Habrá reparado el lector en esa curiosa habilidad que tienen algunas personas para incordiar al prójimo. Parece que sólo disfrutan cuando hacen daño. Si son jefes, procuran que los súbditos vivan angustiados y temerosos. Si son colegas, intentan buscar aquellas situaciones o aquellas palabras que tengan alguna arista. Si son cónyuges, hacen lo posible para que la hostilidad presida la convivencia. Si son profesores o profesoras, consiguen fácilmente que sus alumnos se sientan incómodos. Si son policías, disfrutan poniendo multas…
Este tipo de personas poseen una increíble capacidad para rebuscar la mejor forma de incordiar y para encontrar el resquicio a través del cual hacer una herida. He aquí un buen ejemplo. Una mujer denuncia a un hombre por haberla difamado, y los cargos consisten en que la ha llamado “cerda”. Se declara que el hombre es culpable y le obligan a pagar los daños y perjuicios. Tras el juicio, el hombre le pregunta al juez
– Significa esto que ya no podré llamar “cerda” a la señora Harding?
El juez dice:
– Exactamente.
– Y tampoco puedo llamar señora Harding a una cerda?
– Si quiere, puede llamar señora Harding a una cerda. Eso no constituye delito alguno.
El hombre mira a la señora Harding a los ojos y le dice:
– Buenas tardes, señora Harding…
El caso es fastidiar. El caso es poder insultar. Lo que se pretende es que el otro se sienta incómodo, molesto, irritado o aturdido. El caso es hacer ver que hemos sido capaces de incordiar.
Para cultivar esta actitud hace falta ingenio. El que algunos no tienen para ayudar a los demás, lo desarrollan extraordinariamente para causarles daño. En los libros “Florilegio de frases envenenadas” e “Inventario general de insultos”, ambos de Sergio Doval, encontrará el lector muchos ejemplos de cómo algunos afinan la pluma y la lengua para herir al prójimo.
¿Cómo se puede evitar esta dañina actitud que hace la convivencia incómoda y dolorosa? ¿Cómo se puede cultivar la actitud contraria, que se asienta en la bondad y en la empatía?
En primer lugar, presentando a las personas modelos de civismo, de respeto, de solidaridad y de empatía. Hay que acabar con esas imágenes televisivas (o parlamentarias) en las que florece el insulto, la calumnia y la maldad. Hay que conseguir que no se confunda libertad de expresión con libertad de agresión. En segundo lugar, hay que mostrar (y demostrar) a los niños y a las niñas, a través del ejemplo de los padres, familiares, profesores y adultos en general que conviven con ellos y ellas,. que es posible mantener relaciones basadas en el respeto y en el afecto. No hay forma más bella y más eficaz de autoridad que el ejemplo. En tercer lugar, hay que habituarse a pedir disculpas cuando obremos agresiva o descortésmente, cuando hayamos sido desconsiderados o poco delicados en el trato con los demás. En cuarto lugar, hay que insistir en que la convivencia sólo es posible desde el respeto al prójimo y desde la comprensión, la solidaridad y la compasión con los más débiles. En quinto lugar, hay que felicitar a los niños cuando se comporten bien con los demás, cuando sean capaces de ayudar y de ser generosos. No se trata sólo de corregir y de castigar cuando se hacen mal las cosas. En sexto lugar hay que educar los ojos para ver lo que hay de bueno en las personas, para descubrir a quienes tienen esa maravillosa actitud de la empatía.
Alejandro Spiegel, amigo y escritor argentino, ha publicado un hermoso libro titulado “Héroes invisibles”. El subtítulo aclara sus pretensiones didácticas: “Historias de la vida cotidiana para educar en valores”. Me ha gustado la idea de Spiegel. Porque en la selección de personajes que hoy hacen algunos medios de comunicación no es fácil encontrar motivos para la esperanza, la utopía y el aprendizaje de valores. El escaparate está lleno de personajes poco ejemplares, de individuos que han escogido como lema de sus vidas el título de este artículo. Muchos famosos no se caracterizan precisamente por sus gestos altruistas, por sus actitudes respetuosas y por su forma de pensar inteligente. Son personas zafias, que se insultan, que mienten, que gritan, que tratan de enriquecerse de forma rápida y fácil, que se agreden sin consideración alguna.
Plantea Spiegel una pedagogía de los héroes invisibles. De esas personas que hoy, en la vida cotidiana, nos encontramos por las calles, en las casas, en los cines y en las instituciones. Propone la búsqueda, presentación y análisis de personajes de la vida cotidiana que han tenido el coraje de tomar una iniciativa cargada de generosidad y de valentía. No tienen un monumento, ni el nombre de un calle, ni acaparan titulares en los medios de comunicación. Pero están ahí. Tienen un gran potencial educativo Forman parte del desafío, un tanto utópico, de construir una sociedad mejor.
Esas personas de la vida cotidiana que hacen un acto heroico, no buscan la fama, no quieren dinero, no persiguen recompensa alguna. Les mueve la generosidad. Los actos heroicos tienen sentido en sí mismos, sin que sea necesario que alcancen el éxito que perseguían. Los héroes invisibles se convierten en un excelente recurso didáctico. Los héroes provocan admiración y son un excelente estímulo. El autor del libro sugiere que la metodología del trabajo con héroes invisibles recorra pasos diversos: la búsqueda de esos héroes (en la vida, en la prensa, en la televisión…), la escritura reflexiva sobre sus acciones, su introducción en el aula, el análisis dialogado sobre su contexto, sentimientos y finalidades…
Qué estupendo sería que, en lugar de devanarnos los sesos para ver cómo hacer daño a los demás, nos habituásemos a pensar en cómo hacerlos más felices. Está en nuestras manos.
Muy bueno tu artículo. Dices verdades como templos. Hay gente que le gusta fastidiar por costumbre, incluso a familiares o amigos, con palabras que hacen daño. Uno mismo cae de vez en cuando en esos errores, pero,yo, al menos, intento evitarlos y darme cuenta de mis errores. Además, creo que una persona es más feliz haciendo el bien. Es tan sencillo como eso. Simple sentido común.
¡Enhorabuena!
Miguel Ángel:
Me ha encantado esta entrada. En la universidad hay tantas personas que su meta es la de fastidiar al otro. No están tranquilos, si no están fastidiando.
Estupendo, lo he incorporado como artículo interesante en mi blog.Verdades como puños …
Ayer volviendo de mi trabajo en “auto stop”, tuve una interesante charla con un desconocido señor, cuya esposa de 47 años se está muriendo de cancer de útero. Me dió algunas sugerencias para que compartiera con mi ginecóloga y con todas las personas que tratara: Además de los test de rutina es importante hacerse el TCA 125, un análisis de sangre.Y también el HPV. Me dió unos teléfonos útiles de hospitales y médicos… Y me dijo que trataba de relacionarse con gente positiva, porque eso lo ayudaba. Me pareció una lección de vida maravillosa. Una actitud increíble frente a una situación de tanto dolor.
Se que no se corresponde este comentario plenamente con el artículo, pero en alguna medida es ver lo positivo y hacerlo valer. Un dolor que sirve, que ayuda, que se vuelve solidario. Y sin ninguna duda ayuda a quién lo está sufriendo.
Palabras son amores… Una sola palabra buena en el corazón de otro hace milagros..
El sol siempre está por muy negras que sean las nubes.
Muy buen post, Miguel Angel, con verdades como templos, como bien dijo Manuel.
Todos nos hemos cruzado con gente que disfruta incomodando a los demás. Incluso los medios de comunicación alientan a veces actitudes de egoísmo y de soberbia que no ayudan a convivir; por eso me parece muy valiosa tu reflexión.
He llegado a tu blog gracias a Mario Nuñez de Digizen; me daré una vuelta cada tanto por este barrio =)
Cordiales saludos.
Alejandro.
Gracias por el mensaje. Su contenido es valiosísimo. Trataré de adquirir el libro. Nuevamente muchísimas gracias. Hacer el bien, sin mirar a quien y sin esperar recompensa es una excelente filosofía de VIDA. mdn
Encontrei el adarve por acaso. Ao seu autor já conhecia há vários anos através da obra publicada. São sempre interessantes as reflexões que posta, mas talvez goste de saber que dão origem a ideias e propostas de trabalho novas, para desenvolver na escola…
Es difícil encontrar hoy día personas que tengan adquiridos valores de paz, igualdad, solidaridad, conciencia social y conciencia medioambiental. Vivimos en un mundo totalmente consumista en el que mientras más se tiene más lejos se llega. La Educación en Valores no es algo fácil de cultivar entre nuestro alumnado, ya que sobre todo, el respeto hacia los demás empieza por el respeto hacia uno mismo, el llevar una vida saludable y llena de paz y armonía. Por otro lado el tiempo que el alumnado pasa en la escuela no es el suficiente para hacer una mella gorda entre ellos y ellas, ya que su educación depende en gran medida de lo que vivan en sus hogares. En el curso 2005/2006 me tocó ser la coordinadora del Plan de Igualdad de un colegio chiquitito y totalmente rural de la Serranía de Ronda. Cuando hice el diagnóstico y analicé los resultados comprobé como los alumnos y alumnas del centro tenían adquiridos ciertos roles según lo que ven en casa, y lo más curiosa fue que los más pequeños, los de infantil eran los que más problemas tenían con ellos. Es decir, que los más pequeños asumen los roles de una forma casi inmediata, sin preguntarse si quiera si eso debe o no ser así, tal y como creen en el ratoncito pérez o en los reyes magos. Solo cuando van creciendo comienzan a preguntarse por las cosas, y a cuestionar si lo que se vive a su alrededor, es decir, lo que ya habian aprendido está bien o mal. Ese es el momento en el que debemos acercar al alumnado a otras formas de vivir, sobre todo en temas de igualdad. No se trata de que hombres y mujeres sean iguales, sino que tengan igualdad de oportunidades para decidir en sus vidas y tomar un camino acertado, libertad para que un niño pueda jugar a las muñecas sin ser llamado mariquita, libertad para que una niña no se maquille si no le apetece, libertad para ser ellos y ellas mismas sin que nadie les diga que lo que hacen o dicen es de chicos o chicas. Básicamente la educación en valores parte como ya he dicho antes en el respeto, ya sea respeto a otras razas, respeto a otros sexos, a la naturaleza…RESPETO…Pero por desgracia hoy día vivimos en un mundo en el que sigue ganando el más fuerte, el más poderoso y el más rico. Una vez, hace ya algunos años, don Miguel Ángel Santos Guerra me dedicó su libro “Evaluación, un proceso de mejora” de la siguiente manera: ” Los Educadores haces a sus alumnos lo que la primavera a las flores. Por la primavera que tú vas a ser” Y hoy ya llevo 3 primaveras enteras haciendo florecer amapolas donde antes había sólo hierbajos. La Educación en Valores es una árdua tarea, pero obligatoria, nada imposible y muy satisfactoria para los docentes. Aprendamos a respetarnos a nosotros mismos, a respetar a nuestro alumnado, y el restante respeto vendrá sólo como por arte de magia: SE PREDICA CON EL EJEMPLO
Que Dios siga dandote este don de hacernos feliz nadamas con que leamos tus articulos..
Gracias querido Santos Guerra
Tu fâ de Rute Cordoba.
Besos
Dayce la Brasileña.
Desde tu paso por Lugo soy usuaria de tu blog.Soy profe de secundaria desde hace 20 años y aunque la sociedad ha cambiado muchísimo,la escuela no lo ha hecho en la medida que se necesitaba:Muchos profesores creen que la autoridad viene adherida al título de funcionario,no se dan cuenta de que si no quieren que los alumnos/as les falten al respeto ellos son los primeros que tienen que predicar con el ejemplo.La autoridad,no el autoritarismo,se gana, tenemos que luchar por ella, y amargarle la vida al alumnado, no nos hace mejores profes.Si hemos elegido esta profesión, hagámoslo disfrutando de ella.
Muy cierto. Te faltó mencionar a algunos empleados que viven de hacer la vida imposible transitando por los vericuetos de sus supuestos derechos y de su inmenso ingenio para no trabajar. Suele ocurrir en la universidad… Llegué aquí via Digizen de Mario Nuñez, a quien de vez en cuando fastuidio, pero es de cariño.
hola.
Me gustaría saber dónde puedo encontrar una foto que me ha gustado mucho y que ví hace tiempo en este blog. La foto es como de un encerado y tiene escrito “Ni besando 1000 (no sé qué) encontrarán a su principe azul”. Me gustaría muchisimo que alguien me ayudara a encontrarla, pues es necesario que la tenga para un trabajo que tengo que hacer. Por favor, que alguien me conteste lo más rápido posible a: ostonechos_livinlavidaloca@hotmail.com
Muchísimas gracias. Un beso
Estoy muy de acuerdo con este artículo, ya que pasa de forma cotidiana. Espero yo no fastidiar a nadie.
Enhorabuena por tu jornada que nos diste el 28 de mayo en Almería. Estuviste fantástico y el tiempo se me hizo muy corto. ¡Felicidades!. Suigue explicando así. Hasta la vista.
¡Excelente artículo!
El poder de los mass-media debería emplearse en transmitir valores, en construir, en ofrecer ejemplos y modelos valiosos.
Así lo has logrado tú en este extraordinario artículo, querido amigo y maestro.
¡Felicidades! Y ánimo para continuar en la misma línea.
Hola, mi madre, que en septiembre cumplirá 81 años, no fue a la universidad, la verdad es que no tuvo tiempo de ir ni a la escuela, pero esa escuela que es la vida, y esos profesores que fueron sus padres, le enseñaron lo que ella me ha enseñado y lo que yo trato de enseñar a mis hijos: “haz el bien y no mires a quien.
Los héroes invisibles están dentro del aula.Cada uno de mis alumnos/as tiene una virtud que destaca sobre las demás, porque tienen muchas; cuando entre todos la descubrimos se ponen de modelo para el resto del grupo.¡Si vieras las caras de alegría al saberse un “héroe” o una “heroína”!
Hemos de seguir practicando esta práctica tan humana como es la compasión,el perdon, o la ayuda mutua. Es el medio por excelencia de la telvisión, o el nuevo de la red de ordenadores,los que están haciendo daño. A diestro e izquiestro es necesario una buena dósis de elegancia, educación y buena “sombra”.
Te saludo otra vez y te animo a que sigas en esa línea. Cada vez podemos ser más los que pensamos como tú y menos los que fastidian por fastidiar.
Gracias.
Me parece, muy pero que muy interesante este articulo, y me alegro de que lo escribieses, ya que sé de buena tinta que lo lee una persona, de esas a las que solo les gusta fastidiar e incomodar a los demas . simplemente espero que le hiciese recapacitar un poco. Muchas gracias.
Este artículo me abre la posibilidad de reinventarme, de repensar mis acciones, mis palabras y mi actitud ante la vida.
Bien es cierto que ante situaciones de injusticia ponemos el acento, y no tanto en situaciones de amor, respeto, comprensión. Ponemos el acento en las personas que son malos modelos, y no tanto es aquellas que admiramos. Es una práctica cotidiana en nosotras y nosotros y en nuestro contexto. Pues en el noticiario vemos cómo este pone el énfasis en los malos modelos o en situaciones de desamor, falta de respeto,…
Esto me lleva a pensar cuánto tiempo he perdido y en cuan contraria dirección encaminaba mis acciones, palabras, sentimientos…
Muchas gracias por abrir ventanas en nosotras y nosotros. Paloma Barragán
I just linked this article on my facebook account. It’s an interesting read for everyone.
Hay personas que se pasan la vida fastidiando, probablemente por problemas psicológicos que deberían tratar y no ser verdugos. En esta vida se viene a ser feliz no a que otros te fastidien y hagan de tu vida un infierno, cuánto egoísmo!
Querida Julia:
Qué importante es lo que dices.
La comunicación que salva es la que consigue hacer felices a los demás. Y, de paso, nos hacemos felices.
Saludos y gracias.
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