Aquí emitiendo. Un superdomingo. Crónica en directo. 12 CCAA, 8.000 municipios, Europa, más de 1 millón de personas votando en Málaga… Urnas, vocales, apoderados, playas y comuniones, sol en la Costa del Sol, 26M y unas elecciones endiabladas, dos en menos de un mes, tres en nada, que agotan, que dan que hablar, que respiran por la herida. Aquí comienzo la crónica en directo de una noche larga, eterna, indeleble, su anatomía.
La redacción llena. Los equipos han llegado de los colegios. Queda un par de horas para nuestro Especial. Se respira una tensión extraña, un aire cargado, la parada en boxes… Hablamos del directo, de la participación, de Apps y compañeros. Reunión de equipo antes de empezar el directo, escaleta y vibraciones. Alguien quiere hacer una porra, se escriben guiones y la fotocopiadora escupe papeles que, en un rato, estarán en la papelera.
Empieza el show. Presento el Especial Noche Electoral para 101TV, junto a Rocío Luque, y con el análisis de Sonia Blanco, Pedro Moreno, Esther Molina y Javier López. Primeras valoraciones, primeras conexiones, datos, encuestas a pie de cole… Se cierran las urnas, comienzan a contarse la papeletas.
Pienso ahora en Pedro Páramo y en Juan Rulfo y en el Realismo Mágico. Pedro Páramo es una novela, que siempre recomiendo, llena de muerte, pecado, silencio, ecos, dolores y búsqueda de la redención. Algo parecido ocurre en estos minutos de espera. Pienso como en la novela de Juan Rulfo -bendito raro de las letras-, que todos los protagonistas de este relato están muertos, estamos muertos, y que después de la muerte el tiempo no existe.
Empiezan a llegar los primeros resultados y todos miramos las pantallas. A partir de ahora, todo cambia. Lo importante no es la peli, ni el docu, sino el ojo que mira la peli, o el docu. Lo importante ya no son los resultados, sino cómo lo vemos, cómo los interpretamos, de qué manera construimos el resultado, cada uno el suyo, a su manera, interesadamente.
Miramos a Málaga. Dani Pérez toma ventaja pero, a medida que pasan los minutos, el escrutinio, la gota malaya, Paco de la Torre recupera terreno. Remontada. De la Torre parece uno de esos corredores africanos de Marathón, inasequible al desaliento, con 76 años, como en una de esas travesía a nado, capaz de todo. Finalmente, gana y solo necesitará pactar con Ciudadanos, a la andaluza pero sIn VOX.
Otros tiitulares: el PSOE gana en Europa con claridad; el PSOE gana autonómicas y municipales, en general; Carmena y Colau pierden Madrid y Barcelona; Kichi se mantiene, numantino y carnavalero; Málaga es más azul de lo que se esperaba; Cassa, desaparecido, como una novia a la fuga; Málaga, Vélez, Ronda, Mijas y Torremolinos, a expensas de los pactos…, y “¿Rincón de la Victoria?, tu pueblo”, me preguntan en el pasillo.
En Rincón, gana el PP y gana Salado que, con su peso como Presidente de Diputación, se ha mostrado como el líder más alcaldable, frenando el Efecto Sánchez, el supuesto sorpasso de Ciudadanos, y capaz de gobernar con el PMP, de Pepín. Sin más sorpresas.
Pasan las dos de la madrugada. Vuelvo a casa. Reviso lo escrito y termino: tras las elecciones, ahora una gran bocanada de aire, necesitamos respirar, este país se lo merece, nos merecemos un tiempo muerto, ya lo dije, luces largas y alguien al volante. Este país, ya, por fin, necesita tiempo y estabilidad, necesitamos respirar. Este país se lo merece, insisto.
*Un último apunte: vuelve a consolidarse la idea de que la política es mutable y de cristal. Tengan mucho cuidado con ella.