Pienso en este silencio que es un estruendo

20 Mar

Pienso en este silencio que es un estruendo, pienso en balcones, en canciones, en oraciones, pienso que no debería pensar tanto, pienso en vosotros y en los míos, que sois vosotros, y pienso en vacunas, en abrazos futuros, en goles, en patios vacíos, en reencuentros que ya estamos imaginando, pienso en mamá.

Despierto. Son los 4.50. Acaba de entrar la primavera. Me levanto y empiezo a escribir: tengo la gran suerte, o no, ya veremos, de salir de este confinamiento. Salgo a la radio, voy a la tele. Tengo una autorización y un carnet de prensa. Atravieso carreteras vacías y me imagino en la novela de McCarthy, La Carretera, pero como si fuera una novela postmoderna de Galdós y, luego, escribo estas notas en mi cuaderno y recupero la esperanza.

Pienso en películas, pienso en que hasta hace una semana estábamos viendo una peli y ahora estamos dentro de la peli. Pienso en Muerte entre las Flores, en La escafandra y la Mariposa y en Epidemia, de Dustin Hoffman. Pienso que todos los caminos conducen a Roma, y que todas las pelis son la misma peli, y pienso en el final de esta peli. Cuando todo esto termine. Títulos de crédito y vuelta a la rutina. Bendita rutina.

Salimos a los balcones y nos abrazamos en la distancia de las casas, la distancia de seguridad, esa distancia, “un metro y medio, o más”, dicen, separados, en las calles, en la redacción. Salimos a los balcones, aplaudimos y ponemos música. Nos animamos los unos a los otros. Se trata de sentirnos juntos, de hacer algo juntos, aunque estemos separados.

Pienso en los que están perdiendo sus empleos, en los que pierden el sueño, los que pierden los papeles en el encierro y, a ratos, se enfadan y discuten. Es normal. Respirad, tomad tiempo, perspectiva. Pienso en aquellos que tienen ansiedad, claustrofobia, pesadillas… También en las mujeres maltratadas. Pienso en aquellos que están solos y en los enfermos que están solos, y en su familias, que están solas.

Leo mucho, escucho y veo muchas noticias, demasiadas. Trabajo con información y, en ocasiones, se me va la dosis. Después me despierto por la noche, las 4.50, y tengo insomnio de primavera. Sé, por experiencia, que cuanto más claras ves las noticias más borrosas sientes a las personas. Intento desengancharme, tengo mono, las fiebres del yonqui, dejo el móvil, hago deporte… Es inútil.

Pienso en la empatía, la solidaridad, la responsabilidad, pienso en el miedo, en el miedo al miedo, pienso que todo es normal en esta anormalidad, y pienso en que somos un equipo y en que si somos un buen equipo ganaremos. Pienso en nuestros sanitarios, me emociono. La primera línea de fuego.

Envío mensajes por WhastApp, como el que lanza un mensaje en una botella al mar. Mensajes a grupos de amigos, a la familia, pregunto “qué tal”, les digo “ánimo” y “cuidaos mucho”. Luego marco un número al azar y escribo: “Lo importante era amar y ser amado. La correspondencia en el amor por encima de cualquier duda ética o moral”.

Pienso en las rutinas, en aquellas rutinas que casi despreciábamos al no darles importancia. Cuando pensábamos que siempre estarían ahí, porque eran nuestras, rutinas que nadie nos podría arrebatar. Ver a un amigo, pasear por la playa, tomar una cerveza en una terraza, abrazar a mamá… Es el momento de valorar lo que parecía no tener valor. No nacemos libres, la libertad, ahora lo sabemos, tiene un precio.

Estamos más unidos, hemos parado y estamos reflexionando, somos conscientes de que podemos mejorar, de que saldremos mejor, de que por las prisas no ponderábamos lo realmente importante. Estamos en un instante crucial de la historia, en un cruce de la historia.

Pienso en deciros la verdad y entiendo que la verdad no existe. Luego digo lo que puedo, cuando empieza el programa, lo que tengo. Digo que entre tanta alarma siempre hay un espacio para la esperanza. Digo que hay buenas noticias y pongo algunas en Facebook. Digo: “aguantad, sois geniales, nosotros podemos”. Digo, lo que siempre me dice mi amigo el Profesor de la UMA, José Antonio Jiménez, “la unidad es el grupo, y el grupo es la unidad”. Ganaremos, si estamos juntos, ganaremos y, luego, vuelvo a pensar en mamá.

 

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