El cristal con que se mira

19 Ene

Nadie lo sabe todo. Todos somos capaces de aprender algo. Entre todos podemos aprenderlo todo. Gracias a las interacciones podemos enriquecernos mutuamente. Tenemos visiones distintas de la realidad y de la vida y, gracias a esa visión plural, caleidoscópica, juntos, podemos aproximarnos a la verdad.

El elefante era el mismo, pero las visiones resultaron muy diferentes. Cada uno tenía una parte de la verdad, cada uno contempba la realidad desde una diferente perspectiva.

Cada uno tiene una visión de las cosas. No existe una sola forma de verlas. Si las ponemos todas juntas podremos tener una versión más rica y rigurosa de la realidad. El problem se produce cuando uno pretende imponer a los demás su forma de ver las cosas. Y cuando quienes se consideran propietarios de la verdad, dan por hecho que todos los que piensan de forma diferente están instalados en el error.

Nadie, ni personas ni grupos, tiene el privilegio de la verdad. Nadie es infalible. Y mucho menos el que dice que lo es. Cada perspectiva ofrece una parcela de verdad.

Cuenta una leyenda persa que, al comienzo de los tiempos, los dioses repartieron la verdad dando a cada persona un trocito, de modo que para reconstruir la verdad hace falta poner el trazo de cada uno. No hay trozo pequeño. No hay trozo insginificante. No hay trozo despreciable. El de todos es necesario. Verdad y comunicación serían dos caras de una misma moneda.

Nadie es tan sabio que no tenga nada que aprender, nadie es tan torpe que no tenga nada que enseñar. Ese intercambio, esa interacción cognitiva y emocional nos permitirá acercarnos a la verdad.

Acabo de leer la última novela de Luis Landero. Se titula “Absolución”. Creo que Lnadero maneja el lenguaje castellano con la precisión de un orfebre, la elegancia de un artista y la riqueza de un sabio. Muchas veces, cuando le leo, tengo la sensación de que construye las frases con tanta magia que no me importa la intriga de su novela o el contenido de sus ideas, sino el modo con que las cuenta. Es un malabarista del lenguaje. En cada una de sus páginas podríamos encontrar ejemplos de la tesis que mantengo en este artículo. Es decir, que hay muchas formas de ver la realidad, de interpretar los hechos, de vivir la vida. He aquí un ejemplo:

“Hasta entonces, ya un par de veces había aparecido en plena noche el señor Levin y le había saludado de pasada camino del despacho. Qué podía hacer en el hotel a aquellas horas intempestivas era un misterio para Lino. Las dos veces se enerró allí durante mucho tiempo y al final salió pálido, vacilante, caminando con lenta y torpe solemnidad, saludó con la mano y se fue. “Sufre de insomnio y viene aquí a matar el rato”, le dijo el guarda de seguridad. “Está muy solo”, le dijo un botones. “Cuando se va de putas le gusta tomar aquí la última copa”, le dijo el cocinero jefe. “Está muy enfermo y alarga así el tiempo que le queda”, le dijo un camarero. “Tiene una historia muy triste que nadie conocer”, dijo una de las gobernantas”.

Cada mirada, una versión de la realidad. Cada persona una interpretación de los mismos hechos. Existe un ejemplo clásico que permite ejemplicar de forma muy elocuente esta necesidad de pluralismo en la mirada. Un ejemplo que pone en evidencia la torpeza y la inexactitud que genera el sectarismo y la obcecación, la visión parción parcial elevada a categoría indiscutible. Me refiero a la fábula que cuenta cómo describen un elefante seis ciegos o seis personas videntes que lo exploran en la oscuridad.

La fábula tiene origen oriental. John Godfrey Saxe fue un poeta estadounidense conocido por la narración de esta fábula india (“The Blidmen and the Elephant”), introduciendo así la historia para un público occidental.

En el libro de OWSEND, P.L y GEBHARDT, J.E., Calidad en acción, aparece una versión de esta historia que reproduzco a continución y que ilustra de forma clara lo que pretendo decir en estas líenas.

El rey de Ancient, que había oído hablar en una Conferencia de Reyes sobre la importancia de los elefantes, encarga a sus expertos Lawrence, Curleigh y Mough que le traigan información de estos extraños animales. El Rey les da el nombre de una ciudad que alberga un elefante. Acuden a ella y cada uno, durante la noche, se acerca sigilosamente al lugar donde se encuentra el elefante.

– El elefante es como un muro, se dijo Lawrence, que había topado en la oscuridad con el costado.
– El elefante es como una soga muy larga, pensó Curleigh, quien había tocado su cola,
– El elefante es como un árbol, concluyó Mough, que se había encontrado con una pata.

Se organizó un Simposium para analizar las distintas informaciones. Los tres expertos hicieron sus respectivos dibujos. Lawrence fue el primero en mostrar su dibujo. Era muy parecido a un trozo de pared con patas cortas y pies pequeños, una cabeza y una cola pequeñas de aspecto curioso. El dibujo de Curleigh mostraba una soga gruesa con uno de los extremos unido a lo que parecía un perrito con grandes orejas y una nariz larga. El dibujo de Mough parecía ser el de un pequeño bosque hasta que se notaba que en la copa de cuatro árboles gigantescos estaba apoyado un cuerpo pequeño. La pared de Lawrence, la soga de Curleigh y el árbol de Mough estaban muy bien dibujados y causaban impresión.

El elefante era el mismo, pero las visiones resultaron muy diferentes. Cada uno tenía una parte de la verdad, cada uno contempba la realidad desde una diferente perspectiva.

La unión de todas ellas permite acercarse más claramente a la realidad. Los tres podían aprender de lo que habían visto los otros.

Es curioso, por ejemplo, ver cómo analiza cada persona el origen y las soluciones de la crisis. Es llamativo comprobar cómo cada ciudadano analiza los mismos hechos desde prismas de interpretación diferente sgún su filiación religiosa. Es chocante cómo cada partido político ve los resultados de las elecciones siendo éstos los mismos o cómo interpretan los aficionados de dos equipos que se enfrentan las incidencias de un partido. Lo dijo Ramón de Campoamor: Las cosas son del color del cristal con que se mira. Por eso es bueno compartir las diferentes miradas. Y desconfiar alguna vez del color de los cristales.

22 respuestas a «El cristal con que se mira»

  1. Siguiendo con la reflexión final y con el juego de palabras…

    El problema, Miguel Ángel,es que cada uno tiene un cristal con una graduación óptica distinta, y cuando mira con el cristal de otra persona no ve, y si ve, observa la realidad distorsionada…

    La graduación de cada cristal está condicionada por la experiencia y la educación de cada uno.

    Una educación interactiva y comunicativa es más enriquecedora que una formación (o deformación en este caso) cuando sólo existe un canal y no hay lugar a una respuesta en la comunicación.

    Quizás el problema no sea tanto de graduación ni del color del cristal, sino, simplemente, de pasarle un paño húmedo y limpiarlo para ver más claro.

    Sea como fuere, en educación, una enseñanza plural ayuda en gran medida a limpiar, graduar o cambiar de color el cristal.

    Un placer reflexionar y aprender con usted.

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  4. Abuelo:
    Es cierto. Hay un enfoque contemporizador con todas las visiones, incluidas las que quebrantan el respeto, la dignidad y la equidad. No me refiero a esas visisones que, sin ambages, condeno.

    El problema puede estar también en el dogmatismo, en el hecho de creer que esas visiones son solo de los otros.

  5. Este artículo se puede unir con el anterior en el que se comentaban las declaraciones del Sr. Obispo. No hay duda de que el obispo tiene esas gafas y la mayor parte de los comentaristas otras.
    El último párrafo de Miguel Ángel es muy significativo: todos los debates televisivos, de radio, conferencias, etc. tratan de trasmitirnos la verdad? de cada uno de los ponentes. Los que escuchan con mentalidad abierta se irán adhiriendo a una u otra visión de las cosas. En definitiva, creo que es muy pedante, en lo opinable, el creer que mi opinión es la verdadera y defenderla a capa y espada.
    Hay cosas intrínsecamente malas que creo que no son opinables y que, por protección social, se debe prohibir el mismo enunciado.
    Hermoso artículo para reflexionar.

  6. Depende es el título de una canción de Jarabe de palo(grupo musical español). El estribillo dice: ¿de qué depende? de según como se mire, todo depende. Cuando en clase, con mis alumnos de 5º de Primaria, reflexionamos sobre la verdad, siempre cantamos esa canción y así ellos se motivan mucho. Pero, en las relaciones personales sobre las que la persona construye su personalidad, padres-hijos, maestros-alumnos, maestros-padres, padre-madre, hermano-hermano, amigos-amigas, ¿buscamos el modelo basado en la verdad, en la transparencia, en el respeto a las distintas opiniones? ¿ O de repente, todos somos superespecialistas?
    de todo? ¿O alguna mamá le dice a la maestra cómo
    enseñanar a restar con llevadas? ¿ O algún paciente le dice al médico qué pruebas tiene que mandarle?.
    Tenemos que compartir nuestro trocito de verdad con los demás pero si yo soy maestro(que lo soy), debo de reconocer y de valorar al electricista en su trabajo, y a la inversa.
    ¿ Y si le preguntamos a una persona que ha tenido un accidente y sigue vivo, qué es la felicidad? Su respuesta seguro que ha cambiado. Necesitamos empatizar más.
    Muchas gracias Profesor.

  7. Ojo, Abuelo, porque algunos que se preocupan por el relativismo piensan que son LOS DEMAS quienes pueden llegar a esas visiones negativas que tú temes.
    Tu advertencia es buena, pero si te incluye. Si no te deja fuera como si estuvieras en posesión de la verdad.

  8. No solo es que cada uno ve las cosas de una manera sino que uno mismo las ve distintas en épocas difeentes de la vida porque evoluciona, aprende, tiene nuevas experiencias…
    Yo misma, hace años, tenía una visión de la realidad que no se parecía en nada a la que ahora tengo.
    Eso no quiere decir que haya cambiado de chaqueta, como suele decirse, sino que he madurado, he evolucionado, he leído…

  9. Personalmente y a este respecto me siento próximo a Mateo (…compartir nuestros trocitos de verdad…) y a Marta (…relativismo… de todos). Creo que M.Ángel en este post invita a compartir enfoques, interactuar por todos los medios, beber de fuentes distintas en busca de certezas… qué otra cosa puede ser distinta al diálogo en cualquiera de sus cada vez más diversas posibilidades.
    Dos enemigos principales puedo destacar para conocer la realidad, por extrapolación la verdad; el interés y la vanidad. Limitado, corto y muy fuerte el primero, cerrado en los límites del propio beneficio. Retorcida y miserable la segunda, ciega y oblicua más allá de la sana autoestima.
    Hay una lectura interesantes de Sartre, -La Leyenda de la verdad- …
    .
    http://es.scribd.com/doc/64316468/Sartre-Leyenda-de-La-Verdad-1929
    .
    …que puede leerse previa suscripción gratuita, con un curioso enfoque personal en torno a la Verdad en poco menos de veinte páginas que comienza afirmando…
    ”…La verdad no nació primero. Los belicosos nómadas no tenían necesidad de ella, sino más bien de bellas creencias. ¿Quién puede decir lo que hay de verdadero en la batalla?…”…
    Es una lectura complicada, que no nos habla de verdades reveladas a la vez que invita a la reflexión en torno a las propias realidades…
    ”…Fácilmente se estableció un mercado de palabras cuya sede no era diferente de la del mercado de subasta. Allí se intercambiaban ostentaciones, cálculos, artificios, trucos circunspectos de mercaderes. Los productos del discurso conocieron allí, mucho antes que los otros, la racionalización: se impuso un modelo único…”…
    Es una lectura breve de poco menos de una hora que puede darse vueltas durante bastante más tiempo.

  10. El cristal debe limpiarse porque puede estar sucio (intereses, pereza, egoísmo, odio, avaricia…). Es preciso esforzarse para que la mirada sea limpia y para que la búsqueda de la verdad nos lleve a alguna parte.
    La verdad se construye, no es un regalo que nos venga de fuera.

  11. Creo que el dogmatismo nos instala en nuestras concepciones y no nos permite conocer otras formas de ver la dida, las personas y las cosas.
    Pensar que otros pueden ver la realidad desde pderspectivas diferentes a la nuestra es un ejercicio de salud mental.

  12. Siempre leo con gran atención, a veces con sed…. Hoy no he podido salir de la palabra EMOCIOANAL… «Ese intercambio, esa interacción cognitiva y emocioanal nos permitirá acercarnos a la verdad…» A veces las erratas son hilarantes, y la risa no te deja hacer otra cosa que reir…. Gracias, M.A. Prometo leer el arte (que no artículo, mucho menos ‘post’, horrible palabro») otro día más despacio y entero

    • Estimado Julio:

      Ya he corregido la errata. Es fantástica. Tienes razón. Hay erratas fabulosas. Existe un libro estupendo titulado «Elogio y vituperio de la errata». En alguna ocasión escribí un artículo titulado «Las erratas nunca abandonan el barco». Te cuento algunas para que esa risa no cese.
      1. En la crónica local apareció la siguiente noticia: «Ayer nos visitó nuestro querido señor obispo, TONTO más amado cuanto más conocido».
      2. Se rendío homenaje a un conocido homosexual. Y en la prensa apreció lo siguiente: «Ayer se entregó a fulano el premio de Malagueño del ANO».
      3. En la esquela de alguien que había fallecido ahogado se pudo leer: Descanse en PEZ».
      4. Se hizo un homenaje a una reconocida pintora de más de 90 años. El cronista terminba así su reseña:
      «Esperamos que NO dure muchos años».
      5. En una crónica taurina: «Ayewr el diestro hizo en la plaza una extraordinaria faena con el cipote».

      Bueno, gracias por leer con tanta atención.
      Ya nos dirás, si te apetece, lo que te pareció el artículo.

  13. La tolerancia hace que pensemos que los otros tienen parte de la verdad. Creer que todos están equivocados es un error. O, mejor, una estupidez. Recuerdo aquella expresión del abuelo que veía desfilar a su nieto en el ejército y decía: Todos marcan mal el paso en el ejército menos mi nieto.

  14. La interculturalidad nos sitúa ante concepciones de la realidad muy diferentes.
    Viajar es un modo de comprender que hay otras forma de vida y de pensamientos. Resulta sano para la mente.
    La mentalidad pueblerina nos hace pensar que solo es verdad lo que conocemos.
    Y leer es también una buena forma de abrir la mente a otras formas de ver el mundo.
    Viajemos. Leamos. Abramos la mente.

  15. Gracias, Miguel Ángel, por tu contestación a Julio, pues has conseguido que me tronchara de risa, cosa que no es tan fácil conseguirla en los tiempos actuales.

  16. Hay que dudar de lo que se cree y de lo que sabe.
    Muchas personas nunca se interrogan, nunca dudan. Y por eso es difícil descubran que hay otras verdades.
    El dogmatismo es un peligro. A mi juicio, hay que tener una postura de búsqueda permanente.

  17. Creo que la duda es un estado incómodo, pero la certeza es un estado ridículo.
    Creo que es preciso poner en tela de juicio lo que hacemos y lo que pensamos.
    He contado alguna vez que una profesora americana que se llama Patricia Henderson dice muchas veces en sus conversaciones «en mi opición», «desde mi opinión»… Le preguntaron en una ocasión que por qué decía tantas veces «en mi opiniòn». y ella dijo: Porque me gusta mucho dudar, porque lo considero muy importante. Tan importante me parece que ya le he encargado a mi familia que, cuando muera, el epitafio que se pongo sobre mi tumba, diga lo siguiente: EN MI OPINIÓN AQUÍ YACE PATRICIA HENDERSON.

  18. Simpática y sigificativa anécdota,Miguel Angel.
    Remito a los lectores al libro «La escuela que aprende». Y que lean la fábula con la que se abre el libro y que se titula «El grillo maestro».

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