La infancia robada

11 Dic

La explotación infantil es algo tristemente habitual en muchos países.
La explotación infantil es algo tristemente habitual en muchos países.

Habituados a contemplar la infancia en un contexto, nos olvidamos fácilmente de otros en los que la realidad es muy diferente. Como vemos escolarizada a la práctica totalidad de los niños y de las niñas de nuestro entorno, no reparamos en que existen millones de niños y de niñas sometidos a la tortura de la explotación laboral.

Hoy debemos considerar trabajo infantil (más allá de la relación laboral de empleo) toda aquella actividad económica, remunerada o no, realizada por niños y niñas, por debajo de la edad mínima de admisión al empleo o trabajo. La Convención sobre los Derechos del Niño, en su artículo 32, define con claridad el derecho del niño a ser protegido del trabajo infantil:

“Los Estados Partes reconocen el derecho del niño a estar protegido contra la explotación económica y contra el desempeño de cualquier trabajo que pueda ser peligroso o entorpecer su educación, o que sea nocivo para su salud o para su desarrollo físico, mental, espiritual, moral o social”.

No estoy muy de acuerdo con esta redacción, aunque sí con el principio que la inspira. Y no estoy de acuerdo porque no hay nada que especificar. Los niños y las niñas deben ser protegidos contra el desarrollo de cualquier trabajo que no sea el de su educación. Porque se puede dar a entender que si el trabajo no es peligroso o nocivo para la salud o para su desarrollo entonces no hay problema. Y lo hay.

Choca ver con qué facilidad se incumplen las leyes que no interesan. Si se atenta contra la propiedad privada de cualquier político o de cualquier juez, las consecuencias de esa acción serán inevitables, Pero si, contraviniendo la ley, se pone en peligro la vida de millones de niños y de niñas, no pasa nada.

Respecto al trabajo infantil existen algunos mitos y errores que conviene denunciar. Uno de ellos consiste en pensar que “el trabajo dignifica”. El trabajo es un valor para los adultos pero, para los niños y las niñas, es una forma de tortura. Otro mito es afirmar que “los niños y las niñas son explotados por sus padres y madres” cuando lo que en realidad sucede es que toda la familia es víctima de la pobreza. Un tercer mito es decir que “es mejor que los niños trabajen a que estén sin hacer nada”. Los niños y las niñas tienen derecho a su educación y ésta es esencial para su desarrollo. El cuarto mito al que quiero referirme es el que sostiene que “si un niño trabaja va a estar mejor preparado para conseguir empleos cuando sea adulto”. No es así. Por el contrario, todo lo que atenta contra una buena educación, limita las posibilidades de empleo en el fututo. “Los niños tienen mejores condiciones que los adultos para realizar ciertos trabajos”, dice el quinto mito. No es cierto que puedan realizar mejor los trabajos, aunque sí es cierto que son tratados y pagados de forma diferente. El sexto mito se enuncia así: “Es mejor que un niño trabaje a que esté robando”. No es cierta la afirmación de que hay delincuencia porque los niños no trabajan. El último se refiere a las niñas y dice “que las niñas que realizan trabajos domésticos en el hogar no trabajan”. Entonces, ¿qué hacen?

La pobreza es la principal causa del trabajo infantil en el mundo. Pero lo es también la avaricia y la insensibilidad de muchas personas que pretenden enriquecerse de forma abusiva.

Hay en el mundo un elevadísimo número de niños a quienes se está robando la infancia. Familias que viven en la miseria, sacan del trabajo de sus hijos e hijas un pequeño emolumento que les permite sobrevivir. El patrón es, a veces, el propio padre. Otras veces se trata de empresas que utilizan una mano de obra dócil y barata.

El problema no reside sólo en la explotación y en las malas condiciones de trabajo, que ya es mucho. El problema es que esa situación les arrebata el tiempo de juego y la ocasión de aprender. El lugar de los niños es el hogar, es la escuela. El lugar de los niños no es la fábrica, la calle o el campo. Además, cuando el trabajo no supone la plena desescolarización suele producir malos resultados en el aprendizaje, repetición de cursos y abandono temprano.

Hay muchas modalidades de trabajo infantil, Citaré las más frecuentes:

– Cuidado de la casa y de sus hermanos cuando los mayores no están.
– Trabajo doméstico en su propia casa o en casa de terceros.
– Industria textil y de calzado, del vidrio, de materiales eléctricos, construcción, fabricación de juguetes, minería, cuero…
– Petición de propinas, apertura de puertas de taxis, limpieza de parabrisas, cuidado y lavado de coches…
– Venta ambulante.
– Utilización de armas en situaciones de guerra.
– Recuperación de materiales reciclables.
– Explotación sexual, tráfico y venta de droga y actividades ilícitas.
– Preparación de la tierra, siembra y cosechas en el campo.
– Cuidado de animales y cultivos, fumigaciones, acarreo de agua.

Es necesario erradicar el trabajo infantil en el mundo. Todos los niños y las niñas deberían importarnos. Millones de víctimas se ven obligadas a realizar trabajos inhumanos y a renunciar a su derecho a la educación.

¿Qué pasa con la leyes que proclaman los derechos de los niños y de las niñas? Son papel mojado en muchos lugares del mundo en los que los infantes son condenados a la explotación más denigrante. La impune violación de los derechos de los niños y de las niñas no puede dejar indiferente a nadie. Y, por ello, nadie debe quedarse con los brazos cruzados. El hecho de que esos niños y esas niñas no estén cerca no quiere decir que no existan.

¿Cómo mostrarnos impasibles ante esta tragedia que sigue en vigor mientras nuestros niños y niñas acuden cada día a las escuelas? ¿Cómo no denunciar a quienes explotan de manera tan brutal a estas criaturas? ¿Cómo no gritar y exigir a los políticos que tomen cartas en el asunto? ¿Cómo no comprometernos a mandar a la ruina a todos aquellos negocios que se construyen con el sudor de los niños y de las niñas?

17 respuestas a «La infancia robada»

  1. Lo más grave del trabajo infantil es que imposibilita a los niños y a las niñas el proceso de educación al que tienen derecho.
    Me han hablado de unas minas en Africa que tienen unas galerías tan pequeñas que sólo pueden pasar por ellas los niños que recogen el material buscado. UN material con el que se fabrican los móviles. También he oido que la recogida del algodón la hacen niños y niñas porque sus manos son más suaves.
    Qué terrible. Ha sido muy oportuna esta llamada de atención.

  2. Muchas gracias, señor Santos, estos artículos siempre son necesarios y nunca caen en saco roto. Los Gobiernos no hacen nada sin que se les obligue, y es una pena, pero así es y cada uno -persona- debe empezar con su propio ejemplo, y su propia exigencia. Un saludo, y gracias nuevamente.

  3. “Los niños y niñas tienen derecho a la educación”, este derecho no solo se vulnera en otros paises en los que los niños trabajan, aqui en ESpaña muchos de nuestros niños y niñas con diversidad funcional(discapacidad) tampoco tienen este derecho, o dicho de otra forma este derecho es sistemáticamente violado en España. la infancia con diversidad funcional es relegada al olvido mas absoluto porque no disponen ni de los medios ni de los recursos para tener una educación, por lo que es suficente y calla conciencias tenerlos ubicados en centros ordinarios. Inclumpliendo el gobierno la convención internacional sobre los derechos de las personas con discapacidad que no esta mal recordar que España ratificó en 2008. Es gravísimo lo que está ocurriendo es España, las personas piensan que la inclusión educativa es una realidad y lo cierto es que la infancia con diversidad funcional en un porcentaje muy elevado es victima de una continua violación de sus derechos.
    http://www.asociacionsolcom.org/
    En este enlace podeis leer las violaciones que en España se han hecho sobre los derechos reconocidos en la convencion.

  4. Llega la Navidad y nos acordamos de los que sufren todo tipo de miserias. Y está muy bien aprovechar estas fechas para denunciarlo, pero ¿y el resto del año?, volvemos a nuestra amnesia…

    ¿Cómo evitarlo y combatirlo? Se me antoja complicado…

    La personas de a pie contribuimos con las limosnas, apadrinando niños, enviando libros, cuadernos, làpices… a colegios perdidos en este mundo, y tantas otras medidas que nos proponen las ONGs. Pero todo ésto, que está muy bien, resulta insuficiente, así nos lo demuestra la realidad.

    Las acciones de mayor peso debe partir de los gobiernos de los países desarrollados, por ejemplo con el tan manoseado 0,7%. Pero estas medidas chocan frontalmente con los intereses políticos y económicos, que suelen ser muy distintos.

    Ante las injusticias los gobiernos miran hacia otro lado (Otorgación del premio Novel de la Paz y censura del gobierno chino, conflicto Israel-Palestina, Dictadura de Corea del Norte, Sometimiento del pueblo Saharaui por Marruecos, el hambre en los países pobres, las guerras eternas en países subdesarrollados…).

    Y todas estas penurias y desgracias la sufren millones de personas, entre ellas los niños.

    Hablar de educación y escuela es fundamental, pero antes hay que resolver los conflictos que dan lugar a estas injusticias.

    Y se me antoja, tal y como nos demuestra la realidad, que nuestros gobernantes sólo lo resuelven con otros conflictos, véase Irak o Afganistán.

    Y mientras, nosotros debatiendo los resultados del informe PISA, que no deja de ser desalentador tanto en España como en Andalucía. Pero ésto es otra historia, que seguro que Miguel Ángel tendrá apuntado en su agenda para comentarlo en el futuro.

    Feliz Navidad y que el año próximo sea lo más llevadero posible para los desheredados y marginados.

  5. La explotación laboral infantil es un problema que está a la vista de todos. Si embargo hace falta que el tema se torne mediático para que las autoridades, encargadas de velar por los niños reconozcan su existencia.
    Casi dos millones de niños y niñas menores de 15 años se ven obligados a realizar trabajos en las ciudades y el campo argentino, y cualquiera que haya caminado la calle los últimos años podía comprobarlo.
    Algo que nuestros gobernantes no acostumbran a hacer, salvo en épocas electorales.
    Lamentablemente los sucesivos gobiernos nacionales se han empecinado en negar el triste fenómeno.
    En ese sentido la secretaria de Trabajo de la Nación, reconoce que “para que los niños no trabajen se necesita una sociedad más justa y equitativa”.
    Y va más allá: “No vamos a erradicar el trabajo infantil si no somos un poco menos hipócritas, porque si les pagamos mal a los padres, ellos no van poder mandar a sus hijos al colegio, ni mantener su casa pero a pesar de ello se puede avanzar”.
    Considero una vez más que son solo palabras, porque la explotación continúa y en aumento día a día.
    La mayor parte de los niños trabajadores vive en las grandes ciudades, donde asisten a albañiles en la construcción, confeccionan calzados, bijouterie y prendas de vestir en emprendimientos familiares y pequeños talleres.
    Los chicos piden monedas y abren las puertas de los autos en las calles, limpian vidrios, son prostituídos, llenan carros con kilos de cartón, realizan tareas domésticas en casas particulares o en sus propios hogares y cuidan a sus hermanitos cuando sus padres no están. Como Ud. bien comenta.
    No hay forma de no tropezar con ellos en cada esquina, pero a veces resultan invisibles a los transeúntes.
    La mano de obra de los niños es utilizada también para cosechar yerba mate en Misiones, tabaco en Salta, algodón en Chaco, cebolla en San Juan, peras y manzanas en Río Negro, limones en Tucumán y diversas frutas y verduras en las quintas bonaerenses, etc.-.
    Los niños campesinos –en su mayoría– trabajan junto a sus familias, empujados por la abusiva forma de contrato “a destajo”. En el 2009, por ejemplo, se llegó a pagar en Mendoza (Donde yo resido) entre 36 y 85 centavos el tacho de uva (de 21 kilos).
    Pero también hay bandas organizadas que “alquilan” niños por menor paga que un adulto, como en la “tarefa” (cosecha) de la yerba mate mesopotámica, donde la Unión de Trabajadores rurales y Estibadores ( UATRE) estima que entre 6 mil y 7 mil niños dejan la escuela durante la temporada de cosecha. Y me consta cuando era docente rural, y aprendí a entender lo que eran los alumnos golondrinas.
    La explotación infantil es un flagelo en crecimiento en todo el planeta.
    La OIT estima que en el mundo trabajan 246 millones de niños, de los cuales unos 179 millones realizan actividades caracterizadas como “peores formas de trabajo infantil”, que ponen en peligro su integridad mental, física y moral.
    En tanto en nuestro país la explotación del trabajo infantil ha crecido junto a la pobreza, a la precarización y a la falta de empleo de los adultos.
    Según datos de UNICEF, la brecha de ingresos entre ricos y pobres se duplicó y se han empobrecido 1,5 millones de niños más, a razón de 1.570 niños por día. Así, de los 252 mil niños de 5 a 14 años registrados que trabajaban en 1995 se pasó en el 2000 a casi el doble, 490 mil, o sea, el 91,5 por ciento más.
    La pobreza, ciertamente, es una de las principales razones que obliga a que los niños trabajen, pero no es la única causa.
    El problema tiene orígenes complejos, en los que, según UNICEF, influyen la falta de equidad en la distribución del ingreso, la ineficacia – y a veces la inexistencia- de las políticas públicas de fortalecimiento familiar, el avance del sector informal de la economía y las dificultades de los sistemas educativos para obtener resultados en contextos de diversidad sociocultural.
    La oficial de Educación de UNICEF, afirma que “el trabajo infantil reproduce la pobreza, no la soluciona. Un niño que trabaja y deja de estudiar para mejorar las condiciones de vida de su familia será un adulto poco calificado que solo podrá optar por trabajos mal remunerados”.
    Ella sostiene que, el tiempo en que los niños deben abocarse a tareas laborales es tiempo robado a sus juegos, amigos, estudio y descanso.
    Así al planificar acciones contra la explotación del trabajo infantil, la especialista subraya la importancia de considerar cuanto ganan los niños que trabajan como parte de la estrategia de supervivencia familiar, sino también cuanto pierden, desde una perspectiva que tenga en cuenta sus derechos.
    La realidad es: “no solo no es un accidente del sistema sino un componente de la expansión de la economía de mercado, de la explotación mundial, que crecerá y desafiará con mayor fuerza nuestra capacidad de acción.
    Se trata de persistir en la lucha contra las causas de la pobreza y no solo contra sus síntomas”.
    No existen excusas valederas para no tomar partido para erradicar este flagelo, ni siquiera las razones económicas que se esgrimen a menudo, para justificar la inacción de los gobiernos, que hacen incapie en la falta de fondos e infraestructura para abordar el tema en su totalidad.
    La Organización Internacional del Trabajo calculó que reemplazar el trabajo de todos los niños en actividad en el mundo por una educación universal representaría una inversión de 760 mil millones de dólares hasta el año 2020, que a su vez podría generar beneficios por 5,1 billones de dólares, una cifra casi siete veces mayor que los costos totales estimados para lograr el objetivo.
    Esto demuestra a las claras que sólo hace falta voluntad para solucionar esta verdadera deuda.Una deuda que aún clamando al gobierno como docente, madre y mujer, con cartas, intervención en los medios de difusión, y sin miedo a las consecuencias, personas como yo simples, que les duele esta realidad, nunca llegan a conseguir nada.
    Todos tenemos una deuda con respecto a este terrible flagelo que bajo ningún concepto puede dejar de pagarse.
    Pero… ¿A quién le importa???
    A Ud. maestro, a los que opinan en este blog, a mí y a tantos otros de esta sociedad, pero UNICEF, OIT, Pactos, Declaraciones; observan y analizan esta realidad pero solo queda escrito lamentablemente en papeles!!!
    Y disculpe mi bronca y mi falta de esperanza.
    Mi afecto y admiración de siempre Maestro!!!

  6. Estoy absolutamente en desacuerdo con Carmen, algo más arriba. Acusar al Sistema Educativo español de segregador es una absoluta falacia. Internacionalmente está reconocido como uno de los más equitativos de la OCDE, y la equidad es precisamente uno de los pilares en los que se basa su configuración actual. La “diversidad funcional” (?) a la que hace referencia debe ser sin duda el alumnado con necesidades educativas específicas de educación, entre los que se incluye el alumnado con necesidades educativas especiales, el alumnado de integración tardía en el sistema educativo,el alumnado con sobredotación intelectual… para todos ellos, nuestro sistema garantiza su inclusión, su normalización, desde el punto de vista de que son las enseñanzas la que se adaptan a ellos y no al revés. Los dictámenes de escolarización tienden preferentemente a una atención individualizada en centros educativos, con toda una serie de medidas de atención a la diversidad que pasan por agrupamientos flexibles, desdobles, atención individualizada en diversas materias, aula específica… atención hospitalaria, atención en el hogar… La escolarización en centros específicos de educación especial se realiza en última instancia, cuando toda esta serie de medidas quizás no basten por sí mismas. En todos los centros educativos existe bien orientador, bien alguien del Equipo de Orientación Educativa; profesorado de Pedagogía Terapeútica, monitores de Educación Especial… profesorado para las labores de apoyo y refuerzo de las áreas o materias… La equidad, desde el punto de vista de inclusión y normalización del alumno, es un elemento enriquecedor de primer orden para toda la comunidad educativa. Que en fin, ignorar los esfuerzos del sistema educativo en España por una atención individualizada del alumnado, hecho repito reconocido por toda la OCDE, es ignorar que la enseñanza en España basa sus esfuerzos continuos (y el de todos y cada uno de los profesionales que intervienen en los procesos educativos) en la equidad. Lamento profundamente que opiniones sesgadas y poco fundamentadas insistan, de forma recurrente, en recubrir de arena tantos y tantos esfuerzos que los profesionales de la enseñanza desempeñamos día a día. En cuanto al artículo… es interesante y necesario; que existan países que no respeten ni suscriban el derecho de la infancia a una formación integral, continua, que garantice su bienestar, su felicidad es deplorable. Y suscribo lo que alguien ha escrito: ¿por qué los organismos internacionales no condenan a dichos países de un modo firme y contundente? Recuerdo a la Comisaria Europea, gritando y condenando a los cuatro vientos, sin ambiguedades, la política racista del gobierno de Francia para con los inmigrantes. Actitudes valientes como esa (por más que fue silenciada prácticamente al día siguiente) son tan necesarias como las propias de nosotros, los ciudadanos. Creo que se me entiende. En fin compañeros/as, como siempre, un abrazo a todos/as.

  7. Pues sí, dejar sin educación a una persona es dejarla sin infancia. El trabajo infantil es un abuso que no sé cómo pueden tolerar los poderosos del mundo, tan metidos en otras cuestiones de menor calado. ¿Cómo se puede permitir este atropello? ¿Cómo mirar para otro lado mientras esto sucede? ¿Por qué decimos que tiene éxito el sistema educativo si los que más han triunfado en él no se preocupan de erradicar esta lacra?

  8. La infancia es un concepto que se debe situar en lo plural, especialmente en Argentina, ya que desde la designación del término atendiendo al marco referencial que lo haga emerger cobra significados diversos. Por ende también derechos y obligaciones tienen poder y alcance disímiles. Nenes, niños, chicos, gurisitos, guaguas, pibes, changos… son muchas como expresé las formas de hablar de los más pequeños. Es hora de poner la lupa sobre las nuevas infancias, sus necesidades, su escolarización, sus derechos, sus alegrías, sus penas, la sobreprotección, el desamparo, las capacidades diferentes…Necesitamos políticas basadas en la equidad y el amor. Necesitamos gestos genuinos y proyectos innovadores que atiendan a las infancias. En esta ocasión reniego de la pluralidad basada en la desigualdad de derechos, y sueño con un mañana donde se pueda dar un significado único a la infancia, el de niños/as con la plenitud de todo sus derechos para que puedan desarrollar todas sus potencialidades en un marco de contención y afecto. Saludos a todos/as

  9. De acuerdo con María Laura Pluchino. Hay muchas infancias.
    Y es necesario actuar. Desde la política, desde las instituciones, desde la familia, desde la ciudadanía de cada ser humano. El problema no se solucionará solo, dejando que las cosas sigan su curso.
    La infancia robada deja la vida de las personas truncada. Personas inocentes. Hay que gritar y actuar. Hay que denunciar e intervenir. Callarse y mirar para otro lado es colaborar con el statu quo.

  10. La explotación de los niños y de las niñas es absolutamente inadmisible. Enriquecerse a costa de la destrucción de la infancia de los niños y de las niñas es una ignominia. No deberíamos permitirlo. Los políticos deben perseguir estos hechos.

  11. Qué tragedia para tantos niños y niñas verse privados de la escolaridad. ¿Cómo puede tolerar el mundo desarrollado que haya millones de niños y de niñas sometidos a la explotación laboral? ¿Cómo puede perpetuarse un día tras otro esa situación que condena a personas inocentes a una esclavitud de consecuencias devastadoras? Basta ya.

  12. Terrible problema. En España no somos conscientes de la gravedad porque no lo tenemos cerca. Cada vez tenemos que sentirnos más ciudadanos y ciudadanas del mundo. Y esos problemas, aunque no los tengamos al lado, son tan graves que no pueden dejarnos indiferentes. Es como cuando hay accidentes en otros países y parece que sólo nos preocupa si hubo víctimas españolas. ¿No nos duelen las demás?

  13. Gracias, por hacernos reflexionar siempre. Aunque los gobiernos y los políticos muchas veces hablan de los derechos de los niños la realidad nos demuestra que muy pocas veces se preocupan y ocupan de ellos. Muchísimos niños en el mundo sufren desamparo y necesitan de la protección de todos.
    Siento una gran admiración por usted.
    Feliz 2011. Que llegue cargado de Paz, Amor, Justicia, Solidaridad.
    Graciela Barrios. Santa Elena (Entre Rios). Argentina

  14. La infancia está llena de derechos en los papeles, pero muchos niños y niñas, en la realidad, no los pueden disfrutar.
    ¿Dónde está el derecho a la educación, el derecho al juego, el derecho a la alimentación…? ¿Cuándo juegan los niños que trabajan de sol a sol? ¿Cuándo viven su infancia?

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  16. Sí, es realmente doloroso que tantos niños en el mundo sean privados de su infancia. Pero…¿Cómo se revierte ésto? Adultos sin trabajo, niños con hambre y trabajando por limosnas, riqueza por doquier, alimentos tirados por políticas en desacuerdo, niños comiendo basura de los tarros de residuos, desnutrición, aborígenes despojados de su pachamama porque “no tienen documentación” que los acredite como propietarios, privados de algo tan imprescindible como el acceso al agua potable, pues los capitalistas compran tierras,arrasan con montes y selvas para seguir enriqueciendo con suscultivos de soja y ponen candados en las tranqueras quedando los nativos abandonados a la mano de Dios, también ellos son niños y nadie reconoce sus derechos. Hay niños que ya ni lágrimas tienen, no lloran, ven pasar la vida en blanco y negro. ¡Cuánta injusticia!¡Cuán mal distribidas las riquezas! Y cuánta impotencia ante ella.
    Otra vez alcemos juntos las voces, esta vez por los niños explotados de todo el planeta.
    Gracias maestro por estar cada sábado presente con sus reflexiones.
    Saludos a todos.

  17. Totalmente de acuerdo con el artículo pues es una situación que se vive en todas partes del mundo y sobre todo en los paises llamados subdesarrolados. Cada vez se hace más urgente erradicar el trabajo infantil, y por ello se debe insistir en la consigna: CERO TOLERANCIA CON EL TRABAJO INFANTIL.ya que en la medida en que nuestros niños estén trabajando, menos posibilidades tendremos de erradicar la pobreza y la ignorancia.
    En mi país, Colombia, no solamente se utiliza a los niños para el trabajo legal sino para lo ilegal, para traficar armas, para servir de mulas (llevar drogas ilícitas a otras regiones), para cometer robos, asesinatos, para la prostitución y muchas otras cosas que producen horror, porque a la final esto es casi que consentido por los diferentes gobiernos de turno, a quienes solo les preocupa sus intereses, es decir el interés de los ricos pero no el de los pobres, porque estoy seguro que si fueran sus hijos, otra cosa pasaría y otras leyes existirían y se cumplirían. Hoy en día en los grupos de paramilitares y guerrilla se encuentran muchos niños, quienes son obligados, mediante engaño o a la fuerza a ejercer este tipo de actividades, en contra de la población civil.

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