Un puente, un nexo, una conexión, una llamada, el espacio entre dos puntos, un segmento, una frecuencia que se une a otra frecuencia, un abrazo, un eco que rebota, un espacio común, los interlineados, el consenso…, el lugar donde habita el olvido.
Estos días de vuelta a la rutina, bendita rutina, de investiduras y promesas, de gobiernos y coaliciones, de envoltorio en definitiva, recuerdo a Borges, al Borges que rezaba un avemaría cada noche, en El Aleph, cuando escribió: “Así fueron muriendo los días y con los días los años, pero algo parecido a la felicidad ocurrió una mañana. Llovió, con lentitud poderosa”.
Tenemos gobierno. Un gobierno inédito, de coalición y progresista. Así que ya es oficial: Pedro Sánchez es presidente, y Pablo Iglesias, vicepresidente. Un gobierno con 20 ministerio, largo me lo fiáis, Don Mendo, y que va a depender de una mesa con ERC, que se sienta en nombre de parte de Cataluña para decidir lo que va a pasar en toda España.
Tenemos gobierno, uno con una mayoría raquítica, con muchos demandantes territoriales y con un programa generalista que habrá que definir. No será fácil. Y todo ello en un mapa político, el mapa es el que crea el lugar y no a la inversa, donde todos se han radicalizado, y todos se han alejado del centro, que es el espacio común y el lugar donde intentan convivir, sobrevivir, la mayoría de los ciudadanos.
Debatimos con Isa Naranjo, Pablo Sánchez y Antonio González sobre la cuestión política. Valenzuela, maestro del periodismo, siempre amable y amigo de la casa, interpela a mi editorial con el que arranco cada tarde, en esa búsqueda constante por la referencia y el pegamento, y me dice: “hablas del centro, Roberto, del espacio donde está una mayoría silenciosa, y recuerdo la canción de Sabina: “donde habita el olvido”. Celebro la deferencia y la referencia, nos reímos y le aseguro que se lo copiaré para una columna. Aquí, presente.
Pienso en las intersecciones, los empalmes, los espacios comunes, en lugares donde habita el olvido. Pienso, por ejemplo, en el hueco que había entre las Torre Gemelas de NYC, aquel 11S, en aquel punto histórico retransmitido por la tele, donde la modernidad se vino abajo. Ese hueco, esa nada, que no existía, que no mirábamos, entre edificios que se derrumbaban. Esa nada que le daba sentido a toda la escena. Otro ejemplo: un cómic, no tendría ningún sentido el relato de un cómic sin esa dimensión entre viñetas, que rellenamos con imaginación y esfuerzo.
Hablo con Álvaro Soria, ingeniero, que trabaja para la Agencia Espacial Europea y que es de El Palo. Álvaro tiene 26 años y es el malagueño que está más cerca de ser astronauta. Hablamos de la Luna, de Marte, del Cosmos. Hablamos y termino pensando que el universo es un enorme lugar vacío, una holgura que interconecta planetas, satélites y asteroides. Pienso que esa nada, ese vacío oscuro, de alguna manera se parece al espacio común, silencioso, mayoritario, centrado, de la vida social y política. Al final, todos, unos y otros, de izquierdas y derechas, radicalizados o no, estamos en el mismo espacio, -no lo vemos (ven), pero está ahí, aquí-, o tendemos a él.
Una vez, llegado este punto, de esta columna y de la historia de España, una vez que Pedro Sánchez ha sido investido, permítanme una obviedad: permítanme que pida a todos estar a la altura. Que el gobierno, gobierne. Y que la oposición, haga oposición. Que unos y otros desarrollen su ejercicio pensando en el bien de todos, en ese espacio común, en el hueco entre las Torre Gemelas y con la altura de las mismas.
Dejemos trabajar, al gobierno y a la oposición, y exijámosles que lo hagan muy bien. Y si no lo hacen, manifestémonos y votemos a favor de otras opciones. Sí, lo sé, la melodía suena a una gran obviedad pero vivimos tiempos en los que resulta necesario recordar lo evidente, recordar el espacio común, el hueco entre viñetas, los interlineados, la nada, el vacío oscuro, el consenso, donde habita el olvido.
NOTA: Fin a las navidades que comience el carnaval.
NOTA 2: Enhorabuena José Luis Puche por la obra de arte convertida en cartel para la Semana Santa 2020 de Málaga. Queda escrito.