquier otro sitio. Abierta discriminación que poco profesorado se atrevía a denunciar, porque se tiene mucho temor abordar este tema.

    Puesto que la multiplicidad de creencias religiosas es real, llevé a cabo una investigación con una compañera psicóloga residente en Barcelona, en colegios en los que se abrieron a la misma.

    En ella, se les pedía a los niños y niñas que plasmaran su idea de Dios a través de sus dibujos y que detrás de la lámina escribieran lo que habían representado. Comprobamos la diversidad de visiones que tenían, pero el problema es que esas creencias eran obtenidas en el seno de la familia, pero que al llegar al colegio lo que se recibía era religión católica, que les resultaba extraña a la formación nacidas en el seno de sus familias.

    Pero, claro, tenían que aceptar y no decir nada (o irse al patio, etc.), puesto que estamos en un país que todavía no es laico, sino “aconfesional” y en el que la Constitución recoge la “singularidad” de la Iglesia católica, lo que es un coladero para que se sigan produciendo, por un lado, privilegios hacia la misma, y discriminaciones a quienes no pertenecen a ella.

    Más recientemente, he escrito un nuevo artículo, producto de otra investigación, esta vez en Córdoba y provincia, titulado “Otras familias, otras religiones”, donde describo las características de los escolares de otras creencias.

    Ahí debajo pongo los enlaces por si hay algún lector o lectora interesado en su lectura.

    Un gran abrazo para ti, y un cordial saludo a todos aquellos que realmente defienden la igualdad y el respeto a todas las personas (sin exclusión), tal como has indicado.

    http://www.montilladigital.com/2011/11/la-idea-de-dios-en-los-escolares.html

    http://www.montilladigital.com/2014/08/otras-familias-otras-religiones.html

  7. Querido Miguel Ángel.

    Me parece muy oportuno el artículo y me quedo con una expresión que la tomo literalmente pues coincido plenamente con ella: “Estas reflexiones pretenden invitar a la reflexión. A una reflexión exigente en busca de la igualdad y del respeto a todas las personas”.

    Y ahora surge la interrogante: ¿Es frecuente la defensa de la igualdad y el respeto a todos los niños y niñas en el ámbito educativo, independientemente de sus culturas y de sus creencias?

    Mucho me temo que no. Sé que las manifestaciones más explícitas de racismo y de sexismo no suelen ser frecuentes, pues podían en la actualidad denunciarse. Sin embargo, y no solo por el conocimiento directo que puedo tener, sino también por las investigaciones que he llevado a cabo a lo largo del tiempo, se siguen produciendo discriminaciones en el ámbito de las creencias, y, lo más problemático de todo, respaldadas legalmente.

    Me explico. Si alguien consulta los datos que nos proporciona el CIS (Centro de Investigaciones Sociológicas) referida a las creencias de la población, podrá comprobar que hay una pluralidad de creencias religiosas en nuestro país y que también xiste un sector amplio de la población (alrededor del 25%) que no se siente ligado a ninguna confesión religiosa.

    Pues bien, se sigue actuando como si todos fuéramos o debiéramos ser católicos. No se respeta que otros escolares reciben en sus casas formación en el protestantismo, islamismo, judaísmo, hinduismo… o que no reciben ideas religiosas porque sus padres tienen una cosmovisión no ligada a interpretación religiosa institucionalizada.

    Muchos de estos últimos padres comprobaban que su hijo o su hija en las horas destinadas a las clases de religión católica (pues es la que se imparte en nuestro país) tenían que irse al patio, con el director, a la biblioteca o cualquier otro sitio. Abierta discriminación que poco profesorado se atrevía a denunciar, porque se tiene mucho temor abordar este tema.

    Puesto que la multiplicidad de creencias religiosas es real, llevé a cabo una investigación con una compañera psicóloga residente en Barcelona, en colegios en los que se abrieron a la misma. En ella, se les pedía a los niños y niñas que plasmaran su idea de Dios a través de sus dibujos y que detrás de la lámina escribieran lo que habían representado.

    Comprobamos la diversidad de visiones que tenían, pero el problema es que esas creencias eran obtenidas en el seno de la familia, pero que al llegar al colegio lo que se recibía era religión católica, que les resultaba extraña a la formación que recibían en sus familias.

    Pero, claro, tenían que aceptar y no decir nada (o irse al patio, etc.), puesto que estamos en un país que todavía no es laico, sino “aconfesional” y en el que la Constitución recoge la “singularidad” de la Iglesia católica, lo que es un coladero para que se sigan produciendo, por un lado, privilegios hacia la misma, y discriminaciones a quienes no pertenecen a ella.

    Más recientemente, he escrito otro artículo, producto de otra investigación, esta vez en Córdoba y provincia, titulado “Otras familias, otras religiones”, donde describo las características de los escolares de otras creencias.
    Ahí debajo pongo los enlaces por si hay algún lector o lectora interesado en su lectura.

    Un abrazo para ti, y un cordial saludo a todos aquellos que realmente defienden la igualdad y el respeto a todas las personas (sin exclusión), tal como has indicado.

    http://www.montilladigital.com/2011/11/la-idea-de-dios-en-los-escolares.html

    http://www.montilladigital.com/2014/08/otras-familias-otras-religiones.html

  8. Estimado Juan Carlos Muñoz:

    Me he quedado helado al leer el comentario anterior. Lo siento mucho.

    Ánimo.

    (En cuanto al ejemplo sobre las interpretaciones del vídeo, no lo conocía y me ha parecido muy interesante desde el enfoque didáctico)

    Un abrazo.

  9. Querido amigo y maestro:

    Muchas gracias por tus palabras. Yo soy quien se siente agradecido (si es que se puede expresar mi gratitud solo con palabras) por todo lo que me has enseñado.

    Un fuerte abrazo.

  10. Querido Juan Carlos:
    Acabo de leer tu comentario, después de pasar el día fuera de casa con la familia.
    Los que hemos pasado por ese trance sabemos el vacío que deja una madre. La mía también falleció de forma repentina cuando tenía 63 años.
    Yo digo que la muerte es algo excesivo y que a la muerte, como al sol, no se ls puede mirar de frente.
    Preparamos para la vida en las aulas y en las casas, pero no para la muerte (la propia y la de los seres queridos).
    Piensa que el mejor homenaje a tu madre es que su memoria te haga más feliz y mejor persona.
    Un abrazo.
    Miguel A. Santos

  11. Juan Miguel y Miguel Ángel.

    Gracias por vuestros comentarios.

    Ya sé que éste es un lugar para la reflexión y jamás me hubiera atrevido a utilizarlo para hablar del fallecimiento de mi madre. Pero aún recuerdo el dolor de Miguel Ángel cuando hablaba de la pérdida de un familiar o la de Loli, tan solo hace unos días. En un foro como este en donde se habla semanalmente de la educación, de los valores, de las emociones,… de la vida, he querido manifestar públicamente mis sentimientos… Quizás Miguel Ángel por ahí se empieza a ser mejor persona.

    GRACIAS!!

  12. A pesar de las circunstancias, quisiera desear a quienes coincidimos en El Adarve una feliz Nochebuena y una muy feliz Navidad.

  13. Magnífico texto que presenta las dos caras de la moneda.
    La de la discriminación.
    Y la de la trampa.
    Artículo para pensar.
    Gracias.

  14. Gracias Juan Miguel.
    Me uno a tu felicitación a todos los lectores y lectoras.
    Como suelo hacerlo. Diciendo a cada uno:
    Felicidades y felicidad-des.
    Un abrazo.
    MAS

  15. Gracias Juan Miguel. Gracias Miguel Ángel.

    Yo también os deseo lo mejor para el año que viene y lo hago extensivo a resto de lectores.

  16. Es necesario luchar contra la discriminación. Las dos anécdotas nos sitúan en peligros tan graves como reales.
    La lucha exige análisis y luego un compromiso con la acción.
    No podemos retrasar la lucha porque hay víctimas.

    • Querido Marcelo:

      Fue un placer compartir contigo las horas de trabajo en el taller sobre evaluación y los ratos de ocio en los que pude conocer a Natalia y a vuestra hija.
      Muchas gracias a ti por la amabilidad de leerme y por compartir tus comentarios en el blog.
      Un abrazo.
      MAS

  17. Racismo, sexismo… Graves problemas que aquejan a nuestra sociedad.
    Esos problemas exigen una reacción por parte de todos y cada uno de nosotros.
    A veces pensamos que hay comportamientos racistas sin haberlos, pero lo peor es lo contrario, Hay que estar alerta.

  18. Importantísimo tema.
    No se puede discriminar a nadie por su raza, por su género o por su edad…
    También es importante e avistar las trampas de las que se habla en el artículo.

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