¿Sirena o ballena?

15 Dic

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La tiranía de la belleza está causando estragos entre las jóvenes. La consigna que emana de la cultura neoliberal y que hipertrofia el valor de la imagen es la siguiente: “Si no eres hermosa, si no eres alta, si no eres delgada, nadie te querrá”. La importancia de la moda, el valor de la apariencia, el dominio decisivo del diseño están convirtiéndose en las prioridades obsesivas. Adquirir y mantener una buena línea, ofrecer una imagen hermosa, estar a la moda estéticamente son aspiraciones que cotizan muy alto en el mercado de los valores. Todo sacrificio se da por bueno para alcanzarlas. Todo el dinero es poco para conseguirlas.
No quiero ni imaginar el infierno en el que viven muchas adolescentes, obsesionadas por su imagen. Se trata la adolescencia de una etapa crucial en la que cristaliza la personalidad y se fragua la autoimagen. Una etapa en la que la persona necesita valer para alguien. Y valer ante sí misma. ¿Qué sucede con las jóvenes que no se aceptan, que se odian, que no soportan la imagen que proyectan en el espejo de los demás, que quieren ser otra persona para ser felices?

Prensa, revistas, televisión, publicidad nos ofrecen constantemente cuerpos esculturales, rostros jóvenes, sanos y hermosos que se convierten en el ideal de las jóvenes. Además de la naturaleza, no siempre generosa, hace falta un dinero que muchas no tienen para mantenerse atractivas. Ropa, joyas, maquillaje, cremas,. perfumes, tratamientos, operaciones de estética… Muchas no tienen nada de eso. Y las que son pobres, por no tener, ni siquiera han tenido un buen régimen alimenticio que haya favorecido el crecimiento armonioso y la salud corporal.
Y, ¿qué sucede cuando el curso natural de la vida, arrebata a las mujeres la juventud y la hermosura propias de la juventud? Las mujeres de edad provecta, ¿tienen que sentirse ya menos valiosas, menos respetables?
Los esfuerzos para mantener la línea, para estar en forma, para ofrecer una imagen bien valorada llevan a una vida llena de privaciones y de renuncias. Obliga a decir “no” a esa comida deliciosa, a ese dulce apetecible, a esa copa de vino deseable, a ese postre exquisito. Y, acaso, a decir “no”
a esa comida tan necesaria… ¿Qué decir de los ejercicios en el gimnasio, de las exposiciones al sol, de los tratamientos tan dolorosos como caros, a los que se someten tantas mujeres…?
Esta esclavitud lleva aparejados sacrificios, exigencias y demandas sin cuento. (y, a veces, con mucho cuento). Hay que mantener la línea, hay que perder peso, hay que tener una figura esbelta y atractiva. “Nadie te querrá si estás gorda”, se dicen a sí mismas (y unas a otras) las jóvenes.
Hace poco se vio por las calles de Sao Paulo un afiche de la casa “Ranner”, una de las cadenas de gimnasios más renombrada de Brasil, con la foto de una chica escultural y la siguiente frase: “Este verano qué quieres ser: ¿sirena o ballena?” Dicen que una mujer de Sao Paulo, cuyas características físicas no trascendieron le envió este mensaje a la casa Ranner respondiendo a su frase publicitaria. “Yo quiero ser ballena. Porque las ballenas están siempre rodeadas de amigos. Tienen una vida sexual activa, se embarazan y tienen ballenitas de lo más tiernas. Las ballenas amamantan. Son amigas de los delfines y se lo pasan estupendamente comiendo camarones… También se lo pasan bien jugando en el agua y nadando por ahí, surcando los mares, conociendo lugares maravillosos, como los hielos de la Antártida y los arrecifes de coral de la Polinesia. Las ballenas cantan muy bien y hasta tienen CDs grabados. Las ballenas son enormes y casi no tienen predadores naturales. Las ballenas tienen una vida bien resuelta, son hermosas y amadas por todos…
Sin embargo, las sirenas no existen. Si existieran, vivirían en permanente crisis existencial: ¿Soy un pez o soy una mujer? No tienen hijos pues matan a los hombres que se encantan con su belleza. No tienen por dónde hacer el amor. Son bonitas, sí, pero tristes y siempre solitarias. ¿Quién quiere acercarse a una mujer que huele a pescado fruto y que no tiene hoyito como salvavidas? En definitiva, que prefiero ser ballena”.
Ojalá reaccionásemos siempre así ante la publicidad. No abriendo la boca como papanatas sino la mente como personas críticas que no entran al trapo de la seducción y, mucho menos, de la mentira.
No recuerdo quién me contó hace tiempo que en un Colegio Mayor se había producido una pelea a brazo tendido entre dos jóvenes, una esbelta y atractiva y otra gordita y escasamente agraciada. La causa de la pelea, al parecer, era que la bajita y regordeta le había robado una prenda de vestir a su envidiada compañera y, al ponérsela, la había roto. El deseo de apropiarse de “algo” que la hiciera atractiva había llevado a un comportamiento reprochable. La solución no estribaba en el castigo sino en la persuasión. Ella debía aprender a respetarse y a quererse. Debería saber que si sólo es querida por el aspecto físico no es ella quien es realmente querida, sino su imagen proyectada en la mirada de los otros.
Una amiga me ha entregado una sobrecogedora carta de su hermana que ha caído en esa terrible enfermedad que es la anorexia. Viene a decir, con desesperación, que se odia a sí misma cuando está gorda porque la desprecian por su aspecto. Y que también se odia cuando está delgada porque descubre que no la quieren por sí misma sino por su delgadez.
¿Qué pasa con las verdaderas cualidades de la mujer o, mejor dicho, con las verdaderos valores del ser humano? ¿No importa nada ser inteligente, trabajadora, generosa, bondadosa, honesta, noble, servicial, compasiva, solidaria…? ¿Son éstos adornos intrascendentes ante el hecho fundamental que es estar delgada, ser alta, ser guapa, ser atractiva? Claro que la cuestión afecta también a los hombres, Alguien preguntó que por qué tenían más éxito las guapas que las inteligentes y con sorna contestó la interpelada: “porque hay más hombres tontos que ciegos”.

13 respuestas a «¿Sirena o ballena?»

  1. Lo que está ocurriendo con la moda de cuidarse es precisamente lo que ocurre, a mi parecer con cualquier aspecto que conlleve el extremismo. Tan negativa es la obseción por cuidarse como la obseción por descuidarse y despreocuparse de uno mismo hasta tal punto que perjudique nuestra salud.(Obesidad y Anorexia)
    ¿Cuántas personas han sido víctimas de algún fanatismo religioso, racial, sexista…? Recordemos los ideales de Hitler por la raza aria, y como desvirtuó la teoría del Superhombre de Nietzsche, o el 11M,o el 11S, o las guerras santas, las cruzadas,…
    Cuando se llevan al extremo los ideales humanos de alguna persona puede ocurrir que no veamos la realidad tal y como es o existe sino como la creamos en nuestra imaginación.
    Creo firmemente, pues cada vez hay más estudios que apoyan mi teoría, que la mente humana puede desarrollase mucho más,ya que a lo largo de nuestra evolución sólo hemos conseguido utilizar un porcentaje muy pequeño de lo que podríamos utilizar. Y estoy convencida, de que dentro de la capacidad mental de cada ser humano existe una parte encargada de crear el mundo tal y como queremos verlo. De hecho, hay todo un libro dedicado a la práctica del pensamiento positivo por René Sidelski, fundamentado en crear nuestro mundo a base de convicciones que creamos en nuestra mente, y creanme,…FUNCIONA.
    Con la moda de cuidarse y de estar bella ocurre lo mismo.Si nos convencemos de que sólo estando guapas y bellas conseguiremos lo que nos proponemos,…así será.
    Vamos a repetirnos a nosotros mismos una y otra vez lo siguiente: YO ME QUIERO A MI MISMO/ A MI MISMA, POR ESO MANTENGO MI CUERPO Y MI MENTE EN ARMONÍA.HOY VOY A SER FELIZ, MAÑANA YA VEREMOS.
    Vamos a preocuparnos por estar sanos, y mejorar todos los días algo de nosotros mismos. Pero sobre todo, intentemos ser felices: CARPE DIEM
    ROCIO (MÁLAGA)

  2. ¡Pedazo de articulo! Navegando por la red he dado con esta página y no he podido resistirme a leer… Estoy totalmente de acuerdo con Rocío, vams a preocuparnos de estar sanos y mejorar cada mañana, cuando podamos ver el sol, de mejorar algo de nuestra personalidad. Ser alguien por nuestro trabajo, nuestra persona.. No por nuestro físico, por favor. Enhorabuena, Miguel Ángel. Saludos

  3. No hace mucho tiempo, estaba yo cerca del portal de un gimnasio, que estaba en una calle peatonal, y llegaban los chicos y chicas guay en moto hasta el mismísimo portal. Pensé que seguro que subían en ascensor y en sus pisos, también, y que además podrían no hablar con nadie en el ascensor. Total, el mundo al revés. Matar el tiempo y matarse, porque lo primero es “YO”, sin saber para que nos sirve. Eso sí: todos y todas al servicio del “YO”, de ese “YO” que no nos pertenece, porque nos viene impuesto. Modas.

  4. miguel angel: como siempre muy criterioso en el momento de hablar del tema. Nosotros como decentes tenemos la obligaciòn de fortalecer la autoestima de nuestros alumnos, trabajo en una escuela de villa con muchos problemas sociales y siempre les digo a mis alumnos “salgan a la vida a disfrutar, no olviden que son unicos ho hay otra persona como ustedes, lo que hagan solo es decicion suya”.
    gracias por tus palabras.Patricia(ensenada, Argentina)

  5. Toda patología puede abordarse en virtud de tres parámetros: prevención, diagnóstico y tratamiento. Así mismo, también es sabido que “más vale prevenir que curar”, célebre tópico que -no por ello- deja de ser cierto.

    Por otro lado, la transversalidad del currículo posibilita -y creo que demanda- implementar este tema en la formación del alumnado. Como educador, observo desde hace algún tiempo que la obsesión por el culto al cuerpo está implicando a los discentes a edades cada vez más tempranas (ha ocurrido también con los teléfonos móviles, por ejemplo).

    El presente curso tengo la responsabilidad de la tutoría de 6º de Primaria y puedo constatar que varios niños -y sobre todo niñas- se preocupan en exceso por su imagen (con las consiguientes distracciones que se derivan de su atención a estas cuestiones), por lo que, esta misma mañana, les he leído -adaptando ciertos términos y omitiendo algunas frases por razones obvias- este artículo de Miguel Ángel Santos Guerra, dedicando algo más de una hora a debatir el tema e invitándoles a una reflexión escrita que leerán mañana.

    Por ello, quede constancia de mi agradecimiento por el análisis que nos brinda, pues considero que es un problema actual, desgraciadamente. A mí me ha resultado muy útil su contenido, deseando que haya trascendido a mis alumnos/as.

    Muchas gracias.

  6. D. Miguel Ángel: He tenido (como los 700 asistentes que estaban inscritos) la suerte de escuchar su ponencia en las X Jornadas de Organización y Dirección de Instituciones Educativas de la Facultad de Ciencias de la Educación de la Universidad de Granada, celebradas los pasados días 17, 18 y 19 de diciembre. Su intervención fue fabulosa. Se lo agradezco de corazón.

  7. Estimado Miguel Ángel, como siempre muy acertado con la selección de su artículo, pero contra esta esclavitud como docentes y padres podemos hacer mucho. Es fundamental que desde niños les enseñemos que son seres únicos e irrepetibles, que los amamos tal cual son y que ellos deben aprender a quererse y aceptarse con sus defectos y virtudes. Tengo una adolescente, con una autoestima muy alta (a veces creo que se me fue la mano) pero desde chiquitita trabajé esto con ella, tiene una muy buena relación con su cuerpo, practica varios deportes y trata de llevar una alimentación ordenada para cuidar su salud y llevar una vida sana. Los adultos podemos hacer mucho para ayudarlos y a veces como docentes, descubrimos que son las propios padres que plantean las consignas de esta cultura que prioriza por sobre todos los valores, la imagen.

  8. Llegué acá a través de Punto Fape, y me pareció excelente este artículo. Muy pocas veces podemos escapar a esta presión, hasta yo me he sentido presionada y me he odiado al verme en el espejo, pero es cuestión de valorarse, como tu dices, por lo que somos y no por lo que reflejamos, ya que esto es efímero, tiene fecha de vencimiento. Sobre esa presiión también escribí una vez en mi blog. Un saludo desde Venezuela.

  9. Considero que si la ballena y la sirena fueran amigas no existiera el egoismo ni la envidia… la ballena se siente mal al ver a una sirena que la admiràn no por su fìsico sino por lo irreal y encantadora la sirena se siente igual porque que la ballena es observada por lo real que es y no se puede mover sola pero como esta en peligro de extinciòn deben de cuidarla y protegerla…entonces tanto la ballena como la sirena tienen sus valores.

  10. ¿El neoliberalismo es el demonio culpable de todo lo malo que pasa en el mundo y sus alrededores?

    Me parece que es una hipérbole y es fácil tener un chivo expiatorio. Ya lo tuvieron los judíos en busca de la tierra prometida.

    ¿Podrías dar causas que no esté cansada de oír o leer?
    ¿Algún punto de vista más original?

    ¡Yo nunca fui una sirena ni una libélula!

    Saludos desde Argentina.

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